Ecuaciones básicas para describir el Fitoclima Capítulo correspondiente al libro: Simulación de Cultivos Anuales. Formulaciones básicas del desenvolvimiento normal. Miguel A. Pilatti y Aldo L. Norero (con permiso de los autores). pp. 41-65. Relaciones entre el cultivo y las condiciones meteorológicas La temperatura global del cultivo es el nexo entre la física del ambiente y el desenvolvimiento del vegetal. Para estimar la fotosíntesis total del cultivo S, y la respiración total de las plantas que comprende tejidos foliares y no foliares, Cf + Cs, es preciso evaluar la intensidad fotosintética Sf, y respiratoria, Cf, en cada nivel foliar. A fin de simplificar el tratamiento del complejo arreglo de hojas que se establece en un cultivo, se divide arbitrariamente el dosel en diez partes (Figura 6). Para estimar Sf y Cf se requiere calcular la temperatura foliar, Tf, y las resistencias a la difusión y fijación de CO2 a diferentes alturas en la cubierta vegetal, es decir, en distintos estratos foliares, para posteriormente estimar estos procesos en la totalidad del cultivo mediante la integración de lo resultante a cada nivel. Por su parte, la tasa de desarrollo depende también estrechamente de la experiencia térmica. i = 1 i = 2 i Figura 6: División arbitraria del dosel del cultivo en diez partes con igual índice de área foliar, en donde se observa que las líneas de división no son equidistantes por no guardar una relación lineal 1:1 la altura del cultivo y el índice de área foliar. = 3 i = 1 4 i = Es necesario por lo tanto, comprender y cuantificar los fenómenos que determinan la distribución de la temperatura de las hojas en el cultivo. Para tal fin se recurre al balance de radiación, al balance de energía y a la cuantificación del aerodinamismo en la fitosfera1,2 . Balance de radiación de onda corta Los ingresos y egresos de radiación solar en la fitosfera se presentan en forma esquemática en la Figura 8 . La magnitud de la radiación solar Qg, en un lugar determinado, es la suma de componentes directos y difusos. No obstante, a escala diaria en este caso no se considera la proporción de uno y otro. 2 Parte de la radiación solar global (onda corta) Qg (cal cm -1 min ) que incide sobre un terreno cultivado horizontal, es reflejada hacia la atmósfera según la magnitud de su albedo, p. El valor de este coeficiente de reflexión depende de la distribución geométrica de las hojas, de la cualidad reflectante intrínseca de su superficie, del grado de humedecimiento y del ángulo de incidencia de los rayos solares (Figura 7). En general, los valores máximos de albedo (cercanos a 0,25) se encuentran en superficie vegetales muy parejas como césped segado muy bajo. En cultivos cuya altura está entre los 50 y 100 cm y cubren frondosamente el suelo, el albedo suele fluctuar entre 0,18 y 0,25. El Cuadro 5 proporciona valores de albedo de varios cultivos. No obstante los múltiples factores que inciden en la reflexión de la radiación solar desde un cultivo, a escala diaria se obtiene una razonable aproximación mediante una ecuación empírica (...16) que considera la altura del cultivo, H (cm): p 0,352 0,0257 ln(H ) ... 16 0,5 (1) 0,45 (2) 0,4 (3) (4) 0,35 (5) 0,3 (6) 0,25 (7) Albedo 0,2 (8) 0,15 (9) 0,1 0,05 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80 85 90 Ángulo Solar (gdos.) Figura 7 : Albedos medidos en diferentes cultivos considerando el ángulo de elevación solar. Fuentes varias tomadas de Bouzo3: (1) y (2) Gramíneas;(3) Soja ;(4) y (5) maíz;(6) algodón; (7) (8) y (9) papa, repollo colorado y poroto verde. 2 La fracción de radiación solar no reflejada, (1-p) Qg, es gradualmente atenuada a medida que es interceptada y absorbida por los estratos foliares. La atenuación de la radiación sigue la ley de extinción exponencial de Beer y desarrollada para cultivos por Monsi y Saeki, según la cual, la radiación solar en un estrato foliar dado, Qg(f), es igual a una fracción exp(-Kf) de la radiación incidente no reflejada, es decir: Qg( f ) exp( Kf ) (1 p) Qg(o) 3 h) c Rg = |p + s (1-p) e-2KF | Rg a b) pRg i) RSNC = (1-s . e-2KF )(1-p) Rg ) Superficie de la cubierta vegetal c) R (1-p)Rg g) s (1-p)Rg e-2KF g Vegetación j) RSNP = (1-p)( Rg se-KF )(1-e-KF) e) s (1-p)Rg e-KF d) (1-p)Rg e-KF Superficie del suelo k) RSNS = (1-s)(1- p)Rg e-KF f) (1- s))(1-p)Rg e-KF Figura 8: Esquema simplificado de los intercambios de onda corta solar en las cubiertas vegetales. Explicación en el texto. 4 Cuadro 5: Coeficiente de reflexión de la radiación solar de varios cultivos en distintas latitudes Cultivo Algodón Ananá Caña de azúcar Cebada Cebada Maíz Maíz Maní Pastura Pepino Poroto Pradera Remolacha Sorgo Tabaco Tabaco Tomate Trigo Trigo Latitud albedo promedio diario 21 15 15 23 26 22 18 17 25 26 24 24 26 20 24 19 23 22 26 7 22 7 52 32 43 7 7 32 43 52 52 52 7 43 7 43 43 52 La atenuación máxima de radiación que puede producir la cubierta vegetal, cuyo índice de área foliar total es F, es: Qg( F ) exp( K F ) (1 p) Qg(o) ... 17 El parámetro K es un coeficiente de extinción de radiación que depende principalmente de: ángulo de elevación solar, altura de las plantas, separación entre hileras, ancho de las plantas, densidad poblacional, ángulo de inserción foliar, relación de azimut solar y azimut de las hileras e índice de área foliar. Sin embargo, a escala diaria de tiempo, se obtiene una aceptable aproximación considerando sólo el ángulo de inclinación de las hojas respecto de un plano horizontal () y la transmisividad de la radiación solar por parte de los limbos foliares (): K = ( 1- ) cos( ) ... 