- REPÚBLICA ARGENTINA VERSIÓN TAQUIGRÁFICA CÁMARA DE SENADORES DE LA NACIÓN REUNIÓN DE LA COMISIÓN DE DEFENSA NACIONAL Salón “Auditorio” — H. Senado de la Nación 8 de julio de 2009 Presidencia de la señora senadora Perceval 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 2 — En el Salón Auditorio del H. Senado de la Nación, el miércoles 8 de julio de 2009, a las 12. 42: —La señora presidenta de la Comisión, senadora Perceval, da comienzo a la reunión con la presentación de los señores invitados sin hacer uso del micrófono, por lo cual, no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sra. Presidenta (Perceval). — Tiene la palabra el licenciado Oscar Cuattromo, secretario de Planeamiento del Ministerio de Defensa. Sr. Cuattromo. — Buenos días a todos. Agradecemos a la señora senadora Perceval y a los señores senadores que nos dan la oportunidad de exponer este proyecto de ley. A continuación realizaré una breve introducción y luego tendrán la palabra el doctor Oscar de la Vega y la licenciada Marta Iriondo, directora general del Departamento de Planificación Industrial y Servicios para la Defensa del Ministerio de Defensa. Este es el equipo que ha trabajado en la transferencia de acciones de la empresa Locheed Martin al Estado argentino. Dos reflexiones sencillas y breves. Desde que nosotros llegamos al Ministerio de Defensa, en una primera instancia y por instrucciones del ex presidente Néstor Kirchner y, luego, por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tuvimos la fuerte decisión y vocación de recuperar el Área Material Córdoba, que centralmente era una base de mantenimiento de aviones de la Fuerza Aérea, con el objetivo de recobrar la capacidad industrial y tecnológica que el país, lamentablemente, ha perdido. Porque desde que se llegó a la concesión de la fábrica, ésta perdió su capacidad de diseño e innovación. Hecho que significó un retroceso significativo de esta industria en nuestro país en comparación con el desarrollo internacional. Nuestra primera intención fue la de conversar con Lockheed Martin para ver qué decisión tomaban ellos en relación con un proyecto industrial, que no fuese exclusivamente de mantenimiento. Llegamos a la conclusión, de mutuo acuerdo con la empresa, de que ellos no tenían ningún proyecto industrial para el Área Material Córdoba. Querían ceñirse al contrato de concesión y, en términos estrictos, a los contratos de mantenimiento de aviones, como decimos en la jerga, de los sistemas de armas de la Fuerza Aérea. Y, reitero, no tenían ningún proyecto industrial. Así que la inmediata negociación con ellos en el 2007 —porque se nos vencían los contratos llamados “relaciones de trabajo” que son de mantenimiento— fue conversar un mecanismo consensuado, razonable y no litigioso para las partes, que nos permitiera asumir el control de la planta y transformar una fábrica aeronáutica en un proyecto a largo plazo. Habida cuenta de que no era la intención de Lockheed Martin, por cuestiones estrictamente de negocios y empresariales muy entendibles, desarrollar ninguno de estos proyectos en el Área Material Córdoba, llegamos a una solución de mutuo entendimiento, razonable y consensuada, donde las partes firmamos el contrato 07 de transferencia de acciones. A continuación les daremos una reseña de ello. Pero, en síntesis, lo que quisimos políticamente fue recuperar la capacidad industrial aeronáutica en la Argentina. El segundo paso fue el realizado con la empresa EMBRAER, empresa brasileña de aviación con la que ya tenemos firmado un acuerdo de confidencialidad, a fin de desarrollar en Córdoba, apenas tomemos posesión de la fábrica, partes y componentes para su línea de aviones, con el objetivo de empezar a recuperar certificación internacional y capacidad productiva; algo que abandonamos en los últimos diez, quince años. Luego, les ilustraremos brevemente otros proyectos. Reitero, en forma rápida y centralizada queremos empezar a recuperar esta capacidad que supimos tener y que hemos perdido. Así que, dejaré la palabra a la doctora Iriondo para que les comente cómo se ha producido este proceso. — Se realiza la proyección de diapositivas por de un PowerPoint. Sra. Iriondo. — Reseñaré de forma rápida la situación en la que nos encontramos, es decir, cuáles son los contratos y cuál es el proyecto de recuperación de la fábrica. Este proyecto tiene aspectos legales, contractuales y técnicos. Reitero, hablaré rápidamente, porque el tiempo es corto, así que no hay problema si alguien desea interrumpir para solicitar una explicación. Si ciertos temas no quedan claros, me explayaré. De lo general, lo que podemos decir es que, como dijo la señora senadora, hay siete contratos. El primer contrato se hizo sujeto a la Ley de Privatización. Ese contrato de 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 3 concesión va de 1995 a 2020, con posibilidad de renovación por dos períodos de diez años más, y se prevén las llamadas relaciones de trabajo. Son contratos quinquenales y centralmente se abocan al mantenimiento de los aviones de nuestra Fuerza Aérea. Hubo alguna intención —pero quedó bajo la forma de intención— de hacer algún tipo de negocio comercial, en la aviación comercial. Esto se hizo en algún momento, pero no figuraba en el contrato, ya que en él sólo se previó el mantenimiento de los aviones de la Fuerza Aérea. El primer contrato fue de 1995 a 2000. Sin embargo, hay un contrato previo que es el de la compra de los aviones A-4. La condición para la compra de estos aviones, que se realizó en forma directa, fue la de tomar de quien los vendiera la concesión del Área Material Córdoba. A través de ese contrato se realizaron pagos mensuales. Es decir que fueron pagados 3.300.000 pesos por mes para el mantenimiento de los aviones. Pero no hubo controles, hitos de trabajo entregado, con los que se pudiera controlar si se pagaba o no. Por lo tanto, resultó de difícil para la Fuerza Aérea esa tarea y ese primer contrato que duró desde 1995 hasta 2000. Quiero aclarar que cuando se habla de este contrato de 200 millones de pesos –pesos dólares en aquel momento—, se piensa que son montos muy grandes. Sin embargo, realizaré una aclaración para que tengamos idea de la magnitud de lo que estamos hablando: una bomba de combustible del avión Pucará, para el motor Astazou, cuesta 45 mil dólares. Para un overjol, overhauling, de un avión Astazou —estamos hablando de un motor viejo— se están gastando aproximadamente 300 mil dólares. Esto indica que los montos en aviación son grandes. Si se quiere comprar un Sukhoi Su-28, se tienen que pagar alrededor de 35 millones de dólares. Reitero, esos son los montos que se manejan en la aviación en todos los países. Actualmente, Chile tiene F-16 y les resulta muy caro su