El primer trabajo de investigación realizado con el oncochip del CNIO se publica en el American Journal of Pathology IDENTIFICADA UNA PROTEÍNA CAPAZ DE PREDECIR LA RESPUESTA AL TRATAMIENTO EN UN TIPO DE LINFOMA CUTÁNEO Se trata de un proyecto conjunto del Grupo Cooperativo Madrileño de Linfomas Cutáneos y el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Los resultados demuestran que el gen MAL puede predecir si la respuesta al tratamiento que se le aplique al paciente va a ser mejor o peor. Madrid, 12 de noviembre de 2002.- Los resultados de un trabajo español de investigación en cáncer se publican en el último número del American Journal of Pathology, publicación científica de prestigio internacional. El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y el Grupo Cooperativo Madrileño de Linfomas Cutáneos han colaborado en este proyecto, el primero desarrollado con oncochips del CNIO, con el objetivo de estudiar los mecanismos moleculares implicados en el fracaso terapéutico de pacientes con micosis fungoide, el tipo más frecuente de linfomas T cutáneos, al tratamiento con interferón alfa. Entre los resultados de la investigación destaca la identificación del gen MAL y de su capacidad de predecir la mejor o peor respuesta del paciente a dicho tratamiento farmacológico. Los linfomas T son los más frecuentes en cuanto a origen cutáneo primario y, dentro de ellos, la micosis fungoide es el tipo más prevalente, ya que representa más de la mitad de todos los linfomas que se originan en la piel. Según el doctor Pablo Ortiz, del servicio de Dermatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid, “todo avance en el conocimiento de los linfomas en general y de los linfomas T cutáneos en concreto repercutirá positivamente en un grupo de pacientes cuya enfermedad podría amenazar seriamente su supervivencia”. Tal y como explica este experto, “los objetivos de partida de este trabajo de investigación han sido estudiar los mecanismos moleculares de fracaso terapéutico a interferón en la micosis fungoide. Se ha seleccionado el interferón alfa como base de la investigación porque es un fármaco que se usa con frecuencia en la micosis fungoide y en otros tumores malignos”. Conocer dichos mecanismos moleculares puede ayudar a identificar dianas que a su vez sirvan de base para la creación de nuevos fármacos. El interferón (IFN) alfa es una citoquina, una molécula natural que sirve para luchar contra los virus, para ayudar a las defensas del individuo a luchar contra los tumores y tiene también efecto antitumoral directo. La resistencia a este tratamiento es la falta de respuesta del tumor al fármaco, algo que ocurre cuando el tumor es capaz de superar la respuesta inmunológica y el efecto antitumoral que el interferón ayuda a organizar contra él. Método de trabajo A la hora de desarrollar esta investigación, los investigadores crearon una variante resistente a interferón alfa en una línea celular de linfoma de células T. Según Lorraine Tracey, del Laboratorio de Linfomas en el Programa de Patología Molecular del CNIO, “a continuación se realizaron análisis para aquellas moléculas que ya habían sido descritas previamente como importantes en resistencia, como STAT1 y STAT3. Hicimos estudios moleculares, observando que estas dos moléculas no juegan ningún papel relevante en la resistencia in vitro en esta línea celular. Utilizando el oncochip, detectamos 39 genes que sí juegan un papel importante en la resistencia y uno de ellos, llamado MAL, también es importante en resistencia en series clínicas de pacientes con micosis fungoide”. Una vez alcanzados los resultados moleculares basados en estudios in vitro de la línea celular, se intentó demostrar si esos resultados tenían algún significado clínico. El Grupo Cooperativo Madrileño de Linfomas Cutáneos ya tenía en marcha un ensayo clínico comparando el tratamiento de PUVA + IFN frente a PUVA sola en pacientes de micosis fungoide. Los pacientes que habían aceptado participar en el ensayo clínico se separaron en dos grupos, según si los pacientes respondían bien o mal al tratamiento. “A continuación”, señala el doctor Ortiz, “se realizó un estudio inmunohistoquímico, teniendo como diana la proteína MAL, la que el estudio genético había señalado como de máxima relevancia molecular. El resultado final ha demostrado que la presencia MAL expresada en las células malignas se asociaba con una peor respuesta al tratamiento. Por lo tanto, hemos encontrado una proteína que es capaz de predecir in vivo la respuesta de la micosis fungoide a ciertos tratamientos”. Primer trabajo desarrollado con onchochips del CNIO La mayor parte del trabajo experimental de esta investigación ha sido realizado en el CNIO y se trata del primer estudio desarrollado con el oncochip del CNIO, cuya utilización ha permitido hacer un rastreo rápido de miles de genes para encontrar aquéllos que pudieran tener algún significado y seguir trabajando sobre un número reducido de ellos. En palabras de la doctora Tracey, “el oncochip ha sido fundamental en este trabajo. Usando otros tipos de estudios moleculares no encontramos ninguna diferencia entre células resistentes y células sensibles al interferón. Por esta razón, consideramos que la única manera de encontrar diferencias importantes o los factores asociados con la resistencia a interferón era utilizar un método de análisis masivo de expresión génica. Aquí entra el oncochip, que nos permite estudiar la expresión de casi 6.400 genes simultáneamente. Utilizando este método encontramos 39 genes cuya expresión basal es distinta entre células resistentes y sensibles al interferón y 100 genes cuya regulación por interferón esta cambiado”. Como conclusión, este trabajo ha contribuido a demostrar que la resistencia a interferón alfa en linfoma T cutáneo no es el resultado de cambio de expresión de genes individuales, sino del cambio de expresión de unos 39 genes implicados en control de proliferación celular y genes implicados en sistemas de señalización de factores externos de las células. Adicionalmente, estos genes pueden estar implicados en cambios en la regulación de al menos 100 genes más. “La expresión del gen MAL”, añade Lorraine Tracey, “es importante en resistencia en muestras clínicas y eso significa que podemos predecir en un 95% de los casos si los pacientes van a responder al tratamiento o no. Sin duda, el hallazgo más significativo de esta investigación es la identificación de este gen, que puede representar una nueva diana para el desarrollo de fármacos contra el cáncer, especialmente aquellos tumores resistentes a interferón alfa”. Grupo Cooperativo Madrileño de Linfomas Cutáneos Aunque todos los pacientes cuyas muestras se utilizaron para este estudio procedían del Hospital 12 de Octubre y del Hospital de la Princesa, el ensayo clínico sobre el que se basa la parte clínica del trabajo se ha podido desarrollar gracias a la colaboración del Grupo Cooperativo Madrileño de Linfomas Cutáneos, en el que participan siete centros madrileños: Hospital Militar Central Gómez Ulla, Fundación Jiménez Díaz, Hospital Ramón y Cajal, Hospital Universitario La Paz, Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Hospital Universitario de La Princesa y Hospital 12 de Octubre.