15 de octubre de 2015 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Nº 68 La salud de los océanos es clave en la erradicación del hambre 1 Las metas globales del 2030 ponen el hambre y la agricultura al centro de la política mundial 4 Agricultura urbana: cultivar los suelos en la ciudad 4 Opinión pública y cambio climático 6 El Islam, la fe y el cambio climático, por Noor Al Hussein 10 Toma de decisiones climáticas en un entorno de confianza, por Rachel Kyte 12 Un planeta en riesgo de colapso 14 Cambio climático: esencialmente, un derecho humano, por Ricardo Lagos 17 1. LA SALUD DE LOS OCÉANOS ES CLAVE EN LA ERRADICACIÓN DEL HAMBRE Los productos del mar aportan una considerable cantidad de proteína animal a la alimentación de las personas en todo el mundo y 12 por ciento del sustento de la población mundial depende en forma directa de la pesca y la acuicultura. Sin embargo, el impacto del cambio climático, la contaminación marina por desechos plásticos, la pesca ilegal y la acidificación acechan al océano y su biodiversidad, confirmó la segunda conferencia internacional Nuestro Océano, que se realizó el lunes 5 y martes 6 en el puerto chileno de Valparaíso, 120 kilómetros al noroeste de Santiago. En la reunión, los más de 500 participantes, de 56 países, comprometieron unas 80 iniciativas sobre conservación y protección marina que superan los 2.100 millones de dólares y abarcan más de 1.900 millones de kilómetros de océanos, destacó el ministro chileno de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz. El canciller local y su par estadounidense, el secretario de Estado John Kerry, fueron los anfitriones del encuentro, que tuvo su primera versión en 2014 en Washington. En una de las principales conclusiones de la conferencia, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, advirtió que la salud y productividad del océano serán claves para alcanzar la Agenda 2030 y la erradicación del hambre. “El océano no tiene una capacidad infinita para soportar las amenazas que afrontan en la actualidad: la explotación excesiva de los recursos, el cambio climático, la contaminación, la pérdida de hábitat”, añadió. Pagina 2 de 19 Graziano enfatizó que “la salud del océano es clave en la erradicación del hambre (…) y una condición esencial para el desarrollo mundial”. Según la FAO el pescado es un alimento muy nutritivo y un valioso complemento de una dieta en la que falten otras vitaminas y minerales fundamentales. Se calcula que cerca del siete por ciento de la proteína animal que comemos proviene de la pesca y la acuicultura. Esa cifra supera 20 por ciento en algunos países, en particular los pequeños estados insulares. El pescado no solo constituye un alimento vital, sino que además da trabajo e ingresos a millones de personas de todo el mundo. “La pesca es parte de la historia más ancestral, más remota del continente americano. Tanto en el cuerpo continental como en las costas y los canales fue sustento para un centenar de pueblos, o más aún, que vieron en la vida nómade en el mar, su condición de vida”, recordó a IPS el antropólogo social Juan Carlos Skewes. Y lo sigue siendo: Se estima que el sustento de 12 por ciento de la población mundial depende en forma directa de la pesca y la acuicultura, esto significa alrededor de 1.000 millones de personas involucradas. “El mar es tan importante para nosotros que no solamente nos alimenta, sino que nos da la vida”, sintetizó Petero Edmunds, alcalde de Rapa Nui, conocida mundialmente como Isla de Pascua, ubicada en medio del Pacífico, 3.700 kilómetros al oeste del territorio continental chileno. La salud de los océanos es clave en la erradicación del hambre “Para los polinésicos, el mar es nuestra fuente de vida, es tan importante que en nuestra mitología tenemos asignado a Tangaloa, Dios del Mar, y en la costumbre ancestral Rapa Nui cuando un bebé nace, lo primero que debe hacer el padre es hundirlo en el mar, para devolverlo a su estado natural”, añadió en entrevista con IPS. En América Latina y el Caribe existen más de dos millones de pescadores artesanales o de pequeña escala que generan ingresos por unos 3.000 millones de dólares anuales, según cifras de la intergubernamental Organización Latinoamericana de Desarrollo Pesquero (Odelpesca). La región acoge en sus costas sudamericanas a tres de los grandes ecosistemas marinos del mundo. El más importante es la Corriente de Humboldt, que atraviesa las costas pacíficas de Chile, Perú y Ecuador y que contribuye casi con 20 por ciento del total de pesca de captura mundial. Otros ecosistemas importantes en la región son la Plataforma Patagónica que componen Argentina y Uruguay, y la Plataforma Sur del Brasil, ambas en el océano Atlántico. Pese a su importancia, la amenaza hacia el océano está latente. Se estima que anualmente se vierten cerca de ocho millones de toneladas de plástico al océano en forma de botellas, embalajes, bolsas y otros desechos, provocando la muerte de especies marinas y aves. El punto 14 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados en una cumbre mundial realizada en Nueva York entre el 25 y el 27 de septiembre, apunta a “conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”. Pagina 3 de 19 Sin embargo, la interdependencia de las metas de la Agenda 2030 y la importancia vital del océano que, por ejemplo, absorbe más de un 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono, hacen que las metas sean imposibles de alcanzar, sin un océano sano y, en consecuencia, resiliente. “Hoy sabemos que existe una interrelación mucho más estrecha entre océanos y cambio climático”, afirmó a IPS el comisario de la Unión Europea para Medioambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella. Añadió que la protección oceánica debe ser tema central de la 21 Conferencia de las Partes (COP21) sobre Cambio Climático que se realizará entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre en París. El canciller Muñoz, en tanto, anticipó que los gobiernos participantes en la conferencia de Chile, que estarán presentes en la COP21, “nos hemos comprometido para que en los documentos y compromisos que salgan de la Cumbre también esté presente la protección del océano”. Muñoz consideró muy importantes los anuncios realizados por varios países en la conferencia de Valparaíso. Destacó el de Chile, que dio a conocer la decisión de proteger más de un millón de kilómetros cuadrados de zonas marinas, que constituirán uno de los espacios de protección más grandes del mundo. Como parte de esta iniciativa, el país anunció la creación de 720.000 kilómetros cuadrados de áreas protegidas en Rapa Nui, una demanda de sus poco más de 5.000 habitantes, quienes buscan proteger la biodiversidad de las aguas que rodean la isla y que albergan 142 especies endémicas, 27 de ellas amenazadas o en peligro de extinción. La medida también permitirá que se perpetúe la práctica ancestral de pesca de subsistencia en una zona que se extiende hasta una distancia de 50 millas náuticas del litoral. “La pesca artesanal todavía se desarrolla de forma ancestral en Rapa Nui. Se recolectan piedras que sirven de pesas para bajar el anzuelo y así pescar el atún o los peces grandes”, contó Edmunds. Destacó que la creación del parque, anunciada por la presidenta Michelle Bachelet en la inauguración de la conferencia, permitirá terminar con la pesca