mantenimiento, como así también la hora de vuelo, ya que su costo es de 5 mil dólares. Y para nosotros, por ejemplo, la hora de vuelo del Pampa tiene un coste de 700 dólares. El segundo contrato —firmado entre 2000 y 2005— preveía el mantenimiento de los aviones de la Fuerza Aérea Argentina y la fabricación de 12 aviones IA-63 Pampa. Ese contrato no pudo realizarse porque era el momento de la crisis —estaba en pesos-dólar— y con los montos que se habían previsto era imposible la fabricación de los 12 aviones. Además, estuvimos 8 meses sin poder abonar ese contrato. El monto original del contrato era de 230 millones de pesos-dólar y se logró ejecutar 109 millones. A partir de allí, se renegocian los contratos en 2002 y se hacen 2 nuevos. En los contratos que se renegocian —aprobados por decreto en diciembre de 2002— se dividen los dos contratos. Se toma un contrato de mantenimiento y un contrato de producción porque era muy difícil de controlar en uno solo producción y mantenimiento. Esos contratos fueron aprobados a través de un decreto por el ex Presidente Kirchner en febrero de 2004. Además, estuvimos un tiempo en el cual no hubo pagos del Estado nacional por el hecho de que hasta que no se aprueban por decreto no se puede comenzar a facturar y pagar la facturación. Por otra parte, en esos contratos se preveía la modernización necesaria de 12 aviones Pampa porque no se había hecho nada. Ustedes saben que la electrónica y la aviónica es algo que cambia mucho. Por lo tanto, del Pampa original había que cambiar toda la aviónica y modernizarse. Además, se fabrican 6 Pampas nuevos, pero con el viejo motor. El problema de motor es un problema serio en los aviones. Un motor de la década del ´70 hoy gasta muchísimo combustible y la recorrida de ese motor es muy cara. El contrato se hace con aquel que se aprueba en 2004, y se hace para modernizar sin cambiar el motor. Ese contrato está terminado, y los aviones están dados de alta por la Fuerza Aérea tanto los modernizados como los 12 nuevos con el viejo motor. En ese sentido, esos aviones tienen una computadora que se le colocó para optimizar el gasto de combustible y su motor se les disminuye la potencia para que el tiempo entre recorrida y recorrida sea mayor con lo cual baje los costos del mantenimiento de los motores. Asimismo, los contratos 03 y 04 se terminaron, y se renovaron en diciembre de 2007. En lugar de renovarse dos contratos, se renovaron tres, a saber: el contrato de mantenimiento, que tuvo algunas novedades interesantes como son la modernización de los aviones de transporte y enlace que son todos los aviones relacionados con Hércules, Twin Otter, Airjet, Fokker, donde además se les hizo un programa de modernización ya que se le colocaron algunos elementos que le permiten volar con mayor seguridad. La modernización estuvo dirigida no tanto a la eficiencia sino centralmente a la seguridad de esos aviones. Por otra parte, el contrato 05 hizo un prototipo de modernización del Pucará con el viejo motor de los años 70 en el cual requiere una remotorización. Además, se le está cambiando el sistema de comunicación y un sistema de navegación mínimo. La idea es llevar 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 4 ese Pucará a tener la misma aviónica que el Pampa para que nos permita tener una planificación logística del mantenimiento de los aviones más adecuada y bajar costos. Por otro lado, se firmó un contrato de fabricación de 10 nuevas estructuras. Lo que se hace es la estructura y, por supuesto, queda hacer toda la ingeniería de detalle y, luego, la remotorización. Es decir, son 10 estructuras Pampa sin hacer la parte de electrónica y aviónica junto con los motores viejos. En ese sentido, en el contrato 06 lo que se estipula es un prototipo de remotorización de esos motores viejos. Se firmó un contrato con el fabricante por dos motores que son prototipo. Esos motores estarán terminados a mediados del año que viene. Por lo tanto, llegan a la fábrica, se los coloca en el avión de mostrador que tiene todo un sistema computarizado para hacer ensayos en vuelo —es lo que hace la Fuerza Aérea—, y allí se termina de perfeccionar ese motor. Uno de los motores vuelve al fabricante y se larga la producción en serie. Esto dependerá de cuántos motores podamos comprar con el presupuesto que haya en la Nación y lo que el año que viene se le firme o autorice a la Fuerza Aérea comprar. Nosotros tenemos que tener en cuenta que si compramos una cierta cantidad de motores es un precio, y de eso depende en qué lugar de la cola nos van a colocar como país según sea la cantidad y cuándo lo encarguemos. Siempre a menor pedido la cola es más larga. Por eso, tenemos que pensar que uno se coloca en la cola y dentro de dos o tres años recibe el motor. En este momento estamos discutiendo con la Fuerza Aérea cuáles serán los nuevos contratos, cuántos motores vamos a comprar tanto del Pampa como del Pucará para poder tener aeronaves que su tiempo de vida será de aproximadamente 25 ó 30 años si terminamos de modernizar y de cambiar los motores, y con una disminución en lo que hace a recorrido de motores y gasto de combustible que implicará un menor gasto para la Fuerza Aérea en lo que hace al mantenimiento. Por otra parte, esos dos contratos vigentes son los que estamos en este momento ejecutando y que terminan en diciembre. El contrato 07 es el de transferencia que se firmó con la idea de disolver la relación contractual en diciembre. Por supuesto, eso se postergó hasta este momento, y en el último acuerdo que se firmó con la empresa tenemos tiempo hasta el 31 de agosto. ¿Cuáles fueron las dos cosas importantes del contrato? Por un lado, se compra la empresa a valor de patrimonio neto y, por otro, que la Auditoría General de la Nación se iba a pronunciar al respecto de esta metodología de pago de las acciones. Lo que tenemos ahora es el pronunciamiento de la AGN que considera que la metodología que se ha utilizado para valorar la empresa es la correcta. Sr. Cuattromo. — Haré una aclaración breve, porque quizá se presta a confusión. La concesión no le transfirió a la empresa los bienes concesionados. Estos bienes, que conforman la infraestructura disponible —quizá, la más grande que hay en América del Sur después de Embraer—, siguieron siempre siendo propiedad del Estado. Digo esto porque el contrato de concesión continúa vigente; lo que estamos haciendo nosotros es comprar una empresa en marcha, que es la concesionaria de ese contrato de concesión. Los bienes concesionados siguen siendo del Estado argentino. Lo que se compran es activos, deducidos los pasivos, que sí incorporó, que son bienes de cambio y de uso, en todos los casos inventariados y debidamente aprobados por el Ministerio de Defensa a lo largo de