PAGINAS WEB UTILES http://www.lafacu.com/apuntes/ecologia/ http://www.iespana.es/natureduca/hist_cumbres_clima.htm http://elprofe.iespana.es/elprofe/bibecol.htm#ECOLOGÍA http://www1.ceit.es/asignaturas/ecologia/Hipertexto/00General/IndiceGral. html http://ecologia.deeuropa.net/ http://ecoapuntes.homestead.com/ http://www.eda.etsia.upm.es/climatologia/principal.htm CAMBIO CLIMATICO Y ENERGIA El clima es el resultado de un sistema circulatorio a escala planetaria, el movimiento de la masa de aire que rodea el globo bajo la influencia de la radiación solar y el constante intercambio con océano y suelo en un equilibrio dinámico muy complejo, regulado por una serie de factores cuya influencia apenas empezamos a comprender, y que sin embargo, tenemos la certeza de que estamos alterándolos de forma irreversible. Ya a principios del siglo pasado se intuía que atmósfera y océano tenían un papel muy importante en la temperatura media del planeta y que parte de la energía que llegaba del Sol era, de alguna forma, retenida por la atmósfera. No mucho mas tarde (1861) se atribuyo al vapor de agua y al dióxido de carbono (CO2) esta absorción parcial, e incluso algunos científicos llegaron a aventurar que pequeños cambios en la proporción de estos gases podían tener efectos climáticos considerables. Este es un fenómeno que en los últimos años ocupa la atención mundial, y se denomina comúnmente efecto invernadero. La analogía se debe a que agua y dióxido de carbono (también otros gases como metano, oxido nitroso...) actúan como el vidrio en un invernadero: la radiación solar atraviesa la atmósfera y llega hasta la superficie donde se transforma en calor, que es reemitido nuevamente a través de ella como radiación infrarroja; una parte de esta radiación es absorbida por los gases de efecto invernadero (GI). La energía retenida hace que la temperatura media de la superficie del globo sea de unos 15ºC en lugar de los -18ºC que corresponden a la radiación que sale del planeta. Hay pruebas de que en épocas pasadas las variaciones en la cantidad de irradiación solar y en la composición de la atmósfera dieron lugar a unas condiciones ambientales muy diferentes a las de hoy. Así hace 100 millones de años, cuando existían los dinosaurios, la cantidad de CO2 era de 4 a 8 veces mayor y la temperatura media 10 o 15ºC superior a la actual, mientras durante la ultima glaciación, hace 10.000 años, la temperatura media bajo a 9 o 10ºC, en correspondencia con un contenido en CO2 de unos 2/3 del que conocemos ahora. Ciertamente el clima evoluciona, la cuestión es con que rapidez y con que margen de adaptación para los seres vivos. En poco mas de un siglo la actividad humana ha aumentado la cantidad de CO2 atmosférico en un 25% y doblado la concentración de metano; el reforzamiento consiguiente del efecto invernadero necesariamente dará lugar a un aumento de la temperatura, que se calcula de 1ºC cada 30 años, mientras que desde la ultima glaciación su ritmo de cambio ha sido de 1ºC cada 500 años. ¿Que transformaciones del clima pueden esperarse en adelante? Depende de la cantidad de emisiones de GI en los próximos años, de que fracción de estos permanezca en la atmósfera y de los fenómenos de reforzamiento o amortiguamiento del cambio que pongan en marcha las modificaciones del clima ya en curso. En un mundo que no se de por enterado, es decir si todo sigue como hasta ahora, se prevé que las emisiones de CO2 continúen creciendo un 1% anual hasta el año 2050, junto con la de otros GI (metano, oxido nitroso, CFC y ozono troposferico principalmente) que en conjunto pueden suponer un reforzamiento del efecto invernadero equivalente al del CO2. La mitad aproximadamente de este dióxido de carbono se transfiere al océano, al suelo y a la vegetación donde queda almacenado, pero esta proporción puede ser alterada en ambos sentidos: la estimulación del crecimiento de las plantas retiraría mas CO2, pero el aumento de temperatura podría acelerar la descomposición de los desechos biológicos liberando carbono en suelos secos y metano en arrozales y zonas pantanosas; sobre el proceso de acumulación en los océanos las incertidumbres son todavía mayores. A pesar de tantas cuestiones pendientes, se estima que la concentración de CO2 atmosférico se doblara hacia el año 2030. El único modo que tienen los científicos del clima de hacerse una idea de las consecuencias es elaborar modelos matemáticos en ordenador. La precisión con que puede preverse el comportamiento climático no es alta, pues la capacidad de calculo de los ordenadores limita el área mínima en que puede calcularse la evolución del clima. Tampoco es enteramente satisfactoria su exactitud, por la falta de conocimiento de las complejas y múltiples transferencias de gases y energía entre atmósfera, mar, hielos, bosques, etc... y particularmente de la evolución de las nubes y los océanos (un investigador estima en 10 o 15 años de trabajo el tiempo necesario para representar adecuadamente en los programas estos fenómenos, y otro tanto para resolver los problemas que se presenten). Aun así hay suficiente acuerdo entre los científicos del clima para prever un aumento de 1.5 a 4.5ºC en la temperatura de la superficie. Este cambio es comparable a los 5ºC que nos separan del máximo de la ultima era glacial (hace 18.000 años), pero desarrollado entre 10 y 100 veces mas deprisa. Las consecuencias no serán uniformes geográficamente; de nuevo van a pagar justos por pecadores. El ciclo hidrológico se vera alterado por la mayor evaporación del agua (que a su vez refuerza el calentamiento), se prevé un aumento de las lluvias en las latitudes altas durante el invierno, e intensificación de las sequías del 5% de frecuencia actual a un 50% para el 2050; las zonas con mayor riesgo son el interior de los continentes y precisamente las que mas la sufren hoy día: Sahel, Norte frica, Sudeste de Asia, India, Centroamerica y Mediterráneo. Con gran probabilidad, el nivel del mar se elevara debido a la expansión térmica del agua y la fusión de los glaciares de montaña. Se calcula un incremento de 10 a 30 cm para el 2030 y hasta 1 metro para el 2050. Una subida semejante significaría la contaminación de acuíferos, la recesión de costas y tierras húmedas, hasta el 15% de la tierra fértil de Egipto y el 14% de la de Bangladesh serian inundadas con la subida máxima prevista. Se teme un retroceso de los bosques en el interior de los continentes, sustituidos por ecosistemas mas degenerados. El calentamiento esperado excede con mucho la capacidad de migración de comunidades naturales, resultando una destrucción sin reemplazo y un empobrecimiento de los ecosistemas, perdida de especies y en definitiva perdida de la capacidad de la Tierra para soportar vida. Quizá la agricultura industrializada pueda responder a la nueva situación con suficiente rapidez (aunque en EE.UU. la ola de calor del año 1988 significo un descenso del 30% en la cosecha de grano), pero la agricultura de los países en desarrollo no tiene medios para una adaptación semejante. Hay muchos fenómenos de gran alcance cuya evolución frente al cambio climático es incierta, por ejemplo, las consecuencias de un Océano Artico sin hielo sobre las corrientes marinas y su influencia en la pesquería, o el probable desplazamiento de enfermedades tropicales hacia otras zonas de la Tierra. ¿Por que se ha llegado a esta situación y en un tiempo tan breve? La quema de combustibles fósiles arroja a la atmósfera una media de 3 Kg. de carbono por persona y día; esta media combina los 15 Kg. diarios de un norteamericano o los 4,5 Kg. de un español con el escaso 1,4 Kg. emitido por un habitante de un país no desarrollado. Los combustibles fósiles se queman casi exclusivamente para producir energía que, en el primer mundo es consumido 7 veces mas por habitante que en el Tercer Mundo. El modelo económico y productivo dominante identifica bienestar con expansión y esta con consumo de energía creciente (desde principios de siglo se ha multiplicado por 30). El 75% de la energía que se utiliza procede de combustibles fósiles: petróleo (32%),carbón (26%) y gas natural (17%), que producen unas 6 Gt anuales de CO2. Sin haberlo planeado nos hemos topado con los limites del sistema económico actual, bastante antes del anunciado agotamiento de los recursos. La única defensa razonable ante el cambio climático es la reducción drástica de emisiones de dióxido de carbono cambiando el sistema energético y por tanto el económico, renunciando a la devoradora filosofía de desarrollo sin limites. Se ha calculado que la estabilización de la concentración efectiva de CO2 en la atmósfera requiere la reducción de emisiones de origen energético al 70% del nivel de 1990 para el año 2020, y aun así dicha estabilización solo tendría lugar una década después con una cantidad de dióxido de carbono un 8% mayor que en 1990 La propuesta de la conferencia de Toronto (1988) es que en el 2005 las emisiones procedentes de uso de la energía y procesos industriales sean inferiores en un 20% a las de 1990. Este objetivo mínimo exige una revisión urgente de las políticas económicas, energéticas y de transporte del mundo desarrollado. Sin embargo, no es menos cierto que la satisfacción de