2009 Universidad Abierta Interamericana Electromagnetismo en Estado Sólido II Sede Centro – TM 5° A Pattarone Natalia y Gimenez Rocío [INFORME SOBRE FÍSICA CUÁNTICA] Informe introductorio sobre los fenómenos relacionados con la física cuántica, haciendo hincapié en la mecánica cuántica, y sus aplicaciones en la actualidad. Introducción La mecánica cuántica es la última de las grandes ramas de la física, estudia el comportamiento de la materia cuando las dimensiones de son muy pequeñas, del grado de unos 1000 átomos aproximadamente. La misma comienza a principios del siglo XX, en el momento en que dos de las teorías que intentaban explicar lo que nos rodea, la ley de gravitación universal y la teoría electromagnética clásica, se volvían insuficientes para explicar ciertos fenómenos. Lo que ocurrió fue que Max Planck, un físico teórico alemán, tenía su principal foco de preocupación puesto en un problema fundamental relacionado con la radiación del denominado cuerpo negro. Por aquellos años, era de conocimiento que la luz que emitía un cuerpo (conocido como la gama de sus longitudes de onda) está relacionada con el material que compone el objeto y con su temperatura. Es decir, por ejemplo, que la luz azul que posee longitudes de onda muy cortas, es la que prevalece en el espectro de los objetos muy calientes; las longitudes de onda rojas, que son más largas, indican menos calor. Entonces podemos decir que cada temperatura se relaciona con una longitud de onda dominante, que proporciona al objeto resplandeciente un color característico. A modo simplificatorio del análisis de la radiación, los teóricos habían conjurado el cuerpo negro. Lo que sucedía con este cuerpo, imaginario, es que a diferencia de los reales, absorbe absolutamente todas las frecuencias de la radiación, haciéndolo al mismo, completamente negro. También emite radiación de todas las frecuencias, independientemente de su composición material. Los físicos experimentales habían creado ingeniosos dispositivos para aproximar esta construcción teórica a los laboratorios, y habían aprendido mucho sobre las características de la radiación del cuerpo negro. Lo que les faltaba era una teoría para predecir la distribución o forma del espectro de radiación del cuerpo negro, es decir, la cantidad de radiación emitida a frecuencias específicas a varias temperaturas. De aquí, surgía que la clave estaba en comprender la interacción entre radiación electromagnética y materia. Entonces, Planck decidió aceptar la teoría electromagnética de la luz, que sostenía que la luz era un fenómeno ondulatorio y que la materia (que se suponía en ese entonces que contenía pequeños cuerpos cargados eléctricamente, o partículas) irradiaba energía en forma de ondas de luz cuando esas partículas cargadas eran aceleradas. Lo que ocurría era que usando las ecuaciones de la electrodinámica clásica, la energía que emitía esta radiación térmica daba infinito si se sumaban todas las frecuencias que emitía el objeto, lo cual era un resultado ilógico para los físicos. Con el objetivo de poder estudiar los cuerpos negros, se debía calcular el equilibrio de energía entre los supuestos osciladores, y su radiación de entrada y salida, lo cual resolvió con un truco matemático: si en el proceso aritmético se sustituía la integral de esas frecuencias por una suma no continua, no se obtenía un infinito en el resultado. Fue Planck quien enunció la hipótesis de que la radiación electromagnética es absorbida y emitida por la materia en forma de quantums de luz o fotones de energía mediante una constante estadística, que se denominó constante de Planck, cuyo valor es 6.626 ×10-34 Juls por segundo. Y apareció Einstein… Cuando Planck emitió su hipótesis, la misma quedó como tal, hasta que fue retomada por Einstein, allá por el año 1905, quién basándose en sus supuestos, propuso que la luz, en ciertas circunstancias se comporta como partículas independientes de energía (los quantums de luz o fotones), cuya teoría es conocida como el efecto fotoeléctrico. Cada fotón contenía una cierta cantidad de energía, mucho mayor en aquellos de frecuencias altas, que en bajas, puesto que al alcanzar una cierta energía, lo suficientemente alta, un electrón saldría despedido (según el ejemplo mostrado en el efecto fotoeléctrico) de la placa de metal. Como