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La Iglesia Católica y los Derechos
Humanos
M IGUEL CASTILLEJO G o RRAI7.
Desde el punto de vista memmente
profesional, de la práctica y aplicación
del Derecho, pudiera parecer incongntente toda aportación a este campo
de la filosoffa o la teologfa. Sin embargo, no lo es tanto si tenemos en cuenta
la in fluencia que la Etica y la Moral ha
tenido siempre en esta di sciplina
reguladora de la sociedad. De ahf que
consideremos interesante observar la
influencia de la Iglesiaen la fonnulación
final de los Derechos Humanos, pasados ya los cuarenta años de sudeclaración universal porla Asamblea General de las Naciones Unidas, y a un tiro
de piedra de la celebración del VCentenario de América, donde por desgracia tan nagramemente se conculcan a
pesar de los · últimos esfuerzos
democralizadores.
ñola, ha jugado un papel fundamental
en todo el proceso de fonnación histórica de una conciencia que ha posibilitado la gozosa situación del Estado de
Derecho que ahora contempl amos.
Bastar!a para esta defensa el análisis de la esencia cvangtlica que late en
esta consagración de los derechos del
hombre, pero es sin duda mucho más
exponente y adecuado para el JraJamiemo ciemffico exigible en niveles
acad~m icos realizar un breve e¡¡cursus
por esta lucha de filósofos y teólogos
cristianos en la formación de la conciencia de tales derechos, cuyo contexto histórico determ inante serfan los
tiempos de la modernidad.
Es incuestionable, y sobradamente
conocido. el protagonismo jugado por
La fomJUlaeión laica del ténnino la Iglesia -como dijimos- en la organiDerechos Humanos, así como el punto Lación polftica y social de los pueblos,
de partida que muchos tratadistas en- desde sus prime ros tiempos. En este
cuentran en la Declaración francesa de sentido. y valga como ejemplo, nos
los Derechos del Hombre de 26 de sorprende desde nuestra perspecti va
agosto de 1789, ha dado pie a algunos actual-y contemplando las limitaciopara criticar a la Iglesia su no interven- nes propias de la época- encontra r los
ción en dicha fonnulación. Es cierto poderosos matices de las actas de los
que la Iglesia, en su doctrina social, no Concilios de Toledo en la Espana
emplea el ténnino "Derechos Huma- Visigoda, los cuales propugnan la linos", por lo que es relativamente fácil mitación de los poderes absolutos de
la critica; no obstante, ésta ha sido los sobe ranos -el ''rex a regendo" de
hecha llevada por la ligereza, pues la San Isidoro ("Rey viene de regir", de
Iglesia, y concrctamcme la Iglesia espa- los que concluye que el que obra bien
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y correctamente, conserva el nombre all á de su status social y político. parde rey, y el que no. lo pierde)-, y la ticipande un orden érico-natural cuyos
protección de los derechos del pueblo. principios de base, procedentes del
estoicismo antiguoy, fundamentalmenDon Manuel Torres, catedrático de te, del cristianismo. son la unidad del
Histo ria del Derecho espruiol, y por género humano. la dignidad de la peraquel tiempo decano de la Facultad de sona humana, hecha a "imagen y seDerecho de la Universidad de mejanza de Dios"',la igualdad esencial
Salamanca, escribió en febrero de 1934 de los hombres. Estos principios, peren El Debate un artículo con el con- mitieron a la escolástica tomisla desacluyente úmlo "Las libertades públi- rrollaruna doctrina que reconocfa a los
cas nacen y se desarrollan a la sombra infieles un derecho narural de dom inio
de la Iglesia". lndcpcndiemcrn cntc del privado y público, que les ponía rcóritinte apologético propio de la editorial cameme a salvo de un supuesto derey tlcl momento polftico en el que se cho natural de conquista por pane de
escribe, puntualiza algo en lo que ve- los cristianos fundado en la infidelinirnos incidiendo: "si al estudiar -di ce- dad, que muchos defendían. Esta he·
y escribir la Historia de la organiza- rencia docrrinal fue la recogida por la
ción polftica y de las libertades públi- teología moral española de los siglos
cas de nuestra Patria , presc indi mos de XVI y XV II , que la desarrolló
la Iglesia católica, no lograremos sino sistemáticamente con ocasión del desuna visión falsa o a lo sumo fragmen- cubrimiento y ocupación de América,
cuya repercusión fue de gran alcance
taria, parcial".