todos estos años. Es decir, hay que distinguir claramente lo que es la concesión, que continúa vigente, o sea los bienes concesionados, la infraestructura, que siempre fue propiedad del Estado; de la sociedad anónima que está comprando en este momento el Estado a través de esta ley, que implica una empresa en marcha, con activos y pasivos y con todo el personal: más de mil personas trabajando que continúan su relación laboral con la empresa, con un convenio colectivo de trabajo que está vigente y con unos contratos de mantenimiento y de fabricación de aviones Pampa que también continúan vigente. Esto es. Acá no se paraliza ni media hora el funcionamiento de la empresa. Sra. Iriondo. — Lo que se puede agregar para que se entienda la importancia de esto es que cuando retomamos nuestra intención de fabricar Pampa, en ese viejo contrato de 2002 que después se renueva en 2007, no teníamos proveedores. Habíamos cortado la cadena de proveedores. Desarrollar un proveedor internacional —los proveedores de motores o de aviones no son proveedores internacionales— lleva alrededor de dos o tres años, en los cuales, además, el proveedor empieza a tener confianza en la empresa. Entonces, es fundamental entender que la necesidad de la continuidad empresarial es clave en la persistencia de la empresa y en la productividad de la misma. La compra del 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 5 prototipo para el motor del Pampa estuvo condicionada a que nosotros garantizáramos al proveedor que iba a haber continuidad empresarial. O sea que, como bien dice el licenciado, el contrato de concesión dura hasta 2020. Estas relaciones de trabajo son las que nosotros vamos manejando: contratos específicos para tareas específicas de la fábrica. Ahora, entonces, explicaré un poco lo que sería el precio con el que se propone comprar la empresa. Lo que nosotros vamos a comprar es el paquete accionario de ésta. Por lo tanto, lo que cambia en el contrato de concesión es que el control de votos lo tiene el Estado; o sea que ahora va a ser un contrato de concesión hecho entre dos dependencias del Estado. Si uno mira la situación patrimonial de la empresa, esta situación es, a 2008, la siguiente: flujo en caja y bancos por 22 millones; créditos de venta por 102 millones y “otros créditos” por 7 millones. ¿Qué son estos créditos de venta? La empresa factura y entran las facturas al Estado. Normalmente, el circuito de facturación dura alrededor de tres meses. Por lo tanto, estos créditos de venta no son otra cosa que la facturación que entra. Esta empresa factura, entre materiales y mano de obra, alrededor de 30 millones de pesos mensuales. O sea que tres meses es, aproximadamente, lo que transcurre desde que entra la factura por la Fuerza Aérea, pasa por todos los circuitos administrativos, va a Economía y luego es depositado en la cuenta de la empresa. Esos son los créditos por venta que figuran en el activo de la empresa. Otros aspectos importantes de la situación patrimonial de la empresa son, en cifras, bienes de cambio y “otros activos”. Esos bienes de cambio, ¿qué son? La empresa compra e ingresa a la misma material a cuenta de Fuerza Aérea; o sea, compra repuestos, electrónica, aluminio, etcétera. Todos los bienes que van a ser utilizados en la producción entran a la empresa y, entonces, figuran en el activo. También figuran en “otros activos” las inversiones que va haciendo la empresa, ya que el contrato de concesión prevé inversiones. Por supuesto, también prevé un canon fijo y uno variable. Eso está precisamente indicado en “otros activos”. Luego viene “otros créditos”, con alrededor de 20 millones. En el contrato de concesión se preveía que, de todos los juicios anteriores a 1995 relacionados con discapacidad y juicios laborales, se hacía cargo, en aquel momento, el Estado nacional. Entonces, lo que sucede es que la empresa va pagando esos juicios y el Tesoro Nacional, después, se los va devolviendo; por lo cual los tiene como activos. Bienes de uso: 26 millones. Se refiere a los bienes que tiene la empresa tales como camionetas, automóviles u otro tipo de bienes de uso que ha comprado. Allí, por supuesto, no están las inversiones. Están estos 61 millones, que están colocados en el activo; pero como hay algo de eso que es canon, que se va a pagar, está también puesto en el pasivo, porque se lo va a entregar al Estado nacional. No figura en este balance lo que son las instalaciones, ya que éstas son del Ministerio de Defensa o de Fuerza Aérea, o sea, del Estado nacional. Cuando uno observa el pasivo de la empresa, ve que ésta tiene deudas comerciales. ¿Qué son esas deudas comerciales? En gran parte, tiene que ver con lo siguiente: cuando la empresa compra materia prima o motores o repuestos, el Estado nacional le reconoce la factura y se la paga; pero como todavía el producto no fue puesto en el avión, entonces lo tiene la empresa como deuda al Estado nacional. O sea que uno tiene que sumar, a grandes rasgos, los 61 millones y los 47 millones que tiene ahí y restarle los 150 millones del otro lado, con lo cual hay un equilibrio. Es decir, lo que está colocado como pasivo es precisamente lo que tiene como activo, que todavía no entregó a Fuerza Aérea: los 47 millones más los 61 millones se suman y es eso lo que tiene que entregar la empresa cuando le entregue los aviones a Fuerza Aérea. Lo tiene como deuda porque el Estado nacional le ha dado el dinero para comprarlo, o sea, le ha pagado las facturas. Y hay una diferencia, de alrededor de 30 millones, que es de deudas que tiene la empresa a proveedores. Las otras son deudas normales: deudas sociales, que las tiene también como créditos. O sea, tiene créditos fiscales y tiene deudas fiscales, que, en general, no hacen una gran suma. No voy a entrar en detalle, ya que eso está en el balance, el cual nosotros les hemos entregado. Con lo cual, si uno mira la diferencia entre activo y pasivo y saca el patrimonio neto, lo que está comprando es, precisamente, lo que tiene la empresa de activo grueso, que está compuesto por las deudas que tiene el Estado nacional con ella más la materia prima que tiene la empresa. Hay cosas que estamos comprando que no se ven, que son las que me parecen importantes, como el desarrollo de proveedores: la empresa ya lo tiene. Estamos comprando una empresa en funcionamiento. En estos años, desde 2004, la empresa hizo una modernización de todo lo que es su sistema integrado, su sistema informático, su sistema de control de producción, su sistema logístico, su sistema de cálculo de costos, etcétera. La 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 6 empresa hizo una modernización entre 2004 y 2007. Además está toda la planificación que ya se tiene de este año, más la planificación