El té contiene varios principios activos que le confieren sus propiedades características: Polifenoles: antioxidantes vegetales, el más destacado por su poder anticancerígeno es el ECGC. Teanina: aminoácido de propiedades relajantes. Cafeína: alcaloide al que debe su poder estimulante y adelgazante. Aceite esencial: un aceite volátil que le aporta aroma. Vitaminas y minerales Polifenoles: antioxidantes naturales Las hojas de té contienen gran cantidad de polifenoles, también llamados flavonoles, que son compuestos de origen vegetal de reconocidas propiedades antioxidantes, cuyo consumo se aconseja como método preventivo de salud y más si se siguen hábitos de vida poco saludables que aumentan los radicales libres, como fumar, mantener un nivel elevado de estrés, vivir en un ambiente contaminado, etc. Los polifenoles simples o de estructura monomérica, abundantes en las hojas frescas del té verde, son las llamadas catequinas, entre las que se encuentran la epicatequina (EC), la epigalocatequina (EGC), la epicatequina galato (ECG) y la epigalocatequina galato (EGCG), siendo esta última la más abundante y la que suscita mayor interés en la investigación científica y médica. En las células de una hoja intacta, las catequinas y las enzimas oxidativas (polifenoloxidasa y peroxidasa) se mantienen aisladas en celdas separadas por una membrana. Sin embargo, durante el proceso de producción del té rojo y del té negro se produce la rotura de estas membranas y las catequinas toman contacto con las enzimas oxidativas, provocando la transformación de las estructuras monoméricas en estructuras diméricas y poliméricas. Tras la oxidación las catequinas se transforman en teaflavinas (estructuras diméricas) y tearrubiginas (estructuras poliméricas), que son los derivados responsables del color y el sabor característicos de los tés fermentados. En consecuencia, el té verde contiene una alta concentración de catequinas y baja cantidad de teaflavinas y tearrubiginas, el té tojo contiene cantidades intermedias de ambas estructuras, y el té negro contiene bajas cantidades de catequinas y alto contenido de polifenoles polimerizados. La distribución de flavonoles queda del siguiente modo: en el té verde, 90% de catequinas y 10% de otros flavonoles; en el té negro, 30% de catequinas, 47% de tearrubiginas, 13% de teaflavinas y 10% de otros flavonoles. Esta diferente composición es la principal responsable de los diversos efectos fisiológicos atribuidos a los diferentes tipos de té. Numerosos estudios han demostrado, utilizando diferentes modelos experimentales, que las catequinas y los polifenoles en general, muestran efecto antioxidante, dada su capacidad de atrapar y neutralizar los radicales libres, causantes de daños celulares y procesos patológicos. En la siguiente tabla se muestra el potencial antioxidante de los principales componentes fenólicos del té comparados con el de la Vitamina E en su estado natural (α-tocoferol): Antioxidante Potencial Redox (mV) Vitamina E 480 EGCG 430 EGC 430 EC 570 ECG 550 Teaflavina 520 Tearrubigina 540 En los últimos diez años hemos asistido a una amplia difusión de las propiedades del té verde, básicamente debidas a su catequina más abundante y máxima responsable de sus propiedades terapéuticas: la EGCG (epigalocatequina galato). Sus beneficios para la salud han sido ampliamente demostrados en todas las investigaciones científicas realizadas: 1) Prevención del cáncer, dada su capacidad para inhibir el crecimiento de las células tumorales. 2) Positivos efectos en la lucha contra el colesterol: bloquea la formación del LDL (colesterol malo) y previene la arterosclerosis. 3) Capacidad para eliminar obstrucciones en venas y arterias, mejorando el flujo sanguíneo y ayudando a prevenir derrames cerebrales, ataques cardiacos, trombos y otras enfermedades cardiovasculares. 4) Retrasa el envejecimiento celular debido a su elevado poder antioxidante, que protege al organismo de los daños provocados por los radicales libres y otras toxinas procedentes del medio ambiente. 5) Propiedades antibióticas y antivirales: debido a su capacidad para interrumpir el proceso de multiplicación de las cadenas de ADN de las bacterias es una gran ayuda para combatir infecciones y procesos gripales. 6) Elimina grasas en el organismo y aparato digestivo, lo que convierte al té en un buen aliado para el control de peso. 7) Higiene bucal: por su poder esterilizante previene el crecimiento de los gérmenes bucales causantes de la halitosis, la caries y la periodontitis. 