ilegal en las aguas de la isla. “Desde hace muchas décadas que venimos viendo a barcos “fantasma” que aparecen en la madrugada como luces en el horizonte y se llevan nuestros peces”, denunció el edil. “Con la ayuda de las oenegés se ha demostrado que al día hay un promedio de 20 embarcaciones ilegales en nuestras aguas, que se están llevando nuestros recursos que no queremos que se agoten”, añadió. Bachelet anunció también la creación del parque Marino Nazca-Desventuradas, que comprende una superficie de 297.518 kilómetros cuadrados y que constituirá el parque marino más grande del continente americano. Fuente: Nota informativa publicada por el portal Informativo el 7 de octubre de 2015 y disponible en el sitio web: http://www.ipsnoticias.net Pagina 4 de 19 2. LAS METAS GLOBALES DEL 2030 PONEN EL HAMBRE Y LA AGRICULTURA AL CENTRO DE LA POLÍTICA MUNDIAL La seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura sostenible son fundamentales para lograrel conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs) en 2030, ha dicho el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, a los líderes mundiales en un discurso plenario ante la ONU. "Nos hemos dado una tarea enorme, que comienza con el compromiso histórico de no sólo reducir sino también erradicar la pobreza, el hambre y la malnutrición de manera sostenible, porque cuando hablamos de un mundo sostenible, no podemos dejar a nadie atrás", ha señalado durante su intervención al Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible 2015. Catorce de los 17 nuevos ODSs adoptados por el Cumbre están relacionados con la misión histórica de la FAO, señaló el Director General. El segundo objetivo - que es "acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y una mejor nutricióny promover la agricultura sostenible"- debe ser perseguido con urgencia ya que un progresorápido en ese frente es la clave para los demás objetivos, agregó. La agricultura sostenible y el hambre cero Los ODSs continúan y amplían los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que fueron establecidos en 2001 y que vencen este año, cuya meta de reducción del hambre fuecumplidapor más de la mitad de los países monitoreados por la FAO. Sin embargo, cerca de 800 millones de personas aún sufren subalimentación crónica. Una mayoría de los pobres y hambrientos del mundo viven en las zonas rurales, y mejorar sus medios de vida es el principal reto, dijo Graziano da Silva. Hacerlo requerirá promover el crecimiento inclusivo e inversiones responsables que respondan a las necesidades de los pobres del mundo, dijo. "Necesitamos construir sistemas agrícolas y alimentarios más sostenibles, que son resistentes al estrés y más capaces de hacer frente y responder al cambio climático", añadió. Invertir en agricultura medioambientalmente sostenible no será suficiente por si mismo, si no que también se requieren sistemas de protección social bien diseñados, agregó Graziano da Silva. Recordó a los líderes mundiales que en los próximos 15 años se necesita una inversión adicional de 160 dólares al año por persona en situación de pobreza extrema, para acabar con el hambre. "Esto representa menos de la mitad del ingreso mundial en 2014. Y es sólo una pequeña fracción del costo que el hambre y la malnutrición imponen a las economías, las sociedades y las personas", dijo. Fuente: Nota informativa publicada el 25 de septiembre de 2015 en el portal de la Organización de las Naciones Unidas Para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y disponible en el sitio web: http://www.fao.org/ 3. AGRICULTURA URBANA: CULTIVAR LOS SUELOS EN LA CIUDAD El rápido crecimiento de las ciudades del mundo en desarrollo plantea exigencias enormes a los sistemas urbanos de suministro de alimentos. Con la mayoría de la población viviendo en zonas urbanas, la agricultura se está extendiendo cada vez más a ciudades grandes y pequeñas y un número creciente de personas se dedica a Pagina 5 de 19 la agricultura urbana a nivel mundial. La agricultura urbana y periurbana (AUP) puede proporcionar alimentos frescos, generar empleo, reciclar los residuos urbanos, crear cinturones verdes y fortalecer la resiliencia de las ciudades frente al cambio climático. Hay que destacar que la AUP tiene también un impacto positivo en los suelos urbanos. Cómo la horticultura y los huertos comunitarios ayudan a producir alimentos nutritivos para los residentes y a restaurar los suelos en zonas urbanas Es ampliamente conocido que los suelos y la vegetación tienen una relación de reciprocidad. El suelo fértil estimula el crecimiento de las plantas, aportándoles nutrientes, actuando como depósito de retención de agua y sirviendo de sustrato en el que las plantas anclan sus raíces. A cambio, la vegetación impide la degradación del suelo al estabilizarlo, manteniendo el ciclo del agua y los nutrientes y reduciendo la erosión hídrica y eólica. Con el fin de garantizar alimentos y plantas sanas, los horticultores y agricultores urbanos deben asegurarse primero de que cuentan con un suelo sano, comprobando que no haya contaminantes en el suelo o en el agua que utilizan. Al convertir terrenos baldíos en huertos comunitarios bien manejados y productivos, los suelos degradados se restauran y salvaguardan para la producción de alimentos y para la creación de cinturones verdes en las áreas urbanas. Restaurar la calidad y la fertilidad del suelo produce también beneficios como el aumento de la retención de carbono, la reducción de la escorrentía de las aguas pluviales y la mejora de la capacidad de retención de agua. Se estima que los huertos pueden ser hasta 15 veces más productivos que las explotaciones rurales. Un espacio de apenas un metro cuadrado puede proporcionar 20 kg de alimentos al año. El cultivo intensivo de una amplia gama de hortalizas, raíces y tubérculos y hierbas en espacios pequeños, conocidos como micro-huertos, es sostenible y altamente productivo y puede ser manejado fácilmente por cualquier persona. Estudios de la FAO muestran que un micro-huerto de un metro cuadrado puede ofrecer alguno de los siguientes rendimientos: Cerca de 200 tomates (30 kg) al año 36 lechugas cada 60 días 10 coles cada 90 días 100 cebollas cada 120 días Aprovechar el suelo Las buenas prácticas agrícolas y la gestión sostenible del suelo son fundamentales para asegurar que horticultura urbana y periurbana (HUP) es ambientalmente sostenible y que los productos obtenidos son de buena calidad. Garantizar la calidad de los productos al tiempo que se protege el medio ambiente es fundamental para el enfoque de la FAO. La cuestión está directamente vinculada a los suelos. La FAO utiliza las Escuelas de Campo para promover la intensificación y diversificación de la producción hortícola. Estas Escuelas enseñan a los pequeños campesinos el Manejo Integrado de Plagas (que reduce el uso de productos químicos tóxicos para el control de plagas y enfermedades), y los cultivos y prácticas agrícolas mejoradas adaptadas a las condiciones locales. Mediante el fomento de las buenas prácticas agrícolas, las escuelas de campo ayudan a crear sistemas de producción sostenibles que respetan el medio ambiente y garantizan la inocuidad y calidad de los productos. Los proyectos de la FAO promueven el uso de compost orgánico Pagina 6 de 19 en los entornos urbanos y forman a los horticultores en el