Hegemonía de Macedonia Filipo de Macedonia. Después de las guerras del Peloponeso, en donde cada estado griego buscaba mostrar su poderío frente a los demás, estos quedaron muy debilitados y ninguno estaba en condiciones de asumir la hegemonía. Llegaría entonces el turno para otro estado que hasta entonces no había desempeñado papel alguno en la historia su nombre era Macedonia. Los macedonios eran considerados por los griegos como campesinos y bárbaros ya que estos conservaban costumbres que ya los griegos no. Tampoco hacían parte de las leyendas y gestas de la Hélade, ni tenían acceso a los jugos olímpicos ni demás festividades, es decir, que nunca fueron admitidos por la comunidad griega cuyo centreo era Delfos. Macedonia era constituida por un pueblo de campesinos en un país fértil con un clima húmedo, su civilización era inferior a la de otros pueblos en el momento en que Filipo sube al trono. Filipo era un macedonio que llevaba su vida como cualquier otro, carecía de moderación y autodominio, practicaba ejercicios violentos, sobretodo la caza; comía hasta la saciedad y no le importaba aparecer embriagado a plena luz del día. Sin embargo los meritos de Filipo superan sus vicios. A los catorce años, fue enviado como rehén a tebas, que no era la ciudad más atractiva de Grecia en ese momento pero fue ahí donde conoce importantes estrategas militares como Pelópidas y Epaminondas. En cuanto a política Tebas no tenía mucho que ofrecerle pero sin embargo aprendió mucho más de lo que hubiera aprendido en Macedonia. Filipo era un hombre brillante, si bien aprendió de otros, esto no es suficiente para lograr todo lo que hizo; al comienzo de su reinado en el 359, sabía muy bien lo que tenía que hacer. Primero que todo se dedico a eliminar a su competencia, los demás aspirantes al trono, y a eliminar las fuerzas ilirias que ocupaban Macedonia; en menos de dos años logró esto. Al ver el gran éxito en sus operaciones, le dio mucha confianza para así crear una política de expansión. Lo que hizo fue reformar el ejército, poseía buen material humano ya que el campesino macedonio era idóneo para servir al ejército. Filipo organizó la caballería y la infantería según el modelo inventado por Epaminodas, formación llamada incluso hasta hoy falange macedónica; creó en la caballería una unidad táctica que hasta entonces nadie más había tenido esa idea, es por eso que se le considera el creador de la caballería, en general, Filipo revolucionó el ejército y lo perfeccionó su hijo Alejandro. Después de creada su estructura militar, se aseguró económicamente para poder el desarrollo de su política de expansión apoderándose de las minas de Tracia ricas en oro y plata que pertenecían a Atenas. No solo se apoderó de ellas si no que mejoró su producción logrando sacar una renta de 1000 talentos al año. El siguiente paso fue crear una flota, para esto tubo que enfrentarse a los atenienses quienes dominaban gran parte de la costa, pero no tuvo mucha resistencia y en poco tiempo quedó suya toda la costa hasta el Helesponto. En Atenas, Filipo tenía un gran opositor llamado Demóstenes quien era un orador, el mejor en su tiempo, aunque carecía de condiciones físicas para serlo, trabajó sin descanso para corregir sus errores, hasta lograrlo. Demóstenes invirtió muchas energías en prevenir a sus compatriotas del astuto macedonio. Él argumentaba que la monarquía era enemiga de las leyes y de la libertad; la lucha entre Atenas y Filipo se podría resumir como la lucha entre la política urbana contra la monarquía. Pero esta lucha era más producto del gran miedo que sentía Demóstenes por Filipo ya que este último, admiraba demasiado a la ciudad más culta de Grecia; quería adueñarse de su dirección política, es cierto, y también de Grecia entera, pero veía en Atenas la cuna cultural de su futuro imperio. Demóstenes sigue empeñado en su política contra Filipo, consigue dirigir la política ateniense y formar con corintio y otros estados griegos una alianza contra este. Se esperaban con gran ansiedad los resultados de las elecciones en Tebas; el triunfo fue para el partido que simpatizaba Demóstenes, lo que significaba una victoria para el ateniense y un revés par Filipo. Estalla la guerra, Macedonia el mando de Filipo y junto a su hijo 1 Alejandro de tan solo 18 años de edad logran vencer. En esta ocasión Filipo no persigue a los vencidos hasta la muerte y la destrucción total de la ciudad si no que quería una reconciliación con ellos, he aquí demostrada la