18 El ángulo de inclinación, , es inferior a 30º en hojas de hábito horizontal como algodón, trébol, girasol, maní, alfalfa, etc., y superior a 60º en hojas erectas como en gramíneas herbáceas y de grano pequeño. Por su parte, la transmisividad de hojas,, en buenas condiciones fisiológicas, suele fluctuar entre 0,05 y 0,10. Luego, sobre la base de estos valores típicos, la magnitud de K debe variar entre 0,3 y 0,5 en plantas de follaje vertical; entre 5 0,5 y 0,8 en hojas semi-erectas, y entre 0,8 y 1,0 en vegetación de follaje horizontal. Esto concuerda con valores experimentales (Cuadro 6). Cuadro 6: Coeficiente de extinción de la radiación, K, medido en diferentes cultivos. Cultivo Algodón Alfalfa Cereales Girasol Girasol Gladiolo Lino Maíz Mijo Nabo Rábano Raygrás perenne, Arroz y maíz Sorgo Trébol K 0,85 - 1,03 0,61 - 0,77 0,50 - 0,75 0,90 0,66 - 0,92 0,16 - 0,30 0,37 - 0,42 0,65 0,55 0,87 0,30 - 0,42 0,40 - 0,70 0,46 0,90 - 1,00 La radiación solar no interceptada por la vegetación, Qg(F), incide sobre la superficie del suelo. Esta, a su vez, es parcialmente reflejada según el albedo del terreno, y el saldo es absorbido por el suelo. Si s es el albedo del suelo, la radiación reflejada es s Qg(F), y la radiación absorbida es su complemento: ( 1- s ) Qg(F) . El valor del albedo del suelo es mucho más variable que el de la vegetación, dependiendo principalmente del color y condición física de la superficie. El contenido de agua afecta notoriamente el color, y por esta vía, el albedo. Un suelo oscuro puede registrar albedos de 0,05 a 0,15, siendo 0,10 un valor frecuente; un suelo de color claro puede mostrar valores entre 0,25 y 0,45. La fracción reflejada por el suelo atraviesa la vegetación proyectándose hacia la atmósfera, luego de extinguirse parcialmente por la interceptación del follaje. La radiación reflejada por el suelo hacia el espacio exterior es igual a s Qg(F) exp( -KF ), la que sumada a la radiación reflejada por el follaje da el total de radiación solar reflejada por la fitosfera. Esta radiación representa una cantidad perdida por el sistema sin haber producido cambios físicos. Las relaciones anteriores permiten establecer que: 1º) La radiación solar neta absorbida por las plantas, QSNP, es: QSNP (1 p) (1 s exp( K F )) (1 exp( K F )) Qg 6 Esta es la única radiación solar útil para el trabajo fotosintético, no obstante de ocuparse en esto una muy baja proporción (0,5% a 5%). La mayor parte de esta radiación absorbida se transforma en calor. 2º) La radiación solar neta absorbida por el suelo, QSNS, es: QSNS (1 s) (1 p) (exp(K F )) Qg 3º) La radiación solar neta absorbida por la fitosfera, QSNF, es igual a la suma QSNP + QSNS QSNF (1 s exp(2 K F )) (1 p) Qg Balance de radiación de onda larga Los intercambios de radiación de onda larga, o terrestre, en la Fitosfera se presenta en la forma esquematizada en la Figura 8. La radiación de onda larga emitida por la atmósfera, Ql, no es un parámetro que se registre habitualmente en las estaciones meteorológicas estándares, a pesar de que existe el instrumento para ello (pirgeómetro). Es posible, no obstante, estimarla según la condición atmosférica superficial atendiendo a su temperatura, humedad y cobertura nubosa. Aunque la atmósfera es una capa gaseosa de varios kilómetros de espesor, se ha comprobado que la radiación atmosférica es fuertemente dependiente de la concentración de vapor de agua en los primeros cien metros. Por tal motivo, se considera que no se incurre en grandes errores al adoptar los datos de temperatura y vapor de agua medidos en abrigo meteorológico. Ql = (0,53 + 0,065 ) ( 1 + k n2 ) ( 0,43 + 0,0086 Ta ) La radiación queda expresada en cal/cm2/min; la temperatura del aire, Ta, en grados Celsius, y la presión de vapor, , en mb. Este último parámetro a su vez se deriva del dato de humedad relativa según la relación siguiente: = HR / (100 s) Donde s es la presión de vapor a saturación a la temperatura del aire (Ta); su valor puede estimarse así: s = 6,108 exp( 17,267 T / ( 237,28 + T ) ) ... 19 El coeficiente k describe el tipo de nube (Cuadro 7) y n expresa el grado de nubosidad ( n = 0 es despejado, y n = 1 es totalmente cubierto). La importancia de cuantificar el efecto de las nubes sobre la emisión de radiación de onda larga atmosférica, se debe a que su magnitud depende principalmente del contenido de vapor de agua. La radiación atmosférica incidente sobre el cultivo es extinguida exponencialmente por los estratos foliares en forma semejante a la radiación solar (Figura 10). Cuando el índice foliar total de la vegetación es F, la radiación de onda larga de la atmósfera que penetra hasta la superficie del 7 suelo bajo el cultivo es Ql exp(-KF). La reflectividad del follaje respecto a la radiación terrestre es sólo del orden del 2% al 6%, y para efectos prácticos puede ignorarse. Cuadro 7: Valor del coeficiente k, para la estimación de la radiación de onda larga de la atmósfera (deducidos de Sellers4) . Tipo de nube Cirros Cirroestratos Alto cúmulos Alto estratos Estrato cúmulos Estratos Nimboestratos Niebla k 0,04 0,08 0,16 0,20 0,22 0,24 0,25 0,25 La emisividad de un cuerpo es la capacidad para emitir o absorber radiación de onda larga con relación a la propia de un cuerpo negro. Como se observa en el Cuadro 8, el valor de reflectividad para maíz es de: 1 – 0,944 = 0,056; es decir 5,6 % valor que se encuentra comprendido en el intervalo de reflectividad de muchos cultivos para la radiación atmosférica. Cuadro 8: Valores de emisividad de diversos cuerpos presentes en ecosistemas artificializados, Cobertura Emisividad Algodón Caña de azúcar Maíz Poroto Suelo descubierto (mineral) Suelo descubierto (orgánico) Tabaco Vegetación arbórea Vegetación herbácea 0,964 0,007 0,995 0,004 0,944 0,004 0,938 0,008 0,960 0,01 0,975 0,005 0,972 0,006 0,965 0,005 0,975 0,005 A su vez, la superficie del suelo emite ondas largas a una intensidad Qs, según su temperatura (Ts) : Qs = 0,43 + 0,0083 Ts ... 