las necesidades básicas del Tercer Mundo, formado por el 80% de la humanidad y donde tiene lugar el 90% del aumento de población, conlleva un crecimiento de la demanda energética que podría alcanzar un 4 o 5% anual en las actuales condiciones. Para dar salida a ambas prioridades hay que aplicar simultáneamente dos estrategias: el ahorro de energía mediante la racionalización del uso y el empleo de tecnologías eficientes, y obtención de la energía imprescindible por métodos renovables de bajo impacto ambiental. Todo ello dentro de un necesario cambio de modos de vida, reduciendo el consumo en el Norte para que el Sur tenga margen para aumentar el suyo hasta niveles dignos. Las crisis del petróleo de los años 1973 y 1979 demostraron que el ahorro puede considerarse en si mismo una fuente de energía: la intensidad energética (energía necesaria para producir una unidad de PIB) de la CE se redujo en un 25%. El informe de la Comisión Mundial para el Desarrollo y Medioambiente (informe Bruntland) señala que es posible reducir a la mitad el consumo de energía de los países ricos y crecer simultáneamente un 3% anual. Requiere un considerable esfuerzo la reconversion de las economías occidentales para aprovechar el potencial de ahorro, aunque, irónicamente, algunos analistas sostienen que en un verdadero mercado libre, no deformado por la presión de grupos de interés, seria la opción natural pues la obtención y quema de un barril de petróleo, por ejemplo, es mas cara que la implantación de medios de eficiencia que evitarían necesitarlo. Es fundamental que la demanda energética de los piases en vías de desarrollo se satisfaga con tecnologías eficientes, la utilización de la mejor tecnología disponible podría proporcionar, en ciertos países, un nivel de servicios similar al de Europa en los 70 con un consumo de energía solo un 20% superior al que tenían en los 80. Además la eficiencia reduce el numero de centrales necesarias, por tanto libera capital y disminuye la sensibilidad al coste de suministros. No faltan vías de solución a los problemas que enfrenta el planeta, sino voluntad política de llevarlas a cabo, como ejemplo véase que a lo largo de los últimos diez años menos del 1% de los prestamos del Banco Mundial se han dirigido a proyectos de eficiencia. Las energías renovables todavía reciben una atención meramente simbólica de muchos gobiernos, a pesar de ello suministran el 20% del consumo mundial, y para el año 2030 estarían en situación de cubrir el 70% si se impusiera la racionalidad energética. Por el contrario, pese a nacer con un apoyo gubernamental casi ilimitado, la energía nuclear solo alcanza a suministrar el 5% del consumo mundial y en la ultima década se ha llevado (junto con los combustibles fósiles) el 74% de la financiación publica para I+D de los países industrializados. Se pretende sacar partido del cambio climático para rehabilitar su mal nombre con el argumento de que no es generadora de CO2, pero se puede afirmar que la apuesta por la energía nuclear empeora el calentamiento global al desviar inversión en eficiencia eléctrica, que desplazaría bastante mas combustión de carbón por unidad de coste. Para enfrentar el cambio climático, la producción de energía eléctrica por métodos sin combustión basados en recursos renovables tiene ventajas abrumadoras: una central convencional de carbón emite 962 Tm/GW por hora de operación mientras una eólica tan solo 7.4 durante el proceso de construcción. La energía solar fotovoltaica y térmica se sitúan por debajo de esta cifra. Los impactos ambientales asociados (únicamente el ahorro energético, la energía no producida, carece de efectos ambientales indeseables) se centran en ocupación del suelo y alteración del paisaje (en algunos casos impacto sobre la avifauna, alto nivel de ruido, elaboración con productos peligrosos o suma de pequeños impactos), pero son en cualquier caso menores que los de fuentes convencionales: una central de carbón ocupa 2.7 veces mas territorio que una eólica para la misma producción de energía. Así como en materia de generación eléctrica existen alternativas viables e incluso, hoy por hoy, competitivas en el mercado, para un uso energético masivo y en crecimiento como es el transporte, la dependencia de derivados petrolíferos es superior al 95% sin que aparezca en el horizonte próximo ninguna tecnología que lo sustituya. El 30% del total de energía consumida en el mundo se emplea, como consumo final para transporte (la mitad del petróleo importado en el caso del estado español). Se estima que origina el 25% de las emisiones de carbono a la atmósfera, además del 47% de los óxidos de nitrógeno y cantidades semejantes de hidrocarburos y conocido de carbono. El transporte de mercancías por carretera en camiones de 40 Tm produce 5 veces mas CO2 que por ferrocarril, y sin embargo se prevé un crecimiento del 40 al 70% en los próximos 20 años del transporte por carretera. Las medidas aplicables para disminuir el impacto del transporte son, esencialmente, maximizar la eficiencia de los vehículos mediante normas de obligado cumplimiento para fabricante y usuarios (limites de velocidad) y reducir su utilización fomentando una amplia red de transporte publico con incentivos para el tren, y una política urbanística que favorezca el uso de la bicicleta y cierre el paso del coche al centro de la ciudad (todo lo contrario a la construcción de aparcamientos subterráneos). También planificación del territorio para disminuir las necesidades del transporte y la dependencia del coche privado en el urbanismo disperso. No hay mucho tiempo para la duda, el panorama con que se presenta el nuevo siglo es muy sombrío y nuestra capacidad para modificarlo disminuye con la acumulación de CO2. Cuanto mas se retrase la adopción de nuevas tecnologías energéticas eficientes y blandas mas difíciles serán las medidas a tomar. ECOLOGIA EFECTO INVERNADERO - CAMBIOS CLIMATICOS Llamamos "efecto invernadero" cuando la energía del sol queda atrapada por determinados gases, del mismo modo que el calor queda atrapado detrás de los cristales de un invernadero, dichos gases son llamados gases de invernadero que forman parte de nuestra atmósfera. Es muy importante tener en cuenta que este fenómeno ambiental forma parte del equilibrio de la naturaleza, gracias a el podemos sobrevivir en nuestro planeta. Cuando la luz solar llega a la tierra, una parte se refleja en las nubes, el resto atraviesa la atmósfera y llega al suelo permitiendo el crecimiento y el desarrollo de los seres vivos, otra parte es devuelta al espacio como energía infrarroja. Esta energía es absorbida por estos gases, provocando el calentamiento de la tierra y del aire, gracias a este calentamiento nuestro planeta tiene la temperatura necesaria para la vida. Los gases de invernadero son: Dióxido de carbono, ingresa a la atmósfera por medio de oxidación o de combustión de carbono orgánico. Metano, descomposición de sustancias orgánicas en ambientes pobres de oxigeno, en la combustión de combustibles fósiles. Ozono, se genera por la reacción de la luz solar con contaminantes comunes CFCS, sustancias químicas sintéticas. Monoxido de carbono, subproductos de cada combustión. Oxido de nitrógeno., provenientes de chimeneas de centrales energéticas que utilizan carbono, de los tubos de escapes de los automóviles, etc. A partir de la Revolución Industrial la emisión de estos gases se ha incrementado , esto ha provocado un gran desequilibrio ambiental produciendo un calentamiento en nuestro planeta. El gran crecimiento de la población aumenta las actividades comunes humanas como la quema de combustibles fosiles-carbon , petróleo y gas, la destrucción de bosques, el aumento del transporte, el consumo de leña y el crecimiento de la industria, siendo estas una de las principales fuentes de emisión de dióxido de carbono. Estas actividades degradan y destruyen nuestros recursos naturales. Las consecuencias de este desequilibrio son muchas y hacen peligrar nuestro ecosistema. El ciclo hidrológico se vera afectado por la mayor evaporación del agua , se prevé un aumento de las lluvias y sequías. Probablemente se acentuaran la intensidad y la frecuencia de huracanes y ciclones en las zonas tropicales, el nivel del mar aumentara, faltara agua potable en la India, la extensión de los desiertos en Africa será mayor; perdida de costas e Islas, etc. Debido a este fenómeno se esta produciendo un cambio climático acelerado, en Centroamérica, por ejemplo, la corriente del Niño esta provocando sequías, perdidas de cosechas , grandes lluvias, muertes, etc. Se ha descubierto un aumento de la temperatura de 2.5ºC en la Península Antártica, generando la desaparición de grandes superficies de hielo. Todas estas catástrofes tiene un punto en común, es que se debe a las alteraciones climatológicas producidos por el calentamiento global de la temperatura del planeta. Para la Argentina se pronostica un fuerte impacto economico-social, se registraran perdidas de cosechas inundaciones, sequías y aumento de aridez. Este breve articulo no tiene la intención de provocar temor entre nosotros, solo nos pone de manifiesto la necesidad de encontrar rápidamente una solución, reduciendo la emisión de gases, planificando