reciclaje seguro de las aguas residuales para el riego. Todas estas prácticas afectan directamente a los suelos urbanos, que restauran y salvaguardan para las generaciones futuras. ¿Cómo puedo ayudar? Usted puede ayudar preservando y aumentando la vegetación en su huerto, ¡básicamente plantando más! Involucre a la gente iniciando un huerto comunitario. Practique siempre una gestión sostenible del suelo, como el compostaje, que mejora la salud general del suelo, y en última instancia, haga correr la voz sobre los suelos y ayude a concienciar sobre este aliado silencioso. Fuente: Nota informativa publicada el 08 de octubre de 2015 en el portal de la Organización de las Naciones Unidas ara la Agricultura y la Alimentación (FAO) y disponible en el sitio web: http://www.fao.org/ 4. OPINIÓN PÚBLICA Y CAMBIO CLIMÁTICO El año 2015 es un año decisivo en la lucha contra el cambio climático ya que en diciembre tendrá lugar en París la vigésimo primera reunión de los Estados parte de la Convención sobre Cambio climático (COP21). Sería deseable que de la misma surgiera un nuevo acuerdo legal que sustituya al Protocolo de Kyoto y que recoja los cambios producidos en la economía mundial desde 1997 como son la crisis económica, el accidente de Fukushima o auge de las economías emergentes. Hasta la fecha, la Unión Europea siempre ha ejercido el papel de líder mundial en la lucha contra el cambio climático siguiendo sus principios de solidaridad. En la COP21 pretende seguir con esta posición, pero ahora lo hace bajo la perspectiva de la sostenibilidad medioambiental, la competitividad de su economía y la seguridad energética. Por su parte, el Presidente Obama pretende desbancar a la UE de esta posición de liderazgo, conduciendo a EEUU a alcanzar un mayor compromiso a nivel internacional, apostando por las energías renovables y por el crecimiento sostenible. Tanto para la UE como para EEUU, es muy importante obtener el apoyo de la sociedad para emprender estas políticas relacionadas con el cambio climático. Durante los últimos años, se ha puesto de manifiesto que el cambio climático ha dejado de ser un problema estrictamente medioambiental para convertirse en un problema económico y de seguridad e íntimamente relacionado con el sector energético, principal emisor de gases de efecto invernadero (GEI´s). Por eso, uno de los principales requisitos de las políticas climáticas debería ser no influir ni en la competitividad de la economía ni repercutir negativamente en el precio de la energía que consumen los ciudadanos. Una parte del éxito de la lucha contra el cambio climático reside, por tanto, en conocer el grado de implicación que la sociedad está dispuesta a asumir teniendo en cuenta que parte de los compromisos que se adquieran a nivel internacional puede tener una repercusión directa en su vida diaria, como las medidas de eficiencia energética o incluso el cambio en los hábitos alimenticios. Por este motivo, la realización de estudios sociológicos enfocados a conocer la opinión de la sociedad sobre el cambio climático constituye un elemento esencial para garantizar la aceptación de las medidas a adoptar. Pagina 7 de 19 La influencia humana en el cambio climático: una cuestión científica Los informes del Panel Intergubernamental contra el cambio climático (IPCC, por sus siglas en inglés), así como la mayor parte de la comunidad científica, afirman que es “extremadamente probable” que la causa del calentamiento global del planeta sea el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero como consecuencia de la actividad humana. Sin embargo, existe un desfase entre la evidencia que presentan estos informes y la opinión la población en relación a las causas del cambio climático y el calentamiento global. Como ejemplo de estas discrepancias entre la comunidad científica y la población en relación a las causas del cambio climático, se encuentra el estudio realizado en 2014 por Pew Research Center en que se recoge que en EEUU un 87% de los miembros de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) confirma la influencia de la actividad humana en el calentamiento global. Sin embargo, este porcentaje apenas llega al 50% cuando se pregunta a la sociedad en general. Y en el caso contrario, sólo un 3% de la comunidad científica estadounidense dice no haber evidencias científicas sólidas para dar crédito al cambio climático, frente a un 23% de la población en general. Este desfase no es exclusivo de los temas relacionados con el cambio climático ya que también se produce en otros asuntos de índole científica como, por ejemplo, la seguridad de los alimentos transgénicos, en donde la diferencia es aún mayor: un 88% de la comunidad científica opina que es seguro comer alimentos transgénicos y, sin embargo, sólo un 37% de la población lo cree así. A raíz de estos resultados, se puede asumir una brecha entre la opinión del ámbito científico y la de la población en general, debido, probablemente, a que los temas científicos se difunden a través de medios especializados, mientras que el público accede a la información a través de los medios de comunicación masivos en donde influyen aspectos ideológicos y políticos. En el caso de España, un estudio realizado sobre el tratamiento del cambio climático en los medios de comunicación señala que la mayoría de los periodistas no incluyen en sus artículos ni en sus reportajes conceptos científicos sobre las causas y consecuencias del cambio climático. Pagina 8 de 19 Sin embargo, a pesar de esta falta de información científica en los medios de comunicación, la realidad es que la mayoría de la población mundial opina que la actividad humana es la causante del cambio climático. Según el estudio Global Trends de 2004 realizado por IPSOS, esta respuesta no es homogénea geográficamente. En el extremo superior se sitúa China, con un 93% de población que se muestra de acuerdo. En el extremo inferior, población de EEUU con solo un 54%, tal y como se recoge en la Tabla 1. La ideología política de los encuestados también influye en la percepción de las causas del cambio climático y en la preocupación que genera. En este sentido, es interesante ver los casos concretos de EEUU y de la Unión Europea. En EEUU, el cambio climático es una cuestión de debate, e incluso de enfrenamiento político, entre demócratas y republicanos. Estas discrepancias se reflejan en la opinión de los entrevistados en un estudio realizado por GALLUP tal y como se recoge en la Figura 1. Esta relación con la afiliación Figura 1. política también aparece en un Fuente: http://www.gallup.com/poll/168617/global-warming-climateestudio llevado a cabo por el change-difference.aspx Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research (Tabla 2), en el que se recoge que la mayoría de la población norteamericana opina que el cambio climático es una cuestión medioambiental y científica pero también política. Por lo que respecta a la opinión de la población de la UE, el público de tendencia de izquierdas muestra un mayor interés sobre el cambio climático. Estas diferencias ideológicas son especialmente relevantes en Reino Unido, donde un 49% del público interesado por el cambio climático es de izquierdas frente a un 30% de derechas. Esta tendencia se repite también en Italia, Francia y España. La percepción del cambio climático también presenta vertientes raciales y Fuente elaboración propia con datos del Informe realizado por generacionales. Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research En EEUU, un 70% de los http://www.apnorc.org/PDFs/PopeGlobalWarming/July_Omnibus_Topli ne_Environment_FINAL.pdf hispanos cree que el calentamiento global está causado por la actividad humana, frente a un 56% de los afroamericanos y a un 44% de los caucásicos. En cuanto a la edad, este mismo estudio destaca que el 60% de los entrevistados de edades comprendidas entre los 18 y los 29 años Pagina 9 de 19 opinan que el calentamiento global se debe a causas humanas frente al 48% de los que se encuentran entre los 50 y 64 años. El cambio climático como motivo de preocupación En cuanto a la percepción del cambio climático como motivo de preocupación para la población, en el caso de la UE y de EEUU, los resultados muestran que no es un tema relevante. Para los estadounidenses, las principales preocupaciones son la economía (80%), el empleo (74%) y el terrorismo (73%). En los últimos lugares aparece el calentamiento global (29%) y el comercio mundial (28%) . Para los europeos, las principales preocupaciones también muestran esta tendencia . En los primeros lugares figuran el desempleo (45%), la situación económica (24%), la inmigración (18%) y la seguridad social y sanitaria (16%). El medio ambiente, el cambio climático y los temas energéticos figuran en antepenúltimo lugar con un 7%. Por lo que respecta a la percepción del cambio climático como amenaza, la opinión de la población mundial es diferente en comparación con otras amenazas. Por ejemplo, la población estadounidense la sitúa en un sexto puesto, detrás del ISIS, el programa nuclear de Irán, los ciberataques, la inestabilidad económica mundial o las tensiones entre Rusia y sus vecinos. Por el contrario, para los europeos la amenaza del cambio climático se sitúa en segundo lugar, junto el programa nuclear iraní y por detrás del ISIS. En el caso de España, el cambio climático está contemplado en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2013 como un factor potenciador de riesgo y no como una amenaza. El calentamiento global es una cuestión que preocupa a la sociedad española, aunque más por las consecuencias que por las causas. Un 57% de la población española opina que se le da menos importancia de la que tiene y sólo un 9% opina que se le da más importancia. En relación con los problemas en el mundo, el cambio climático ocupa el puesto antepenúltimo de una lista de diez y respecto a los problemas de España ocupa el último puesto. Pagina 10 de 19 Percepción de las politicas energéticas en lucha contra el cambio climático Según el Eurobarómetro sobre cambio climático de 2014 , un 90% de los europeos opina que el cambio climático es un problema serio o muy serio y casi el mismo porcentaje está de acuerdo con que sus gobiernos incrementen las energías renovables en el 2030. Además, un 70% está de acuerdo con la afirmación de que la reducción en las importaciones de combustibles fósiles pueden suponer beneficios económicos para la UE. Un 80% opina que la lucha contra el cambio climático y el uso de más eficiente de la energía pueden impulsar la economía y el empleo en la UE. En relación a las políticas que debe emprender EEUU respecto al suministro energético para hacer frente al cambio climático, un 79% de su población opina que la prioridad más importante debería ser el desarrollo de fuentes alternativas como la eólica, la solar o la de hidrógeno. Un 75% está de acuerdo con que se establezca una regulación para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero y un 67% apoya la idea de que los combustibles fósiles causan contaminación y gastos militares por la participación en misiones en el exterior. En cuanto al coste económico del cambio climático, para los europeos, la lucha contra el calentamiento global supone una oportunidad económica que abre puertas a la industria, a la investigación y al empleo. Sin embargo, para una parte de la población norteamericana, el cambio climático es percibido como una amenaza al crecimiento económico, la destrucción de empleo y la imposición de restricciones a la industria . Conclusiones La percepción de la sociedad juega un papel muy importante en la lucha contra el cambio climático ya que las repercusiones económicas, sociales y geoestratégicas para hacer frente al calentamiento global son de gran importancia. La lucha contra el cambio climático influye en sectores estratégicos como, por ejemplo, el energético. Además, puede conducir a una modificación de los comportamientos de la sociedad, como el fomento de la eficiencia energética o la modificación de los hábitos alimenticios. Por este motivo, la evidencia de la influencia humana en el calentamiento global debe de ser suficientemente contrastada y respaldada, científica y socialmente. Los medios de comunicación juegan un importante papel a la hora de trasmitir el mensaje de que “si la actividad humana es la causante del calentamiento global también es parte de la solución”. Fuente: María del Mar Hidalgo García es Analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). Este documento fue publicado el 16 septiembre de 2015 y se encuntra disponible en el sitio web: http://www.ieee.es/ 5. EL ISLAM, LA FE Y EL CAMBIO CLIMÁTICO, POR NOOR AL HUSSEIN La Declaración Islámica sobre Cambio Climático, firmada en agosto por estudiosos islámicos de todo el mundo, pide a los países eliminar progresivamente las emisiones de gases de efecto invernadero y adoptar fuentes de energía 100% renovables. Con 1600 millones de musulmanes en todo el mundo, esta declaración colectiva envía una fuerte señal antes de la Cumbre de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas de este mes y la Conferencia de Cambio Climático de la ONU que tendrá lugar en diciembre en París. La declaración, emitida durante un simposio de dos días sobre Islam y cambio climático, celebrado en Estambul, explica por qué los musulmanes deben ser activistas responsables en Pagina 11 de 19 pro del bienestar del planeta y plantea una serie de demandas a los líderes mundiales y la comunidad empresarial. En primer lugar, la declaración pide a los encargados de redactar el acuerdo climático integral que se adoptará en París llegar a “un resultado equitativo y vinculante”, fijar metas claras y establecer formas de vigilar su cumplimiento. Además, los países prósperos y los estados productores de petróleo deberían eliminar progresivamente las emisiones de dióxido de carbono de aquí a mediados de siglo; alejarse de un “aprovechamiento del medio ambiente reñido con la ética”; e invertir en una economía verde. En segundo lugar, la declaración pide a los pueblos y los líderes de todos los países comprometerse con el uso de fuentes de energía 100% renovables y con una estrategia de emisión cero lo antes posible, y reconocer que el crecimiento económico ilimitado no es una opción viable. Además, se debe dar alta prioridad a la adaptación al cambio climático, especialmente para los grupos más vulnerables. En particular, se pide al sector empresarial ser más activos en la reducción de su huella de carbono, comprometerse con el uso de fuentes de energía 100% renovables y la eliminación de emisiones, hacer un cambio hacia la inversión en energía renovable, adoptar modelos de negocios más sostenibles