20 Esta es una fórmula aproximada a la ley de Stefan Boltzmann que describe la relación fundamental entre la temperatura de los cuerpos y su emisión radiante, según la cual la intensidad radiante es proporcional a la cuarta potencia de la temperatura absoluta. En este caso se considera que la emisividad es igual a la unidad. 8 a RLNC = R L - R S e-KF - R P ) Superficie de la cubierta vegetal R d) RS e-KF h) R P’(f) e-KF F 0 RP ' (f )df Vegetación L RLNP = (R L - R S)(1 - e-KF - 2R P e) . ----R P’(f) b) RL e-KF Superficie del suelo f) R P’(f) e-K(F - f) k) RLNS = R L e-KF + R P -R S c) RS F 0 RP' (f ) df Figura 9: Esquema simplificado de los intercambios de onda larga (radiación terrestre) en las cubiertas vegetales. Explicación en el texto. 9 La radiación de la superficie del suelo, Qs, se proyecta hacia el cultivo, y en su trayecto hacia la atmósfera es interceptada por el follaje en la misma forma, pero en reverso, en que lo hace Ql. La intensidad que conserva en el extremo superior del cultivo es Qs exp(-KF). El follaje también es un cuerpo emisor de radiaciones de onda larga, Qp . Si la temperatura promedio de las hojas es Tp, la radiación promedio emitida por ellas es: Qp = 0,43 + 0,0083 Tp ... 21 y ocurre hacia la superficie del suelo y hacia la atmósfera. Las radiaciones Ql y Qs están expresadas en unidades de área horizontal de terreno, mientras que la radiación Qp está expresada por unidad de superficie foliar. Para hacerlas dimensionalmente coherentes es preciso que Qp sea referida también al área de terreno, y para ello se presenta el siguiente argumento: La fracción de radiación incidente que es transmitida a través de la vegetación está valorada por exp(-KF). Como la interceptación de la radiación es semejante a una obstrucción "mecánica", ese valor expresa también la proyección, sobre un plano horizontal, del área foliar que no actúa como superficie interceptora efectiva. Por consiguiente, su complemento (1-exp(-KF)) representa la fracción no irradiada del plano, o sea, la fracción interceptora del follaje. El significado de esta fracción puede imaginarse como la silueta o sombra que trazaría el follaje si pudiese comprimirse contra ese plano sin alterar la disposición natural de la configuración foliar (Figura 10). 1- exp (-K.L1) ....... ....... ....... ....... ....... ....... 1- exp (-K.L10) Figura 10: Interpretación gráfica del factor de ocupación u obstrucción (1-exp(-K.Li)) para cada estrato i, tomado de Bouzo28. Cada capa a la derecha del cultivo representa la ocupación que realiza cada estrato foliar, si se supone al conjunto de hojas que lo componen, comprimidas en un plano horizontal. Entonces, el área relativa de esta silueta representa también la fracción efectivamente emisora de radiación por parte de la cubierta vegetal. Como está suspendida entre la atmósfera y la superficie del 10 suelo en disposición "horizontal" muy extensa, y hacia cada una de las cuales se proyecta su emisión, su magnitud total es: 2 ( 1-exp(-KF) ) Qp o bien, 2 ( 1-exp(-KF) ) ( 0,43 + 0,0083 Tp ) Esta simplificación supone que las emisiones entre los distintos estratos foliares se cancelan entre si, y es una consecuencia de considerar una temperatura promedio para el follaje. De estas relaciones se desprende que: 1º) La radiación neta de onda larga absorbida por la vegetación, QLNP, es: QLNP = ( Ql + Qs )( 1-exp(-KF) ) - 2 Qp( 1-exp(-KF) ) 2º) La radiación neta de onda larga absorbida por la superficie del suelo bajo las plantas, QLNS, es: QLNS = Ql exp(-KF) + Qp( 1-exp(-KF) ) – Qs 3º) Y, la radiación neta de onda larga absorbida por la fitosfera, e igual a la suma de las anteriores, QLNF = QLNP + QLNS , es: QLNF = Ql - Qs exp(-KF) - Qp( 1-exp(-KF) ) El destino de esta radiación es convertirse en calor. Radiación neta El saldo neto de radiaciones absorbidas por la vegetación, la superficie de suelo y la fitosfera como un todo, es la suma de las radiaciones netas de onda corta, o solar y de onda larga o terrestre. Este saldo representa la magnitud de la fuente de calentamiento por vía de radiación. La otra vía importante es el calor sensible que se intercambia entre la fitosfera y su entorno. Las fórmulas siguientes resumen el balance de radiación: 1º) La radiación neta de la cubierta vegetal QNP, es QNP = Qg(1-p)(1+s exp(-KF))(1-exp(-KF)) + (Ql+Qs-2Qp)(1-exp(-KF)) ... 22 2º) La radiación neta de la superficie del suelo QNS, es QNS = Qg(1-s)(1-p) exp(-KF) + Ql exp(-KF) + Qp(1-exp(-KF)) - Qs ... 23 3º) La radiación neta de la fitosfera QN, es QN = Qg(1-s exp(-2KF))(1-p) + Ql - Qs exp(-KF) - Qp(1-exp(-KF)) ... 