el crecimiento urbano, creando nuevas normas para las industrias, desarrollando nuevas tecnologías que no perjudiquen nuestro entorno, proyectando y PARTICIPANDO de nuevos planes ambientales. El Cambio climático. Un problema de todos Clima en Crisis El cambio climático representa un grave riesgo para la salud de las personas y una situación que compromete la economía y sustentabilidad de los pueblos del mundo. La ciencia estima que la velocidad de los cambios climáticos que pueden producirse en las próximas décadas serán superiores a cualquier otro ocurrido en los últimos 10.000 años. La continua emisión de CO2 (dióxido de carbono), proveniente de la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas) y de la deforestación (al talarse los árboles, estos liberan el dióxido de carbono que tienen en su interior) están provocando el calentamiento global. A causa de esto, las concentraciones de este gas en la atmósfera a lo largo de los últimos 200 años han aumentado casi en una tercera parte. Pero, por más que el CO2 sea el principal gas de invernadero, de ninguna manera es el único. Cada gas de invernadero tiene lo que se conoce como su ¨ potencial de calentamiento global ¨, una medida de su efecto relativo de calentamiento. En un último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) en 1995 se señala que los potenciales de calentamiento de los diversos gases de invernadero son típicamente entre un 10% y 30% más altos de lo que se había informado anteriormente, o sea, estos gases son mucho más potentes de lo que se pensaba anteriormente. Desgraciadamente, el potencial de calentamiento de estos gases aumenta a medida que los científicos comienzan a desenmarañar los complejos procesos de retroacción que pueden presentarse en un clima mudable. Por ejemplo, un aumento global de la temperatura llevaría a una mayor evaporación del agua de los océanos. La mayor concentración de vapor de agua, un importante gas de invernadero, en la atmósfera produciría a su vez un aumento de la temperatura con el consiguiente aumento de la evaporación. Existen ciertos límites ecológicos que determinan la máxima variación climática que podríamos tolerar en el planeta sin sufrir consecuencias catastróficas. Estos límites permiten estimar cuál es la cantidad máxima de CO2 que podemos emitir para mantener el clima dentro de los mismos. Esa cantidad equivale a quemar sólo la cuarta parte de las reservas de combustibles fósiles actualmente en explotación. Uno de los límites que debemos respetar es que la temperatura global no se eleve en más de 1ºC. Sin embargo, se estima que de no adoptarse políticas de reducción de emisiones se aumentaría la misma en unos 5ºC para el próximo siglo. Superar ese límite ecológico significa incrementar el riesgo de inundaciones y sequías; el aumento del nivel del mar pondría en riesgo a millones de personas, así como al suministro de agua potable en muchos sitios; enfermedades infecciosas como la malaria y el dengue incrementarán sus áreas de incidencia y acompañadas de fenómenos meteorológicos cada vez más extremos, impactarán fuertemente sobre la salud humana. Esto hace suponer que impactos del calentamiento global tales como la mayor intensidad de eventos naturales como el fenómeno de El Niño - que afecta intensamente a nuestro país- hagan sentir sus consecuencias con mayor potencial El calentamiento, tuvo su pico de temperatura en la década del 80, la cual fue la más calurosa desde que se comenzaron a realizar las mediciones (hace 130 años) ¿Está ocurriendo ya? La complejidad del clima de la Tierra hace imposible saber con exactitud que es lo que va a pasar. Fluctuaciones del clima, sin embargo, ocurren naturalmente y existe una división de opiniones entre los expertos en cuanto a si lo que estamos viendo son las primeras indicaciones de un verdadero cambio climático. En 1991, la Comisión de Encuesta, un prestigioso organismo que asesora al Bundestag alemán sobre el cambio climático, con cluyó: ¨ nuestro planeta ya se está calentando. Los primeros indicios del cambio climático ya son medibles y palpables. Por lo tanto no existe ninguna razón para aplazar más aun las acciones urgentes que hacen falta ¨. En 1990, el IPCC declaró: ¨ los aumentos de las concentraciones atmosféricas de los gases de invernadero podrían llevar a cambios irreversibles en el clima que podrían detectarse antes de este fin de siglo ¨. Para cuando podamos conocer mas detalladamente los riesgos que comporta el calentamiento por efecto invernadero, es posible que hayan empezado a producirse complejos procesos de retroacción (feedback) ante los que estaremos inermes. Aun sin la presencia de tales procesos de retroacción es posible que no podamos aclimatarnos plenamente a un clima cambiado. El debate sobre todo consiste en evaluar estos riesgos y las consecuencias de no emprender ninguna acción. Algunos efectos que contribuyen al cambio climático *Efectos de los aerosoles de compuestos de azufre En el último informe del IPCC se afirma que un aumento de aerosoles en la atmósfera, principalmente aquellos compuestos de azufre procedentes de la combustión de combustibles fósiles o biomasa sobre amplias regiones del Hemisferio Norte, puede que esté contrarrestando una parte importante del efecto calentador del aumento de los gases de invernadero. El principal efecto directo de estos aerosoles es el de reflejar y dispersar la energía solar hacia el espacio, lo cual lleva un enfriamiento local y efectivamente oculta en parte el efecto invernadero suplementario producido por los gases de invernadero como el CO2 y el metano. Los aerosoles compuestos de azufre contribuyen al enorme problema ambiental de las lluvias ácidas. Los efectos enfriadores vienen limitados por el tiempo que pueden sobrevivir en la atmósfera. La vida media de los compuestos de azufre es de aproximadamente una semana, mientras que los principales gases de invernadero pueden permanecer décadas o hasta siglos. Por lo tanto, las medidas de control para reducir las emisiones de estos compuestos se plasmarían en una rápida reducción de las concentraciones de aerosoles, mientras que la reducción de emisiones de dióxido de carbono sólo produciría cambios lentos en la velocidad de aumento de las concentraciones atmosféricas de CO2 . Los volcanes, son una fuente natural, aunque aleatoria, de aerosoles. La erupción del volcán Pinatubo en Filipinas en 1991, causó un importante enfriamiento de la Tierra, pero este efecto se vio anulado en 1993 y 1994 a medida que los aerosoles cayeron de la atmósfera. 1994, ha sido el cuarto año más cálido desde que se iniciaron las mediciones. *Fertilización con dióxido de carbono Una consecuencia muy comentada del aumento de las concentraciones atomsféricas de CO2 es la de estimular el crecimiento de las plantas. Bajo condiciones de laboratorio el incremento de la concentración de este gas aumenta la velocidad de fotosíntesis en muchas plantas, y por lo tanto la velocidad a la que absorben el dióxido de carbono. El tema clave, sin embargo, es cómo las plantas y los ecosistemas reaccionan a un incremento de CO2 combinado con los efectos del cambio climático. Varios modelos del ecosistema planetario, descritos en un informe del IPCC en 1994, y tomando en cuenta estos dos factores, calculan que los efectos netos serían negativos en la vegetación durante períodos de décadas o siglos, liberando a la atmósfera entre 1 a 4 gigatoneladas ( miles de millones de toneladas ) de carbono al año. Sólo a largo plazo, cuando el clima se estabilice ( si es que esto ocurre ) podría absorberse y almacenarse de nuevo este carbono en la biósfera. *El efecto ¨ Sumidero ¨ Grandes masas de materia vegetal, como los bosques, desempeñan un papel clave equilibrando la cantidad de CO2 en la atmósfera, funcionando como ¨ sumideros ¨ de carbono. La identificación de estos sumideros ha resultado difícil: sólo en 1994, en el informe del IPCC, los científicos han llegado a la conclusión provisional de que el llamado ¨ sumidero perdido ¨; se encuentra principalmente en los bosques del Hemisferio Norte. Calcular su influencia, también ha resultado difícil ya que muchos otros factores, como las condiciones climáticas, afectan la capacidad de los bosques de actuar como sumideros de carbono. Una pregunta clave es si los bosques pueden continuar actuando como sumideros o si los cambios climáticos restringirán esta capacidad. Los modelos climáticos, prevén que las principales zonas climáticas se desplazarán hacia los polos, y teóricamente los tipos de bosques también migrarán junto con los cambios en el clima. Pero, un gran inconveniente sería que podría darse una drástica pérdida de biodiversidad si los tipos de bosques no se pueden mover como ecosistemas completos. Los bosuqes también están amenazados por una variedad de otras fuerzas: la industria maderera, la expansión agrícola y la lluvia ácida. Estos factores también afectan la capacidad de los bosques de absorber los excesos de dióxido de carbono. Si la actual cobertura planetaria de bosques no ha sido capaza de detener el aumento de la acumulación de CO2 , la capacidad de cobertura boscosa en el futuro tendrá menos influencia, aun. Las soluciones para el clima *Eficacia