INCIDENCIA DEL CAPITAL SOCIAL EN EL DESARROLLO DE LAS ZONAS RURALES

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INCIDENCIA DEL CAPITAL SOCIAL EN EL DESARROLLO DE LAS
ZONAS RURALES
Avance de resultados de una encuesta a la población rural de Andalucía1
Fernando E. Garrido Fernández (IESA-CSIC) (fgarrido@iesa.csic.es)
Eduardo Moyano Estrada (IESA-CSIC) (emoyano@iesa.csic.es)
c/ Campo Santo de los Mártires, 7. 14004 Córdoba
Resumen
En muchos trabajos relacionados con el desarrollo de los territorios rurales se
argumenta, que lo que marca en gran parte el éxito o fracaso de los proyectos de
desarrollo que se aplican en regiones con similares recursos humanos y productivos, es
la existencia de una buena red de relaciones sociales (capital social), al facilitar las
estrategias de cooperación necesarias para emprender proyectos y favorecer el buen
funcionamiento de los sistemas de gobernanza. En este trabajo se analizan los procesos
de desarrollo de los territorios rurales desde la perspectiva del capital social (CS)
mostrando los factores no económicos (normas de confianza, vínculos de cooperación,
red institucional, sistema de gobernanza…) que explican la viabilidad de esos procesos
en las áreas rurales de Andalucía. En concreto, se realiza una medición de las distintas
dimensiones del capital social con objeto de explicar su incidencia en las diferencias de
desarrollo observadas en un conjunto seleccionado de comarcas. La fase de campo del
proyecto de investigación ha consistido en la realización de una encuesta presencial en
domicilios a una muestra de 1.500 individuos representativa de la población residente
en las comarcas seleccionadas. En esta comunicación se presentan los resultados más
relevantes obtenidos de la citada encuesta.
Palabras clave: capital social, población rural, desarrollo, Andalucía
1.
Introducción
La perspectiva del capital social (CS) es un enfoque cada vez utilizado por los
científicos sociales que se ocupan de analizar, con una visión amplia y multidisciplinar,
el desarrollo territorial. En muchos trabajos relacionados con el desarrollo de los
territorios rurales, se argumenta que lo que marca, en gran parte, el éxito o fracaso de
1
El trabajo aquí expuesto forma parte de los resultados del Proyecto de investigación “Capital social y
desarrollo de los territorios rurales de Andalucía” (SEJ-8192), financiado por la Consejería de
Economía, Innovación y Ciencia en la convocatoria de proyectos de Excelencia de 2011
los proyectos de desarrollo que se aplican en regiones con similares recursos humanos y
productivos, es la existencia de una buena red de relaciones sociales (capital social), al
facilitar las estrategias de cooperación necesarias para emprender proyectos y favorecer
el buen funcionamiento de los sistemas de gobernanza.
En este trabajo se analizan los procesos de desarrollo de los territorios rurales
desde la perspectiva del CS mostrando los factores no económicos (normas de
confianza, vínculos de cooperación, red institucional, sistema de gobernanza…) que
explican la viabilidad de esos procesos en las áreas rurales de Andalucía. En concreto,
se realiza una medición de las distintas dimensiones del CS, con objeto de explicar en
qué dirección y con qué intensidad inciden esas dimensiones en las diferencias de
desarrollo observadas entre las distintas áreas seleccionadas. Se ha utilizado la
“comarca” como referencia, al haber sido objeto de aplicación de las políticas rurales
(iniciativa Leader y programa Proder), así como el espacio donde se acumula ese
conjunto de hechos naturales, históricos, sociales, económicos y jurídicos que
contribuyen a construir la identidad de un territorio y donde se materializa el sistema de
gobernanza que hace posible la síntesis macro-micro en la que se basan los procesos de
desarrollo rural en Andalucía.
2.
Metodología
La fase de campo del proyecto de investigación (realizada a lo largo de 2015) ha
consistido en la realización de una encuesta presencial en domicilios, a la población
residente en tres áreas rurales: i) la formada por las comarcas Campiña Sur de Córdoba,
Subbética Cordobesa, Medio Guadalquivir, Guadajoz-Campiña Este, y Estepa-Sierra
Sur; ii) la formada por las comarcas Campiña Norte de Jaén; La Loma, y Las Villas; y
iii) la formada por las comarcas Gran Vega de Sevilla, Serranía Suroeste Sevillana,
Aljarafe-Doñana, Bajo Guadalquivir, Campiña-Los Alcores de Sevilla. El cuestionario
ha incluido preguntas que han tratado de medir las distintas dimensiones del CS. El
cuestionario se ha aplicado sobre una muestra de 1.500 individuos (seleccionados
aleatoriamente por cuotas de sexo y edad), y distribuidos de forma equilibrada entre las
áreas objeto de estudio (a razón de 500 por área). Las áreas comarcales han sido
seleccionadas de modo que fueran distintas en cuanto a su nivel de desarrollo
económico (en términos de PIB, renta per capita, tasa de actividad, tasa de
desempleo,…), pero similares en cuanto a la dotación de infraestructuras y
disponibilidad de recursos productivos (superficie agraria útil, superficie de espacios
naturales, estructura económico-productiva,…), teniendo también en común el hecho
de haber sido, además, objeto de aplicación de algún programa Leader o Proder. Con
ello se ha tratado de aislar el CS como variable independiente en cada comarca, con
objeto de poder medir si sus dimensiones explican las diferencias de desarrollo
observadas.
Con objeto de medir estos aspectos y siguiendo estudios previos realizados por
otros autores (Grootaert y Van Bastelaer, 2002) y por los participantes en este proyecto
(Vera Toscano et al, 2013; Gómez-Limón et al, 2014), se ha considerado que en la
medición del CS es necesario contemplar un conjunto de elementos estructurales (o
dimensión estructural) y otro de elementos cognitivos (dimensión cognitiva o lo que
otros autores han llamado “contenido” del CS) (Espacia et al. 2016).