24 La radiación neta es entonces el saldo entre los ingresos y egresos de radiación solar y terrestre durante el período diurno, y de radiación terrestre durante la noche, cuando Qg = 0. Es normalmente positiva en el primer caso, y negativa en el segundo; esto significa que se propende al 11 calentamiento de la fitosfera durante el período de luz, y a su enfriamiento durante el lapso nocturno. Las formulaciones anteriores, no obstante su simplificación esquemática, establecen las principales variables del entorno y los atributos del cultivo que determinan la distribución de la reflexión, transmisión y absorción de energía radiante en las plantas y superficie del suelo (Cuadro 9).Las variables atmosféricas y atributos agrofísicos del cultivo son datos del sistema; la temperatura del cultivo y de la superficie pueden ser medidas directamente mediante termómetros infrarrojos. Esto último sin embargo es practicable normalmente sólo en situaciones experimentales. Lo común es que no se cuente con esta información y por eso son consideradas como variables incógnitas dependientes del comportamiento del sistema que deben ser deducidas. Esto es posible si las restantes variables y atributos agrofísicos del cultivo son datos del sistema y se calcula el balance de energía de la fitosfera. Cuadro 9: Sinopsis de las variables y características de la fitosfera que determinan su radiación neta. Componente de la fitosfera Atmósfera Superficie del suelo Vegetación variable (símbolo) radiación solar (Qg) temperatura (Ta) humedad relativa (HR) nubosidad (k,n) temperatura albedo (Ts) (s) índice de área foliar (F) albedo (p) temperatura (Tp) coeficiente de extinción (K) Balance de energía en la superficie del suelo La radiación neta absorbida por la superficie del suelo es empleada en evaporar agua, en calentar el aire sobre ella, y en calentar las capas de suelo subyacentes. Simbolizando la intensidad de estos trabajos físicos por Es, Hs, y Gs respectivamente, la ecuación del balance es la siguiente: QNS = Hs + Gs + L Es Las unidades de estos flujos1 de calor sensible (Hs y Gs) y latente (L Es) son las mismas de QNS; por ejemplo, cal/cm2/min. El símbolo L es 1 Los términos transporte, movimiento o flujo de calor sugieren analogías con flujos de materia. En realidad el calor no es una sustancia material sino una forma de energía. No obstante, esta analogía es útil porque permite tratar con el calor en términos 12 el calor latente de vaporización del agua, cuyo valor es aproximadamente igual a 580 cal/cm3, y varía poco con la temperatura en la ecosfera : L = 595,89 - 0,56 T El flujo Es simboliza la tasa de evaporación del agua en la 3 2 superficie del suelo, y sus unidades deben ser cm /cm /min, lo que en términos de "lámina" de agua, se reduce a cm/min. Los flujos de calor sensible, por su parte, no son independientes. En efecto, el reparto de energía térmica de la superficie del suelo hacia el aire en contacto con ella y hacia el estrato subyacente , depende de la facilidad o dificultad relativa (resistencia) con que puede trasmitirse el calor a través de ellos. Este concepto de reparto relativo se ha concretado en el parámetro físico denominado coeficiente de reparto, Gs Hs Y puede ser evaluado de acuerdo a las propiedades de conducción correspondientes. Una fórmula para su estimación práctica es la siguiente: 144,6 C 0,5 H 0, 2 U 10 0, 9 En la que C y , es la capacidad y conductividad calórica del horizonte superficial del suelo; H,(cm) es la altura de los elementos de aspereza en la superficie del suelo (terrones, si se trata de una superficie de suelo expuesto, o altura del cultivo si se trata de un suelo cubierto por un cultivo), y U10 es la velocidad del viento (m/s) a 10 m sobre la superficie del suelo. La propiedad térmica, que se encuentra entre paréntesis, varía en suelos con textura arenosa de 0,033 a 0,042 según que el contenido hídrico esté en punto de marchitez permanente o capacidad de campo. Los valores para textura arcillosa son de 0,044 y 0,056 para los contenidos de agua ya mencionados. Para un suelo determinado puede estimarse esa propiedad térmica conociendo tres contenidos hídricos volumétricos: actual , a saturación s y en el punto de marchitez permanente pmp mediante las siguientes ecuaciones: familiares. Esto facilita las reflexiones sobre los términos de fuerza, tasas y direcciones de transferencia de calor. 13 C a b s 0,5 a 0,02.................................A 10 0,007 a 0,020 A 10 10 A 50 s a 0,027................................A 50 b 0,05..................................A 10 0,07 b 0,055 * ( A 10)........10 A 50 40 b 0,048.................................A 50 Donde A es porcentaje de arcilla. Si se ignora o se tienen imprecisiones en los datos de contenidos de arcilla e hídricos volumétricos, una ecuación que puede ser utilizada es: 5,8 ln ( 12900 U 10 H U 10 ) 0,5 H 0,5 Con la incorporación del coeficiente de reparto, la ecuación del balance de energía en la superficie del suelo queda así: QNS = L Es + ( 1 +) Hs Los signos de los dos flujos de esta ecuación deben entenderse en sentido algebraico, es decir positivo y negativo, para describir el sentido del flujo. Se decide que el signo positivo indique transferencia desde el suelo hacia la atmósfera, y que el signo negativo indique, por el contrario, movimiento hacia el suelo. Así, el signo positivo de Hs indica que la superficie del suelo desprende calor que fluye hacia la atmósfera; y si va precedido de signo negativo, indica que la atmósfera está calentando la