energética La eficacia energética rige la cantidad de energía que necesitamos consumir, y por lo tanto las emisiones de gases de invernadero. Entre 1973 y 1986 muchos países industrializados mejoraron su eficacia energética global en un 2% 3,5% anual, principalmente en respuesta al aumento del precio del petróleo. Para mantener esta tendencia las políticas domésticas de los gobiernos deberían incluir impuestos sobre la energía y el dióxido de carbono, planificación en base al coste mínimo en el sector energético, normas mínimas de eficacia para electrodomésticos, edificios, vehículos, iluminación y motores industriales. Los bancos multilaterales de desarrollo podrían desempeñar un papel clave en los países del sur y de Europa central y del este en materia de eficacia energética. A lo largo de los últimos diez años, sin embargo, menos de un 1% de los préstamos del Banco Mundial para proyectos de energía se han dirigido a ideas relacionadas con la eficacia energética. *Producción de energía Muchos gobiernos consideran la energía renovable como una anécdota. Entre los países industrializados, por ejemplo, el 74% de la financiación pública para la investigación y desarrollo durante los últimos 32 años se ha destinado a los combustibles fósiles y la energía nuclear. A pesar de esta falta de inversión, las energías renovables ya se han demostrado viables en muchos países. En California, EEUU, por ejemplo, la energía eólica ya suministra suficiente energía para mantener una ciudad del tamaño de San Francisco. En 1992 el Grupo de Naciones Unidas para la Investigación y Desarrollo de la Energía Solar descubrió que por cada millón de dólares invertido en el ahorro energético, se creaban dos veces más puestos de trabajo que la misma inversión en nuevos suministros de gas. Estudios realizados en el Reino Unido por la Asociación para la Conservación de la Energía señalan que existe la posibilidad de crear 500.000 puestos de trabajo a través un programa de 10 años para invertir 15 mil millones de libras en el ahorro energético. Un programa de estas características reduciría de forma importante las emisiones de CO2 (el Reino Unido no necesitaría generar tanta energía) y produciría ahorros de combustible por valor de más de 2 mil millones de libras durante el mismo período. Un reciente estudio en Alemania por el Instituto de Investigaciones Económicas sobre los posibles impactos de un impuesto energético, llegó a la conclusión de que no habría efectos negativos sobre la economía de forma generalizada y que a lo largo de un período de diez años se crearían 600.000 nuevos empleos. *La energía limpia en la Argentina La organización ecologista Greenpeace viene desarrollando una intensa campaña en la Argentina para promover el uso de la energía eólica. Una de las fuentes limpias de energía con mayor potencial en nuestro país. Con la Ley Nacional Eólica que Greenpeace está promoviendo se podrá darle un impulso a la industria del aprovechamiento intensivo de las energías limpias y renovables. Además, Greenpeace ha lanzado un desafío al Gobierno y a la industria con su propuesta para desarrollar 3.000 MW (megavatios) de potencia eólica para el año 2010. Utilizando los vientos de la Patagonia, el litoral marítimo bonaerense, y zonas del norte como la provincia de La Rioja, los molinos eólicos tienen en la Argentina un lugar en condiciones inmejorables para generar energía. Algunos molinos instalados en Chubut ya han batido records mundiales de rendimiento. El viento es una fuente limpia e inagotable de energía. Esta propuesta es sólo un primer paso y equivale a producir en el 201 el 7% del consumo energético nacional en ese año. Pero tan sólo este pequeño paso significa para la Argentina la generación de alrededor de 15.000 empleos directos e inversiones por más de 3.000 millones de dólares. Si se adoptase un programa eólico con este objetivo, sería una señal muy clara que Argentina podría brindar a la comunidad internacional como un compromiso concreto de salvar el clima del planeta y una apuesta seria hacia el desarrollo limpio. Las compañías de energía, por su parte, tendrán un rol fundamental en los próximos años para poner en marcha las energías limpias. Las inversiones son la llave para lograrlo. *El transporte La incidencia del transporte en el consumo de energía y la contaminación atmosférica es enorme. Esta incidencia podría reducirse en gran medida, con consecuencias altamente beneficiosas, no sólo para el medio ambiente, sino también para nuestra salud, si nos transportásemos de una manera más racional. En cada momento hay que evaluar cuál es el método de transporte más efectivo y más racional para nuestras necesidades. Calculemos el tiempo real empleado por cada medio de transporte, el costo económico que tiene cada uno, las comodidades o molestias que ofrece (pensemos en el stress de los embotellamientos, el tiempo empleado en la búsqueda de estacionamiento, el costo del estacionamiento, las multas. Por todo esto, se recomienda: - - Utilizar el transporte público en lugar del auto - - Reclamar más y mejor transporte público y menos autopistas - - Recordar que se puede ir caminando o en bicicleta a muchos lugares - - Compartir el auto. Cuatro personas en un solo auto es mejor que cuatro coches con una sola persona. - Antes de tomar el coche, evaluar siempre la comodidad real que le va a proporcionar su uso en cada momento. - - Si se va a usar el auto, revisar especialmente la presión de los neumáticos, el estado del filtro de aire, la carburación. *Unos cuantos valores que pueden ayudar Las siguientes cifras indican el porcentaje de energía que se ahorra respecto a la que consumía el aparato / hecho en cuestión antes del cambio: Bombilla fluorescente compacta Lavarropas en frío Lavarropas de bajo consumo energético Calefacción en casa bien aislada Calefacción de gas en ves de eléctrica Cocina a gas en vez de eléctrica Tender la ropa en vez de usar secadora Lavarropas con toma de agua caliente Usar papel reciclado en vez de papel virgen Reciclar el aluminio Usar el colectivo en vez del coche Caminar o ir en bicicleta en vez de usar auto Tapar las cacerolas al cocinar Permitir la ventilación de las rejillas de la heladera Descongelar regularmente Tostador de pan en vez de horno Neumáticos bien inflados Aire acondicionado evaporativo en vez de refrigerativo Necesidades de calor / frío tras aislar el techo Destapar el filtro de aire del coche Kioto: la imagen y la realidad 80% 80 / 92% 40 / 70% 50 / 90% 53 / 80% 53 / 80% 100% 75% 50% 90% 80% 100% 20 / 60% 15% 30% 63 / 75% 10% 90% 20 / 25% 20% La cumbre del clima de Kioto, conocida oficialmente como la "Tercera Conferencia de las Partes de Convenio Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas" tuvo lugar del 2 al 11 de Diciembre de 1997, y reunió a más de 10.000 asistentes, entre delegados, observadores de diversas organizaciones y periodistas. Participaron además 125 ministros de los países presentes, lo que la convirtió en la mayor conferencia sobre cambio climático celebrada hasta la fecha. En resultado más importante de la cumbre, y la razón por la que ésta despertó tanto interés en todo el mundo, fue la adopción de un protocolo legalmente vinculante que, por primera vez en la historia de la Humanidad, pone límites a las emisiones de los principales gases de invernadero en los países más prósperos. 39 países se comprometen a limitar sus emisiones durante el período 2008 - 2012; los países de la Unión Europea las reducirán (conjuntamente) un 8%, EE.UU. un 7% y Japón un 6%. Ucrania, la Federación Rusa y Nueva Zelanda las mantendrán, y Noruega, Australia e Islandia las aumentarán en un 1, 8 y 10 respectivamente. En términos globales, la reducción es del 2%. El resto de los países del mundo no asumieron ninguna limitación en las emisiones de gases de invernadero, a pesar de la cínica insistencia de EE.UU. y el resto de los países desarrollados (con la excepción de la UE) para que, al menos los mayores países "en vías de desarrollo" adoptaran algún compromiso de limitación de emisiones. Resulta evidente que la reducción de emisiones anterior es absolutamente insuficiente para frenar de forma apreciable el cambio climático, teniendo en cuenta que las emisiones globales de CO2 han de disminuirse en mas del 50%, y las de los países desarrollados en mucha mayor medida. Pero incluso como un primer paso, los objetivos acordados quedan muy por debajo de lo necesario, tanto por su cuantía como por estar muy alejados en el tiempo. Es muy importante empezar a reducir ya de forma drástica las emisiones de gases de invernadero, tanto para frenar la velocidad de acumulación de gases de invernadero en la atmósfera previniendo así posibles "sorpresas climáticas" en forma de cambios bruscos e impredecibles en el clima) como para evitar recortes de emisiones excesivamente rápidos en el futuro, que podrían traer problemas económicos y sociales. Queda por analizar si el protocolo de Kioto es suficiente para " mandar una señal " a la industria y a los gobiernos para que comiencen a cambiar el sistema energético actual hacia otro basado en la eficiencia energética y en las fuentes renovables de energía. En efecto, un examen detenido del protocolo