Hormonas masculinas y riesgo de diabetes Cuando se trata de una enfermedad crónica como la diabetes, es conveniente tener en cuenta todas aquellas circunstancias que aumentan las probabilidades de que una persona las padezca. Muchas veces el conocimiento de estas circunstancias, llamadas factores de riesgo, permite implementar cambios de conductas cotidianas. Ejemplos de ello son es el cambio de hábito que implica dejar de fumar para reducir las chances de problemas cardíacos o pulmonares o bajar de peso para evitar la diabetes. En otros casos, no resulta factible hacer tales cambios, pero aun así es conveniente estar al tanto de la existencia de estos factores de incremento de riesgo. Un ejemplo de ello es el tipo de terapia hormonal masculina, habitualmente empleada para el tratamiento del cáncer de próstata. Hormonas masculinas y diabetes La denominada terapia de deprivación androgénica, consistente en medidas quirúrgicas o farmacológicas, constituye un elemento clave para detener el crecimiento de células malignas de la próstata. De este modo se reducen los niveles de testosterona (hormona sexual masculina) y se logra controlar adecuadamente, en la mayoría de los casos, esta patología tan frecuente en la población masculina. A pesar de sus beneficios en esta área, la terapia de deprivación de andrógenos, tiene efectos secundarios (es decir, otros que no son por aquéllos que se indica pero que se asocian con el uso de cierto medicamento), entre ellos, altera la sensibilidad de la insulina. Esto implica que, de algún modo, aumenta la resistencia a la acción de esta hormona. Recordemos que la resistencia a la insulina es el mecanismo subyacente a la aparición de diabetes tipo 2. Los responsables de alertar recientemente sobre este hecho son un grupo de investigadores de la University of Tennessee Health Science Centre, de Memphis (EE.UU), que manifestaron que aún es necesario aclarar algunos puntos antes de afirmar que existe un riesgo clínicamente significativo de desarrollar diabetes en los usuarios de terapia de deprivación hormonal. Su investigación se basó sobre el análisis de lo acontecido a 396 pacientes portadores de cáncer de próstata, tratados con esta modalidad terapéutica, entre 1989 y 2005. Estos sujetos fueron seguidos a lo largo de 5 años, lapso durante el cual de los 77 pacientes que eran diabéticos, 22 empeoraron su control glucémico, en tanto que entre los no diabéticos al inicio, 36 pacientes (algo más del 10%) desarrollaron la enfermedad. Como seguramente no sorprenderá al lector, los participantes obesos tuvieron una tendencia 5 veces mayor de desarrollar diabetes, con relación a los no obesos. Un comentario interesante de esos mismos autores en la revista especializada British Journal of Urology, en la cual se publicó la investigación, fue que el uso de suplementos de vitamina D podía llegar a reducir el riesgo de diabetes en individuos tratados con agentes modificadores de hormonas masculinas. El sentido de la difusión de estas novedades no es el de provocar alarma o generar rechazos o desconfianza frente a tratamientos establecidos y considerados útiles en una enfermedad importante como el cáncer de próstata. Por el contrario, el propósito es ayudar a entender el porqué muchas veces los especialistas reiteran solicitudes de análisis no relacionados con la problemática que tratan, o en enfatizan algunos cambios o cuidados en el estilo de vida. Este tipo de cambios parecen especialmente necesarios en personas con sobrepeso u obesidad. Editora Médica Digital, febrero de 2008 Tomado de http://www.diabetesonline.com.ar