superficie del suelo. El signo positivo de Es corresponde a evaporación de agua del suelo, y el signo negativo, condensación (rocío). Para que la superficie del suelo libere vapor o calor hacia la atmósfera requiere de energía; ésta es suministrada por la radiación neta. Por consiguiente, el signo positivo de QNS denota acumulación de energía mediante los mecanismos de intercambio radiante, mientras que un valor negativo indica pérdida neta de energía. Flujos de vapor y calor desde el suelo Según la ecuación general de difusión, los flujos son directamente proporcionales a las diferencias de potencial entre los puntos extremos del circuito (suelo y atmósfera en este caso). Tratándose del flujo de vapor, el potencial está expresado por la presión de vapor y en el caso del flujo de calor, por la temperatura. El factor de proporcionalidad es el coeficiente de conducción de vapor o de calor, según el caso: 14 Es = kvs ( vs - v ) Hs = kcs ( Ts - T ) kcs y kvs ,coeficientes de conducción de calor y vapor respectivamente; vs y Ts , presión de vapor y la temperatura de la superficie del suelo; y v y T, presión de vapor y temperatura del aire sobre el cultivo, respectivamente A su vez, todo coeficiente de difusión depende, por una parte, de la naturaleza física del medio conductor, en este caso del aire, y por otra, de su situación dinámica. Las condiciones físicas de interés son la densidad del aire (1,2x10-3 g/cm3 ); la presión barométrica (aproximadamente 1013 mb, para una condición de presión atmosférica normal); la relación de pesos moleculares entre el vapor de agua y el aire ( 0,6228 ), y el calor específico del aire (0,242 cal/g/°C). La magnitud de estos parámetros varía con la temperatura, pero en la región térmica en que se desarrollan los cultivos, puede considerárseles constantes. En el caso del flujo de vapor pueden consolidarse en un valor igual a 7,5x10-7 (g/cm3/mb) = (0,6228) (1,23x10-3) / 1013 y para el flujo de calor, 3x10-4 (cal/cm3/grad) = (0,242) (1,23x10-3) En cuanto a la situación dinámica, ésta es descrita mediante resistencias cuya magnitud depende de la característica física de la superficie y de la condición aerodinámica del sistema. El circuito del flujo abarca tres resistencias dispuestas en serie (Figura 11): 1º) La de la capa límite. 2º) La del aire en el interior de la cubierta vegetal. 3º) La del aire sobre el cultivo y hasta el límite superior de la fitosfera rf y ra, respectivamente. La resistencia al intercambio de calor y vapor de la capa atmosférica sobre el cultivo ra, se calcula mediante la siguiente expresión: ra 9.104 7700 4400 ln ( 5,92) ln ( 3,35) U 10 H H ... 25 U10 , velocidad del viento (m/s) a 10 metros sobre el suelo H , altura del cultivo (cm). La resistencia interfoliar sobre la superficie del suelo rfo, se calcula de manera similar a la resistencia en el interior de la cubierta vegetal para cuando se estima los coeficientes de conducción de calor y vapor en el cultivo rf (según se verá mas adelante). Sin embargo, en este caso el parámetro de extinción de viento es afectado por la relación de z/H = 0,1. rfo 9.10 .(U H ).(1 exp( )) [. 4 (ln ( 7700 5,92) (exp ) 1 H ]^ 2 . ln [ ] Z U 10 (exp( . )) 1 H 15 GAS CARBÓNICO 1-Difusión turbulenta sobre el cultivo Altura del cultivo Altura de referencia de la fitosfera V A P O R 2- Difusión turbulenta entre el follaje de la cubierta 3-vegetal. Difusión laminar por la capa estática del suelo o de las hojas Capa C A L O R estática adherida al suelo Figura 11: Representación esquemática de la transferencia de vapor de agua, de calor y de gas carbónico entre un sitio (a) en la vegetación, y (b) en el suelo y la atmósfera circundante. El coeficiente de extinción de viento en la cubierta vegetal , depende del ángulo de inserción foliar y del índice de área foliar del cultivo F: (1,6 0,013 ) F ... 26 Las resistencias de la capa límite del suelo a los flujos de vapor (rvs, min/cm) y de calor (rcs, min/cm), se calculan mediante las siguientes expresiones: rvs 6,5 10 5 rcs 8 10 5 H exp 0,9 U 10 ... 27 H exp 0,9 U 10 ... 28 Con estos antecedentes, los coeficientes de difusión de vapor y calor entre la superficie del suelo y la atmósfera sobre el cultivo quedan expresados por las siguientes fórmulas: kvs 7,5 107 rvs rfo ra ... 29 kcs 3 104 rcs rfo ra ... 30 16 Se advierte que las diferencias de magnitud en las resistencias entre los dos flujos se deben a la capa límite. Esta capa está prácticamente en calma, a diferencia del aire entre y sobre las plantas. En aire quieto el vapor de agua y el calor tienen conductividades diferentes, como puede observarse en los valores constantes de las fórmulas (27 y 28 ). En cambio, en condiciones turbulentas como la que impera entre el follaje y sobre el cultivo, estas diferencias intrínsecas de conductividad desaparecen: el movimiento masivo del aire transporta simultáneamente a las dos entidades que difunden, y de allí que la magnitud de rfo y ra sean las mismas en ambos flujos. El movimiento de vapor y de calor entre la superficie del suelo y la atmósfera del entorno, que intervienen en el balance de energía de la fitosfera, quedan así explicados cuantitativamente en función de: 1º) La condición física de la superficie del suelo ( , s). 2º) Las propiedades aerodinámicas de la vegetación,( H, ). 3º) Las condiciones atmosféricas ( U10, T, ): Los flujos de calor latente (Es) y sensible (Hs) del suelo están dados entonces por las siguientes expresiones matemáticas: Es 7,5 107 vs v rvs rfo ra ... 