y colaborar con la desinversión en combustibles fósiles. Por último, la declaración hace un llamado a “todos los musulmanes allí donde estén”, que fundamenta con citas del Sagrado Corán, y señala que el cuidado de la creación es un elemento fundamental del mensaje islámico, y que hoy los seres humanos somos responsables de estar malgastando los dones otorgados por Alá. La aleya24:45 del Corán nos cuenta cómo Alá creó todos los seres vivos a partir del agua, y la doctrina recogida en el hadiz nos enseña que somos “custodios de la Tierra”: “La Tierra es verde y bella, y Alá os la ha dado en custodia. La Tierra entera fue creada como lugar de adoración, pura y limpia. Quienquiera que planta un árbol y diligentemente lo cuida hasta que madura y da frutos es recompensado. Si un musulmán planta un árbol o siembra un campo, y los hombres, las bestias y las aves comen de él, todo eso es amor de su parte.” Este mensaje es eco y reafirmación de ejemplos que se encuentran en las doctrinas de muchas religiones, que nos piden ser más bondadosos y sabios en el uso que hacemos de nuestro planeta y proteger a todas las criaturas. Como enseña el monje budista Za Choeje Rinpoche (en su sexta reencarnación): “Al dañar cualquier parte del sistema del mundo uno se daña a sí mismo. La vida en este planeta debe pensarse como sistemas y no como elementos separados. Hay que comprender que el medio ambiente no pertenece a un único país, para explotarlo y luego desentenderse de él.” La Declaración Islámica sobre Cambio Climático, como la reciente encíclica Laudato Si' del Papa Francisco, es un llamado a todos los seres humanos, cualquiera sea su fe, a trabajar juntos para proteger el planeta del que dependemos. Espero que de hecho estos documentos impulsen cambios de políticas que permitan una mayor reducción de las emisiones de CO2. Estas declaraciones inspiradas por la fe son a la vez históricas y oportunas, ahora que los países del mundo buscan implementar acuerdos globales en áreas que van desde el cambio climático hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el establecimiento de reservas marinas en altamar. De hecho, es importante recordar que la superficie de la Tierra es en su mayor parte océano, agente fundamental de absorción de carbono y regulación del clima. Pagina 12 de 19 Los océanos absorben cada año alrededor del 25% de todas las emisiones de CO2 antrópicas, y hoy los seres humanos estamos abusando de esa capacidad. El carbono disuelto en el océano alteró sus cualidades químicas, al elevar su acidez un 30% desde el inicio de la Revolución Industrial. La salud del océano depende hoy en gran medida de reducir las emisiones de CO2 en las próximas décadas, antes de que se produzca una acidificación descontrolada de los océanos y el nivel de los mares cambie radicalmente. Como integrante del grupo Ocean Elders, me alegró el énfasis con que en Laudato Si' Francisco señala la necesidad de implementar mecanismos estrictos de regulación y control de las aguas internacionales, un auténtico avance en este tema, ya que son los últimos grandes recursos comunales de la Tierra, de cuya superficie representan cerca del 50%, y enfrentan varias amenazas que exigen una acción solidaria y mancomunada. Este mismo mes de junio, los estados miembros de la ONU aprobaron unánimemente una resolución de la Asamblea General que llama a negociar un nuevo acuerdo internacional para la protección de las especies de altamar. Restaurar y regenerar su abundancia y diversidad en uno de los sistemas fundamentales para el sostén de la vida en nuestro planeta es esencial para mejorar la resistencia de la Tierra al cambio climático. Muchos han señalado que somos la primera generación que tiene pruebas concluyentes del enorme daño que la humanidad está provocando a los ecosistemas naturales, y probablemente la última que realmente puede hacer algo al respecto. Es un momento crucial para el multilateralismo, el diálogo interreligioso y, lo que quizá sea más importante, el compromiso activo. Somos todos seres humanos que vivimos en y de la Tierra; somos todos receptores del legado de cuidar el planeta. Podemos y debemos hacerlo, forjando juntos acuerdos audaces para la defensa del clima y la protección de los océanos, cualesquiera sean nuestras creencias, circunstancias o condición. La ciencia nos dice que debemos actuar; nuestra fe, nuestra humanidad, nos exigen hacerlo. Fuente: Noor Al Hussein es la Reina de Jordania. Este artículo de opinión fue publicado en el portal de Project Syndicate el 22 de setiembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org/ 6. TOMA DE DECISIONES CLIMÁTICAS EN UN ENTORNO DE CONFIANZA, POR RACHEL KYTE En menos de 80 días, los líderes mundiales tendrán la oportunidad de alcanzar un acuerdo único de su época en la lucha contra el cambio climático. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se celebrará en París en diciembre, podría marcar un hito en la historia de la humanidad: el reconocimiento unánime de la necesidad de actuar para prevenir las consecuencias más dañinas del calentamiento global. Sin embargo, para que se pueda llegar a un acuerdo, los participantes en la conferencia deberán superar la desconfianza que ha conducido a la polarización e inacción en negociaciones pasadas. Para poner en marcha un acuerdo que anticipe límites contundentes a las emisiones de gas con efecto invernadero, será necesario primero cumplir los compromisos que ya se han contraído, incluidas las promesas de los países desarrollados de dedicar 100 mil millones de dólares al año para 2020 a ayudar al mundo en desarrollo a mitigar su contribución al cambio climático y a adaptarse a un mundo más caliente. Dada la magnitud de los desafíos y los costos que la inacción impone a las personas más vulnerables del mundo, las instituciones de financiamiento para el desarrollo y otras partes Pagina 13 de 19 interesadas deben demostrar su compromiso con la prevención de los efectos más perjudiciales del cambio climático. Hacerlo requiere un esfuerzo renovado y transparente. Por consiguiente, el Grupo del Banco Mundial está estudiando formas para ayudar a las economías a emprender un camino sostenible. Con nuestra atención centrada en los planes nacionales que se están presentando con antelación a la cumbre de París, estamos examinando toda la gama de nuestro trabajo a fin de encontrar oportunidades para ayudar a los países en los sectores forestal, energético, agrícola, de gestión urbana y de transporte, entre otros. En efecto. La lucha contra el cambio climático debe darse en una amplia variedad de frentes. Las crecientes temperaturas globales y un clima cada vez más inestable influirán en todos los aspectos del desarrollo y pondrán en riesgo las inversiones existentes, a menos que se establezcan estrategias adecuadas de mitigación y adaptación, que también están en el centro de los nuevos objetivos de desarrollo sostenible que las Naciones Unidas adoptarán este mes. Parte de este esfuerzo para combatir el cambio climático debe consistir en abordar las fuentes de ineficiencia económica, como los subsidios a los combustibles fósiles y la inadecuada contabilización del costo de la contaminación. Además, hay una aceptación creciente de que los fondos para el desarrollo y el financiamiento para temas climáticos pueden utilizarse para fomentar y catalizar las