gran sabiduría de este rey. No los obligaría tampoco a nada ya que esto crearía inconformidad entre los habitantes dejándole así en bandeja de plata la ciudad al imperio Persa. Así los atenienses comprobaron asombrados que el vencedor no era como Demóstenes se los había hecho creer, estaban tan asombrados y en cierto modo agradecidos que le erigieron una estatua. Victorioso Filipo se propone a derrotar al enemigo mayor, los Persas, quienes habían golpeado duramente a Grecia tiempo antes. Firma un tratado con Atenas donde su dominio se extendía en toda gracia. Filipo fue capaz de crear la paz entre todos los estados del peloponeso y unirlos (excepto a esparta) para la guerra definitiva. Fue nombrado presidente y generalísimo con el titulo de hegemon. Esta iniciativa fue bien acogida por los helenos ya que por fin se les hacía realidad un sueño que tenían, aunque, de forma diferente a como ellos tal vez se lo imaginaban. Terminadas las tareas de reorganización, Filipo regresa a Macedonia donde se dedica a conciencia a preparar la guerra contra los persas. Ese mismo año en Persia muere Artajenes quien fue sucedido por Darío III. Con más fuerzas el primer objetivo fue liberar a los Jonios del dominio persa, para ello envió una fuerza de 10000 hombres a Asia menor. Pero antes de realizar sus planes, Filipo murió acecinado durante la boda de su hija por un joven quien vengaba la afrenta de un pariente de la segunda esposa de Filipo. El joven fue ejecutado de inmediato. Alejandro mana a ejecutar a todos los cómplices y aprovecha para deshacerse de una vez con algunos pretendientes al trono, argumentando que eran cómplices del asesinato de su padre. Con la muerte de Filipo, quien continúa al frente del prematuro imperio sería Alejandro. Alejandro Magno Hijo de Olimpia y Filipo. Gracias a su padre quien siempre se preocupó por darle una buena educación a su hijo, su maestro fue el gran filosofo Aristóteles quien es el que lo introduce a la cultura helénica. Alejandro admiraba mucho a su preceptor y decía que lo admiraba tanto como a su padre; decía: debo la vida al rey Filipo pero a Aristóteles la manera de vivir dignamente. Al morir Filipo, Alejandro tenía 20 años, no sólo le tocó encargarse el trono que le dejó su padre, si no también demostrar que era capaz de asumir el poder, y así mantener a Grecia unida y lograr dirigirlos hasta la batalla contra los Persas. Los enemigos de Filipo ahora lo eran también de Alejandro, entre ellos se encuentra Demóstenes, quien es tal vez el enemigo político número uno de estos dos macedonios; éste esperaba, incluso antes de la muerte del rey de macedonia, que llegara un restablecimiento de la supremacía ateniense, en un discurso público elogió al asesino de Filipo y dijo que Alejandro era indigno de que Grecia fuera gobernada por aquel joven inofensivo. La inconformidad en contra de Macedonia no sólo se dio en Atenas, si no que también en todos los estados griegos. Alejandro no se quedó quieto ni un solo instante, el sabía ya muy bien qué debía hacer, y antes de que los Griegos se percataran, invadió Beocia, no sólo demostraba su poder, si no su gran habilidad política para ejecutar maniobras a su favor. Para combatir a Persia tenía que estar seguro de lo que quedaba a sus espaldas, así que se dedicó a eliminar algunos focos de inconformidad que se manifestaban en los alrededores de Grecia, además reunió en Corinto a lo legados de la confederación helénica y les hizo firmar la hegemonía macedonica, el único que no acepto como siempre fue Esparta. Durante unas operaciones de Alejandro, en Grecia se difundió el rumor de que este había sido herido de muerte, Demóstenes incita a algunos estados griegos para que se levanten en contra de Macedonia, pero los que más querían venganza eran los tebanos, aún al saber que el rumor no era cierto, pedían a Alejandro a dos de sus generales y se negaban a renovar el tratado de paz. No solo Alejandro entró en un estado de furia si no que otros estados griegos también, ellos pedían muerte para todos los tebanos y que los no combatientes fueran vendidos como esclavos. Alejandro accedió y con ayuda de un ejército mandado de Beocia Tebas fue totalmente arrasada. 