31 Hs 3,0 104 Ts T rcs rfo ra ... 32 En consecuencia, el balance de energía en la superficie del suelo se resume en la ecuación siguiente: QNS = L kvs ( s - ) + ( 1+ ) kcs ( Ts-T ) ... 33 En las condiciones de humedad que imperan en el suelo cultivado, la presión de vapor es prácticamente siempre su valor a saturación. Como este valor a su vez está determinado solamente por la temperatura, la magnitud de s es una función unívoca de Ts. En consecuencia, el lado derecho de la ecuación del balance de energía de la superficie del suelo contiene sólo una incógnita: Ts. Se recordará del balance de radiación que el término del lado izquierdo, QNS, en cambio, tiene dos incógnitas: Ts y Tp. 17 Balance de energía en la cubierta vegetal El balance de energía de la cubierta vegetal como un todo, comprende los siguientes trabajos: 1º) flujo de calor; 2º) flujo de vapor, entre la vegetación y la atmósfera por vía difusiva y convectiva; 3º) transmisión de calor entre los tejidos vegetales y el suelo, por conducción; 4º) flujo del CO2 involucrado en la fijación fotosintética y su liberación por la respiración. En términos cuantitativos sin embargo, sólo los dos primeros trabajos físicos son de consideración durante el período diurno, y únicamente el flujo de calor sensible por convección, durante el período nocturno: QNP = L Ep + Hp Ep , con signo positivo, es la intensidad de la transpiración total del follaje (cm3/cm2/min). Su multiplicación por L, el calor latente de vaporización, la convierte en el flujo de calor latente (cal/cm2/min). Hp es la intensidad de difusión de calor entre el follaje y la atmósfera suprayacente. El signo positivo denota que el flujo tiene a las plantas como fuente de calor, mientras que un valor negativo significa que la vegetación está recibiendo calor del aire. Durante el período diurno, QNP es casi siempre positiva, indicando acumulación de energía radiante por las plantas, las que se destinan a convertir el agua líquida de sus tejidos en vapor, y traspasarla al aire circundante. Puede ocurrir también, que en el período diurno la vegetación mantenga una temperatura inferior al aire, y entonces éste se convierte en fuente adicional de energía, que debe disiparse como transpiración. Esta energía adicional de calor sensible aportada por la atmósfera se conoce como energía advectiva, y es común en regiones soleadas, cálidas, áridas y ventosas. Supone de ordinario una demanda elevada de agua para que la vegetación mantenga una turgencia favorable a su fisiología. Una forma esquemática de concebir este fenómeno se presenta en la Figura 12. 18 LE Rn H G Figura 12: Representación esquemática del balance energético diurno en la superficie del suelo, en presencia de calor advectivo28. Explicación en el texto. Durante la noche, los estomas de las hojas permanecen cerrados y no hay flujo de vapor (Ep = 0). Además, QNP alcanza valores negativos, puesto que la vegetación emite más radiación de la que recibe de su entorno y como consecuencia de ello se enfría. En este caso el balance de energía sólo involucra el trabajo físico Hp, cuyo signo es también negativo. - QNP = - Hp Esto significa que el aire traspasa calor a la vegetación a medida que ésta se enfría. Cuando las condiciones no son favorables a este traspaso la temperatura de la vegetación puede descender hasta alcanzar valores lesivos a las plantas (heladas de advección). Y en el caso de una escasa cesión de calor sensible de la atmósfera hacia las plantas, con temperaturas en el fitoclima suficientemente bajas, con cielos nocturnos totalmente despejados y con muy baja concentración de vapor de agua en el aire, se pueden producir heladas por radiación. ¿De qué dependen los flujos de vapor y calor de las plantas? En forma análoga a lo explicado antes en relación con los flujos de vapor y calor en la superficie del suelo, estos trabajos de difusión al nivel de la cubierta vegetal dependen de las características físicas de la atmósfera y de la vegetación. Estas pueden expresarse como constantes y variables de las respectivas ecuaciones de flujo en forma de coeficientes de difusión, k; de resistencias, r y de diferencias de presión de vapor o de temperatura. No obstante, tratándose de superficies foliares existe una diferencia peculiar de importancia. La superficie del suelo es continua y ocupa un sólo plano, mientras que el follaje es un mosaico de pequeñas superficies foliares dispuestas a diferentes alturas y expuestas a distintas condiciones microfísicas del fitoclima. Por eso, al referirse en forma global a los flujos entre el follaje y el límite superior de la fitosfera sobre el cultivo se consideran coeficientes de difusión también globales. Un coeficiente global de difusión de vapor o de calor, kvp o kcp, respectivamente, es la integración de todos los coeficientes de difusión de las unidades de superficie foliar de cada nivel de estrato foliar en que arbitrariamente se divide el cultivo, kvf o kcf , entre el ápice y la base del follaje : 19 0 kvf kvp df F 0 kcf kcp df F F , índice de área total del cultivo acumulado hasta su base, su valor es cero en el ápice del cultivo; df , incremento en índice de área foliar, el cual al multiplicar al coeficiente kf, cuya unidad de área es superficie foliar, queda expresado en área de terreno cultivado en el coeficiente global kp (cal cm-2suelo min-1 mb-1 ) Coeficientes de difusión de vapor y calor en la cubierta vegetal Se indicó anteriormente que la magnitud de los coeficientes de difusión depende de propiedades físicas relativamente constantes del aire y de resistencias aerodinámicas. Las primeras fueron consolidadas en constantes -7 3 3 -4 3 iguales a 7,5x10 cm /cm /mb y 3,0x10 cal/cm /°C, para la transferencia de vapor y de calor, respectivamente. La magnitud de las resistencias en cambio, es mucho más variable según la posición del plano foliar que se considere. Las resistencias que comprende el flujo de vapor desde una unidad foliar hasta el límite superior de la fitosfera son: 1º) Resistencias estomáticas. 