que ya estamos haciendo para los años posteriores. O sea que lo que estamos comprando es esa parte. Quizá no se la vea en el balance, pero es algo que nos va a poder garantizar esta continuidad empresarial. Sra. Iriondo. — ¿No sé si hay alguna pregunta? — La señora senadora Perceval formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sra. Iriondo. — Entonces, con motivo del tiempo transcurrido, los dejo. Sr. De la Vega. — A mérito de la brevedad, seguirían una serie de proyectos en curso y pensados para la fábrica. Haré referencia a un marco conceptual, a una cuestión muy genérica, y a un proyecto que entiendo que es la nave insignia del Ministerio de Defensa, que se está gestionando en relación con la fábrica y se trata de la relación con EMBRAER. En primer lugar, quiero realizar una breve introducción conceptual y hablar sobre la importancia de la industria aeronáutica para cualquier país. Esta industria es de punta y produce, básicamente, sistemas de alta tecnología y de alto valor agregado. En general, todos los países desarrollados han hecho apuestas muy fuertes para tener en su ámbito algún segmento de la industria aeronáutica. Sin embargo, para desplegarla de manera integral se requieren mercados bastante amplios y no cualquier país, aún desarrollado, se puede dar el lujo de tener una industria aeronáutica integral, es decir, una fábrica de aviones completa. Hay casos de países muy chicos que tienen industrias importantes: Canadá con Bombardier y Suecia con Saab. Reitero, estos son países pequeños, ya que Suecia, por ejemplo, tiene 8 millones y medio de habitantes —menos habitantes de la ciudad en la que nos encontramos—, pero con una larga tradición. Otros, que no tienen la envergadura para tener la industria aeronáutica completa como Bélgica y Holanda, sí han desarrollado algún segmento y se han integrado en algún espacio de ella por los valores que conllevan a este tipo de actividad. El primero de ellos: genera sistemas de alta tecnología y elevado valor agregado. Es decir que hay un conocimiento detrás de la industria aeronáutica y un uso intensivo generador de sistemas que satisfacen necesidades inmediatas de la población o, eventualmente, de una Nación, de un Estado en sí mismo, forjando soberanía y autonomía tecnológica. Esa generación de conocimiento científico produce la formación de mano de obra altamente calificada, la que no solamente es útil para el estricto ámbito de la industria aeronáutica sino que sus conocimientos son altamente valorados en otras ramas de la economía también dignas de ser desarrollada. En la Argentina tuvimos un caso histórico, Córdoba. En torno a la fábrica de aviones se desarrolló el segundo núcleo de industria metalmecánica más importante del país. En la actualidad, por ejemplo, un ingeniero aeronáutico es altamente requerido por la industria petrolera, por el conocimiento que tiene de dinámica de fluidos. El capital humano que se forma acá no solamente sirve para la industria aeronáutica, y eso solo lo justificaría, sino que además derrama sus capacidades y potencialidades al resto de los sectores de la economía. A su vez, los puestos de trabajo que se generan por ser una industria con capital intensivo, con alto valor agregado, suelen ser numerosos y, además, con altas remuneraciones relativas. Se mejora la balanza de pagos porque, por lo general, cuando se producen bienes de este tipo, excepto en algunos casos muy puntuales, como puede suceder en Estados Unidos y en Rusia, son bienes tranzables por definición, casi paradigmáticamente. Son bienes que se hacen para el mercado mundial, si, en principio, estoy exportando o adquiero la capacidad para exportar estos bienes que, reitero, tienen un alto valor agregado y se pagan muy bien en el mundo. Asimismo, esto mejora mi relación de intercambio con el mercado global. Y en países que han sufrido procesos muy profundos de primarización de su producción, como ha sucedido en la Argentina, a partir de la aplicación de políticas neoliberales, poder desarrollar rubros de este tipo resulta altamente beneficioso para la economía del país. Como mencionamos ya, mejora la autonomía del país y fortalece la soberanía de la nación, ya que se tiene el know how del conocimiento y la capacidad para hacer cosas que pocos hacen, y, por último, se fomenta la integración de cadenas productivas a nivel de Pymes. Esto es muy importante, porque, en general, cuando se piensa en la industria aeronáutica —y haré otra aclaración antes de hablar de EMBRAER y concluir—, esta está vertebrada a partir de un núcleo muy fuerte, como lo es el de la fábrica de aviones. Alrededor de ella se integran una serie de industrias, que hacen que todas estas virtudes que estamos mencionando se multipliquen al interior de las empresas. Empresas que no tienen porqué ser grandes; pueden ser pequeñas y medianas. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 7 Cuando se piensa en la recuperación de la fábrica de aviones para que esté nuevamente en el ámbito estatal, lo que se está pretendiendo es que uno de los mayores baluartes de la industrialización intensiva de la Argentina vuelva a insertarse en un proceso de desarrollo integral de la Nación a partir del Estado. Hecho que tiene explicaciones históricas muy interesantes, ya que todos los procesos de desarrollo intensivo en América latina han sido siempre conducidos por los estados. Existen muy pocos ejemplos de iniciativa privada y hasta habría que discutir cuál fue el porcentaje de participación del Estado en ellos. Pero, en general y por causa de diferentes factores (la carencia de una burguesía lo suficientemente dinámica, la acumulación de capital que se dio), es el Estado el que ha dado el puntapié inicial y ha conducido este tipo de emprendimientos. Y, cuando uno habla de recuperar la fábrica se refiere a volver a insertar un proyecto, una dinámica, que, además, permita traccionar a las industrias privadas que puedan irse articulando. Pasaremos rápidamente las siguientes diapositivas. Estas son las que acabo de explicar de manera muy sucinta. Se desarrollaron una serie de propuestas —algunas ya están en curso, pero no las voy a mencionar; si a alguien le interesa, las vemos en profundidad—, que incluyen la modernización del Pampa y del Pucará. Esto ya ha sido mencionado por la doctora. Ahora, me detendré un segundo para hablar sobre lo relacionado con EMBRAER y dar, en forma breve, una explicación de cómo funciona en la actualidad la industria aeronáutica internacional. Uno tiene la idea de que Boing, Airbus o Bombardier hacen aviones. Efectivamente los hacen, pero el proceso es mucho más complejo. Es más complejo que decir: “Yo introduzco una serie de materias primas en un hangar y del otro lado sale un A380 o un A340”. En