2 A pesar que Tebas fue totalmente destruida, Alejandro sabía bien que la inconformidad se centraba más que todo en Atenas, pero respetaba mucha esta ciudad, gracias a la admiración que su padre sentía hacia ella. Sin embargo los atenienses también eran muy astutos y no demostraban su inconformidad. Alejandro pide a Atenas a Demóstenes y a otros de sus enemigos pero esta petición fue negada. Alejandro creyó segura su retaguardia así que vuelve a Macedonia a preparar su ofensiva contra Persia. En el 334 Alejandro cruzaría el Helesponto para no regresar jamás, al frente de un ejercito de 35000 hombres se dirigía a enfrentar a un imperio 50 veces grande que el suyo. Persia estaba al mando de Darío. El ejército griego era insignificante en comparación con el gran número de pueblos y recursos ilimitados que tenía Persia. Pero donde se marcaba la diferencia era en que el ejército griego era muy compacto y muy bien organizado. Pero Darío aún sabiendo de los planes de su contendor, no se inquietaba demasiado ya que no lo veía como una amenaza y se sentía muy seguro es su palacio de Babilonia. El colosal imperio era como un gigante dormido que apenas pestañeo cuando los griegos pisaron suelo asiático. Alejandro sabía que el mayor peligro al que se podía enfrentar, era a la superioridad naval persa cuya flota podría dirigirse en cualquier momento a Grecia. Para evitarlo, el macedonio desarrolló una maniobra genial: se apoderó del litoral mediterráneo antes de penetrar en el continente, así impediría a la flota persa establecer bases de operaciones y ocupar puertos griegos. El combate decisivo se resolvería en tierra. Darío sin embargo, era tan confiado y orgulloso de su imperio que ni siquiera vio la más mínima necesidad de usar su flota por eso esta permaneció siempre inactiva. Darío era aconsejado por Memnon, que aconsejaba eludir el combate hasta extenuar a los griegos, que sin duda traerían pocos víveres, para así luego atacarlos cuando se encuentren más debilitados. Este plan fue rechazado por los persas de Asia menor, el orgullo persa salió a flote. Estos resolvieron entonces esperarlo para así atacarlo antes. Pensaron que sería fácil pero el joven macedonio obtiene una resonante victoria con un número insignificativo de perdidas. Después de esto Darío toma más enserio la represiva de los griegos así que se sitúa en Mesopotamia donde reúne el mayor ejército hasta entonces conocido y se puso a su frente resuelto a aplastar al enemigo y como no pensaba utilizar la flota ordenó a los mercenarios que se unieran a las tropas de tierra. El primer encuentro entre Alejandro y Darío tuvo lugar en Iso, que era un puerto. Pero a esto talvez se le podría llamar encuentro ya que al dirigir Alejandro el primer ataque, Darío emprendió la huida dejando a sus soldados tirados sin mando. Alejandro no pudo por más que quiso, alcanzarlo. Pero su esposa, sus hijos su madre y todo su harén cayeron en manos del vencedor. Poco después Darío escribe a Alejandro pidiéndole que la devolución de su esposa, de su madre y de sus hijos ofreciéndole al mismo tiempo su amistad; Alejandro le contesta diciéndole: que no se trataba de negociar, puesto que él se consideraba como ya como el monarca de Asia entera y que si quería ver a su familia debería ir en persona a suplicárselo. Darío sigue suplicándole a Alejandro durante seis meses sin tener respuesta positiva. Darío se propone a enfrentar a Alejandro de nuevo, comenzó entonces a reclutar tropas al este del Éufrates entre millones de súbditos que todavía obedecían al más mínimo de sus mandatos. Alejandro se entera de esto, pero no hace nada para detenerlo; confía mucho en si mismo, en su ejército y le gustaría vencerlo una vez más en el campo de batalla para demostrar su poder. Alejandro sigue apoderándose de territorios asiáticos, en Tiro tuvo una gran resistencia, era una isla rodeada de acantilados de hasta 50 metros; Alejandro la tuvo sitiada durante siete meses antes de atacarla y al hacerlo no tuvo piedad con lo habitantes ya que estos no la habían tenido con los presos griegos. Tiro era una ciudad muy mercantil, al recuperarse del ataque, no volvió a ser la misma de antes, ahora el comercio mundial se concentraría en Alejandría, ciudad que fundó Alejandro en el delta del Nilo, durante su visita a Egipto. Durante la estancia de Alejandro en Egipto y en Fenicia, Darío reclutó un ejército que se decía, llegaba al millón de hombres. Y para darle un aspecto más terrorífico a este, puso 15 elefantes traídos desde la India y 200carros de combate enfrente. Darío se aseguró de situarse esta vez, en un lugar favorable para su ejército en Guagamela, junto al Tigris, y dejó que Alejando avanzara hasta el corazón de Persia. Esta batalla no solo 3 decidiría la posesión de un país como Iso, si no la de todo un