2º) Resistencia de la capa límite de la hoja. 3º) Resistencia interfoliar, en el interior de la cubierta vegetal. 4º) Resistencia atmosférica sobre el cultivo. Siguiendo una analogía con un circuito eléctrico, estas resistencias están dispuestas en serie, y su sumatoria es el valor de la resistencia total a la difusión de vapor desde un punto específico del follaje hasta un nivel de referencia dado sobre el cultivo. El flujo de calor comprende las mismas resistencias, excepto la estomática. Los factores que determinan el valor de cada una de estas resistencias son tratados al analizar la intensidad fotosintética al nivel foliar y se resumen en el Cuadro 10. 20 Cuadro 10: Resistencias involucradas en los flujos de vapor y de calor entre el follaje de un cultivo y la atmósfera, y factores que determinan su magnitud. restomas = re = (4 10-3 + 1,6 p) / (90 p2 ( n1 + n2 )) rcapa límite al vapor = rv = 0,0030 rcapa límite al calor= rc = 0,0037 ( W0,2 L0,35 / Uz0,55) (W0,2 L0,35 / Uz0,55) rinterfoliar = rf = 9 10-4 UH ( 1 - exp(-) ) ( ( ln( 7700/H – -5,92) )/ U10 )2*ln( (exp )-1 )/( exp( (z/H ) - 1 ) ratm= ra =(9 10-4 /U10 ) ln( 7700/H - 5,92 ) ln( 4400/H –3,35 ) Factores foliares : ancho ( W ) y largo ( L ) de las hojas. Características estomáticas ( tamaño del poro, p y frecuencia adaxial o abaxal, n1 y n2 ). Factores del cultivo : Altura ( H ); y coeficiente de extinción de viento () Factores meteorológicos : Viento sobre el cultivo ( U10 ); a la altura del cultivo ( UH ) , a la altura z donde se evalúan las resistencias ( Uz ) De este modo, la magnitud de los coeficientes de difusión de vapor, kvf, y de calor, kcf, entre las hojas a cualquier nivel, o altura z sobre el suelo, y la atmósfera exterior hasta un nivel de referencia dado puede expresarse por las siguientes fórmulas: kvf kcf 7,5 107 re rv rf ra ... 34 3 104 rc rf ra ... 35 El valor que tienen estos coeficientes puede estimarse a partir de la información de la distribución vertical de: 1º) La velocidad del viento en la fitosfera (perfil eólico), porque influye sobre rv, rc, rf, y ra. 2º) La radiación solar (perfil de luz), porque influye sobre re. 3º) El índice de área foliar, porque es preciso relacionar los perfiles, que son descritos en función de altura (z, H), con la densidad del follaje a distintos niveles. La distribución de la radiación solar, de la cual la luz es una fracción aproximadamente igual a 0,44, se describió antes al tratar el balance de onda corta en la fitosfera (ecuación ...17) . También se presentará una expresión para la distribución del índice de área foliar con la altura del cultivo (...48). Por su parte la distribución de la velocidad del viento dentro y sobre la cubierta vegetal es materia estudiada por la Micrometeorología, según leyes de la aerodinámica. Para fines aplicados, sirven funciones empíricas o semiempíricas como las que se proponen a continuación (...36). La medición del viento se realiza en las estaciones meteorológicas estándares comúnmente a una altura de Zm, y raras veces a 10 m. Esta última altura representa un límite superior práctico para estudiar la dinámica física de la fitosfera, y por eso se adopta el dato de 21 U10 para la estimación de las resistencias aerodinámicas. También interesa la velocidad del viento a la altura del cultivo, UH, porque representa el plano de influencia aerodinámica de la vegetación y un cambio en perfil eólico. Este acusa una función logarítmica creciente sobre el cultivo, y una disminución exponencial en la cubierta vegetal hacia la superficie del suelo (Figura 13). 1º) Velocidad del viento a 10 m (m/s) , 7700 ln 5,92 H U U 10 2 1540 ln 5,92 H 2º) Velocidad del viento a la altura del cultivo,(m/s), UH ln7,7 0,665 U 10 U 10 7700 ln 0,665 U 10 H 3º) Perfil eólico en la cubierta vegetal, z U(z) UH exp 1 H ... 36 H (cm),altura del cultivo; U2, velocidad del viento (m/s) medida a 2 m sobre el suelo; , coeficiente de extinción del viento, que depende de la densidad del follaje y de la inclinación predominante de las hojas sobre la horizontal (ecuación ...26 ), z (cm), altura a la cual se evalúa la velocidad del viento en el interior del cultivo . 