PENSAMIENTO TRIDIMENSIONAL La expresión artística es un hecho, del cual, necesitamos todos los seres humanos para un mejor devenir diario, para ser mejores personas, además nos da pie a la reflexión y al pensamiento positivo, en resumen, el acto creativo es un intento generador de pensamiento que, mediante el lenguaje no verbal, característico de cada disciplina artística y siempre bajo el punto de vista del creador y su contexto, intenta reflejar en el resultado, tanto vivenciales y experiencias personales, como obras más generalistas de compromiso con la sociedad contemporánea. Con todo ello, se desencadenan una serie de acontecimientos de reciprocidad, que alimenta ese instinto innato, por una parte del creador, y por otra, del espectador, así como de instituciones, historiadores, críticos, etc. Para llevar a cabo estos pensamientos plásticos y materializarlos se precisa de cierta infraestructura e inversión por parte del creador, que muchas de las veces no tiene disponibilidad económica para llevar a cabo sus proyectos, sumándose otro factor, que es la posibilidad de poder mostrar estos resultados, completándose así la obra de arte y cumpliendo todos los objetivos. En base a esto, el artista plástico necesita, en la mayoría de los casos, del soporte y apoyo por parte de las instituciones culturales que destinan parte de sus fondos para ello, desencadenando la motivación del creador, por una parte y satisfaciendo la demanda social de esta necesidad primaria de disfrutar con los pensamientos plásticos de nuestros creadores contemporáneos, así como el apoyo y la difusión de la obra. La escultura, la creación tridimensional siempre se ha dicho que es más compleja, en cuanto que se necesitan más medios físicos, de espacio etc... así como en el plano expositivo, transporte, montaje, embalaje, etc... Por parte de las instituciones que abogan por el mecenagzo de las artes debieran implicarse de forma seria y tomar partido por la escultura, apoyándola, impulsándola y adquiriendo obra, enriqueciendo así el patrimonio institucional, que al fin y al cabo es el de todos, como estimulando al artista, que no ve sus propuestas realizadas en vano y con ese soporte económico, poder realizar más proyectos, más piezas, más ... Una de las apuestas institucionales que cumple estas premisas, además de ser un referente de gran interés para los artistas dada su trayectoria y la calidad que refleja en cada proyecto que prepara es la que parte del el Instituto Alicantino de Cultura Juan GilAlbert. En la presente, continuista y consolidada, así como reconocida convocatoria de los Encuentros de Arte Contemporáneo, centra su atención en un grupo de creadores, potencialmente sólidos, que tienen muchas cosas en común, entre los que se encuentran representados en esta edición: Ascensión Gonzalez Lorenzo, Tere Martinez Parra, Maribel Pérez y Gabriel Rufete. Los referentes figurativos, los “Hombres Blancos”, de Ascensión Gonzalez Lorenzo, son una atrevida incursión en el mundo de la figuración contemporánea comprometida con la sociedad, rozando la reivindicación social de los condicionantes de todo tipo a los que estamos sometidos en nuestra época. Con ciertas dosis conceptualistas, estos hombres nos hablan de la soledad del ser humano contemporáneo en distintas situaciones, generalmente, en escenografías oníricas en una búsqueda contínua hacia lo desconocido, en un intento de fuga o evasión de la realidad que lo contextualiza y lo ata a ese vivir diario, enfrentándose a todo tipo de condicionantes autoimpuestos por esta sociedad y por él mismo, de la que formamos parte y a la vez, hemos ayudado a crear y hemos sido atrapados por ella. Seres humanos que parecen vacíos de contenido que pretenden desarraigarse y salir volando de este contexto en el que está totalmente en desacuerdo, pretendiendo hacer reflexionar al espectador al respecto de su situación en esta época que nos ha tocado vivir Obras como: Hombres hélice, hombres luz, hombres espada, hombres florero, representan a seres que se encuentran ahogados en sus propios fluidos, definitivamente grupos de hombres blancos unidos por una acción inexistente, por un estado de latencia infinito, que nos van aprisionando en los distintos actos cotidianos. En palabras de la propia escultora: “Escenografías de seres solos acompañados por su propia soledad. Encontramos Interiores perdidos, aislados por yermos embarazos propios de la acción de andar. Caminos de la vida que solo nos dejan remontar. En el epilogo otra pregunta… ¿serán necesarias las alas para volar?...”. En otro orden, se encuentra la creadora Tere Martinez Parra, que desde sus poesias visuales, que parten de la poética del reciclaje, tan imbricada con el Arte Póvera, añade su propio proceso de investigación con respecto a los materiales en sí, y a la combinación con otros, tanto de objetos ya creados o encontrados, como de objetos creados por la propia artista en materiales tales como el bronce, la plata, etc. Tere crea a partir de la conjugación de elementos orgánicos con objetos de la vida cotidiana, teniendo presente esa dualidad de sentimientos entre lo natural y el artificio, dando pie a la reflexión por parte del espectador dándole a elegir entre ser de pensamiento libre o ser institucionalizado. Estas simbiosis son muestras evidentes de la influencia de Beuys, dado el poder simbólico así como la carga metafórica en las obras de Tere, que nos acercan a una poesía visual, entre