Energía en el hogar, contaminación del aire en espacios cerrados y salud Declaración de Posición para la XV Sesión de la Comisión de las Naciones Unidas Sobre el Desarrollo Sostenible La XV sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible ofrece una importante oportunidad a los gobiernos para comprometerse a llevar a cabo políticas orientadas a la acción en relación con la contaminación del aire en espacios cerrados y mejorar los servicios de energía en los hogares. El problema Pasos clave para la acción A nivel mundial, más de tres mil millones de seres humanos no tienen acceso a fuentes modernas de energía para cocinar y calefactar. La pobreza condena a casi la mitad de la humanidad a depender de combustibles sólidos, tales como la biomasa (madera, estiércol y restos de cosecha) y carbón para satisfacer sus necesidades de energía más básicas. La contaminación de los espacios cerrados causada por la quema de esos combustibles dentro de las viviendas es la causa de más de 1,5 millones de muertes por año. Las mujeres y los niños pequeños son los que más expuestos están a peligrosos niveles de contaminantes, siendo por ello también las principales víctimas. Existen claras pruebas de la relación entre la contaminación del aire y las infecciones del tracto respiratorio bajo, tales como la neumonía, y enfermedades pulmonares crónicas, tales como la bronquitis crónica y el cáncer de pulmón. Si bien la comunidad internacional comienza lentamente a tomar conciencia de esa crisis energética, las acciones políticas y los fondos destinados a mejorar los servicios de energía en los hogares y abordar el problema de la contaminación del aire en espacios cerrados han sido hasta ahora extremadamente limitados. Los países respaldan el objetivo de la energía en los hogares: reducir a la mitad hasta el año 2015 el número de personas sin acceso efectivo a combustibles modernos para cocinar y hacer ampliamente accesibles las tecnologías mejoradas para cocinar. La conciencia de la pobreza de la energía en los hogares y del impacto de la contaminación del aire en espacios cerrados debe ser trasladada a la acción. La importancia de la energía para cocinar en las viviendas debe ser reconocida a través de la fijación de una meta internacional, que complementa y, de hecho, es una condición necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). El Proyecto del Milenio, que enfatiza que el acceso a la energía es esencial para alcanzar todos los ODM, llama a los países a adoptar el siguiente objetivo: “Reducir hasta el año 2015 en un 50 por ciento el número de personas sin acceso efectivo a combustibles modernos para cocinar y hacer ampliamente accesible hornos de cocina mejorados”. Existen dos grandes opciones de políticas para abordar la crisis: • Una reorientación hacia el uso de combustibles modernos más limpios y eficientes, como biogás, etanól y otros biocombustibles producidos en forma sostenible, queroseno y gas licuado de petróleo (GLP). • El fomento de las tecnologías más eficientes en el uso del combustible y más limpias, tales como los hornos de combustión limpia, las campanas para hornos, las cocinas de calor retenido con aislamiento térmico y los hornos solares. Los países en desarrollo se comprometen a revisar las políticas nacionales relevantes para abordar los riesgos para la salud derivados de cocinar y calefactar; los países industrializados se comprometen a revisar sus estrategias de cooperación para el desarrollo con el mismo objetivo. Las necesidades de energía en el hogar de quienes viven en la pobreza raramente figuran en las políticas energéticas nacionales, los planes de desarrollo o las Estrategias para la Reducción de la Pobreza. Por ello es esencial para los países en desarrollo revisar sus políticas nacionales y mejorar la coordinación entre los sectores (por ejemplo energía, salud, medio ambiente y finanzas) y los actores (por ejemplo sector privado, organizaciones no gubernamentales, agencias especializadas internacionales y nacionales). En este proceso se identificarán mecanismos financieros y técnicos necesarios para promover el acceso a combustibles más limpios y tecnologías asequibles y eficientes: • Los donantes bilaterales y multilaterales pueden poner fondos a disposición, asegurando así el apalancamiento de recursos nacionales. • Los mecanismos financieros alternativos, incluyendo subsidios explícitamente para esos fines y la ampliación • • de programas de microcréditos existentes, posibilitan la concesión de créditos para energía en el hogar. Donde sea requerido, puede ser necesario crear nuevos programas de microcréditos y ahorro para proveedores y usuarios de combustibles y tecnologías más limpias. Una mejor recolección de datos sobre el abastecimiento de energía en los hogares, el consumo, las percepciones de los usuarios y los impactos para la salud y social de los enfoques mejorados de energía en el hogar debería ponerse a disposición para la investigación y el desarrollo de tecnologías apropiadas. La inclusión y participación de quienes viven en la pobreza, particularmente de las mujeres, y las respuestas a sus necesidades y aspiraciones serán decisivas para identificar e implementar soluciones con éxito. En este proceso se resaltarán también los factores políticos, informativos y reguladores necesarios para promover un mercado para tecnologías energéticas en los hogares limpias, asequibles y eficientes. • La falta de información en los hogares afectados pueden ser contrarrestada con amplias campañas de concientización, actividades educativas que incluyan a los sectores relevantes y la integración del tema en los programas escolares formales y los planes de estudio profesionales relevantes. Las organizaciones internacionales y ONG deberían apoyar estos esfuerzos lo más posible. • Los diseñadores de políticas en los países en desarrollo pueden realizar exitosos avances en el logro de los ODM dando prioridad al acceso a la energía en el hogar en el contexto de los Documentos de Estrategia de Lucha contra la Pobreza (DELP) y otros planes nacionales de desarrollo. • Los marcos reguladores deben proveer un entorno estimulante de políticas con las que, por ejemplo, se apoye la inversión del sector privado en infraestructura de energía destinada a satisfacer las necesidades de energía para cocinar y calefactar tanto en áreas urbanas como rurales. Súmese a la Alianza para Aire Limpio Intradomiciliario La Alianza para Aire Limpio Intradomiciliario (PCIA) fue lanzada en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en septiembre de 2002, para reducir los crecientes riesgos para la salud con los que se ven confrontados tres mil millones de seres humanos que para cocinar y calefactar queman combustibles tradicionales de biomasa y carbón en espacios cerrados. Esta alianza voluntaria reúne a Gobiernos, organizaciones públicas y privadas, instituciones multilaterales, la industria y otros actores, con el objetivo de propagar prácticas de cocinar y calefactar en los hogares asequibles, confiables, limpias, eficientes y seguras. Podrá obtener más información al respecto bajo www.pciaonline.org