Los elementos de carácter estructural tienen la función de conectar los
individuos y las asociaciones a través de redes y/o grupos, tanto formales como
informales (Woodhouse, 2006). Aplicándolo al estudio de las dinámicas de desarrollo,
Woodcock identifica tres niveles de conectividad según el ámbito en que se produce:
intragrupal (bonding), intergrupal (bridging) e institucional (linking). En torno al
componente cognitivo del CS, autores como Woodhouse (2006) señalan tres elementos
principales: i) la confianza, ii) la reciprocidad y iii) las pautas de organización de la
sociedad, las normas y las sanciones.
Dentro de este esquema, nuestra investigación empírica se ha centrado
principalmente en medir las componentes micro del CS, prestando atención a su
acumulación en la población de las comunidades rurales seleccionadas. En este sentido,
el cuestionario aplicado se ha organizado de forma que los grupos de variables proxy del
CS respondan a los diferentes elementos de las dimensiones micro-estructural y microcognitiva del CS.
3.
Principales resultados
a)
Respecto a la dimensión estructural del CS
 La encuesta nos muestra un elevado nivel del indicador bonding (más del
80% muestra una alta satisfacción y frecuencia de contactos con familiares y
amigos más íntimos) en las tres áreas seleccionadas, no apreciándose
diferencias significativas entre ellas.
 Sobre el indicador bridging (contactos con vecinos), el nivel es también muy
elevado (por encima del 80%), pero desciende bastante cuando se hace
referencia a relaciones destinadas a tratar asuntos de interés general de la
comunidad. En este sentido, el área de Jaén muestra un nivel mayor de
conectividad bridging, lo que permite aventurar como hipótesis explicativa
que en este área comarcal (donde predomina una cultura rural basada en los
valores comunitaristas de los pequeños olivareros) la población es más
interdependiente en la gestión de los asuntos de la comunidad local, que en
las áreas de Córdoba y Sevilla (donde predomina una cultura más urbana e
individualista, basada en la agrociudad y en el predominio de la grande y
mediana propiedad agrícola).
 Sobre el indicador linking (relaciones con las entidades asociativas y con las
instituciones públicas), la encuesta muestra una clara diferencia entre la alta
participación (por encima del 60%) en las asociaciones de tipo recreativocultural (peñas, cofradías, clubs,…) y la baja participación (en torno al 10%)
en
las
asociaciones de
naturaleza
político-ideológica
(asociaciones
empresariales, sindicatos, partidos políticos,…), no existiendo diferencias
significativas sobre este asunto entre las tres áreas comarcales. No obstante,
cabe destacar la menor participación en el mundo asociativo (tanto en el
recreativo-cultural, como en el político-ideológico) de la población de los
municipios del área de Jaén, lo que permite complementar la hipótesis
anterior señalando que el predominio de las relaciones comunitaristas y
afectivas tipo bonding y bridging, lo es en detrimento de las más
individualistas e instrumentales de tipo linking.
b)
Respecto a la dimensión cognitiva del CS
 Destaca el mayor nivel de confianza en sus vecinos que muestran los
residentes en los municipios del área de Jaén (por encima del 60%), actitud
que está en sintonía con el predominio de los valores comunitaristas. Se
observa también que los jienenses perciben que esa confianza es, además, un
rasgo de la comunidad local en la que viven.
 Es también en el área de Jaén donde es más elevada la confianza en las
instituciones locales (ayuntamiento) (por encima del 50%) y regionales
(Junta de Andalucía) (casi un 40%), y donde se valora mejor las funciones
que desempeñan, siendo los residentes en los municipios de Sevilla los que
expresan menor confianza en esas instituciones y los que peor las valoran. El
área de Córdoba se sitúa en una zona intermedia respecto al tema de la
confianza institucional. En sintonía con ello, son los jienenses los que tienen
mayor percepción de que pueden influir en las decisiones que afectan a sus
municipios (un 28% así lo cree).
 En lo que se refiere al indicador de cohesión social percibida, la encuesta nos
dice que es en el área de Jaén donde más se percibe que las diferencias
étnicas o religiosas pueden ser fuente de problemas para la cohesión a nivel
local (más del 60% de los encuestados así lo han expresado). Esta conclusión
se ajusta al predominio de la cultura comunitarista en ese área comarcal, una
cultura que por su propia naturaleza implica cierto grado de exclusión a los
que no pertenecen al grupo primario de referencia.
Referencias bibliográficas
Espacia, J., Escribano, J., Serrano, J.J., (2016), Una aproximación al enfoque del capital
social y su contribución al estudio de los procesos de desarrollo local,
Investigaciones Regionales, 34, 1-23.
Gómez-Limón, J.A., Vera Toscano, E., Garrido Fernández, F.E., (2014), Farmers’
Contribution to Agricultural Social Capital: Evidence from Southern Spain, Rural
Sociology, 79(3), 380–410.
Grootaert, C., van Bastelaer, T., (2002), Understanding and Measuring Social Capital:
A Multi-Disciplinary Tool for Practitioners. Washington, DC: World Bank.
Vera Toscano, E., Garrido Fernández, F.E., Gómez-Limón, J.A., Cañadas Reche, J.L.,
(2013), Are Theories About Social Capital Empirically Supported? Evidence from
the Farming Sector, Social Indicators Research, 114, 1331–1359.
Woodhouse, A. (2006). Social Capital and Economic Development in Regional
Australia: A Case Study. Journal of Rural Studies, 20, 83–94.
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