comillas, la cual pretende generar en el espectador emociones controladas en todo momento por la artista y sobre todo, reacciones que deriven en apuestas y sensibilización por lo natural. En boca de la artista: “Utilizaremos materiales orgánicos, como remitentes a lo primitivo al reino animal, siendo el material idóneo para entrelazar y crear un lenguaje poético con la naturaleza.” Es evidente el posicionamiento y el discurso naturalista en obras como “Escamas” de 2002, S/T de 2005, “Abanico” de 2005, “Peine II” de 2005, etc. analizando estas esculturas, no deja de sorprendernos la capacidad creativa de la artista, que junto a su ingenio, sus combinaciones materico – orgánicas emanan una intención definida basada en un sólido discurso poético que se aúna con su intención de provocar efectos y reacciones inmediatas, esto es lo que el arte pretende y Tere Martinez lo consigue. Maribel Pérez López, es una de las artistas seleccionadas en estos encuentros de Arte y que aporta juventud, inmediatez y arraigo de la escultura en hierro en las representaciones artísticas tridimensionales contemporáneas, concretamente en el trabajo ancestral de la forja tradicional, estas esculturas, arraigadas en el sentir artesanal, nos recuerdan a piezas primitivas, máquinas de tortura medievales, útiles de trabajo, etc. objetos tribales de gran importancia en su uso ancestral, trasladadas y sacadas de contexto y, que tras su ubicación en el espacio expositivo, el objeto, es elevado a la categoría de arte, uniendo a estas el trabajo conceptual actual que le imprime Maribel, haciendo que sus creaciones se codeen con las propuestas más interesantes del panorama escultórico actual. En la escultura entra a formar parte integrante el espacio, que en este caso, Maribel encierra, lo captura, haciéndolo propio y lo usa como un material más que configura la escultura. Crea estructuras espaciales basadas en el vacío, en el hueco, que, cada vez va adquiriendo una importancia relevante dando sentido y cuerpo, así como contenido semántico, a sus propuestas escultóricas. en estas propuestas queda patente la soledad del ser humano y el deseo de aislamiento, de un espacio que es solo suyo. Las piezas parecen representaciones que nos recuerdan a jaulas donde la escultora atrapa con ingenio e intención el espacio, enfatizando el afán del ser humano de poseerlo todo, acercándose así a una escultura reaccionaria contra la materialidad contemporánea y de ese deseo de posesión materialista que nuestra sociedad nos aboca al consumismo. Creo necesario decir que etrevemos en estas piezas la falta de libertad del ser humano que en la actualidad estamos viviendo, tanto las que nos impone la propia sociedad, como la que nos autoimponemos, ya que la escultora hace patente estas dos vías paralelas para una base de reflexión en estas jaulas – prisiones o jaulas – contenedores. Gabriel Rufete retoma y contemporaneiza en sus esculturas el tema del cuerpo humano, actualizándolo, toma partido en la expresión contemporánea y la representación visionaria del cuerpo en la escultura del siglo XXI. Desde la fragmentación conceptual del cuerpo hasta la representación icónica, Rufete abre una brecha y rompe una lanza a favor de la recuperación y la transformación expresiva y simbolista del cuerpo humano, y su consecuencia, el ser humano. Leemos la obra de Rufete como si escucháramos una composición musical, encontramos, tras la percepción visual, los códigos básicos del lenguaje no verbal, los cuales armoniza, utiliza el recurso de la pausa, el ritmo está latente en sus esculturas, y sobre todo, composición, diálogo entre volúmenes, formas, vacíos, etc. Este diálogo se enriquece cuan hay una simbiosis creativo – comunicativa entre artista y material extrapolando esa intención expresiva a la percepción y al análisis del espectador. Rufete es un creador nato y para él es de suma importancia la manufactura personal de todas y cada una de las esculturas aquí presentadas, desde la fundición hasta la talla directa, lo que supone, en palabras del propio artista: “intimidad y recogimiento es lo que consigo cuando estoy realizando obras de pequeño formato. Cuando estamos realizando obra de gran formato no nos damos cuenta como trabajan nuestras manos, nuestros dedos, nuestras uñas, se nos pierden en el inmenso volumen de la obra.” El referente en las obras de pequeño formato, eminentemente puntiagudas, es el ánfora, utilizando la metáfora del ánfora como contenedor de ideas, pensamientos, emociones donde se crea una simbiosis entre figura humana y ánfora para dar paso a unas formas antropomórficas que denotan inseguridad conceptual así como inestabilidad estética. Otro de los referentes utilizados es el de la veleta, donde el artista crea esculturas estilizadas que se van perdiendo en el infinito, haciendo un paralelismo de la vida misma. A título personal, creo que los escultores seleccionados, y en general, todos los artistas presentes en esta VIII edición de los Encuentros de Arte Contemporáneo, representan la firmeza y solidez, así como la madurez de los jóvenes creadores emergentes que van consolidando en sus propuestas plásticas los planteamientos y parámetros estético – conceptuales del pensamiento contemporáneo, siendo así una apuesta de futuro firme y representativa del panorama artístico de la Escultura Contemporánea española. Moisès Gil Artista Plásico y Profesor Titular del Departamento de Escultura de la U.P.V.