8) Ayuda a combatir las alergias, mitigando sus efectos. El contenido de catequinas en el té verde varía según la cosecha, el método de producción y la región de cultivo, pero puede decirse que representa entre el 30% y el 40% del peso seco. Dado que las hojas de té elaboran catequinas para protegerse de los rayos ultravioleta, son las variedades que crecen expuestas al sol directo las que poseen mayor poder antioxidante. Los procesos de elaboración poco agresivos preservan en mayor medida las catequinas, por lo que en general los tés verdes japoneses, cocidos al vapor, son más recomendables que los tés verdes chinos, tostados en wok. Una estupenda opción en este sentido sería el té verde Sencha japonés, que crece totalmente expuesto a los rayos solares. No obstante, si estamos interesados en aprovechar al máximo los beneficios de las catequinas, la mejor elección es el té verde Matcha japonés, ya que al tratarse de hojas trituradas hasta conseguir un fino polvo, es disuelto íntegramente en el agua, permitiendo ingerir la totalidad de sus componentes, incluidos aquellos que no pasan al agua de infusión por no ser hidrosolubles, como ocurre con las Vitaminas A y E y los betacarotenos. Un estudio realizado en 2007 por Mauricio Ferruzzi, profesor del Departamento de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Purdue, en Indiana (USA), demostró que el potencial antioxidante del té verde aumenta añadiendo zumo de limón. Dado que las catequinas son unas sustancias bastante inestables en medios no ácidos, añadiendo Vitamina C (ácido ascórbico) a la infusión aumenta su estabilidad y se alarga su permanencia en el aparato digestivo, multiplicando por cinco los niveles de absorción. Entre todos los zumos de frutas, el de limón es el de mayor contenido en Vitamina C: permite que permanezca estable el 80% de las catequinas del té. Le siguen en poder estabilizador los zumos de naranja, lima y uva. Por otro lado, un estudio realizado por científicos y cardiólogos del Charité Hospital de la Universidad de Berlín, demostró que el potencial antioxidante del té disminuye añadiendo leche. Las caseínas, un grupo de proteínas contenidas en la leche, interactúan con las catequinas del té bloqueando su disponibilidad e inhibiendo sus saludables efectos. Como consecuencia, mezclando el té con leche, como es habitual en India o Reino Unido, quedan reducidas significativamente las beneficiosas propiedades de esta bebida. En la actualidad, las teaflavinas del té negro están empezando a captar la atención de los investigadores de la salud y la longevidad y, aunque queda mucho por andar en el estudio del té negro, ya pueden encontrarse estudios concluyentes sobre sus beneficiosas propiedades, convertidas así en toda una promesa en el mundo de la salud. Entre sus propiedades destacan: 1) Propiedades antiinflamatorias: debido a su capacidad para reducir la producción de citoquinas inflamatorias actúan como agente modulador de la inflamación en sus estados iniciales, resultando un buen aliado en procesos inflamatorios como el asma, la enfermedad periodontal o el intestino inflamado, 2) Propiedades anti-cancerígenas: al igual que otros polifenoles, las teaflavinas son capaces de intervenir en los procesos tumorales frenando la metástasis, inhibiendo las enzimas que hacen los tejidos más vulnerables a las células cancerosas y reduciendo la formación de nuevos vasos sanguíneos necesarios para la proliferación del tumor (angiogénesis), 3) Propiedades antienvejecimiento: pueden actuar como promotores de la longevidad, tanto por su poder antioxidante eliminador de radicales libres, como por su capacidad para regular los niveles de otros factores tóxicos implicados en la edad y las enfermedades degenerativas. 4) Propiedades cardiovasculares: las teaflavinas han sido ampliamente utilizadas para prevenir la arterosclerosis y otras enfermedades coronarias gracias a su capacidad para regular el nivel de colesterol en sangre. 5) Propiedades anti-bacterianas: diversos estudios han demostrado su poder bactericida y antiviral contra diversos organismos patógenos, incluido el VIH. Teanina: efecto relajante La teanina o L-teanina, es un aminoácido libre encontrado casi únicamente en la planta de té, que representa entre el 1% y el 2% del peso seco. Constituye aproximadamente el 50% de todos los aminoácidos presentes en las hojas del té y es la responsable de su efecto relajante, neutralizando en parte el efecto estimulante de la cafeína. Los máximos niveles de teanina en sangre se producen a los 30 minutos de su ingestión oral, por lo que es entonces cuando empiezan a notarse sus efectos relajantes. La teanina es un compuesto hidrosoluble, que se absorbe fácilmente en el intestino, de propiedades antioxidantes, aunque no tan destacadas como las de los polifenoles. Se sintetizada en las raíces de la planta, siendo posteriormente concentrada en las hojas y convertida en polifenoles por la acción directa del sol. Es por ello que la mayor concentración de teanina se encuentra en el té mantenido a la sombra durante su proceso de producción, como ocurre con el té verde Gyokuro japonés. Los mecanismos de actuación de la teanina, que le confieren sus propiedades relajantes, son básicamente dos: 1) Por un lado, es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica y una vez en el cerebro, aumenta los niveles de los neurotransmisores serotonina (relacionada con la sensación de bienestar, relajación, autoestima y concentración), dopamina (relacionada con funciones cognitivas como la memoria, atención y coordinación mental) y el ácido gamma-aminobutírico (disminuye la ansiedad e induce al sueño). 