realidad, desde hace unos veinte años atrás, la industria aeronáutica funciona con un paradigma bastante similar al de la industria automotriz, pero mucho más intensivo. En este sentido, el fabricante —normalmente al que uno conoce como fabricante— es el dueño de un proyecto, sin embargo, no lo lleva a cabo solo, sino que integra a una serie de proveedores que se asocian a él tanto en el riesgo financiero como en el riesgo tecnológico. Es decir, por ejemplo, si tengo que construir un ala para un avión determinado, delego a un proveedor la tarea del diseño — riesgo técnico, obviamente en el marco del proyecto común— y que asuma el costo financiero. Este costo estará atado a la suerte del proyecto en general. Si el avión se vende bien y el proyecto es rentable, él tendrá rentabilidad, de lo contrario, tendrá las pérdidas proporcionales a su participación. Esto que desde el primer mundo muchas veces es criticado porque ha implicado una deslocalización de la producción y de la generación de valor agregado, para los países de desarrollo medio, como la Argentina, tiene un gran valor, porque les permite integrarse a los grandes productores y a los grandes proyectos. Asimismo, este esquema, por lo general, implica una transferencia de tecnología desde el actor principal hacia los actores secundarios. Esto es muy importante y dentro de este esquema de producción, nosotros en el hemisferio sur del planeta —y acá en nuestro vecino del MERCOSUR— tenemos una vecina empresa, de las más importantes en el mundo, en el puesto sexto o séptimo del ranking internacional, EMBRAER. Esta empresa que factura entre 6 mil y 7 mil millones de dólares anuales, tiene alrededor de 17 mil empleados y está produciendo aviones inmediatamente por debajo de Boing y de Airbus. Es decir, aviones como los que ustedes están viendo. Este es un E-170 y otro un poquito más grande, como el E-190, que llega hasta 110 plazas. EMBRAER tiene una gran dificultad. Es la única empresa de esta envergadura que está fuera del círculo central industrial del mundo. No está ni en Europa ni en América del Norte ni en la zona Rusa. Eso le ha generado una serie de problemas logísiticos en cuanto a proveedores y desarrollo de capacidades propias. Según sus propias palabras, ¿cuál es la idea de EMBRAER? Concentrar en los próximos años a todos sus proveedores en tres zonas geográficas: una es el propio Brasil, donde tiene una serie de empresas asociadas, la mayoría que están, de alguna forma, vinculadas al grupo; otra es OGMA, que es una empresa del consorcio portugués Empordef, que está dedicado a la producción para la defensa del Estado, y tiene múltiples actividades: desde la producción de astilleros. Comunicación, y dentro de eso una empresa que se llama OGMA. En ese sentido, a diferencia del resto de las empresas de EMPORDEF, el accionista mayoritario es EMBRAER, que es una empresa dedicada a la producción. La tercer parte a la que ellos están apostando es a la Argentina. Por consiguiente, la única empresa que hay en la Argentina de producción aeronáutica que se acerque mínimamente a los cánones internacionales sigue siendo la fábrica de aviones 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 8 de Córdoba. A partir de este esquema general es que el Ministerio de Defensa ha empezado a conducir —a través de la Secretaría de Planeamiento y de la doctora Iriondo— un proceso de integración con EMBRAER que no implica que ésta vaya a tener participación accionaria en la fábrica, sino que nosotros aspiramos a calificar como proveedores de EMBRAER para comenzar a proveerle piezas al mismo. ¿Qué ventajas tiene esto? En primer lugar, la fábrica tiene un salto tecnológico de casi 30 años. Recuerden que el último proyecto productivo de envergadura que se hizo en el país que sigue vigente es el IA-63 Pampa, proyecto que data de 1982. Las inversiones en equipamiento físico, en capacitación de personal, en desarrollo de procesos productivos, todo data de aquella época. Los aggiornamientos que se produjeron fueron mínimos y puntuales. Asimismo, integrar a un productor que hoy está inserto en el mundo como actor principal permite comenzar a saldar esta brecha tecnológica. A su vez, nos daría una fuente de ingresos independiente del Estado nacional. Actualmente, la fábrica sólo vive de los contratos con el Estado, existen cosas puntuales que no llegan ni al dos o tres por ciento de la facturación anual de la fábrica. Esto nos permitiría tener un flujo de caja propio y, a su vez, las inversiones que se logren para EMBRAER sirven para toda la cadena productiva. Es decir, que lo que se logre en el segmento de la fábrica que opere para EMBRAER va a redundar en beneficio de la cadena productiva del Pampa, de lo que se haga en el Pucará y de cualquier otro proyecto en el que nos embarquemos. Por otra parte, permite volvernos a insertar en el mundo y a recuperar el prestigio —en el mercado aeronáutico no son muchos los actores importantes y se conocen todos— y, lamentablemente, la imagen que ha tenido históricamente la fábrica, por una serie de incumplimientos y de fracasos, no muy positiva. Además, poder proveerle a un grande, conseguir prestigio en esto, nos permitirá proveerle a otros grandes porque la lógica de estas empresas es que sus proveedores no estén atados únicamente a ellos. En consecuencia, cuesta mucho generar una cadena de proveedores y no conviene que alguna crisis sectorial los pueda desfortalecer, es decir, en alguna forma colocarnos en una situación de riesgo. Entonces, cuanto más diversificada estén esas oportunidades será mejor para el comprador principal. El proceso comenzó en diciembre del año pasado, y existen convenios de confidencialidad, convenios de trabajo firmados con EMBRAER, hay un plan de negocios y un plan técnico que está en marcha y cuyo objetivo es que entre fines de este año y principios del año próximo podamos cumplir con todas las normas de fabricación de EMBRAER y comenzar con algunas piezas muy modestas porque la capacidad de la fábrica no permiten hoy en día embarcarnos en un proyecto propios o muy grande. Además, EMBRAER ha tenido experiencias de trabajar con nosotros y no han sido felices en el pasado y quiere volver a confiar. La confianza se logra con actos concretos. Por lo tanto, a partir de estos inicios modestos queremos empezar a recorrer un camino hacia objetivos más ambiciosos. Sr. Cuattromo. — Por decisión de la ministra, quien encabezó la negociación con EMBRAER, debo confesarle que ninguna conversación es sencilla ni breve. En este sentido, con EMBRAER empezamos a conversar en marzo de 2007 cuando nosotros tomamos la decisión de recuperar la fábrica. El acuerdo de confidencialidad lo firmé en agosto del año pasado. Nos pasamos un año y medio negociando