“Cadena de Valor de la Carne y Bienestar Animal” Cada segmento trabaja pensando en sus propios resultados sin tener en cuenta aspectos que puedan afectar al eslabón siguiente, operando como elementos aislados y no como parte de una cadena integrada. Como resultado se generan pérdidas que, a lo largo de la cadena producen fuertes ineficiencias (deseconomías) que reducen significativamente los resultados y la competitividad de sus integrantes. La solución radica en pensar y actuar coordinando y transmitiendo las necesidades de los diferentes eslabones para lograr la integración. La desarticulación entre los eslabones de la cadena de ganados y carnes y de esta cadena con los mercados, es un factor que afecta la posibilidad de ofrecer garantías sobre temas de seguridad alimentaria y aspectos éticos relacionados al proceso de producción de la carne. Por lo tanto, el consumidor ya no se conforma con observar sólo el plato que lleva a la mesa, para tener seguridad en cuanto a la salubridad del alimento. La globalización de los mercados exige cada vez más una uniformidad de los estándares higiénicos y también los de bienestar animal. ¿Pero que entiende el consumidor por bienestar animal? Si bien a nivel científico el término bienestar no ha encontrado una definición unívoca, hasta los años 90 la literatura describe tres enfoques para el concepto de bienestar animal. Por una parte está el enfoque antropocéntrico más occidental que mantiene en sí la suposición que cualquier tratamiento realizado en el animal tiene un reflejo práctico sobre el hombre, a través de los alimentos que consume. Existe luego la visión potocéntrica, o compasiva, esta se basa en la ecuación “un ser vivo que puede sentir, puede también sufrir”. Finalmente está el enfoque que se puede definir como biocéntrico y que impone respeto para todo ser animal como valor intrínseco. Con la repetición de los escándalos y las evidencias de variantes humanas de enfermedades que antes eran exclusivas de los animales, los tres enfoques se funden cada vez más en uno solo. Se instala un concepto en los consumidores constituido por una mezcla de caminos diferentes, que solo en apariencia pueden parecer contrastantes. Por una parte está la funcionalidad: el animal debe mantener un estado de salud óptima para no debilitarse, necesitar medicamentos, o estar sujeto a enfermedades que se podrían transmitir al hombre. En este estado de salud, por primera vez aparece también lo que siente el animal. Sufrimiento y estrés se ven como peligrosos potenciales para la salubridad o, simplemente, para la calidad de los alimentos de origen animal (un buen manejo de los animales en el matadero por ej., reduce la obtención de la denominada DFD –carne oscura, dura y seca). Por otra parte está la naturalidad: el animal debe poder expresarse en condiciones lo más armónicas posibles con el medio que lo alberga. La conjugación de los diferentes enfoques se resume con un término amplio, como es el de salud, comprendido no solo como la ausencia de enfermedades, sino también como ausencia de estrés y condiciones no naturales. El concepto de bienestar está estrechamente correlacionado con el concepto de salud, por lo tanto menos utilización de sustancias exógenas (por ej. antibióticos) y en consecuencia menor probabilidad de encontrar éstas o sus metabolitos en los alimentos, y algo no menos importante, una menor contaminación ambiental. En efecto, no se debe olvidar el profundo vínculo existente entre mundo zootécnico y medio ambiente. ¿Por qué estamos en esto? Como nos beneficiamos TODOS, es un trabajo de TODOS, así mantendremos el valor de la hacienda. No podemos perder en último momento todo un esfuerzo en inversión en genética, alimentación, y sanidad, esos son otros motivos para cuidar el animal. Por otra parte los animales tienen necesidades (NO DERECHOS!) mundialmente reconocidas: No sufrir hambre o sed No sufrir incomodidad No sufrir dolor, lesión ni enfermedad No sufrir miedo ni dolor Es imprescindible atacar esta problemática desde varios flancos. A nivel de los establecimientos productores es importante capacitar al personal encargado del manejo de los animales así como el propietario. Asimismo, y en cuanto a los manejos racionales y humanitarios, no se recomienda utilizar picanas eléctricas a menos que sea absolutamente necesario y por espacios de tiempos muy chicos. Además no se deben usar palos, ni sobrecargar las instalaciones de animales, mejorar las instalaciones de forma que no presenten ángulos rectos, salientes o zonas abiertas que promuevan que los animales salten, y no usar perros mal entrenados. Las rampas y los corrales deben estar en buen estado de mantenimiento y tener pisos antideslizantes. La observación de centenares de instalaciones indica que el problema número uno en ellas es el piso resbaladizo, que hace que el ganado se caiga (T. Grandin). Durante el