TIROIDES La Tiroides es una glándula endocrina que secreta sustancias químicas llamadas hormonas, las principales son: tiroxina o T4 y triyodotironina o T3, estas hormonas influyen en múltiples procesos de nuestro organismo, entre ellos los procesos cognitivos. Un exceso de la hormona tiroidea (hipertiroidismo) acelera el metabolismo, lo que provoca sudoración, palpitaciones, pérdida de peso, problemas menstruales, ansiedad, exoftalmia... Una producción deficiente (hipotiroidismo) ocasiona cansancio, aumento de peso, apatía, depresión... Ambos pueden producir inestabilidad emocional, trastornos del sueño e intelectuales como falta de concentración, de memoria, etc. Los síntomas pueden ser diferentes en cada persona, pero al comienzo suelen ser poco específicos y habitualmente se achacan a otros trastornos. Los síntomas del hipotiroidismo pueden confundirse con los de una depresión, todos las personas que tengan algún síntoma de depresión deberían hacerse una prueba de la función tiroidea y medir el nivel de (TSH) (hormona estimulante de la tiroides). La detección precoz de una mala función tiroidea es muy importante, ya que el diagnóstico a tiempo puede ayudar en unos casos a tener controlados los síntomas y en otros a curar el trastorno completamente. Cuando hay disfunción tiroidea generalmente no es necesario seguir una dieta pues los niveles de tiroxina se regulan con medicación, pero es conveniente según el tipo de disfunción seleccionar algunos alimentos y desechar otros. Se deben evitar la cafeína y los alimentos ricos en yodo cuando la glándula segrega más tiroxina de la necesaria (hipertiroidismo), ya que incrementan la producción de la hormona. Los alimentos más ricos en yodo son los de origen marino, las algas, pescado, marisco y sal marina, otros que contienen mucho yodos son los pistachos, ajo, avena, coco, avellana, fresas, girasol, lentejas, tomates, manzana, mangos, piña, guisantes, almendras, albaricoques, espinacas, habas. Cuando la tiroides no produce suficiente tiroxina (hipotiroidismo) se deben tomar alimentos ricos en yodo y evitar los alimentos bociógenos que interfieren con una correcta absorción del yodo, como las coles, brócoli, coliflor y crucíferas en general, la soja o soya, maíz, cacahuetes, limón, naranja, nabo, mostaza, melón, aguacate, semillas de lino o linaza, piñones, melocotón. Si los alimentos están cocinados entonces pierden su efecto bociógeno y ya no inhiben la absorción del yodo. Cuando la tiroides no funciona como debiera y ante los síntomas algunas veces incapacitantes, lo primero que aparece en nuestra mente es el miedo seguido por la ansiedad, en algunos casos porque no se conoce el problema y en otros, porque no se sabe como abordarlo. Lo primero que se debe hacer es informarse de lo que está aconteciendo, conocer los síntomas que se pueden presentar y el tratamiento a seguir, cuando los niveles de la hormona se regulan se produce un alivio sintomático. Es de suma importancia seguir correctamente el tratamiento, tomar la medicación a su hora y sin olvidos; en caso de hipertiroidismo es frecuente que con el tratamiento suban demasiado los niveles de la TSH y se produzca hipotiroidismo, entonces hay que tomar medicación para ambos y conseguir equilibrarla hasta que la tiroides funcione normalmente. También es importante hablar con la familia y explicarles como se siente uno y que se necesita un tiempo para estar recuperados. Mientras no desaparecen los síntomas tomarse el tiempo necesario para descansar, tomarse las cosas con calma, dejarse ayudar y no sentirse culpable por estar mal. Es importante no alarmarse y pensar en positivo. Hacer algo de ejercicio suave, el yoga es de gran ayuda para el tratamiento de los problemas tiroideos. Es importante intentar racionalizar la situación, realizar actividades que resulten gratificantes y tratar de seguir con nuestra vida normalmente.