inversiones de fuentes públicas y privadas. Pero sobre todo, un acuerdo exitoso sobre el clima tendrá que incluir medidas adecuadas para la administración de los billones de dólares que deberán invertirse en infraestructura de bajas emisiones de carbono y mayor resistencia a los efectos dañinos de las crecientes temperaturas globales. Esto debe realizarse de la forma más pública y transparente posible. Es esencial asegurarnos de dar seguimiento a los flujos financieros orientados a la lucha contra el cambio climático, de modo que los ciudadanos puedan exigir cuentas a sus gobiernos e instituciones. A fin de lograrlo, los seis grandes bancos multilaterales de desarrollo y el Club internacional de financiamiento para el desarrollo, (IDFC) – red de instituciones para el desarrollo nacionales, regionales e internacionales– han estado trabajando arduamente para desarrollar principios comunes de seguimiento de las finanzas. Estos principios deberían aplicarse a todos los proyectos destinados a ayudar a los países a adaptarse o a mitigar el impacto del cambio climático. En un reporte publicado en junio, los seis bancos explicaron que han proporcionado más de mil millones de dólares de financiamiento para cuestiones climáticas en los cuatro años desde que empezaron a presentar informes conjuntos. Las finanzas del Grupo del Banco Mundial también pueden consultarse en virtud de su política de acceso a la información. La conferencia de París ofrece la oportunidad de establecer una ruta clara para evitar los efectos más perjudiciales del cambio climático; los líderes que asistan a la reunión no deben permitir que se les escape de las manos. Si cumplen sus promesas de modo creíble y transparente, los países ricos pueden demostrar su compromiso con este esfuerzo y aumentar la posibilidad de que se alcance un acuerdo efectivo. Ha llegado el momento de invertir en la lucha contra el cambio climático. Nuestras emisiones ya están teniendo efectos devastadores en todo el mundo. A medida que aumenten la volatilidad y la incertidumbre relacionadas con el clima, crecerán también los costos de la inacción. Pagina 14 de 19 Fuente: Rachel Kyte es vicepresidenta del Grupo del Banco Mundial y Enviada Especial para el Cambio Climático. Este artículo de opinión fue publicado en el portal de Project Syndicate el 23 de setiembre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: https://www.project-syndicate.org/ 7. UN PLANETA EN RIESGO DE COLAPSO El planeta bate todos los récords de temperatura casi cada mes. Este agosto ha sido el más cálido desde que hay registros globales, que arrancan en 1880, según ha advertido la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. No es un hecho aislado, los seis primeros meses del año ya habían sido los más cálidos jamás registrados en la Tierra. Y varias agencias oficiales internacionales fijaron 2014 como el año con la temperatura media más alta. España tampoco es la excepción: este verano se ha vivido la ola de calor más larga y el mes de julio más caluroso desde que la Agencia Española de Meteorología tiene registros fiables. Que la Tierra se está calentando es ya incuestionable. “El calentamiento en el sistema climático es inequívoco y, desde la década de 1950, muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios a milenios. La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado”. Así resumía el estado del planeta el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de la ONU. El quinto informe que este panel de 800 científicos presentó a finales de 2014 es la base que se está utilizando para las negociaciones de la cumbre sobre clima de París, el próximo diciembre. Del encuentro se espera que salga el protocolo que permitirá luchar contra el calentamiento del planeta, que ya está causando estragos en forma de fenómenos meteorológicos extremos. “Sin lugar a dudas, el cambio climático es el mayor problema ambiental al que nos enfrentamos”, opina José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha y uno de los científicos que forma parte del IPCC. “Este año se van a batir todos los récord”, añade. Acción del hombre Pero, ¿por qué se está calentando el planeta? “La influencia humana en el sistema climático es clara”, se indica en el informe del IPCC. Y uno de los principales impulsores es la emisión de gases de efecto invernadero desde el sector energético, el transporte y por el cambio de usos del suelo, ligado a la deforestación. “Es extremadamente probable que el hombre esté detrás del calentamiento global”, señala Moreno basándose en las conclusiones del informe IPCC. Eso quiere decir, explica este científico, “que hay un 95% de probabilidad”. “Es verdad que hay otros factores (como el vulcanismo, las variaciones de la órbita y del eje de la Tierra o el ciclo solar), pero numerosos estudios científicos señalan que la mayor parte del calentamiento global de las últimas décadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos sobre todo a causa de la actividad humana”. Estas palabras son del papa Francisco. En su primera encíclica –Laudato Si, difundida en junio– el pontífice señalaba al cambio climático como uno de los principales retos de la humanidad. Y apuntaba a los efectos adversos que se están detectando ya, como “catástrofes naturales regionales” y “crisis sociales o incluso financieras”. Pagina 15 de 19 El G7 se ha comprometido a llegar a un mundo sin combustibles fósiles La encíclica del líder la Iglesia católica se enmarca en un contexto de declaraciones internacionales y pronunciamientos políticos alertando del calentamiento global y de la necesidad de frenarlo. Unos días antes de hacerse pública Laudato Si, el G7, que agrupa a las principales potencias económicas, aprobó una declaración en la que mostraba su compromiso de llegar a un mundo sin combustibles fósiles, que son los que generan los gases de efecto invernadero cuando se queman para producir energía. El problema reside en que emitimos más CO2 del que el planeta es capaz de digerir. Los científicos apuntan a que las concentraciones de dióxido de carbono han alcanzado niveles nunca vistos en los últimos 800.000 años. Y varios expertos señalan hacia la necesidad de dejar sin explotar un tercio de las reservas de petróleo del planeta, la mitad de las de gas y el 80% del carbón que aún queda por extraer de las entrañas de la Tierra si se quiere evitar llegar a un punto crítico de calentamiento. El IPCC, que ya alerta de los fenómenos extremos que el mundo está sufriendo por el cambio climático, avisa de que la temperatura a final de siglo habrá aumentado entre 3,7 y 4,8 grados si no se adoptan medidas de control. Y, para evitar unas consecuencias desastrosas, los científicos han fijado en 2 grados el aumento máximo que el planeta se puede permitir en 2100. Para ello, se necesita recortar las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 40% y un 70% en 2050 y llegar a un nivel cero a final de este siglo. “Hemos perdido ya una década”, apunta Alejandro Lago, director de la cátedra Unesco de Territorio y Medio Ambiente de la Universidad Rey Juan Carlos. En diciembre, París acogerá la cumbre internacional del clima. Se espera que de este encuentro, auspiciado por la ONU, salga el protocolo de reducción de emisiones que sustituirá al de Kioto, caducado ya. Como recordaba hace unas semanas la ministra española