22 4 Altura (m) 4 3 3 2 2 1 1 0 1 02 3 0 1 02 3 Velocidad del viento (m/s) 4 Altura (m) 3 2 1 0 0 1 2 3 Velocidad del viento (m/s) Figura 13: Distribución vertical de la velocidad del viento en un campo cultivado. El crecimiento del cultivo puede interpretarse como el resultado de los efectos de los factores meteorológicos sobre la fotosíntesis y respiración en los distintos estratos foliares de las plantas. En la fotosíntesis bruta influyen: a) el área foliar; b) la luz, que es una fracción de la radiación solar, y c) el dióxido de carbono, el cual debe difundirse desde la atmósfera sobre el cultivo hasta los distintos estratos foliares que comprende la cubierta vegetal. Las características aerodinámicas de la vegetación, interactuando con el viento crean un régimen particular de turbulencia determinando la mayor o menor facilidad con que se realiza esa difusión de CO2. La turbulencia que así se establece afecta también simultáneamente los intercambios de calor sensible y de vapor entre la vegetación y el aire circundante . La fitosfera está permanentemente sometida a un intercambio de energía con su ambiente, cuyo saldo es la radiación neta, o radiación absorbida por la vegetación. Esta energía es mayormente utilizada en evaporar agua mediante la transpiración, yo transferir calor sensible al aire que la rodea y al suelo. 23 El sentido de los flujos radiantes, de calor latente, sensible y hacia el suelo, difieren según los ciclos diurnos o nocturnos (Figura 14). En la temperatura foliar se entrelazan los procesos ecofisiológicos de la fotosíntesis y de la transpiración. Los niveles energéticos foliares, expresados mediante la temperatura, gobiernan: a) la intensidad de algunos de los mecanismos de la fotosíntesis (carboxilación, fotorrespiración) y b) determinan la presión de vapor en las hojas, cuya diferencia respecto a la presión en el exterior (normalmente inferior) impulsa el movimiento transpiracional. Cuando el contenido hídrico del suelo es suficiente para mantener una adecuada hidratación de los tejidos vegetales y con condiciones lumínicas apropiadas, los estomas estarán plenamente abiertos. En esta condición no sólo la transpiración es máxima sino también lo es la fotosíntesis, por ende, el crecimiento. Si no existen influencias restrictivas en el suelo, tales como insuficiencia hídrica, mineral y de oxígeno, ni efectos de plagas, el crecimiento alcanzará su valor máximo en esas circunstancias. Rn L E H Rn H L E G G (a) (b) Figura 14: Representación esquemática del balance de energía diurno (a) y nocturno (b) Referencias: Rn, radiación neta; LE, calor latente; G, calor edáfico y H, calor sensible. 28. Al mismo tiempo, un suelo plenamente provisto de agua posee los macroporos saturados de vapor de agua a la temperatura que adopte el suelo. En estas condiciones se establece un gradiente de vapor de agua entre el suelo y la atmósfera, pasando por el fitoclima, que representa el máximo flujo evaporativo para estas condiciones. Los factores microambientales son todos aquellos que constituyen o se expresan en las capas atmosféricas que rodean la parte aérea: atmoclima, y subterránea: edafoclima, de las plantas. Este ambiente, en íntimo y directo contacto con las plantas: fitoclima, resulta de la mutua influencia entre la población vegetal, el suelo y la atmósfera. El desenvolvimiento de la población depende en gran medida de los estímulos que recibe este 24 microambiente. La reciprocidad de influencias entre las plantas y este hábitat hace que la vegetación pueda considerarse simultáneamente como un producto y productor de su microambiente edafoclimático. Este ecosistema específico de las plantas cultivadas es el que se ha definido ya como fitosfera. Los factores meteorológicos varían temporal y espacialmente, sobre y dentro de la cubierta vegetal. Sus estímulos en los diversos estratos foliares son diferentes y por eso lo es también la contribución que a cada uno de ellos hace a el crecimiento total del cultivo. Con todos estos antecedentes, el balance de energía en la cubierta vegetal puede expresarse por la siguiente ecuación: QNP = L kvp ( vp - v ) + kcp ( Tp - T ) ... 37 En condiciones de adecuada suplencia hídrica, la presión de vapor en el interior de las hojas, vp , corresponde prácticamente a su valor saturado, y por eso puede expresarse en función de la temperatura de las plantas, Tp. El lado derecho de la ecuación del balance contiene, por consiguiente, sólo una incógnita, puesto que los parámetros y variables restantes son evaluables en la forma indicada más arriba, o bien son datos del estado del sistema. El lado izquierdo, por otra parte, involucra dos incógnitas, la temperatura de las plantas y de la superficie del suelo, Tp y Ts, que intervienen en las intensidades de radiación de onda larga de estos cuerpos. Las temperaturas del cultivo y de la superficie del suelo se tratan aquí como incógnitas porque se quiere demostrar que ellas son el resultado global de los procesos de intercambio de energía (radiación, calor sensible, aerodinámica) y materia (vapor); procesos cuya magnitud son valorables por el conocimiento de las características fitométricas del cultivo (morfología, cualidades radiantes y aerodinámicas ) y las condiciones meteorológicas del entorno. 25 Bibliografía Norero A.L., 1975. El Clima y la producción de cultivos: relaciones físicas básicas. Seminario Internacional sobre Ecología del Trópico Húmedo Americano. Mérida, Venezuela. 1 Norero A.L., 1976. La evapotranspiración de los cultivos: aspectos agrofísicos. Curso de Postgrado en Suelos. Serie SC. CIDIAT. Mérida, 2 Venezuela. Bouzo C.A., 1998. Modelo matemático para la estimación de la demanda máxima de agua de los cultivos. Tesis de Magister Scientiae en Ciencias 3 Agropecuarias. Depto. Cs. Vegetales. Facultad de Agronomía e Ingeniería Forestal. Pontificia Universidad Católica. Santiago, Chile, 121pp. Sellers W.D., 1965. Physical Climatology. The University of Chicago Press. Chicago. 4 26