Manifestaciones y concentraciones: derechos fundamentales y sus límites Los ¿Qué límites tiene un derecho fundamental como es el de reunión? 1.¿Porqué debemos pedir permiso para usar el espacio que es de todos? La respuesta es que NO resulta necesario pedir permiso, sino que simplemente se notifica a la delegación o subdelegación del gobierno la realización de la concentración o manifestación. Esta notificación permite que se proteja tanto el derecho de los manifestantes como el derecho de los ciudadanos que decidan no tomar parte en dicha concentración 2.¿Pueden instalarse mesas (como cualquier otro aderezo) en la calle? Sí, siempre y cuando se entienda que son accesorias al ejercicio del derecho de reunión y manifestación. En el resto de casos, resulta necesario solicitar licencia para uso privativo del dominio público al Ayuntamiento correspondiente. 3. ¿Son competentes las Juntas Electorales para prohibir toda reunión en período electoral? No, las Juntas electorales no asumen la totalidad de competencias respecto al derecho de reunión y manifestación en período electoral, sino únicamente aquellas referidas a actos de campaña electoral, entendiendo dichos actos como los realizados con objeto de captar sufragios. Si lo entendemos así, la prohibición mencionada por la Junta electoral central únicamente podía alcanzar aquellos actos respecto de los cuales es competente, siendo nula su aplicación fuera de ellos. 4. ¿Podría realizarse la concentración de forma permanente? En principio, la configuración del derecho de reunión y manifestación tiene entre sus principios el carácter temporal de su ejercicio, y así lo ha entendido el Tribunal Constitucional. De hecho, en los documentos de notificación se debe incluir como uno de sus requisitos el de la duración, pudiendo prohibirse su ejercicio legítimo por falta de un requisito esencial en caso de no cumplimentarse. El derecho de reunión y la "obligación de pedir permiso" (art. 21) 1. Se reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas. El ejercicio de este derecho no necesitará autorización previa. 2. En los casos de reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones se dará comunicación previa a la autoridad, que solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes. La Ley Orgánica 9/1983, reafirma la no necesidad de autorización previa Ninguna reunión estará sometida al régimen de previa autorización. Además, en su Capítulo IV dedicado a reuniones en lugares de tránsito público y manifestaciones desarrolla esta obligación de comunicación previa en cuanto a las condiciones que debe cumplir La celebración de reuniones en lugares de tránsito público y de manifestaciones deberá ser comunicada por escrito a la autoridad gubernativa correspondiente por los organizadores o promotores de aquéllas, con una antelación de diez días naturales, como mínimo y treinta como máximo. Si se tratare de personas jurídicas la comunicación deberá hacerse por su representante. Cuando existan causas extraordinarias y graves que justifiquen la urgencia de convocatoria y celebración de reuniones en lugares de tránsito público o manifestaciones, la comunicación, a que hace referencia el párrafo anterior, podrá hacerse con una antelación mínima de veinticuatro horas. Por todo lo anterior, opino que para actuar de la forma más acorde a la Ley posible, resulta necesario comunicar a las Delegaciones y subdelegaciones del gobierno la realización de manifestación y reuniones como las realizadas estos días. Uno de los problemas es el incumplimiento de los plazos de notificación, bien sea totalmente por notificarlos fuera de los plazos indicados en la Ley Orgánica, bien sea porque la autoridad gubernativa no entiende que existen las causas extraordinarias y graves que justifican la urgencia de la convocatoria y celebración. ¿Cuál es la opinión del Tribunal Constitucional en el caso del incumplimiento del plazo? Ello puede conducir a la prohibición de ésta por la autoridad gubernativa, al suponer una condición necesaria para la utilización constitucional del derecho de reunión y la protección que se dimana de la misma. Dicha interpretación se fundamenta en el hecho de que el incumplimiento del plazo impide a la autoridad gubernativa llevar a cabo las funciones preventivas a que está obligado. Ahora bien, y sin perjuicio de que en el caso de incumplimiento de los plazos difícilmente los organizadores podrían exigir la resolución favorable a que da derecho la Constitución en el caso de ejercicio adecuado del derecho, entiendo que si la autoridad gubernativa cuenta con la información necesaria, deberá permitir la celebración del acto en aplicación del principio de favor libertatis, en atención a la naturaleza del derecho en juego. En el caso de derechos fundamentales como son el objeto de análisis del presente post, los límites que se establezcan a los mismos deben ser interpretados de forma restrictiva con tal de impedir que el derecho quede totalmente desvirtuado por la exigencia de formalidades no necesarias para el correcto cumplimiento de los derechos objeto de conflicto, así como de los deberes que supongan para las partes. La prohibición de reuniones y manifestaciones. Art. 21.2 de la Constitución española Solo podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes. El artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983 desarrolla en más profundidad esta potestad, de nuevo estableciendo unos supuestos tasados en