de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, el pacto que salga de la capital francesa “será para siempre”. Es decir, que no se espera un compromiso para unos años, sino la hoja de ruta sin fecha de caducidad para conseguir que a final de siglo el balance de emisiones sea cero y así controlar el calentamiento del planeta. “Ya tenemos un cambio climático comprometido”, alerta el profesor Moreno. “Independientemente de lo que hagamos a partir de ahora, aumentará la temperatura”, señala en referencia a las toneladas de CO2 que se han lanzado ya a la atmósfera. “Nos hemos comido ya el 60% de nuestro presupuesto de emisiones, y en 20 años ese presupuesto estará agotado”. “Kioto no era nada comparado con la cumbre de París”, añade Moreno sobre el encuentro de diciembre. De Kioto se descolgaron las principales economías del planeta y, entre ellas, las más contaminantes, como EE UU y China. Esto parece que no ocurrirá en París. Ambos Estados han presentado ante las Naciones Unidas sus compromisos de reducción de emisiones para las próximas décadas. El presidente de EE UU, Barack Obama, a diferencia de la mayoría de sus predecesores, ha fijado como una línea estratégica de su último mandato la lucha contra el cambio climático. Y el Gobierno chino, presionado por los efectos nocivos de la contaminación para la salud de sus ciudadanos, también está haciendo una apuesta por las energías renovables y se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO2. Balance ecológico El acuerdo de París se espera que incluya a todos los países del mundo. No solo a algunas economías desarrolladas como ocurrió con Kioto. A finales de septiembre, 83 de los casi Pagina 16 de 19 200 Gobiernos del mundo habían presentado ya sus compromisos de reducción de emisiones. Las principales economías están ya presentes.El modelo por el que se ha optado en esta ocasión, entre otras cosas para facilitar que exista un acuerdo, es el de los compromisos voluntarios que asume cada país ante la comunidad internacional. Christiana Figueres, responsable de cambio climático de la ONU, explicaba a mediados de año a EL PAÍS, esta fórmula: “Lo que se construye es una autopista ancha, con diferentes carriles. La autopista lleva a la meta final que es el restablecimiento del balance ecológico entre las emisiones y la capacidad del planeta de absorberlas. Toda la autopista lleva a esa meta. Pero tiene varios carriles, porque cada país tiene que progresar de una manera diferenciada”. De momento, ya se sabe que los compromisos presentados ahora por los diferentes países no serán suficientes para evitar sobrepasar el límite de los dos grados en 2100, porque no implican recortar a mediados de siglo las emisiones entre 40% y un 70%, como propone el IPCC. Ante esta situación, la Unión Europea ya ha puesto sobre la mesa la necesidad de que los compromisos de cada Estado se revisen –siempre al alza– cada cinco años. Durante las próximas semanas, hasta llegar al encuentro de París, los Gobiernos seguirán negociando el texto legal. Las principales discrepancias pueden surgir sobre los mecanismos de control de los compromisos de reducción de emisiones y sobre la financiación de las políticas de mitigación de los efectos del cambio climático. Existe ya una promesa de crear un Fondo Verde para el clima a partir de 2020 que cuente con 100.000 millones de dólares cada año. Alejandro Lago aprecia que en esta ocasión “hay una movilización más alta” que otros años entre los líderes mundiales. Pero recuerda que “ya se han perdido muchas oportunidades” en las cumbres del clima anteriores. “El tiempo apremia”, insiste José Manuel Moreno sobre la necesidad de que en París se cierre un acuerdo consistente. “Tiene que existir el convencimiento de que esto es lo que viene y no hay un plan B”, opina Lago sobre las reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero. Desde distintos organismos internacionales ya se ha apuntado en esta dirección y se están analizando los efectos sobre la economía del planeta que un verdadero cambio en el modelo de emisiones de CO2 puede provocar. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha cifrado en 300.000 millones de dólares los activos en petróleo, gas y carbón que se devaluarán en las carteras de empresas e inversores en 2050 solo en el sector energético. Y entes como el Fondo Monetario Internacional o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos han instado a los Gobiernos de todo el mundo a que eliminen los subsidios al petróleo, el gas y el carbón para no prolongar más su vida. Mientras las Administraciones discuten el acuerdo de París, los efectos del calentamiento se siguen notando en el planeta. “No resolveremos la crisis migratoria o la crisis de pobreza sin resolver la crisis climática”, explicó a mediados de septiembre Carole Dieschbourg, la ministra de Medio Ambiente de Luxemburgo, que ostenta ahora la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea. “Existe una conexión entre las sequías en Irak y Siria con el cambio climático”, indica el Moreno. Estas sequías desencadenan pérdidas de cosechas. “Y cuando la gente no tiene qué comer hay migraciones”, añade este profesor, que sostiene que existen varios informes internacionales que resaltan a la vinculación entre conflictos y el calentamiento global. Pagina 17 de 19 Océanos desprotegidos Apenas el 3% de los mares y océanos gozan de algún tipo de protección En su último informe sobre pesca y acuicultura, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) apuntaba de nuevo hacia la mala situación de los caladeros mundiales. El 90% de las poblaciones de peces del planeta está en situación de sobreexplotación o plenamente explotadas, según se indica en ese análisis. Más allá de las 200 millas de Zona Económica Exclusiva de cada Estado los mares son el “salvaje oeste”, explica Juan Carlos Castilla, catedrático de Biología Marina de la Universidad Católica de Chile. Los océanos son los grandes desprotegidos del planeta y, al margen de la explotación con destinos pesqueros, se espera en los próximos años un aumento de los aprovechamientos marinos de minerales. El compromiso internacional es llegar a la protección del 10% de los océanos en 2020 y al 30% en 2030. A la vista de los progresos hechos hasta la fecha, esta meta parece muy complicada de cumplir. En este momento, apenas el 3% de los mares están bajo alguna figura de protección. Y, en demasiados casos, cuando existe una de esas áreas de conservación esta no va acompañada de verdaderos planes de gestión. Este fenómeno se conoce como parques de papel. Además de ser reservas de biodiversidad, los océanos son también grandes captadores de CO2. Se estima que absorben aproximadamente el 30% del dióxido de carbono que se emite en el planeta, con lo que contribuyen a frenar el calentamiento global. Pero, según alerta José Manuel Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, el cambio climático ha causado también una acidificación de los océanos. El IPCC estima que el aumento del CO2 desde 1750 ha hecho que el pH marino haya disminuido en 0,1 unidades desde entonces. Y, aunque no está suficientemente estudiado el efecto sobre la biodiversidad, se teme que este proceso de acidificación termine por castigar también a las especies marinas. Fuente: Nota informativa publicado en el periódico español El País el 13 de octubre de 