Protección de la Capa de Ozono En materias de control de contaminación atmosférica de carácter global y la prevención de sus consecuencias, como el adelgazamiento de la capa de ozono estratosférico, el aumento de gases de efecto invernadero y el Cambio Climático, Chile ha asumido un compromiso activo al suscribir acuerdos internacionales sobre estos temas y desarrollar acciones concretas como la promulgación de la Ley de Ozono y la aprobación de la Estrategia Nacional del Cambio Climático. El problema del agotamiento de la capa de ozono, llevó a que la comunidad internacional, a través de las Naciones Unidas, convocara a una acción global. Esto se tradujo en el Convenio de Viena para la protección de la Capa de Ozono (1985), al cual Chile pertenece. Mediante este convenio, se insta a los países participantes a tomar medidas para proteger la salud y el medio ambiente, a través de la cooperación en investigación científica y tecnológica. Posteriormente, en 1987, Chile pasó a ser uno de los 155 países incluidos en el Protocolo de Montreal relativo a Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAOs), acuerdo internacional cuyo objetivo es limitar, controlar y regular la producción, el consumo y el comercio de las SAOs. El tratado entró en vigencia en 1989 y, desde entonces, Chile ha intentado cumplir con los calendarios de reducciones de las SAOs (cuya meta última es la eliminación total de éstas), a través de la cobertura de sectores como espumas (aislación y flexible) y refrigeración (manufactura), algunas de las principales fuentes de las sustancias dañinas para la capa de ozono. El Protocolo de Montreal incluye un mecanismo de asistencia técnica y financiera para los países en desarrollo, el que funciona mediante un Fondo Multilateral, que permite la realización de proyectos de reconversión tecnológica. Chile, como parte de los países cuyo consumo de SAOs es inferior a 0.3 kg. por habitante, tiene el derecho a acceder a los recursos que ofrece este fondo. Esto permitió al país cumplir con los calendarios de reducciones de las Sustancias Agotadoras de la Capa de Ozono (SAOs) a través de la cobertura de sectores como espumas (aislación y flexible) y refrigeración (manufactura). Otro tipo de actividades financiadas, han sido la reconversión de cámaras de esterilización en hospitales, un plan de manejo de refrigerantes, asistencia técnica para la reconversión del sector solventes, y proyectos demostrativos de alternativas al bromuro de metilo. Sin embargo, para una mayor reducción -que permita llegar al 100%-, ha sido necesaria la elaboración de la Ley Ozono (Ley Nº 20.096/ Marzo 2006, SEGPRES), que establece mecanismos de protección y evaluación de los efectos producidos por el deterioro de la capa de ozono. Esta ley se está implementando continuamente, algunos ejemplos de su aplicación son los informativos del índie de radiación ultravioleta en el boletín del tiempo y la publicación del Decreto Nº 37, que establece normas aplicables a las importaciones de las SAOs, los volúmenes máximos de importación y los criterios para su distribución.y que deberá ser implementada durante 2006. Cabe destacar que ésta es la primera ley ambiental promulgada desde la publicación de la Ley de Bases del Medio Ambiente.