porque —esto tiene que ver con lo que planteaba De la Vega— en la industria aeronáutica hoy se mira mucho la capacidad como proveedor estratégico, y nadie está dispuesto a asociarse a riesgo con una empresa o con una fábrica que tiene un retroceso fuerte como el que tenemos. Este es uno de los puntos centrales de este desafío hacia delante. En consecuencia, tenemos que reconstruir estos núcleos de competitividad en la fábrica que nos permitan ir recuperando lo más rápido que podamos la capacidad de integración en los mercados. En primer lugar, porque no es sencillo hacerlo de golpe y, en segundo lugar, porque el cambio tecnológico en este sector es muy fuerte y acelerado, con lo cual exige a la fábrica muchísima eficiencia y competitividad. Esto implica un gran desafío hacia delante desde el punto de vista de organización y management de la empresa. Insisto, los estándares de calidad internacional de la industria aeronáutica son muy exigentes. — La señora senadora Perceval formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 9 Sr. Cuattromo. — Esto es una política de Estado. Recuperar una fábrica como uno quisiera son 10 ó 12 años como mínimo para un proceso creciente de mejora y de integración productiva. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — Se paga 67 millones de pesos, no se paga de golpe. El 30 por ciento de ese importe queda retenido hasta 24 meses en un fideicomiso de garantía en el Banco de la Nación Argentina, por lo que se denominan pasivos ocultos y ambientales. Esta fue una negociación que hizo el Ministerio porque dijo pasivos ocultos hasta 24 meses por los pasivos laborales. Obviamente, hay juicios que pueden aparecer que no están contabilizados. Sra. Iriondo. — Quería realizar una corrección en cuanto a los pasivos ambientales, ya que hacemos otro fideicomiso aparte del 30 por ciento, por un 20 por ciento. Sr. Cuattromo. — Nosotros tenemos allí una auditoría medioambiental hecha que determina los pasivos. Por lo tanto, lo que estamos comprando es una sociedad anónima con ese patrimonio neto, con esos activos que en general son bienes de cambio o materiales que compró la empresa. Es cierto que el principal cliente es el Estado porque esta es una política que desarrolló la empresa durante este tiempo que no quería tener clientes privados. No quiso vender el Pampa al exterior. Asimismo, yo doy fe de que cuando me solicitaron autorización para hacer una oferta a Israel por los aviones Pampa de entrenamiento avanzado —un mes antes del conflicto en el Líbano— sabiendo que el gobierno argentino no podía —en esas condiciones— porque Estado israelí se encontraba en medio de un conflicto bélico. Eso lo hicieron para justificar su inacción comercial, pero no nos olvidemos que el Pampa compite con aviones de entrenamiento avanzado de la Lockheed. En ese sentido, en la jerga aeronáutica que yo conozco y he recorrido en estos años fue un proyecto “tapón”. Es decir, a la fábrica fueron para dejarla como estaba, como un taller de mantenimiento y evitar su irrupción en el mercado como un competidor que pudiera molestar a alguien. No obstante eso, debo decirles que el avión Pampa de entrenamiento avanzado remotorizado con aviónica nueva es un excelente avión de entrenamiento. Nadie compra aviones de entrenamiento si el país que lo fabrica no lo tiene totalmente en uso con una flota razonable de 20 ó 30 aviones. En consecuencia, estas son las dificultades que uno después cuando llega a una situación de este tipo encuentra en la fábrica. Una fábrica que quedó paralizada con la fabricación del avión Pampa, la cual se demoró muchísimo tiempo con una tecnología que respondía a estándares de la década del ´80 —que hay que actualizar urgentemente— pero también con capacidades disponibles no menores. Además, como decía la doctora Iriondo, otro tema que estamos discutiendo mucho con los países de la región, en los ministerios de defensa, es el costo de mantenimiento —esto lo plantea claramente el ministro de Defensa del Brasil, Nelson Jobim— de todos los sistemas de armas que hace que tengamos un presupuesto fijo en defensa muy alto y, en general, de muy poca autonomía regional: prácticamente todos los países de la región tenemos que importar todo. Entonces, empezamos a discutir la idea de fabricar aviones de entrenamiento básico para la formación inicial de los cadetes en nuestras fábricas. Esto los estamos charlando con Brasil y con Chile. Porque el Pampa nuestro hoy está entre los 850 y los mil dólares la hora de vuelo, contra los 6 mil o 5 mil que nos sale un F-16, que tiene la Fuerza Aérea chilena. Queremos bajar esos costos para entrenamiento básico; porque al Estado argentino, un oficial de combate, a lo largo de toda su carrera, con formación profesional más cursos en el exterior más todos el bagaje que se le incorpora de costos de infraestructura, nos sale no menos de 5 millones de dólares —como una estimación—. Sra. Iriondo. — Quiero hacer una aclaración, porque me parece entender hacia dónde iba la pregunta del senador. En el contrato de concesión se prevé que puede haber una rescisión de contrato, para la cual se deberá pagar, aparte del patrimonio neto de la empresa, que es lo que tiene en ese momento de bienes de cambio o, como en este caso, de deudas que el Estado nacional tiene para con ella al ya haber hecho su trabajo, el lucro cesante por todos los años de contratos que no se cumplen. Eso va a juicio internacional. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 10 Sr. Cuattromo. — Una de las cuestiones que más nos preocupó cuando vimos el contrato de concesión firmado en 1995 fue una constante en los contratos firmados en aquella época: la cesión de jurisdicción; en este caso, a los Tribunales de París. Ahí se establecía muy claramente lucro cesante y daño emergente. Como teníamos 15 años por delante de concesión, o más —porque se daba una posibilidad de dos veces 10 años—, corríamos el riesgo de que, ante la controversia, no era solamente el CIADI sino también Tribunales de París con quien se debía discutir el valor presente del lucro cesante y del daño emergente, que lo iba a valorar la empresa como le pareciera. Estaríamos en una situación incierta durante bastante tiempo, con un juicio pendiente y con una deuda potencial del Estado argentino no determinada, no determinable a priori. O sea que el valor de expropiación nunca iba a ser menor al valor del patrimonio neto, por lo que estaba en juego. Teníamos el riesgo, incluso, de tener una cifra mucho mayor, por todos estos imponderables que no podíamos valorar en ese momento pero que cualquier cálculo conservador nos hacía pensar que era mucho mayor. Sra. Iriondo. — Ahí sí, seguro, se rompe la cadena de proveedores. De eso no me cabe la menor duda. — El señor