revela que los negociadores han conseguido introducir en el mismo numerosas "vías de escape", que, de no atajarse, van a convertir los ya mínimos alcances del acuerdo en mera apariencia. Si los países ricos hubiera demostrado tanta voluntad e ingenio para encontrar soluciones para el cambio climático como para encontrar vías de escape, que permiten simular una reducción de emisiones sin cambiar sustancialmente el modelo energético (que es de lo que se trata), Kioto hubiera sido realmente un hito histórico. Tal y como está, el protocolo de Kioto es, principalmente, el resultado de una operación de imagen de los gobiernos. A destacar también el papel obstruccionista de las grandes multinacionales de la energía y el automóvil, que, organizadas en grupos de presión como la Coalición Global del Clima (GCC) en EE.UU. y la Mesa Europea de Industriales (ERT) en Europa, se oponen a cualquier reducción obligatoria de emisiones, y a los cuales hay que atribuirles en buena medida el resultado final de la cumbre. Como aspecto positivo de dicha cumbre se puede señalar que ha servido para poner en un plano destacado de la actualidad del problema del cambio climático y la poca voluntad de los países ricos para hacerle frente. Después de Kioto, ¿Qué? El protocolo de Kioto abre un proceso que, tras su firma, ratificación y entrada en vigor, dará lugar a una primera reunión de las partes. Esta reunión no se producirá hasta el 2000 o después, debido al largo proceso de ratificación y entrada en vigor del protocolo. Entretanto, cada año se celebrará una conferencia de las partes del Convenio sobre Cambio Climático, como la que celebrada en Buenos Aires entre el 2 y el 13 de noviembre de 1998. En ella no hubo prevista ninguna discusión sobre nuevos compromisos de reducción de emisiones ( que se dejarán para las reuniones de las partes del protocolo de Kioto ), pero si se discutieron temas importantes como la regulación del comercio de emisiones y la consideración de los sumideros de carbono. Desafortunadamente, después de 11 días de reuniones, no fue nada relevante lo que se alcanzó a discutir, y menos aun lo que se trató de solucionar. Esta, es la realidad que estamos viviendo cada día; y a pesar de todas las medidas que se estén tomando, o intentando tomar, queda también en cada uno el aporte que se hace para el bien o el mal del clima. Es esencial que cada habitante de este planeta tome conciencia de lo mal que se está haciendo al único lugar habitable, no sólo para que nosotros podamos vivir en un futuro cercano como lo estamos haciendo ahora, sino también pensando en los miles de millones personas a las que también les gustará disfrutar del aire limpio, los bosques, los mares y la vida. La Ecología Introducción Todos los seres vivos tienen una manera de vivir que depende de su estructura y fisiología y también del tipo de ambiente en que viven, de manera que los factores físicos y biológicos se combinan para formar una gran variedad de ambientes en distintas partes de la biosfera. Así, la vida de un ser vivo está estrechamente ajustada a las condiciones físicas de su ambiente y también a las bióticas, es decir a la vida de sus semejantes y de todas las otras clases de organismos que integran la comunidad de la cual forma parte.(1) Cuanto más se aprende acerca de cualquier clase de planta o animal, se ve con creciente claridad que cada especie ha sufrido adaptaciones para sobrevivir en un conjunto particular de circunstancias ambientales. Cada una puede demostrar adaptaciones al viento, al sol, a la humedad, la temperatura, la salinidad y otros aspectos del medio ambiente físico, así como adaptaciones a plantas y animales específicos que viven en la misma región.(2) La ecología se ocupa del estudio científico de las interrelaciones entre los organismos y sus ambientes, y por tanto de los factores físicos y biológicos que influyen en estas relaciones y son influídos por ellas. Pero las relaciones entre los organismos y sus ambientes no son sino el resultado de la selección natural, de lo cual se desprende que todos los fenómenos ecológicos tienen una explicación evolutiva. A lo largo de los más de 3000 millones de años de evolución, la competencia, engendrada por la reproducción y los recursos naturales limitados, ha producido diferentes modos de vida que han minimizado la lucha por el alimento, el espacio vital,el cobijo y la pareja.(1) También podemos definir el término ecología como el estudio de las relaciones mutuas de los organismos con su medio ambiente físico y biótico. Este término está ahora mucho más en la conciencia del público porque los seres humanos comienzan a percaterse de algunas malas prácticas ecológicas de la humanidad en el pasado y en la actualidad. Es importante que todos conozcamos y apreciemos los principios de este aspecto de la biología, para que podamos formarnos una opinión inteligente sobre temas como contaminación con insecticidas, detergentes, mercurio, eliminación de desechos, presas para generación de energía eléctrica, y sus defectos sobre la humanidad, sobre la civilización humana y sobre el mundo en que vivimos. La voz griega oikos significa "casa" o "lugar para vivir", y ecología (oikos logos) es literalmente el estudio de organismos "en su hogar", en su medio ambiente nativo. El término fue propuesto por el biólogo alemán Ernst Haeckel en 1869, pero muchos de los conceptos de ecología son anteriores al término en un siglo o más. La ecología se ocupa de la biología de grupos de organismos y sus relaciones con el medio ambiente. El término autoecología se refiere a estudios de organismos individuales, o de poblaciones de especies aisladas, y sus relaciones con el medio ambiente. El término contrastante, sinecología, designa estudios de grupos de organismos asociados formando una unidad funcional del medio ambiente. Los grupos de organismos pueden estar asociados a tres niveles de organización: poblaciones, comunidades y ecosistemas. En el uso ecológico, una población es un grupo de individuos de cualquier clase de organismo, un grupo de individuos de una sola especie. Una comunidad en el sentido ecológico, una comunidad biótica comprende todas las poblaciones que ocupan un área física definida. La comunidad, junto con el medio ambiente físico no viviente comprende un ecosistema. Así, la sinecología se interesa por las numerosas relaciones entre comunidades y ecosistemas. El ecólogo estudia problemas como quién vive a la sombra de quién, quién devora a quién, quién desempeña un papel en la propagación y disperción de quién, y cómo fluye la energía de un individuo al siguiente en una cadena alimenticia. El ecólogo trata de definir y analizar aquellas características de las poblaciones distintas de las características de individuos y los factores que determinan la agrupación de poblaciones en comunidades.(2) Objetivos Conceptualizar el término ecología. Definir niveles tróficos y cadenas alimentarias. Defininir el término biomasa. Definir ecosistema y diferenciar sus componentes y estructura. Establecer diferencia entre hábitat y nicho ecológico. Conceptualizar el término red trófica. Diferenciar entre población y comunidad. Definir potencial biótico. Identificar los distintos biomas terrestres. Niveles tróficos y cadenas alimentarias Todas las plantas compiten por la luz solar, los minerales del suelo y el agua, pero las necesidades de los animales son más diversas y muchos de ellos dependen de un tipo determinado de alimento. Los animales que se alimentan de vegetales son los consumidores primarios de todas las comunidades; a su vez, ellos sirven de alimento a otros animales, los consumidores secundarios, que también son consumidos por otros; así, en un sistema viviente pueden reconocerse varios niveles de alimentación o niveles tróficos. Los productores son los organismos autótrofos y en especial las plantas verdes, que ocupan el primer nivel trófico; los hervívoros o consumidores primarios ocupan el segundo nivel, y así sucesivamente. La muerte tanto de plantas como de animales, así como los productos de desecho de la digestión, dan la vida a los descomponedores o desintegradores, los heterótrofos que se alimentan de materia orgánica muerta o en descomposición procedente de los productores y los consumidores, que son principalmente bacterias y hongos. De modo que la energía procedente originariamente del sol pasa a través de una red de alimentación. Las redes de alimentación normalmente están compuestas por muchas cadenas de alimentación entrelazadas, que representan vías únicas hasta la red. Cualquier red o cadena de alimentación es escencialmente un sistema de transferencia de energía. Las numerosas cadenas y sus interconexiones contribuyen a que las poblaciones de presas y depredadores se ajusten a los cambios ambientales y, de este modo, proporcionan una cierta estabilidad al sistema. Biomasa y energía La red alimentaria de cualquier comunidad también puede ser concebida como una pirámide en la que cada uno de los escalones es más pequeño que el anterior, del cual se alimenta. En la base están los productores, que se nutren de los minerales del suelo, en parte procedentes de la actividad de los organismos descomponedores, y a continuación se