hay una relación con el brillo de la luz y la cantidad de fotones, a mayor brillo, mayor caudal de fotones, entonces mayor liberación de electrones. Precisando un poco, Einstein llegó a la conclusión de que la imagen ondulatoria de la luz exige que la radiación esté distribuida sobre una superficie esférica donde la fuente luminosa, reside en su centro. La superficie de la onda aumenta, a medida que se aleja de la fuente, se puede decir entonces, que la energía de radiación se distribuye sobre superficies crecientes, lo cual haría que la misma sea más diluida. Si esto realmente se cumple, sería inexplicable que en el ejemplo, la distancia entre el metal y la 2 luz (fuente luminosa) no intervenga la energía cinética de los electrones expulsados, y que ésta dependa del color de la luz. En la imagen corpuscular, la energía luminosa no se diluye, queda concentrada en un cierto número de proyectiles, fotones, que se propagan en todas las direcciones en línea recta, entonces a cualquier distancia, la energía del proyectil será, pues, la misma. En consecuencia, la energía cinética del electrón expulsado, 1/2 mv2, debe ser igual a la energía del quantum expulsador, hn, menos la fracción de la energía empleada para arrancar el electrón del seno de la materia. Tal es el contenido de la ecuación einsteiniana 1/2 mv2 = h n-e, clave para la interpretación de una larga serie de efectos fotoeléctricos. Éste descubrimiento, fue, el que después de largos años de pruebas e intentos por refutarla, le brindó un premio Nobel de la Física en el año 1921. Y a él, le siguió Bohr… Durante la misma época otros científicos liderados por Niels Bohr, estaban aplicando los conceptos de la física cuántica para entender y desarrollar nuevos modelos de la estructura atómica. Sus estudios, le permitieron comprender ciertos fenómenos que no tenían explicación alguna o parecían “mágicos”, un ejemplo, cómo los átomos de diferentes elementos producían líneas claras y oscuras, en longitudes de onda que eran prefecta y precisamente definidas según el elemento que se utiliza, en experimentos de refracción de luz emitidas por estos. Para un mejor entendimiento de este fenómeno, podemos remitirnos al anexo de espectroscopia. El estudio de los espectros nos lleva a conocer que a cada sistema compuesto () existe un conjunto de niveles energéticos o estados estacionarios que son característicos del sistema referente. Con la llegada del electrón, Bohr comenzó a desarrollar una teoría sobre el modelo atómico que era congruente con los fenómenos que se observaban de la espectroscopia, surgiendo de ello, los siguientes principios: 1. Los electrones que forman parte de un átomo, sólo existen es estados estacionarios de movimiento interno, es decir no hacen un movimiento continuo, sino un conjunto discreto de estos estados que podrían pensarse como escalones de una escalera. 2. Cuando un átomo emite o absorbe energía, estamos hablando de la radiación o absorción de un fotón u onda electromagnética. Lo que sucede es que cuando los electrones saltan de un estado estacionario a otro. Si este salto es de un nivel superior a uno inferior, la diferencia de energía, se emite. Es decir, se emite un fotón, que es la diferencia de energía entre estos niveles. Como sabemos, este fotón estará dentro del espectro electromagnético, según sea la frecuencia que tenga. La ecuación de Planck E = h.v, donde h es una constante universal (la constante de Planck) y v es la frecuencia del fotón, es la que nos permite representar la relación de la energía y la frecuencia. Según el valor de v, la radiación será visible o no. Lo más interesante de todo esto, es que el cambio de estado que producen los electrones no se realiza pasando por niveles intermedios, son los denominados saltos cuánticos, es decir que el electrón primero está en una posición, desaparece, y aparece en otra instantáneamente. Ondas, ondas y más ondas… Aún aceptada la teoría de Einstein, en la que se aceptaba la existencia de dos teorías de la luz (partículas y ondas) que no estaban conectadas de manera lógica aparente. Es cuando aparece Louis de Broglie, que sugirió que a los electrones se los tratara también con la dualidad onda-partícula, y que, basándose en los principios de Bohr, lo que viaja alrededor del núcleo de un átomo, no es una