TURISMO EN LA ANTÁRTIDA: ¿UNA AMENAZA PARA UN ECOSISTEMA ÚNICO? Por sus especiales características, y por la sabiduría de generaciones anteriores el continente antártico se “gobierna” en forma cooperativa y conjunta a través de los instrumentos provistos por lo que se conoce como el “Sistema del Tratado Antártico”, compuesto por el Tratado Antártico de 1959 y otros instrumentos relacionados. La manutención de la paz internacional, la investigación científica y la protección del medio ambiente son los tres pilares del Sistema. Entre otras instituciones, el Tratado Antártico cuenta con una secretaría para la observancia de sus principios y postulados. Esta institución internacional, establecida hace pocos años, tiene sede en Buenos Aires. El tratado prevé reuniones consultivas, que actualmente son anuales, donde se discuten a modo de foro internacional diversos temas relacionados con la problemática antártica. Uno de los problemas de mayor relieve e impacto en el ecosistema antártico comienza a ser el turismo en la región y sus potenciales consecuencias sobre su estado natural. Durante la última Reunión Consultiva del Tratado Antártico que terminara la semana pasada en Kiev, fue evidente que las Partes no han tomado conciencia a nivel político de la necesidad de reglamentar una creciente actividad económica como el turismo. Esto fue así a pesar de los esfuerzos emprendidos por algunas Partes, parte de la comunidad científica y el sobre todo por el accionar de la mayor asociación de las ONG internacionales dedicadas a la protección del ambiente antártico - ASOC (Antarctic and Southern Ocean Coalition, en sus siglas en inglés). Una actividad creciente.Durante los últimos años el turismo antártico ha crecido en forma exponencial hasta alcanzar en la última campaña el número de 46.000 visitantes, de los cuales 30.000 han hecho “pie” en suelo antártico, con naves que cada año transportan más pasajeros. Estas cifras más los accidentes recientes sufridos por los barcos turísticos Nord Kapp y Explorer,1 con sus consiguientes derrames de combustibles, hacen aconsejable un incremento en la regulación por parte de los estados miembros del tratado de las normas que preserven la pureza de dicho ambiente, sobre todo cuando hay intereses comerciales y de tipo político que presionan por una rápida expansión tratando inclusive de construir “hoteles” para albergar turistas. Una ordenación de la gestión del turismo antártico resultaría también en beneficio de países como Argentina o Chile que por estar cerca de la zona más visitada (la Península Antártica) ven sometidas sus estructuras de apoyo y salvataje a una creciente presión por parte de la industria. Una mayor y mejor regulación ayudaría a asegurar un manejo responsable de una actividad económica que librada a su propio criterio de beneficio económico puede llegar a perjudicar al complejo y sensible sistema antártico: su investigación científica, medio ambiente, y estabilidad geopolítica. 1 Durante enero de 2007el buque de bandera noruega Nord Kapp, con más de 350 pasajeros y 70 tripulantes a bordo, "chocó con un pack de hielo y quedó varado en las cercanías de la isla Decepción, que forma parte del archipiélago de las Shetland del Sur y que está a unas 500 millas al sur de la ciudad de Ushuaia".> En Noviembre del mismo año el buque Explorer se hundió en cercanías de la Isla 25 de Mayo/Rey Jorge en el mismo archipiélago.