van sucediendo los diferentes niveles de consumidores primarios, secundarios, terciarios, etc. Los consumidores primarios son pequeños y abundantes, mientras que los animales de presa de mayor tamaño, que se hallan en la cúspide, son relativamente tan escasos que ya no constituyen una presa útil para otros animales. La biomasa es la cantidad total de materia viviente, en un momento dado, en un área determinada o en uno de sus niveles tróficos, y se expresa en gramos de carbono, o en calorías, por unidad de superficie. Las pirámides de biomasa son muy útiles para mostrar la biomasa en un nivel trófico. El aumento de biomasa en un período determinado recibe el nombre de producción de un sistema o de un área determinada. La transferencia de energía de un nivel trófico a otro no es totalmente eficiente. Los productores gastan energía para respirar, y cada consumidor de la cadena gasta energía obteniendo el alimento, metabolizándolo y manteniendo sus actividades vitales. Esto explica por qué las cadenas alimentarias no tienen más de cuatro o cinco miembros: no hay suficiente energía por encima de los depredadores de la cúspide de la pirámide como para mantener otro nivel trófico. Ecosistemas Los ecólogos emplean el término ecosistema para indicar una unidad natural de partes vivientes o inertes, con interacciones mutuas para producir un sistema estable en el cual el intercambio de sustancias entre las plantas vivas e inertes es de tipo circular. Un ecosistema puede ser tan grande como el océano o un bosque, o uno de los ciclos de los elementos, o tan pequeño como un acuario que contiene peces tropicales, plantas verdes y caracoles. Para calificarla de un ecosistema, la unidad ha de ser un sistema estable, donde el recambio de materiales sigue un camino circular. Un ejemplo clásico de un ecosistema bastante compacto para ser investigado en detalle cuantitativo es una laguna o un estanque. La parte no viviente del lago comprende el agua, el oxígeno disuelto, el bióxido de carbono, las sales inorgánicas como fosfatos y cloruros de sodio, potasio y calcio, y muchos compuestos orgánicos. Los organismos vivos pueden subdividirse en productores, consumidores y desintegradores según su papel contribuyendo a conservar en función al ecosistema como un todo estable de interacción mutua. En primer lugar, existen organismos productores; como las plantas verdes que pueden fabricar compuestos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas sencillas por fotosíntesis. En un lago, hay dos tipos de productores: las plantas mayores que crecen sobre la orilla o flotan en aguas poco profundas, y las plantas flotantes microscópicas, en su mayor parte algas, que se distribuyen por todo el líquido, hasta la profundidad máxima alcanzada por la luz. Estas plantas pequeñas, que se designan colectivamente con el nombre de fitoplancton, no suelen ser visibles, salvo si las hay en gran cantidad, en cuyo caso comunican al agua tinte verdoso. Suelen ser bastante más importantes como productoras de alimentos para el lago que las plantas visibles. Los organismos consumidores son heterótrofos, por ejemplo, insectos y sus larvas, crustáceos, peces y tal vez algunos bivalvos de agua dulce. Los consumidores primarios son los que ingieren plantas; los secundarios, los carnívoros que se alimentan de los primarios, y así sucesivamente. Podría haber algunos consumidores terciarios que comieran a los consumidores secundarios carnívoros. El ecosistema se completa con organismos descomponedores, bacterias y hongos, que desdoblan los compuestos orgánicos de células procedentes del productor muerto y organismos consumidores en moléculas orgánicas pequeñas, que utilizan como saprófitos, o en sustancias inorgánicas que pueden usarse como materia prima por las plantas verdes. Aún el ecosistema más grande y más completo puede demostrarse que está constituído por los mismos componentes: organismos productores, consumidores y desintegradores, y componentes inorgánicos. La estructuración de un ecosistema consta de la biocenosis o conjunto de organismos vivos de un ecosistema, y el biótopo o medio ambiente en que viven estos organismos. Hábitat y nicho ecológico Para escribir las relaciones ecológicas de los organismos resulta útil distinguir entre dónde vive un organismo y lo que hace como parte de su ecosistema. Dos conceptos fundamentales útiles para describir las relaciones ecológicas de los organismos son el hábitat y el nicho ecológico. El hábitat de un organismo es el lugar donde vive, su área física, alguna parte específica de la superficie de la tierra, aire, suelo y agua. Puede ser vastísimo, como el océano, o las grandes zonas continentales, o muy pequeño, y limitado por ejemplo la parte inferior de un leño podrido, pero siempre es una región bien delimitada físicamente. En un hábitat particular pueden vivir varios animales o plantas. En cambio, el nicho ecológico es el estado o el papel de un organismo en la comunidad o el ecosistema. Depende de las adaptaciones estructurales del organismo, de sus respuestas fisiológicas y su conducta. Puede ser útil considerar al hábitat como la dirección de un organismo (donde vive) y al nicho ecológico como su profesión (lo que hace biológicamente). El nicho ecológico no es un espacio demarcado físicamente, sino una abstracción que comprende todos los factores físicos, químicos, fisiológicos y bióticos que necesita un organismo para vivir. Para describir el nicho ecológico de un organismo es preciso saber qué come y qué lo come a él, cuáles son sus límites de movimiento y sus efectos sobre otros organismos y sobre partes no vivientes del ambiente. Una de las generalizaciones importantes de la ecología es que dos especies no pueden ocupar el mismo nicho ecológico. Una sola especie puede ocupar diferentes nichos en distintas regiones, en función de factores como el alimento disponible y el número de competidores. Algunos organismos, por ejemplo, los animales con distintas fases en su ciclo vital, ocupan sucesivamente nichos diferentes. Un renacuajo es un consumidor primario, que se alimenta de plantas, pero la rana adulta es un consumidor secundario y digiere insectos y otros animales. En contraste, tortugas jóvenes de río son consumidores secundarios, comen caracoles, gusanos e insectos, mientras que las tortugas adultas son consumidores primarios y se alimentan de plantas verdes como apio acuático. Redes tróficas y alimentarias Se estima que el índice de aprovechamiento de los recursos en los ecosistemas terrestres es como máximo del 10 %, por lo cual el número de eslabones en una cadena alimentaria ha de ser, por necesidad, corto. Sin embargo, un estudio de campo y el conocimiento más profundo de las distintas especies nos revelará que esa cadena trófica es unicamente una hipótesis de trabajo y que, a lo sumo, expresa un tipo predominante de relación entre varias especies de un mismo ecosistema. La realidad es que cada uno de los eslabones mantiene a su vez relaciones con otras especies pertenecientes a cadenas distintas. Es como un cable de conducción eléctrica, que al observador alejado le parecerá una unidad, pero al aproximarnos veremos que dicho cable consta a su vez de otros conductores más pequeños, que tampoco son una unidad maciza. Cada uno de estos conductores estará formado por pequeños filamentos de cobre y quienes conducen la electricidad son en realidad las diminutas unidades que conocemos como electrones, componentes de los átomos que constituyen el elemento cobre. Pero hay que poner de relieve una diferencia fundamental, en el cable todas las sucesivas subunidades van en una misma dirección, pero en la cadena trófica cada eslabón comunica con otros que a menudo se sitúan en direcciones distintas. La hierba no sólo alimenta a la oveja, sino también al conejo y al ratón, que serán presa de un águila y un búho, respectivamente. La oveja no tiene al lobo como único enemigo, aunque sea el principal. El águila intentará apoderarse de sus recentales y, si hay un lince en el territorio, competirá con el lobo, que en caso de dificultad no dudará en alimentarse también de conejos. De este modo, la cadena original ha sacado a la luz la existencia de otras laterales y entre todas han formado una tupida maraña de relaciones interespecíficas. Esto es lo que se conoce con el nombre de red trófica. La red da una visión más cercana a la realidad que la simple cadena. Nos muestra que cada especie mantiene relaciones de distintos tipos con otros elementos del ecosistema: la planta no crece en un único terreno, aunque en determinados suelos prospere con especial vigor. Tampoco, en general, el hervíboro se nutre de una única especie vegetal y él no suele ser tampoco el componente exclusivo de la dieta del carnívoro. La red trófica, contemplando un único pero importante aspecto de las relaciones entre los organismos, nos muestra lo importante que es cada eslabón para formar el conjunto global del ecosistema. Productividad de los ecosistemas La productividad es una característica de las poblaciones que sirve también como índice importante para definir el funcionamiento de cualquier ecosistema. Su estudio puede hacerse a nivel de las especies, cuando interesa su aprovechamiento