2) Por otro lado, induce un aumento de las ondas alfa cerebrales, directamente relacionadas con un estado mental relajado aunque en alerta: aunque el cerebro está relajado no pierde la capacidad de concentración y aprendizaje. Los beneficiosos efectos de la teanina son los siguientes: 1) Previene de forma significativa la pérdida de memoria, aumentando la capacidad de aprendizaje. 2) Regula la presión sanguínea. 3) Mitiga los negativos efectos del estrés sobre la salud, aumentando por tanto la esperanza de vida. 4) Mejora el sistema inmunológico: ayuda al organismo en la defensa contra las infecciones estimulando la producción de proteínas antibacterianas. 5) Aunque aún no hay suficientes estudios clínicos que lo demuestren, recientes investigaciones sugieren positivos efectos contra el cáncer: inhibe competitivamente el transporte de glutamato (lo que reduce el contenido de glutation intracelular aumentando así la sensibilidad de las células tumorales a fármacos como doxorubicina, idarrubicina, cisplatino e irinotecan), inhibe el mecanismo de transporte que hace que las células tumorales expulsen los fármacos y protege las células sanas de las alteraciones producidas por la quimioterapia. Cafeína: efecto estimulante La cafeína es un alcaloide de efecto estimulante, que en el té recibe habitualmente el nombre de teína. La cafeína es completamente absorbida por el estómago y el intestino delgado en menos de 45 minutos, y tiene una vida media aproximada de entre 3 y 4 horas, entendiendo vida media como el tiempo necesario para eliminar la mitad de la cafeína presente en el organismo, si bien este tiempo depende fuertemente de factores como la masa corporal del individuo. Se tiende a pensar equivocadamente que la cantidad de cafeína va ligada al color del té y que el té negro tiene más cafeína que el té verde y que el té rojo. Este es un error muy común, sin embargo la realidad es que el contenido en cafeína de cualquier té depende de múltiples variables, que nada tienen que ver con el color del té. En definitiva, puede que nuestra infusión de té negro contenga menos cafeína que algunas infusiones de té verde o rojo: los tés verdes japoneses Gyokuro y Matcha, por ejemplo, contienen mucha más cafeína que el té negro chino Lapsang Souchong. Aunque en origen el té contiene más cafeína que el café, la forma en que se sirve y prepara la infusión reduce sustancialmente su contenido en cafeína, al estar mucho más diluida. No obstante, la concentración de cafeína en el té dependerá de múltiples factores: condiciones de cultivo de la planta, proceso de elaboración, tamaño de la hoja, forma de preparar la infusión, etc. Entre los tés verdes japoneses los que menos cafeína tienen son el Houjicha (debido al proceso de tostado), el Bancha (por obtenerse de la parte baja del arbusto) y el Genmaicha (por su contenido de arroz). El proceso para descafeinar el té consiste en someterlo a un tratamiento natural de vapor y presión que consigue eliminar el contenido de teína en un 95%. Este proceso permite, sin embargo, que la infusión mantenga todas sus cualidades tanto de sabor como de aroma. Además existe una manera fácil de reducir el contenido de cafeína de cualquier té y es alargar el tiempo de infusión. Uno de los beneficios destacables de la cafeína es que gracias a sus propiedades termogénicas colabora en la pérdida de peso. En efecto, la cafeína aumenta el índice de metabolismo basal (índice que mide la energía consumida en el desarrollo de las funciones metabólicas esenciales, como respirar, bombear sangre o mantener la temperatura corporal) y por tanto ayuda al organismo a quemar más calorías de lo normal en la vida diaria. Como resultado, el organismo quemará las grasas más eficientemente: el secreto para el éxito de una dieta adelgazante pasa por ingerir una adecuada cantidad de cafeína. Vitaminas y minerales La vitamina más abundante en el té es la vitamina C (ácido ascórbico) cuya cantidad es comparable a la contenida en el limón. También contiene vitaminas B2 (riboflavina), B3 (niacina), B9 (ácido fólico) y B5 (ácido pantoténico). Tanto las vitaminas del grupo B como la vitamina C, son hidrosolubles y pasan rápidamente al agua de infusión sin que la elevada temperatura reduzca su potencia. En menores cantidades se encuentran las vitaminas A, E y beta-carotenos, que al no ser hidrosolubles no pasan al agua de infusión y sólo podemos consumirlas a partir de la hoja entera, como ocurre con el té verde triturado Matcha japonés. El té es rico en minerales esenciales para la salud: potasio, magnesio, manganeso, sodio, níquel, cobre, cromo, zinc, hierro, silicio, flúor, aluminio, fósforo y calcio. El consumo regular de té contribuye al aporte diario necesario de todos estos elementos, siendo el potasio, el magnesio y el calcio los más abundantes. Sin embargo la cantidad de minerales contenidos en el té depende de las variedades, las cosechas, la riqueza del suelo y las condiciones geográficas de cultivo. El contenido en minerales del té verde, por ejemplo, viene a ser del 6% al 8%, siendo el tiempo óptimo de infusión para que los minerales pasen al agua de 10 minutos. Se ha demostrado, además, que la solubilidad de algunos minerales, y por tanto su disponibilidad, aumenta considerablemente al añadir al té zumo de limón.