partícula, sino una onda estacionario. Pensemos en el esquema del átomo al que estamos acostumbrados a ver y, cómo difiere éste del esquema del átomo de Bohr: 3 4 Átomo Clásico Átomos de Bohr Una manera que nos sería útil para visualizarlo, es pensar en la cuerda un violín, que está fija en sus dos extremos, nos permite ver pensando en la vibración de onda de la cuerda, al cambiar de una armónica a otra, esto sería el equivalente a los saltos de estados del electrón. Las investigaciones siguieron de la mano de Heisenberg, Dirac y Schrödinger. Principalmente éste último, desarrolló una descripción matemática completa, de la conducta de los electrones, pensando en ellos como onda. Dado que todo este trabajo siempre fue basado en la mecánica ondulatoria, las más utilizadas fueron las de este científico alemán, ya que estaban basadas en la función de onda del electrón. Ya a fines de 1920 los físicos contaban con diferentes herramientas matemáticos para describir el mundo al que dedicaba su estudio la física cuántica, todos estos funcionando perfectamente bien con un alto grado de precisión en todas las predicciones acerca de experimentos reales que se realizaban. Pero era my difícil incorporar al raciocino común, los conceptos extraños que hacían referencia a este mundo diminuto como el salto cuántico, la dualidad onda-partícula, o el principio de incertidumbre, que explicaremos a continuación. La interpretación de Copenhague Bohr, acompañado por Born, Heisenberg y otros, realizaron una interpretación de la mecánica cuántica. Fue formulada por el año 1927 en Como, Italia. Esta interpretación incorpora el principio de la incertidumbre, que establece que no se puede conocer simultáneamente con absoluta precisión la posición y el momento de una partícula. Esto implica, que los electrones o cualquier entidad cuántica no existe en tanto y en cuánto no sean observados, sino que lo existe es una nube de posibilidades que mide cual es la probabilidad de que la entidad se encuentre en un determinado lugar en un determinado momento. Podemos decir que el mismo acto de observar cambia lo que se está observando, como si el observador influyera en los resultados. Lo que sucede es que cuando nos decidimos a observar a dicha entidad cuántica (el electrón por ejemplo), se produce lo que se denomina un “colapso” de la función de onda, en el cual la entidad elige al azar una posición donde ubicarse, esa es la posición que el observador detectará. Cuando finalizamos la observación, nuevamente la entidad se convierte en una nube de probabilidades descripta por la función de onda que se esparce desde el último sitio en donde se realizó la observación. Schrödinger y su gato Schrödinger fue otro de los tantos físicos, que en 1925 desarrolló la denominada ecuación de Schrödinger. La misma describe la evolución temporal de una partícula masiva no relativista. Con el desarrollo de la misma representó para las partículas microscópicas un papel análogo a la segunda Ley de Newton, pero en el campo de la mecánica clásica. Las partículas microscópicas incluyen a las partículas elementales, como los electrones, así como sistemas de partículas, como si núcleos atómicos. Para poder explicar lo que intentaba decir cuando estableció en su ecuación la función de onda para las entidades cuánticas, de manera más racional. Lo que sucedía es que era difícil aceptar la superposición de estados, que como explicamos antes, es una probabilidad de ocurrencia para cada estado y solamente llegaba a materializarse en algo real, cuando se realizaba una observación, y es en ese momento exactamente que se afirmaba el colapso de la función de onda, en un valor determinado, que conllevaba una cierta probabilidad de ocurrencia. Y es esta probabilidad que se calculaba a partir de la función de onda. Entonces, dijo, imaginemos lo siguiente: un sistema que sólo está formado por dos eventos posibles, con la misma probabilidad de ocurrencia (50% cada uno), utilizando por ejemplo, el decaimiento de un núcleo radioactivo. El razonamiento con el cual no estaba de acuerdo era el que en realidad ese núcleo se encuentra en las dos estados posibles, la mitad que decayó y la mitad que no, hasta que alguien mida si el núcleo decayó o no. Esta sustancia radioactiva podría encerrarse en una cámara hermética y sin ventanas (una caja) con un detector que permite monitorear si el núcleo decae o no. Este monitor a su vez se encuentra conectado a un recipiente que contiene gas venenoso y que se abrirá cuando se detecte la presencia del decaimiento del núcleo radioactivo. En dicha cámara hermética con todos esos mecanismos de detección y conexión con el recipiente que contiene el gas venenoso, vive el famoso gato de Schrödinger. Mientras nadie mire en la cámara, de acuerdo a la interpretación que daban acerca de los estados superpuestos, el núcleo decayó y no decayó, con una probabilidad del 50% para cada uno de los estados, y por ende el gas venenoso salió y no salió, y finalmente el gato murió y no murió, es decir esta en un cierto limbo coexistiendo el gato vivo y el gato muerto hasta que alguien abra la cámara. A Schrodinger le resultaba absurdo lo que Bohr proponía, es decir, que la función de onda no colapsa en un estado determinado hasta tanto un observador inteligente hiciera una medición u observara lo que pasa. Por esta razón ideó este experimento mental, preguntándose si el gato es o no es un observador inteligente, porque de ser así, entonces es necesario mantener la afirmación que el gato está mitad muerto y mitad vivo hasta que alguien abra la cámara, algo que suena totalmente descabellada. Esto es mas descabellado cuando se agrega a un observador que a su vez esta solo o no es observado, entonces este, mirando el experimento del gato, ¿provocará el colapso de la función de onda o debe aparecer otro observador? ¿Dónde termina todo? ¿Dónde ponemos el límite entre estados superpuestos y realidad concreta?. Les dejo a ustedes el pensarlo… Einstein y Bohr Ambos, mantenían posiciones opuestas: Bohr defendía los fundamentos de la cuántica con explicaciones que no encajaban en el sentido común y Einstein, todo lo contrario, decía que no podía aceptar la ruptura implícita en todas las explicaciones de la física cuántica. Es así, que su “lucha” quedó grabada en la historia con la famosa frase de Einstein “Dios no juega a los dados”, a lo que Bohr respondió “Señor Einstein, ¡deje de decirle a Dios lo que debe hacer!”. Lamentablemente, muchos experimentos han resultado exitosos en la comprobación de toda teoría, ecuación, idea, pensamiento planteado por la física cuántica. Einstein no podía aceptarlo, y Bohr le ha dicho que “usted no está pensando, sólo está siendo lógico”. 5 Anexos El Efecto Fotoeléctrico En los años finales del siglo XIX, se descubrió que las placas electrificadas de metal expuestas a la luz desprendían partículas cargadas, identificadas más tarde como electrones. Este comportamiento, que pronto fue conocido como efecto fotoeléctrico, no era especialmente sorprendente: Investigaciones anteriores del físico escocés James Clerk Maxwell y otros habían revelado que la luz era una onda que transportaba fuerzas eléctricas. Parecía plausible que estas ondas pudieran sacudir a los electrones y liberarlos de sus ligazones atómicas. Pero cuando los físicos intentaron examinar la energía cinética de los electrones liberados, surgieron los problemas. Según la lógica de la teoría ondulatoria, la luz brillante debería ser la que más sacudiera los electrones, enviando a las altamente energéticas partículas zumbando de la placa de metal; los electrones liberados por el suave empujón de una luz débil deberían tener mucha menos energía cinética. Este razonamiento no había nacido de la experimentación. En 1902, Philipp Lenard, un profesor de física de la Universidad de Kiel, demostró que intensificando el brillo de la luz que golpeaba el metal aumentaba el número de electrones arrojados pero no aumentaba su energía de la forma esperada. Al parecer, su energía dependía no de la intensidad sino de la frecuencia de la luz que incidía sobre ellos: cuanto mayor la frecuencia, más briosos los electrones que emergían. La luz roja de baja frecuencia, no importaba lo brillante que fuera, raras veces conseguía expulsar electrones, mientras que la luz azul de alta frecuencia y la ultravioleta -no importaba lo débil- casi siempre lo hacía. Según la física estándar, que consideraba la luz como un fenómeno ondulatorio, estos resultados no tenían sentido. Espectroscopia Cada elemento químico, por ejemplo el hidrógeno, o el níquel, o la plata, o el carbono, o el cloro, para