económico, o de un medio en general. Las plantas, como organismos autótrofos, tienen la capacidad de sintetizar su propia masa corporal a partir de los elementos y compuestos inorgánicos del medio, en presencia de agua como vehículo de las reacciones y con la intervención de la luz solar como aporte energético para éstas. El resultado de esta actividad, es decir los tejidos vegetales, constituyen la producción primaria. Más tarde, los animales comen las plantas y aprovechan esos compuestos orgánicos para crear su propia estructura corporal, que en algunas circunstancias servirá también de alimento a otros animales. Eso es la producción secundaria. En ambos casos, la proporción entre la cantidad de nutrientes ingresados y la biomasa producida nos dará la llamada productividad, que mide la eficacia con la que un organismo puede aprovechar sus recursos tróficos. Pero el conjunto de organismos y el medio físico en el que viven forman el ecosistema, por lo que la productividad aplicada al conjunto de todos ellos nos servirá para obtener un parámetro con el que medir el funcionamiento de dicho ecosistema y conocer el modo en que la energía fluye por los distintos niveles de su organización. La productividad es uno de los parámetros más utilizados para medir la eficacia de un ecosistema, calculándose ésta en general como el cociente entre una variable de salida y otra de entrada. La productividad se desarrolla en dos medios principales, las comunidades acuáticas y las terrestres. Relaciones intraespecíficas A nivel unicelular, tanto en organismos animales como vegetales, las relaciones entre los distintos individuos presentes en un medio determinado vienen condicionadas principalmente por factores de tipo físico y químico. Al ser su hábitat generalmente el agua, donde suelen formar parte del plancton, la rápida multiplicación de estos organismos puede provocar a veces en ambientes reducidos una cantidad excesiva de residuos metabólicos o un agotamiento total del oxígeno disuelto que provoque su muerte. La relación entre cada organismo unicelular viene mediada por el medio común que comparten, al que vierten sus metabolitos y del que reciben los de otros organismos. En el caso de los organismos de mayor entidad biológica, de formas pluricelulares, cualquier relación entre individuos de una misma especie lleva siempre un componente de cooperación y otro de competencia, con predominio de una u otra en casos extremos. Así en una colonia de pólipos la cooperación es total, mientras que animales de costumbres solitarias, como la mayoría de las musarañas, apenas permiten la presencia de congéneres en su territorio fuera de la época reproductora. La colonia es un tipo de relación que implica estrecha colaboración funcional e incluso cesión de la propia individualidad. Los corales de un arrecife se especializan en diversas funciones: hay individuos provistos de órganos urticantes que defienden la colonia, mientras que otros se encargan de obtener el alimento y otros de la reproducción. Este tipo de asociación es muy frecuente también en las plantas, sobre todo las inferiores. En los vegetales superiores, debido a la incapacidad de desplazamiento, surgen formaciones en las que el conjunto crea unas condiciones adecuadas para cada individuo, por lo que se da una cooperación ecológica, al tiempo que se produce competencia por el espacio, impidiendo los ejemplares de mayor tamaño crecer a los plantones de sus propias semillas. En el reino animal nos encontramos con sociedades, como las de hormigas o abejas, con una estricta división del trabajo. En todos estos casos, el agrupamiento sigue una tendencia instintiva automática. A medida que se asciende en la escala zoológica encontramos que, además de ese componente mecánico de agrupamiento, surgen relaciones en las que el comportamiento o la etología de la especie desempeñan un papel creciente. Los bancos de peces son un primer ejemplo. En las grandes colonias de muchas aves (flamencos, gaviotas, pingüinos, etc.), las relaciones entre individuos están ritualizadas para impedir una competencia perjudicial. Algo similar sucede en los rebaños de mamíferos. Entre muchos carnívoros y, en grado máximo entre los primates, aparecen los grupos familiares que regulan las relaciones intraespecíficas y en este caso factores como el aprendizaje de las crías, el reconocimiento de los propios individuos y otros aspectos de los que estudia la etología pasan a ocupar un primer plano. Relaciones interespecíficas En este caso prima el interés por el alimento o el espacio, aunque en muchas ocasiones, para conseguir unos fines se recurra a compromisos que se manifiestan en asociaciones del tipo de una simbiosis. Dentro de este amplio apartado se incluyen todas aquellas relaciones directas o indirectas entre individuos de especies diferentes y que se estudian en otros apartados. Entre ellas tenemos el parasitismo y la depredación, la necrofagia o el aprovechamiento de otros organismos para conseguir protección, lugar donde vivir, alimento, transporte, etc. La importancia de estas relaciones es que establecen muchas veces los flujos de energía dentro de las redes tróficas y por tanto contribuyen a la estructuración del ecosistema. Las relaciones en las que intervienen organismos vegetales son más estáticas que aquellas propias de los animales, pero ambas son el resultado de la evolución del medio, sobre el cual, a su vez las especies actúan, incluso modificándolo, en virtud de las relaciones que mantienen entre ellas. Poblaciones y sus características Puede definirse la población como un grupo de organismos de la misma especie que ocupan un área dada. Posee características, función más bien del grupo en su totalidad que de cada uno de los individuos, como densidad de población, frecuencia de nacimientos y defunciones, distribución por edades, ritmo de dispersión, potencial biótico y forma de crecimiento. Si bien los individuos nacen y mueren, los índices de natalidad y mortalidad no son característica del individuo sino de la población global. La ecología moderna trata especialmente de comunidades y poblaciones; el estudio de la organización de una comunidad es un campo particularmente activo en la actualidad. Las relaciones entre población y comunidad son a menudo más importantes para determinar la existencia y supervivencia de organismos en la naturaleza que los efectos directos de los factores físicos en el medio ambiente. Uno de sus atributos importantes es la densidad, o sea el número de individuos que habitan en una unidad de superficie o de volumen. La densidad de población es con frecuencia difícil de medir en función del número de individuos, pero se calcula por medidas indirectas como por ejemplo, los insectos atrapados por una hora en una trampa. La gráfica en la que se inscribe el número de organismos en función del tiempo es llamada curva de crecimiento de población. Tales curvas son características de las poblaciones, no de especies aisladas, y sorprende su similitud entre las poblaciones de casi todos los organismos desde las bacterias hasta el hombre. La tasa de nacimientos o natalidad, de una población es simplemente el número de nuevos individuos producidos por unidad de tiempo. La tasa de natalidad máxima es el mayor número de organismos que podrían ser producidos por unidad de tiempo en condiciones ideales, cuando no hay factores limitantes. La mortalidad se refiere a los individuos que mueren por unidad de tiempo. Hay una mortalidad mínima teórica, la cual es el número de muertes que ocurrirían en condiciones ideales, consecutivas exclusivamente a las alteraciones fisiológicas que acompañan el envejecimiento. Disponiendo en gráfica el número de supervivientes de una población contra el tiempo se obtiene la curva de supervivencia. De esas curvas puede deducirse el momento en que una especie particular es más vulnerable. Como la mortalidad es más variable y más afectada por los factores ambientales que por la natalidad, estos tienen una enorme 0influencia en la regularización del número de individuos de una población. Los ecólogos emplean el término potencial biótico o potencial reproductor para expresar la facultad privativa de una población para aumentar el número, cuando sea estable la proporción de edades y óptimas las condiciones ambientales. Cuando el ambiente no llega a ser óptimo, el ritmo de crecimiento de la población es menor, y la diferencia entre la capacidad potencial de una población para crecer y lo que en realidad crece es una medida de la resistencia del ambiente. Cadenas y pirámides alimenticias El nímero de organismos de cada especie es determinado por la velocidad de flujo de energía por la parte biólógica del ecosistema que los incluye. La transferencia de la energía alimenticia desde su origen en las plantas a través de una sucesión de organismos, cada uno de los cuales devora al que le precede y es devorado a su vez por el que le sigue, se llama cadena alimenticia. El número de eslabones de la cadena debe ser limitado a no más de cuatro o cinco, precisamente por la gran degradación de la energía en cada uno. El porcentaje de la energía de los alimentos consumida que se convierte en material celular nuevo es el