LOS AVANCES GEOGRÁFICOS Las bases técnicas y económicas. Durante la Antigüedad y la Edad Media, el mar Mediterráneo fue el más importante centro comercial de la Europa Occidental. En realidad, el espacio geográfico conocido por los europeos era muy reducido: del mar Mediterráneo al mar del Norte y de las costas de Portugal a Mesopotamia. Se sabía, desde los viajes de Marco Polo (siglo XIII), de la existencia de un ``lejano Oriente´´ desde el cual llegaban la seda y las especias a los estados musulmanes del Próximo Oriente. La existencia del Océano Atlántico era evidente, pero parecía muy arriesgado adentrarse en tan inmensurable mar. La ampliación del mundo conocido fue el resultado de los grandes descubrimientos geográficos llevados a cabo por portugueses y castellanos a finales del siglo XV. Hubo, desde luego, motivaciones de tipo económico: el desarrollo del capitalismo había incentivado el espíritu de lucro. Se hacía necesario llegar directamente a los remotos lugares de los que procedían las especias, la seda y las piedras preciosas, sin haber de bordear en continente africano. Junto al estimulo económico, el ambiente psicológico en que se desenvolvieron los hombres renacentistas (sed de aventuras, afán de gloria) contribuyó igualmente a preparar el camino de los grandes descubrimientos. Fue necesario también que a estos estímulos humanos se unieron el desarrollo científico y los descubrimientos técnicos, ambos de gran valor para la navegación. La brújula, ya conocida desde el siglo XIII, fue mejorada; el astrolabio, instrumento para medir la altura de los astros y de ese modo establecer la latitud, fue perfeccionado por los marinos en el siglo XV. Se desarrolló también la cartografía, con la realización de cartas marinas y los po ulanos, mapas que describían las costas. La concepción del geógrafo griego Ptolomeo (siglo II) sobre la esfericidad de la Tierra se divulgó entonces. Sin embargo, pese a lo revolucionario de dicha teoría, para el hombre del Renacimiento, el Océano Pacífico no existía. El litoral de Cipango (Japón) y el de Catay (China) debían hallarse tras muchas jornadas de navegación por el gran mar (el Océano Atlántico). Nada se sospechaba sobre la existencia intermedia del continente americano. Descubrimientos de los portugueses. Los portugueses intentaron llegar a la India rodeando África. Ésta fue la meta que se propuso la corte portuguesa desde la época de Enrique el Navegante (1.394−1.460). Durante todo el siglo XV, los descubrimientos y conquistas en tierras africanas ocuparon a los portugueses, cada vez más seguros de poder alcanzar el objetivo final: llegar a ``las Indias´´. La primera conquista importante fue la de Ceuta, en 1.415. Posteriormente ocuparon las islas de Madira (1.419) y Azores (1.432) y la costa africana hasta el Cabo Blanco y en Bodajor (1.434). En 1.436 llegaban a Cabo Blanco y en 1.444 se descubrió Senegal. El oro y los esclavos afluyen entonces hacia Lisboa. En una tercera etapa se llegó a las Islas de Cabo Verde (1.460) y al cabo de Las Palmas, en la actual Liberia (1.461). En 1.488, Bartolomé Dias consiguió tocar la punta meridional del continente africano, al Cabo de las Tormentas, luego llamado de Buena Esperanza. Quedaba así abierto el camino hacia el Indico y la deseada tierra de las especias, viaje que realizó por primera vez Vasco de Gama (1.469−1.524). El 15 de abril de 1 1.498, la flota de Gama llegaba a Calicut, en la costa sudoccidental de la India. La ruta del sudeste la que se denominó ``ruta de las Indias por el Cabo´´, estaba descubierta. Sin embargo, seis años antes del viaje de Vasco de Gama, los castellanos habían llegado a un nuevo Mundo, considerado en un principio asiático, lo cual provocaría conflictos entre ambos estados ibéricos. Descubrimientos de los castellanos. La divulgación de las obras geográficas de Ptolomeo hizo concebir al genovés Cristóbal Colón (1.451−1.506) el proyecto de llegar a las Indias navegando hacia Occidente. Rechazada su empresa en Portugal, fue apoyada por los Reyes Católicos en nombre del estado castellano. Por medio de las capitulaciones de Santa Fe, los Reyes Católicos concedieron a Colón los títulos de almirante de la mar Océana y virrey de las tierras que descubriera, más la décima parte de los beneficios que pudiera conseguir. La pequeña flota de Colón, compuesta de tres carabelas, la Pinta, la Niña y la Santa María, tripuladas por un centenar de personas, se hizo a la mar en el puerto de Palos de Moguer (Huelva), el 3 de agosto de 1.492, siguiendo la ruta de los alisios, que luego habría de ser el nexo natural entre la metrópoli y las futuras colonias. Colón tocó tierra firme el 12 