mencionar algunos, son los que hacen referencia en el texto a elemento químico, y el mismo está asociado a un único espectro óptico, el cual se obtiene de la luz emitida cuando dicho elemento es calentado hasta su incandescencia. No solamente los átomos poseen espectros característicos, sino que las moléculas formadas por diferentes átomos también lo tienen, y también lo tienen los núcleos de los átomos. Este espectro significa que estos objetos (núcleos, átomos, moléculas) cuando reciben energía de alguna forma (calentamiento) emiten (también absorben) radiación electromagnética a ciertas frecuencias definidas que van desde la región de las frecuencias de radio para las moléculas, hasta la región de los rayos X de longitud de onda muy corta o los rayos para los núcleos. Con estas radiaciones se pueden hacer experimentos de refracción cuyo resultado es lo que se denomina un espectro electromagnético, aquellas bandas o líneas de claridad y oscuridad que se mencionan en nuestro texto. Los espectros ópticos, es decir los que están dentro del rango correspondiente a la radiación visible (la luz) fueron descubiertos en el siglo XIX aunque no tenían una explicación científica, al menos dentro de lo que la física clásica permitía. 6 Para clarificar aun mas este fenómeno, se debe tener en cuenta que en el estudio denominado espectroscopia, para el cual existen tres experimentos diferentes: Sólido incandescente. Consiste en calentar un sólido hasta que produce una luz blanca (la bombita de luz), esta luz contiene todas las frecuencias del espectro visible. Cuando a dicho haz de luz se lo hace pasar por una ranura y luego incidir sobre la parte angosta de un prisma, pueden observarse en una pantalla, al otro lado del prisma, el llamado espectro continuo de colores (el arco iris). Gas monoatómico (un elemento) caliente. Si utilizamos el mismo dispositivo de la ranura y el prisma, pero el haz de luz proviene ahora desde una cámara con un gas a una temperatura tal que emite luz, el espectro que veremos en la pantalla deja de ser continuo. Ahora se verán líneas brillantes con la forma de la ranura sobre la pantalla y cada línea con el color correspondiente al espectro continuo que mencionamos en el caso anterior. Diferentes tipos de gases producen diferentes espectros de líneas. Las propiedades integradoras del ojo humano impiden que veamos las líneas, es así que se percibe los colores fundidos como una sola cosa, por ejemplo vemos rojiza la luz del gas peón incandescente, amarilla la luz del sodio gasificado. A estos espectros de líneas producidos por el calentamiento de gases, de los denomina espectros de emisión. Gas monoatómico frío (a temperatura ambiente). Si combinamos los dos experimentos anteriores. Calentamos el sólido hasta su incandescencia, se hace pasar la luz que este emite por una cámara donde se encuentra alojado un gas frío, el haz de luz que sigue su camino luego de pasar por el gas frío, se hace pasar por la ranura y el prisma. Esto resulta que en la pantalla ahora veremos un espectro de líneas oscuras, ubicadas en las mismas posiciones que estaban las líneas brillantes en el caso anterior. Esto indica que el gas frío está absorbiendo energía en la misma frecuencia que emite cuando está caliente. A este espectro se lo denomina de absorción Núcleo radioactivo Cuando un núcleo radioactivo decae, se liberan partículas u ondas electromagnéticas, pasando o transmutándose a otro elemento diferente. Es decir el elemento cuyo núcleo radioactivo decae, cambia su naturaleza debido al cambio en su estructura atómica (en el núcleo). Las partículas u ondas electromagnéticas pueden fácilmente detectarse, es decir se sabe cuando se produjo el llamado decaimiento por la aparición o detección de dichas partículas u ondas. 7 o Material Audiovisual Espectroscopia - http://www.youtube.com/watch?v=GkrIchV8vG8 El gato de Schrödinger - http://www.youtube.com/watch?v=JC9A_E5kg7Y Dualidad onda-partícula - http://www.youtube.com/watch?v=vfkdzNN2VLo&feature=related 8 Bibliografía http://www.astrocosmo.cl/h-foton/h-foton-06_03.htm http://www.cienciapopular.com/n/Ciencia/Fisica_Cuantica/Fisica_Cuantica.php http://es.wikipedia.org/wiki/Mec%C3%A1nica_cu%C3%A1ntica http://geocities.com/fisica_que/Por_Que.html http://es.wikipedia.org/wiki/Ecuaci%C3%B3n_de_Schr%C3%B6dinger