2015 y disponible en el sitio web: http://elpais.com/ 8. CAMBIO CLIMÁTICO: ESENCIALMENTE, UN DERECHO HUMANO, POR RICARDO LAGOS Ya estamos muy cerca de la Conferencia de París sobre el Clima 2015, una cita que será definitoria para la suerte del planeta Tierra. Hoy día están confirmados plenamente a nivel científico los efectos del cambio climático en el calentamiento de la tierra, obra de un desarrollo que por 200 años sólo miró las cifras de avance y progreso, sin advertir los impactos negativos que se estaban produciendo en la naturaleza y la vida del ser humano. Todo indica que se está avanzado en muchos aspectos para lograr acuerdos, especialmente tras la última reunión en Lima y los anuncios de Barak Obama y Xi Jinping en noviembre pasado. Pero hay un vacío que impregna los documentos preparatorios: poco o nada se habla del clima sano como un derecho humano. Y este no es un asunto menor, porque determina el enfoque que tendrán las estrategias futuras. Para decirlo con claridad, lo que está en cuestión es la supervivencia del ser humano en este planeta, no la suerte del planeta. Este puede seguir existiendo, pero en condiciones que hagan muy difícil la vida de hombres y mujeres sobre la Tierra. Ya en Lima se habló de “justicia climática”. Y ello llama a pensar con nuevos ejes conceptuales el tema. No se trata sólo de adoptar medidas para mitigar el impacto y tratar de Pagina 18 de 19 llegar al 2050 con un planeta vivible. Se trata también de definir quienes deben actuar con más urgencia, de cómo proteger a quienes sufren las consecuencias aunque no hayan creado las causas y asumir que la interacción cambio climático-pobreza es un dato ineludible de la realidad. Cuando se dice en diversos eventos recientes que el impacto negativo en el medio ambiente socava los derechos humanos se habla de cosas concretas: el derecho a la alimentación, el derecho al agua, el derecho a la salud, entre otros. Son factores que exacerban las desigualdades existentes. El nuevo acuerdo sobre el clima, que debiera alcanzarse en París en diciembre, ofrece una oportunidad única para cambiar la ruta, lejos de la rutina y hacia un nuevo modelo de desarrollo sostenible. Sin embargo, en estas negociaciones hay que tener presente que las responsabilidades son diferentes de un punto de vista histórico. Sabemos que la emisión de gases de efecto invernadero (GEI), permanecen en la atmósfera entre cien y 120 años, esto es las emisiones de cien años atrás, están todavía en la atmósfera atrapando los rayos solares lo que genera el calentamiento global. No se necesita explicar que los GEI de hace cien años eran infinitamente menores que las actuales, no solo por el aumento de la población sino por el aumento de los niveles de vida, el mayor bienestar, la mayor producción que se ha generado en el planeta. La cumbre de París ofrece una oportunidad para cambiar la ruta, lejos de la rutina y hacia un nuevo modelo de desarrollo sostenible Sin embargo, los países que hoy son más desarrollados son los que tienen una mayor cantidad de emisiones, por así decir, acumuladas en la atmósfera. Casi el 30% de lo que está en la atmósfera corresponde a los GEI de Estados Unidos, seguidos de los países industrializados como Alemania, Reino Unido, Francia y algunos que rápidamente se están poniendo al día, como China y Rusia. Sin embargo, las consecuencias de este calentamiento global se sienten con mayor fuerza y afectan mucho más a esos sectores de la población que viven en lugares más pobres. En otras palabras, son los pueblos más atrasados económicamente los que más están expuestos a las consecuencias negativas del cambio climático. Como lo dijera el papa Francisco en su reciente encíclica, “los peores impactos probablemente del cambio climático, recaerán en las próximas décadas en los países en vías de desarrollo. Muchos pobres viven en lugares particularmente afectados por fenómenos relacionados con el calentamiento y sus medios de subsistencia dependen fuertemente de las reservas naturales y de los servicios eco-sistémico como la agricultura, la pesca y los recursos forestales. No tienen otras actividades financieras y otros recursos que les permitan adaptarse a los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas y poseen pocos acceso a servicios sociales y a protecciones”. Y ahí, con dramatismo y urgencia, aparece también la migración que se está produciendo como resultado del cambio climático; poblaciones pobres que no pueden adaptarse a un desierto que avanza. ¿Cuántos de los que migran del norte de África hacia los países europeos son el resultado de no poder seguir allí donde nacieron porque la sequía y el avance del desierto, hace imposible su supervivencia? Ellos no son responsables de haber cambiado el medio ambiente del planeta porque, en su atraso, prácticamente en esos lugares no emiten gases de efecto invernadero. El desafío es lograr que los países en desarrollo, los de menores ingresos, puedan seguir creciendo Pagina 19 de 19 Si bien todos los países concurrirán en París a hacer un gran esfuerzo, porque todos somos responsables como lo dice la convención de Kyoto, esta responsabilidad es diferente según cada uno de los países. Son responsabilidades comunes a todos pero diferenciadas. Es aquí donde se debe incorporar el concepto de justicia en estas negociaciones. El desafío en ellas es lograr que los países en desarrollo, los de menores ingresos, puedan seguir creciendo, pero no lo hagan como lo hicieron los países más desarrollados donde no había una conciencia de los resultados de la emisión de los GEI. Esto es lo que está en el meollo de introducir la idea de la justicia en negociaciones: tener claridad de las responsabilidades de unos y otros; y de las carencias y demandas de unos y otros. Lentamente, el mundo avanza hacia un nuevo paradigma, en donde cada país será medido no solo por el nivel de ingreso por habitante, sino tan importante como aquel, sobre cuál es el nivel de emisiones de GEI por habitante. El desafío es como se hace para crecer del punto de vista económico y simultáneamente buscar disminuir o mantener el nivel de emisiones de GEI que se genera con el aumento de dicho producto. Sabido es que la ciencia ha dicho con claridad que hacia el año 2050 tenemos que ser capaces de evitar un aumento de calentamiento global superior a dos grados Celsius, respecto de aquel que existía 200 años. Y por lo tanto, el derecho al desarrollo de muchos pueblos, puede estar en cuestión desde que estos necesitan seguir creciendo sin aumentar emisiones de GEI. Esa es la pregunta central para lo cual se requiere apoyo de los países hoy desarrollados en recursos financieros y en nuevas tecnologías. Se necesita derrotar la pobreza, para lo cual hay que crecer, pero crecer sin emitir. Y, por ello, son los recursos financieros y tecnológicos los que van a permitir que esta transformación global se pueda hacer de una manera sustentable. Fuente: Ricardo Lagos fue presidente de Chile. Este artículo de opinión fue publicado en el periódico español El País, el 12 de octubre de 2015 y se encuentra disponible en el sitio web: http://elpais.com/ Tel: 591 2 2799673 Fax:591 2117326 Calle 21 de Calacoto, Edificio Lydia, Piso 2 Of. 201 La Paz – Bolivia Página Web: www.institutoprisma.org Correo electrónico: prisma@institutoprisma.org Edición a cargo de Rodrigo Fernández Ortiz