porcentaje eficaz de transferencia de energía. El flujo de energía en los ecosistemas, procedente de la luz solar por medio de la fotosíntesis en los productores autótrofos, y através de los tejidos de hervíboros como consumidores primarios, y de los carnívoros como consumidores secundarios, determina el peso total y número (biomas) de los organismos en cada nivel del ecosistema. Este flujo de energía disminuye notablemente en cada paso sucesivo de nutrición por pérdida de calor en cada transformación de la energía, lo cual a su vez disminuye los biomas en cada escalón. Algunos animales sólo comen una clase de alimento, y por consiguiente, son miembros de una sola cadena alimenticia. Otros animales comen muchas clases de alimentos y no sólo son miembros de diferentes cadenas alimenticias, sino que pueden ocupar diferentes posiciones en las distintas cadenas alimenticias. Un animal puede ser un consumidor primario en una cadena, comiendo plantas verdes, pero un consumidor secundario o terciario en otras cadenas, comiendo animales hervíboros u otros carnívoros. El hombre es el final de varias cadenas alimenticias; por ejemplo, come pescados grandes que comieron otros peces pequeños, que se alimentaron de invertebrados que a su vez se nutrieron de algas. La magnitud final de la población humana (o la población de cualquier animal) está limitada por la longitud de nuestra cadena alimenticia, el porcentaje de eficacia de transferencia de energía en cada eslabón de la cadena y la cantidad de energía luminosa que cae sobre la Tierra. El hombre nada puede hacer para aumentar la cantidad de energía luminosa incidente, y muy poco para elevar el porcentaje de eficacia de transferencia de energía, por lo que sólo podrá aumentar el aporte de energía de los alimentos, acortando la cadena alimenticia, es decir, consumiendo productores primarios, vegetales y no animales. En los países superpoblados como China e India, los naturales son principalmente vegetarianos porque así la cadena alimenticia es más corta y un área determinada de terreno puede de esta forma servir de sostén al mayor número de individuos. Comunidades bióticas Se llama comunidad biótica al conjunto de poblaciones que viven en un hábitat o zona definida que puede ser amplia o reducida. Las interacciones de los diversos tipos de organismos conservan la estructura y función de la comunidad y brindan la base para la regularización ecológica de la sucesión en la misma. El concepto de que animales y vegetales viven juntos, en disposición armónica y ordenada, no diseminados al azar sobre la superficie de la Tierra, es uno de los principios importantes de la ecología. Aunque una comunidad puede englobar cientos de miles de especies vegetales y animales, muchas son relativamente poco importantes, de modo que únicamente algunas, por su tamaño y actividades, son decisivas en la vida del conjunto. En las comunidades terrestres las especies dominantes suelen ser vegetales por dar alimento y ofrecer refugio a muchas otras especies; de esto resulta que algunas comunidades se denominan por sus vegetales dominantes, como artemisa, roble, pino y otras. Comunidades acuáticas que no contienen grandes plantas conspicuas se distinguen generalmente por alguna característica física: comunidad de corrientes rápidas, comunidad de lodo plano y comunidad de playa arenosa. En investigaciones ecológicas es innecesario considerar todas las especies presentes en una comunidad. Por lo general, un estudio de las principales plantas que controlan la comunidad, las poblaciones más numerosas de animales y las relaciones energéticas fundamentales (cadenas alimenticias) del sistema definirán las relaciones ecológicas existentes en la comunidad. Por ejemplo, al estudiar un lago se investigarían primero las clases, distribución y abundancia de plantas productoras importantes y los factores físicos y químicos del medio ambiente que podrían ser limitadores. Luego, se determinarían las tasas de reproducción, tasas de mortalidad, distribuciones por edad y otras características de población de los peces importantes para la pesca. Un estudio de las clases, distribución y abundancia de consumidores primarios y secundarios del lago, que constituyen el alimento de los peces de pesca, y la naturaleza de otros organismos que compiten con estos peces por el alimento, aclararía las cadenas alimenticias básicas del lago. Estudios cuantitativos de éstos revelarían las relaciones enérgicas básicas del sistema y mostrarían con qué eficacia está siendo convertida la energía luminosa incidente en el producto final deseado, la carne del pez de pesca. Basándose en éste conocimiento, podría administrarse inteligentemente el lago para aumentar la producción de peces. La misión del ecólogo Tanto en el medio rural como en el urbano son muchas las tareas que debe llevar a cabo el ecólogo en el presente. Su misión fundamental, desde el punto de vista práctico, puede resumirse en una sóla palabra: prevenir. Cualquier acción irracional que se produzca en el medio biológico trae como consecuencia verdaderas reacciones en cadena. El consejo del ecólogo debe llegar antes y no después, porque una vez iniciado el proceso destructivo del ambiente resulta muy difícil detenerlo. La segunda misión del ecólogo es conservar, que no sólo implica evitar la destrucción sino favorecer, a veces artificialmente, a las poblaciones cuya existencia peligra. Los biomas o zonas de vida El bioma es una zona de vida dentro del gobo terrestre o más precisamente un tipo principal de hábitat en el que la vegetación dominante comprende algunos tipos característicos que reflejan las tolerancias del ambiente y a la que se vinculan determinadas comunidades animales. Es lógico que encontremos biomas acuáticos y continentales. Los primeros podrán subdividirse a su vez en lacustres o palustres (correspondientes a las lagunas y lagos), fluviales (ríos) y marinos (mares y océanos). En tierra firme podemos reconocer biomas específicos al bosque, la tundra, el desierto, la pradera, la estepa y la selva. La biogeografía es una ciencia de síntesis, derivada de la geografía y vinculada estrechamente a la biología, que intenta describir y explicar la distribución de los seres animados en la Tierra. Aunque la comunidad biológica es indivisible, se ha subdividido el campo de esta ciencia en dos grandes ramas: fitogeografía, que trata sobre la distribución de los vegetales, y zoogeografía, de los animales. Decimos que esta disciplina es sintética porque parte de datos analíticos que le brindan otras especialidades, tales como la botánica, la ecología, la zoología, la geografía física, la edafología y la climatología. A partir de este gran cúmulo de información se hace indispensable el rescate, entre los casos particulares, de las leyes básicas de la distribución biológica. Existen distintos tipos de biomas, tanto terrestres como acuáticos. Entre los biomas terrestres podemos distinguir: la tundra, la taiga, el bosque templado, la pradera, el bosque esclerófilo, el desierto y el bosque tropical lluvioso. Conclusión La ecología es la ciencia que estudia a los organismos en su propio hábitat, y las relaciones que mantienen a los seres vivos con su entorno. Actualmente la ecología se encarga de preservar la naturaleza y las especies en extinción. Los niveles tróficos son aquellos que dividen una cadena alimentaria en: productores, consumidores y descomponedores. Una cadena alimentaria es la transferencia de energía alimenticia a través de una sucesión de organismos que producen, consumen, y a su vez son consumidos por otros. La biomasa es la cantidad total de materia viviente en un momento dado y en un área determinada. Un ecosistema es un sistema estable de tipo circular en el cual existe una constante interrelación entre organismos vivos e inertes. Los componentes de un ecosistema son los productores, consumidores y descomponedores. Y su estructuración consta de el biótopo y la biocenosis. La diferencia entre hábitat y nicho ecológico es que el hábitat es el lugar en donde vive un organismo (domicilio), y el nicho ecológico es el papel que desempeña en él (profesión). Una red trófica es un conjunto de relaciones interespecíficas que forman parte de la cadena alimentaria o trófica. Una población es un conjunto de individuos de la misma especie que ocupan un determinado lugar, y comunidad es un conjunto de individuos de distinta especie que ocupan un determinado territorio. El potencial biótico se refiere a la capacidad de una población de aumentar en número. Los distintos biomas terrestres son: tundra, taiga, bosque templado, pradera, bosque esclerófilo, desierto y bosque tropical lluvioso. Bibliografía CULTURAL, S.A. Atlas de la Ecología Editorial THEMA España 1996 112 pp. VILLEE, C. Biología 7° edición Mc Graw-Hill Interamericana México 1995 875 pp CUERDA, J. Atlas de Biología Editorial THEMA Colombia 1994 93 pp. COSITORTO, A. Enciclopedia de Ciencias Naturales Medio Ambiente y Ecología Editorial Oriente S.A. España 1995 Tomo 3 313 pp. 1. THÉRON, A ; VALLIN, J. Ecología de las Ciencias Naturales Editorial Hora S.A. España 1987 133 pp. lafacu.com no se responsabiliza por el uso que otros o terceros, puedan darle a esta información.