transporte, es importante capacitar a los conductores que son quienes descargan los animales en las plantas faenadoras para que no usen picanas eléctricas, que realicen un correcto mantenimiento de las jaulas de los vehículos y de las puertas guillotina para que no se traben y caigan sobre el animal que va pasando, colocar rodillos de goma en todas las aberturas del camión y piso antideslizante, así como eliminar toda posible saliente que pueda dañar al animal. A nivel de los frigoríficos, realizar cursos de capacitación para el personal que maneja el ganado, corregir las instalaciones de forma que no tengan ángulos rectos, salientes, desniveles, si es posible construir corredores en curva, no colocar focos de luz a los ojos del animal cuando se dirige hacia el cajón de noqueo, realizar un correcto mantenimiento del quipo de noqueo y capacitación del personal de forma que la desensibilización se otorgue en un solo golpe y el sangrado del animal se realice inmediatamente. Con esto se lograría mejorar sustancialmente el bienestar de los animales en las etapas previas a la faena, obtener carne de buena calidad y minimizar las perdidas económicas por estos conceptos. Lo que se intenta difundir es la incidencia que adquiere el tema en términos de rentabilidad. Los porcentajes de pérdidas económicas en Brasil, detectados por estudios realizados en 1.994: *Pérdidas en Bovinos (Br. ´94): Daños en carcasas: 26 M. US/año Pérdidas de peso en viajes: 112 M. US/año Muertes en tránsito: 6 M. US/año *Pérdidas en Ovinos (Br. ´94) Daños en carcasas: 5,2 M. US/año Pérdida de peso en viajes: 4,8 M. US/año Muertes en tránsito: 750.000 US/año *Pérdidas en Cerdos: (Br. ´94) Muertes en tránsito: 2,7 M. US/año Por exceso de descanso pre faena 0,1 % de pérdida de peso por hora: 8,44 M. US/año Si se cargaran adecuadamente los camiones ganarían: 11 M. US/año Si no se mezclaran diferentes grupos sociales ganarían: 2,5 M. US/año Estos porcentajes, hicieron dar un giro a la economía brasilera a través de un cambio de actitud en cuanto al bienestar animal, y los resultados en la actualidad quedan reflejados en el siguiente cuadro: *“Exportación de carnes países productores” (TONELADAS): BR AUSTRAL N. ZEL ARG URUG 2000 2001 2002 492 748 881 1.338 1.399 1.366 505 516 505 357 169 348 236 145 259 2003 1.175 1.264 578 386 320 2004 1.470 1.300 600 540 400 2005 1.620 1.300 605 600 440 FUENTE : DEP. DE AGRICULTURA, PESCA Y FORESTACION DE AUSTRALIA La facultad de Veterinaria de Uruguay, con el apoyo del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y el BID (proyecto LIA 002), estudió durante los años 2002 y 2003 los puntos críticos que afectan el bienestar de los animales en las etapas previas a la faena. El objetivo central de la investigación fue mejorar la calidad de la carne para hacer que la industria ganadera de ese país resulte más competitiva. El resultado del estudió dio una pérdida anual para la industria en Uruguay que asciende, por lo menos, a 2 millones de dólares. Esta cifra refleja no solo los kilos que se desperdician de la res, sino también otras mermas como el deterioro de la res, la reacción negativa de los consumidores ante cortes poco sabrosos y los cambios en las propiedades organolépticas. En otra palabras, la cifra de 2 millones de dólares puede multiplicarse varias veces, ya que el estudio sobre producción de carne vacuna en tiempo real no habla de las inversiones que se requieren, sino del dinero que puede ahorrarse tan sólo por no maltratar a los animales. *Distribución % de contusiones: (Gallo, ´95) o Pierna: 36,5 % o Lomo: 19,6 % 40 35 30 o Abdomen: 1,9 % o Costilla: 21,3 % o Paleta: 20,7 % 25 20 15 10 5 0 Pierna Lomo Abdomen Costillas Paleta Todos pierden $!!! Está perfectamente demostrado que el mal manejo (contusiones) ocasiona pérdidas económicas (en valores anuales): Reino Unido 6 millones de US Australia 36 millones de US USA 114 millones de US Argentina ? Más de 2 años de esfuerzos!!!!!! *La OIE adoptó (mayo 2005), la PRIMERA norma global sobre el bienestar del ganado: Los estándares de referencia en salud animal de la OIE, por ser una organización intergubernamental, son reconocidos como referencia global por la Organización Mundial de comercio. La OIE a tomado su papel clave sobre el bienestar animal por su clara relación con la salud animal. Deben poder echarse confortablemente y levantarse naturalmente al ser transportados. Procedimientos dolorosos (incluyendo doblare el rabo, presionar morro, ojos, orejas o genitales externos, el uso de estímulos como bastones con lados filosos, alambres o cintos pesados de cuero) no se usarán para mover animales. Transportistas de animales DEBERÁN entrenarse en el tratamiento humanitario del ganado. *FINALMENTE: El bienestar de los animales, HOY, dejó de ser una OPCIÓN. NOS OBLIGAN!!!! Además….. NOS CONVIENE!!!!! Contáctenos: T.E.: 011-43839393 correo@cacg.org.ar