que procede la prohibición y disolución La autoridad gubernativa suspenderá y, en su caso, procederá a disolver las reuniones y manifestaciones en los siguientes supuestos: A. Cuando se consideren ilícitas de conformidad con las Leyes Penales. B. Cuando se produzcan alteraciones del orden público, con peligro para personas o bienes. C. Cuando se hiciere uso de uniformes paramilitares por los asistentes. Tales resoluciones se comunicarán previamente a los concurrentes en la forma legalmente prevista. No bastará con la simple presunción de que existirá una cierta alteración para que se legitime la prohibición de la reunión o manifestación, sino que resultará necesario que se produzca una situación de peligro para la seguridad ciudadana y la integridad de personas y bienes. En este sentido, la STC 66/1995 limita este supuesto a aquellos casos en los que existen razones fundadas para entender que va a producirse una situación que puede impedir el normal desarrollo de la convivencia ciudadana en lo que afecta a la integridad física o moral de las personas y la integridad material de los bienes. La colocación de mesas informativas en dominio público Al tratarse de instalaciones no fijas, y encontrarnos ante un uso privativo del dominio público, cabría pensar que para un uso como el planteado sería necesario además de la notificación de la reunión solicitar la debida licencia al Ayuntamiento. La realidad es que un ejercicio legítimo del derecho permite una serie de excepciones a dicha obligación. El derecho de reunión y el de libertad de expresión se encuentran estrechamente relacionados en supuesto como el presente, el derecho de reunión es una manifestación colectiva de la libertad de expresión ejercitada a través de una asociación transitoria de personas, que opera a modo de técnica instrumental puesta al servicio del intercambio o exposición de ideas, la defensa de intereses o la publicidad de problemas y reivindicaciones, y cuyos elementos configuradores son el subjetivo-agrupación de personas-, el temporal -duración transitoria-, el finalista -licitud de la finalidad- y el real u objetivo -lugar de celebración. Para la colocación de mesas (petitorias o informativas) en lugares de dominio público sin necesidad de contar con licencia municipal, el Constitucional concluye que resulta necesario analizar el caso para ver si nos encontramos ante un ejercicio accesorio del derecho de reunión. Siempre y cuando nos encontremos ante el ejercicio de la libertad de expresión como accesorio a la reunión autorizada (información de las razones de la reunión, asambleas, y otras actuaciones relacionadas) sí podría ocuparse el dominio público. Anexo I En relación a la cantidad mínima de asistencia que justifica la necesidad de la comunicación (sin necesitar de una autorización), hemos determinado en Legal Moncloa fijar el número en 20 personas, debido a su volumen físico aunque puede variar dependiendo del espacio utilizado para la reunión y la obstaculización de la vía pública que se produzca debido a esto. Cada grupo decidirá en último término si es necesario realizar la comunicación previa a la autoridad. Es recomendable, cuando se planifiquen acciones, sopesar la utilidad de comunicar el acto formalmente para no tener problemas innecesarios con la autoridad local, además de ser necesario si se va a alterar el orden o la circulación pública. Asimismo, en periodos de regulación especial del espacio público (como fiestas, mercadillos u otros actos autorizados), la actividad regulada es prioritaria sobre las demás, debiendo adecuarse estas a la normativa en uso. Esta normativa de festejos será regulada por el municipio o ayuntamiento, cuando no sea una instancia superior, que albergue el acto. En relación a la temporalidad del derecho de reunión, este no se extingue con el paso del tiempo al ser un derecho fundamental de las personas. Esto significa que, a menos que una ordenanza municipal o similar regule el uso del espacio público a partir de un momento determinado para un fin concreto, no hay límite de tiempo para el ejercicio del derecho de reunión en un lugar determinado. El derecho de reunión no inhibe de cumplir con el resto de normativas aplicables para la convivencia. Anexo II A continuación, se añade un ejemplo de la Constitución Española de 1978, para la consulta de los artículos referidos: C:\ ConstitucionCASTELLANO.pdf A continuación, se añade la Ley Orgánica 9/1983, con las modificaciones de la 9/1999: C:\LO 9.1983 Derecho reunión.pdf En relación con la megafonía utilizada, hay que decir que el volumen, medido en decibelios, está regulado por cada municipio o, en su defecto, por la Comunidad Autónoma (de Madrid). A continuación se incluye una tabla con las distintas regulaciones municipales. Los enlaces directos Web no funcionan: C:\normativa ruido.xls En relación con el uso del espacio público al utilizar megafonía, hay que prestar especial atención a los cables empleados, susceptibles de provocar accidentes. Se recomienda emplear Pasacables de plástico rígido o asegurarse de que los cables no se levantan del suelo en ningún punto del recorrido. Al presentar una comunicación a la autoridad del acto, el empleo de la megafonía, bajo los límites de las normativas de ruido, está contemplado como medios necesarios para la reunión. A continuación, el documento emitido desde Sol concerniente a los derechos en las manifestaciones: C:\DERECHOS BÁSICOS EN MANIFESTACIONES.doc