continente. El ejército persa podría superar al griego en cantidad pero de nada sirve cuando el mando es incompetente, el ejército persa estaba formado por un montón de individuos reclutados a la fuerza y sin verdadera cohesión. En cambio el ejército griego al mando de Alejandro quien era no solo un gran general sino un general excepcional que comandaba al frente de su caballería o rompiendo líneas enemigas capitaneando su columna de asalto. En Gugamela, el Tigris impedía que el ejército griego atacara rápidamente, por eso sin advertirlo, Alejandro avanzó hacia el norte, atravesó el río y atacó. Sucedería lo mismo que en la batalla pasada Darío huyó a las montañas de Media con la esperanza que Alejandro no lo perseguiría. Con esta victoria, las dos ciudades más importantes de Persia, Babilonia y Susa, le abrieron las puertas al vencedor. El pueblo babilónico con sus sacerdotes al frente, le aclamó y ofreció presentes de bienvenida, en el palacio real encontraron además enormes sumas de dinero. El mundo entero recibió con terror la noticia: los dioses de la Hélade se vengaban cumplidamente de las ofensas recibidas. Alejandro invierte tiempo y quería encontrar a Darío vivo, ya que si lo hacía, era más fácil ganárselo como aliado para así poder manejar el gran imperio persa a su antojo, ya que si no lo conseguía vivo le tocaría empezar casi desde cero a conquistar los habitantes de su ya nuevo imperio, es decir, era más fácil que le obedecieran a Darío que al conquistador ya que lo veían como un intruso. Darío finalmente fue asesinado por un sátrapa que se proclamo sucesor del rey difunto con el nombre de Artajerjes. Entonces se planteó la lucha entre Alejandro y el falso Artajerjes por la posesión de Persia. Alejandro reorganizó su ejercito dándole más dinamismo encuadrando pequeñas divisiones he integrando secciones más ligeras en caballería he infantería. Alejandro no condujo a su ejército al corazón de Asia para convertir a los asiáticos en esclavos de los occidentales; en su imperio no habría diferencias entre vencedores y vencidos, Griego y Bárbaros. Artajerjes estaba refugiado en el nordeste de Persia, tres años necesitó Alejandro para someter el país hasta el río Yaxartes. Por fin, le entregaron al pretendido Artajerjes y un tribunal persa lo condenó y le dio muerte con refinada crueldad oriental. Ya con el mandato de Persia, Alejandro empieza a vestirse como rey Persia y a atender los problemas y situaciones de su imperio ya que si no lo hacía nunca sería visto como el rey que era. En un festín el cual se celebraba, Clitos quien había salvado la vida de Alejandro tiempo atrás, pasado de tragos empieza a refutarle algunas decisiones que había tomado su rey; Alejandro también pasado en tragos toma una lanza y la lanza contra Clitos atravesándole el pecho dándole muerte. Al ver en el suelo a su salvador, inerte y bañado en sangre, pareció enloquecer y sacando la lanza del muerto quiso matarse. Sus amigos lograron impedirlo y lo llevaron a su habitación donde permaneció tres días echado en la cama y rehusando alimento y bebidas, torturado por los remordimientos. Duró así durante tres días. Tomando nuevas fuerzas decide seguir expandiendo su Imperio, dirige su ejército hacia la India que era un país atractivo para explorarlo y conquistarlo. Les propuso a sus soldados seguir conquistando el resto del mundo. Sus intenciones de unir el elemento persa con el griego habían fracasado en parte. Sin embargo, nunca perdió las esperanzas de mezclar pacíficamente a ambos pueblos; por eso promueve los matrimonios entre persas y griegos. Alejandro contrae matrimonio con Roxana, hija de un bactriano de noble linaje. Antes de seguir expandiéndose, enferma gravemente, su último acto fue quitarse el sello del dedo y dárselo a su fiel amigo Pérdicas. Muere a los 33 años. La muerte de Alejandro significó la fragmentación del imperio no tenía heredero ni familiar alguno apto para asumir el trono. El poder quedó dividido, al mando de todo quedó Pérdicas, quien escogió como gobernadores a Tolomeo, Antigono, Seleuco y Antipatro. Esparta aprovecha y ataca a Macedonia, sin embargo no logran obtener la victoria. Demóstenes no aguanta la presión y al sentirse muy perseguido, se suicida envenenándose. Cuando Casandro sube al trono, mata a todos los descendientes conocidos de Filipo y Alejandro. Grecia no se mantuvo unida en paz, todos los estados buscaban su hegemonía lo cual hace fácil para que tiempo después cayeran en manos del poder Romano. 4