senador Lores formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — El contrato de concesión nunca fue incumplido por la empresa. Esto hay que aclararlo. No hay ningún argumento jurídico ni técnico legal —yo, como secretario, me tomé el trabajo de hacer una revisión integral de esto— que ameritara alguna denuncia jurídica sobre este punto. Lo que había eran incumplimientos o moras en las entregas en los contratos de mantenimiento; lo cual tiene penalidades, que se descuentan de las facturas que yo autorizo a pagar. Porque soy yo el que autoriza: me viene el dictamen jurídico y la multa aplicable a la empresa por moras atribuibles a la misma. Quiero aclararles, para ser justo en la ecuación, que muchas veces la responsabilidad fue del propio Estado argentino, porque nosotros nunca pagamos a 30 días de la fecha de factura. Cuando nosotros llegamos, hicimos una adecuación del cronograma de pagos para establecerlo a la realidad de lo que es la factura, que tiene que ir aprobada por el escuadrón específico de Fuerza Aérea que está en Área Material Córdoba; que viene al edificio Cóndor; que llega al Ministerio; que actúa la Comisión de Seguimiento y eleva la aprobación por acta; pasa a dictamen jurídico del Ministerio y llega a mi firma. En ese instante, nosotros pasamos a la Dirección General de Administración para que emita la orden de pago correspondiente para que Hacienda pague. Nunca son 30 días; siempre nos lleva más. Es decir que los contratos prevén las penalidades. Todas las penalidades atribuibles a la empresa han sido deducidas, porque es una responsabilidad nuestra como funcionarios públicos. También debo reconocer que pagamos intereses por pago fuera de fecha. Están en los contratos y hay que pagarlos. Si yo le digo a usted que le voy a pagar a 30 o 45 días a fecha de factura y después le pago a 120 días… Usted piense que en los años 2000 y 2001, cuando tuvo lugar el problema que todos conocemos, la fábrica estuvo ocho meses sin operar y sin cobrar. Aparte, había un litigio fuerte con la empresa, porque, como eran contratos en dólares, había que discutir los mecanismos de cómo se pasaba el contrato a pesos y cómo se lo compasaba a dólares. No solamente eso; tuvo que dictaminar la SIGÉN sobre qué mecanismo de redeterminación de precios se iba a aplicar y ser aceptado por la empresa. Por eso ese contrato llevó casi un año y medio de negociación y la fábrica estuvo paralizada durante casi ocho o diez meses, en los cuales la empresa siguió pagando los salarios caídos del personal sin trabajar. Digo esto para poner todo en la balanza. Aquí no han habido penalidades, moras o incumplimientos contractualmente no deducidos de los pagos que se le han efectuado; porque están todos incluidos en los contratos y se deducen del pago que va a hacer el Ministerio. Siempre es así. En eso hemos tenido particular cuidado. Obviamente, uno no puede dejar pasar un incumplimiento sin aplicar inmediatamente la mora, que está calculada: los contratos tienen un mecanismo de informes técnicos del departamento que corresponde, diciendo cuál es la mora y por qué. Se firman las actas de recepción de los hitos o productos que entrega la empresa y, si hay mora, a qué se debe; se calculan los días de mora; etcétera. Es decir, hay toda una mecánica muy precisa, gracias a la cual, cuando esto llega a mi firma, ya está todo prácticamente controlado. Sra. Iriondo. — Quisiera agregar algo respecto de Fuerza Aérea. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 11 El Área Logística Córdoba, que está a cargo de un comodoro, tiene 70 inspectores de Fuerza Aérea: técnicos, suboficiales y oficiales técnicos, que están dentro de la fábrica las ocho horas. Son los que controlan el informe de discrepancia, que es aquel que surge cuando hay diferencias, y son los que firman los informes técnicos que se elevan al Área Logística Córdoba. El equipo de dicha Área los aprueba. A veces, hay diferencias entre la empresa y Fuerza Aérea —luego voy a explicar cómo las resolvemos—. Eso va al Comando de Material de la Fuerza Aérea; es revisado por éste y aprobado o desaprobado por su comandante. Luego, va al Ministerio de Defensa y a la Comisión de Seguimiento, que está compuesta por todos los directores que intervienen en las distintas áreas, que son Administración, la Dirección de Planificación Industrial —mi dirección—, Jurídicos y Presupuesto. Todos esos sectores intervienen; además, por supuesto, de una representación de Fuerza Aérea. Es el que aprueba por acta todos los pagos. Ha habido discrepancias, por ejemplo, en el cobro de multas, donde la empresa decía que se cobraban una cantidad determinada y Fuerza Aérea, otra. El equipo este define o decide si corresponde o no cobrarle multa y se hace un dictamen aprobado por Jurídico del Ministerio, que dice si se cobra o no la multa; y a eso tiene que acatar la empresa. Sr. Cuattromo. — Lo que nos preocupó mucho, dado que la industria aeronáutica es muy compleja, era medir la eficiencia del contrato. Yo decía: medir la eficiencia de un contrato es ver cuántos aviones tengo volando. Este fue siempre el gran problema. Los presupuestos del sector público en Argentina se han venido comprimiendo fuertemente; todo el presupuesto de Defensa en la década del ’90. Usted piense que la Defensa en la Argentina equivalía a 2,5 puntos del Producto y, cuando nosotros llegamos, equivalía a 0,8 puntos del mismo. Entonces, ahí ha habido una pérdida de capacidad de mantenimiento de eficiencia en todos los sistemas. En este contrato también; porque muchas veces las disponibilidades presupuestarias de Fuerza Aérea no le permitieron abastecer de materiales, de repuestos, de rotables, etcétera; esto demoraba la ejecución de proyectos y de contratos y alargaba las tareas de mantenimiento: un overhaul, que por ahí está previsto hacerse en 180 días, llevaba un año. O sea, una gran preocupación nuestra fue “eficientizar” el gasto disponible para tratar de que los plazos de ejecución de las obras y la capacidad operativa que dispusiéramos fuera mejor. Es una tarea ardua, difícil, porque en estos temas hay cuestiones muy complejas. Un proveedor que promete entregar en 30 días un motor discontinuado quizás entregue a los 90 días, y el avión queda parado en fábrica 60 días, porque no hay forma de arreglarlo, ya que no existe un proveedor alternativo. Todas estas dificultades son las que nos generan preocupación. Y el objetivo es el de mejorar la calidad de control y de eficiencia de la fábrica. Esta no es una tarea sencilla. Sra. Iriondo. — En esta industria y en lo que se refiere al mantenimiento de aviones de la Fuerza Aérea, hoy podría decirles con exactitud qué sucederá dentro de tres años con los aviones si no se hacen determinados trabajos, y hay mucho