de octubre de ese mismo año, desembarcó en una isla de las Bahamas, Guanahani, que Colón llamó San Salvador. A continuación se exploraron las islas de Cuba y Haití (Juana y la Española, respectivamente). Colón regresó a España, en los primeros días de 1.493, convencido de haber estado en Asia y dando a aquellas tierras el nombre de ``Indias´´, que en España perduró durante largo tiempo. Colón realizó otros tres viajes, en el transcurso de los cuales amplió sus descubrimientos en el ámbito antillano. En su segundo viaje (1.493) se iniciaron el poblamiento y la explotación de Haití. En el tercero (1.498) llegó a la isla de la Trinidad y a la desembocadura del Orinoco, tocando por vez primera tierra firme en el continente. En el cuarto (1.502) recorrió las costas de América Central. Y, poco después de su regreso a España, murió convencido aún de haber llegado a Asia. En 1.513, fecha en que Vasco Nuñez de Balboa cruzó el istmo de Panamá y descubrió el ``mar del Sur´´ (Pacífico), se había comenzado ya la colonización de las Antillas y de América Central. Estaba cada vez más claro que se trataba de un nuevo continente hasta entonces desconocido y que, para llegar a Asia, era preciso seguir navegando hacia el este. La demostración práctica de que la Tierra era redonda tuvo lugar tras la expedición de Magallanes y Elcano (1.519−1.522), que tras salir del puerto de Sevilla, regresó al de Sanlúcar de Barrameda, después de haber dado la primera vuelta al mundo. El reparto del mundo entre Castilla y Portugal. Luego de algunas disputas coloniales, españoles y portugueses se repartieron el mundo no europeo por medio del Tratado de Tordesillas (1.494). El mundo quedó dividido en dos hemisferios por un meridiano imaginario situado a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. Las tierras situadas al oeste de este meridiano pertenecerían a la corona castellana, y las orientales a la portuguesa. Como el saliente oriental de América del Sur quedaba dentro del ámbito portugués, este país iniciará en 1.500 la colonización de Brasil. La conquista de México. Antes de la llegada de los españoles, el Valle de México estaba habitado por diferentes pueblos indígenas entre los que destacaban los aztecas, pueblo eminentemente guerrero. Habían formado un imperio en torno a su capital Tenochtitlán, en la laguna de México. En 1.519, el extremeño Hernán Cortés llegó a la capital de dicho imperio y estableció relaciones amistosas con su emperador Moctezuma II. Sin embargo, los sucesivos saqueos a que fueron sometidos los indígenas generaron un levantamiento contra los españoles que fue ahogado en sangre. 2 En 1.521, el Imperio Azteca era sometido por la fuerza. Conquistado México, desde allí partió la conquista de toda América Central, con la cual se destruyó otra gran cultura prehispánica: la maya. La conquista de Perú. A la llegada de los españoles a América del Sur, el pueblo prehispánico más importante era el de los incas, establecidos en las mesetas andinas de Perú−Bolivia. Su jefe, Sapa−Inca, era a la vez emperador y dios. Tenían un sistema social y político organizado y la capital era la ciudad de Cuzco. En 1.531, el también extremeño Francisco Pizarro (1.475−1.541) inició, de forma sanguinaria, la conquista de estas tierras. Pizarro murió asesinado en 1.541. En 1.578, Francisco de Toledo capturó al último soberano inca, Tupac Amaru. Y, desde las tierras incaicas, se explorará y conquistará el resto del continente sudamericano. La colonización del Nuevo Mundo. Ésta fue empresa reservada a Castilla por la amplitud de las tierras que allí había ocupado. Castilla trasplantó a sus colonias el modelo de organización política de la metrópoli. El territorio se agrupó en dos virreinatos: el de Nueva España, creado en 1.535 y el de Perú, en 1.542. Como organismos metropolitanos se crearon: la Casa de Contratación (1.503), la cual, con sede en Sevilla, monopolizaba todo lo referente al tráfico y al comercio colonial, y el Real y Supremo consejo de Indias (1.524), que tenía competencia en todos los asuntos de las Indias. Asimismo, en 1.524, se elaboraron las leyes Nuevas de Indias. La conquista y el sometimiento de las poblaciones indígenas dieron como resultado el total desmoronamiento del tradicional sistema de vida y de valores de estas gentes. A esta penuria moral se unió el azote de epidemias y enfermedades llevada por los españoles y frente a las cuales la población nativa no tenía defensas. Por otro lado, pese a estar prohibida la esclavitud de forma oficial, ésta fue una realidad, como atestiguan las denuncias efectuadas, en sus escritos a la corona castellana, por el padre fray Bartolomé de las Casas. 3