para hablar, horas. Siempre estaremos relacionados con el presupuesto disponible, y, por lo tanto, estamos atados de pies y manos. Si en este momento no disponemos de los recursos necesarios que garantice un stock para dentro de dos años, sé lo que sucederá cuando se cumpla ese tiempo —esto, esto y esto—. Entonces, ¿cómo obtengo ese presupuesto? Es un problema bastante complejo de resolver, porque sabemos en el país en el que estamos, también cuáles son las limitaciones que existen y cuál es el presupuesto de Defensa que está a disposición. — La señora senadora Perceval formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — Compramos un conjunto de activos que están en el balance: bienes de cambio, materiales, partes de avión, estructuras del avión Pampa. Hay diez estructuras que se firmaron para la construcción de avión. Esto está desarrollado por la empresa y es de su propiedad, pertenece a su activo aunque no estén facturados al Estado argentino pero son de la empresa. Y los bienes de uso que la empresa incorporó. Los bienes de uso son rodados, maquinarias, algunas herramientas, máquinas, que fue comprando a lo largo de estos años y que son propiedad de la empresa. Estamos comprando eso. Centralmente bienes de cambio y bienes de uso, neteados de las deudas de corto plazo comerciales, fiscales y previsionales que cualquier empresa tiene. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 12 La diferencia entre lo que tienen de ellos, que no son los bienes concesionados, sino los que ellos adquirieron y son propiedad de la empresa, menos lo que ellos le deben a sus proveedores. Porque parte de estos bienes de cambio todavía están en deuda con los proveedores a los que no les han pagado, deudas al personal por los salarios y cargas provisionales e impositivas que le deben al Estado. Esa diferencia es el patrimonio neto. Lo que tiene y debe. La diferencia es lo que estamos comprando: una empresa en marcha, que tiene una cadena de proveedores en todo el mundo, que nos habilita, porque, reitero, compramos una empresa que está en marcha. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — Es una muy buena pregunta. Se cerró la fábrica y le entregaron una concesión a Lockheed. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — Se despidieron más de 6 mil personas. En la actualidad, tenemos 1100 personas, de las casi 10 mil que supieron trabajar. La realidad es que se fue casi todo el mundo. ¿Qué se privatizó? Es una pregunta para la que no tengo una respuesta exacta. En mi opinión, se privatizó en un negocio de compra de aviones A-4 y fue un proyecto tapón para que Córdoba dejara de ser una fábrica aeronáutica. ¿Qué se entregó? No sé. Sé que llegó la fábrica y despidió a casi el 50 por ciento del personal y a lo largo del tiempo se fue reduciendo, porque, prácticamente, la operatoria de la planta no lo justificaba. Y se transformó en un taller de mantenimiento. En la jerga lo llamamos “taller de chapa y pintura”. — La señora senadora Perceval formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — La Lockheed paga un canon anual por la utilización de la concesión. Sra. Iriondo. — Un canon anual por la utilización de la concesión, además de las inversiones que tiene que hacer obligatoriamente. Sr. Cuattromo. — De forma obligatoria debe invertir 10 millones de dólares a lo largo del período. Eso fue lo que se pactó y cumplió con lo pactado; está todo registrado, los bienes están inventariados y son previos a nuestra llegada y también posteriores. Esta historia tiene 14 años. Lamentablemente, puedo tener una evaluación de lo que se hizo pero no puedo entender por qué lo hicieron de esa manera. Honestamente, no puedo darle una respuesta, convencido. Creo que lo que se hizo estuvo tan mal hecho, que no entiendo porqué se hizo así. Cuando tomamos la responsabilidad, sabíamos que teníamos un compromiso contractual ineludible y un contrato de concesión vigente, además de las relaciones de trabajo. Nadie sabía bien cuánto rendía, pero no había ninguna mora e injustificación para extinguir los contratos. Jurídicamente los hicimos revisar de arriba abajo. Y, como les comenté antes, teníamos que ir a una solución controversial, como tantas cosas que pasaron en el Ministerio. Otro caso paradigmático, que no tiene nada que ver con este, es el de Tandanor y el astillero Domecq García. Privatización fraudulenta, porque están todos en Cámara, procesados con semiplena prueba. No había forma de explicar para qué. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sr. Cuattromo. — Con los bienes de la empresa, porque los otros son nuestros. Yo le pago a la fábrica los bienes de cambio, partes, repuestos, materiales, estructuras que tiene y que son de la empresa; no son míos. — El señor senador Rodríguez Saá formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. 08/07/2009 Reunión de la Comisión de Defensa Nacional Pág. 13 Sr. Cuattromo. — Terminan a fin de año, en diciembre de 2009. Los hicimos por dos años a propósito. Sra. Iriondo. — Son los últimos. Sr. Cuattromo. — Cuando nosotros los derogamos, vencían en 2007. Fue en ese período cuando rediscutimos —2005-2007—, en primer lugar, un contrato corto, con motivo de una preocupación central que teníamos en el Ministerio, la continuidad del servicio de mantenimiento de los sistemas, ya que no podíamos discontinuarlos; y, en segundo lugar, la incorporación de este contrato de transferencia de acciones que nos permitiera hacernos cargo de la empresa en forma no controversial. Reitero, por ese motivo firmamos contratos cortos, para tener opción de salida. Entonces, se hizo con fecha 2007, con opción de llegar al 2008, porque también coincidía con el cambio de gobierno y fuimos respetuosos de dejar abierta al nuevo gobierno la decisión de ejecutarlos o no. Por lo tanto, pusimos como fecha de opción el 31 de diciembre de 2008. Esta fue una decisión política de la ministra que manifestó que íbamos a respetar la llegada del nuevo gobierno, para que decidiera si quería o no la transferencia de acciones. — La señora senadora Perceval formula una pregunta fuera de micrófono, por lo cual no se alcanzan a percibir con claridad sus palabras. Sra. Iriondo. — Elegir Lockheed Martin como concesionario, ya es una definición. Lockheed Martin es una empresa pura y exclusivamente militar cuyos ingresos dependen del gobierno de los Estados Unidos. Facturan 45 mil millones de dólares anuales. Por lo tanto, al tomar la decisión de concesionar esa empresa está claro que lo que ésta va a hacer —porque es su política empresarial— es contratos militares. Un país como el nuestro no va a pretender hacer un F16 porque implica mucha inversión. Sr. Cuattromo. — Muchísimas gracias por darnos esta oportunidad. — Son las 12 y 52.