para el derecho de gentes y el derecho
Inicia su ensayo, igualmenre, y con de colonización.
absoluro rigor. con la inJluencia de los
La teologíaespañola del siglo XVII
"'Libcrludiciorum" visigodo. en la "'Lcx
Romana Visigothorum", o en la redac- se caracteriza por un renacimiento inción rccesvi ntiana de la "Lex tegral, basado en el retomo a las fuc nvisigothorum", para seguidameme ha- res de la ciencia divina, en la aplicacer un recorrido por la participación ción de la razón, iluminada por la fe, a
eclesiástica en la conquista de las liber- los problemas de la persona humana,
tades y priv ilegios en municipios, cor- de la sociedad civil y religiosa. En esta
tes y caneillerfas tic nues tros reinos renovación, figura clave fue el domimedievales.
nico Francisco de Vitoria, el cual, formado enParfs enambiente nominalista,
El hombre medieval -siguiendo ya supo desde su cátedra de Prima en
con nuestra eKposición- conoce "dere- Salamanaca (1526- 46) am10nizar la
chos estamentales" , de rechos propios teología positiva y la racional, marde los estamentos, de los "estados" u cando la apenura de Salamanca a la
"órdenes" en que aparece cstrati licada modernidad. La Escuela Salmanticense
la sociedad. Esta se presenta al hombre fundada por Vitoria, conduce la Etica
del medievo como " naturalmente" y Moral a la órbita del derecho, del
estructurada en un orden jerárquico de derecho positivo, como también del
estamentos con un status desigual, en derecho natural, pero entendido ésle
el que la desig ualdad se asienta esen- no como manifestaciónde la ley etema
cialmente en el principio hereditario impresa en todos los hombres, sino
condicionado por el nacimiento. La como dictamen de la recta razón, autópen enencia a un estamento, orden o noma del a fe. Inicia el camino desde la
estado determinaba asf el patrimonio justicia al derecho, no a la inversa,
jurídico de cada cual, su situación j u- como se hacfa en la época anterior.
rfdica en el todo social.
Las coordenadas históricas en que
Sin embargo, la Edad Media no vive, crisis europea, imperialismo y
desconocía que todos los hombres, más colonialismo espanol, les da la moti-
vación para la elaboración de su doc- época en la historia del Derecho>' de la
trina, cuyos postulados sorprenden aún comunidad de los pueblos. Aquf es
por la valentfa de su pronunciamiento donde se armonizan rea li smo y
en dicho contexto y por la actualidad nominalismo. Aquf encuentra formude algunos de ellos, como por ejem- lación precisa el derecho de gcmes,
plo, lo que se ha venido en llamar que en definitiva no es más que el
Doctrina Espru1ola de Paz.
derecho del hombre y del humanismo
cristiano. Los indios, recién descuEn medio de un ambiente de tiran fa bienos, son sujetos de derechos y dey esclavitud, de absolutismos maquia- beres, porque son hombres, y esto es
vélicos y fanáticos absolutos, la rege- anterior e independiente del estado. la
neración social del hombre constitufa religión, la cultura. la situación de
para Vitoria y sus discfpulos el primer gracia o de pecado. El teólogo sal mangranobjetivo. Pero unhombre tal como tino se basa en el derecho natural para
es, libre yseñor de sus actos, conscien- rechazar los títulos ilcgftimos de la
te de sí mismo para un destino superior conquista. En su an:ilisis triunfa el
y trascendente. Unidos en una misma concepto cristiano del hombre. im arazón y en un mismo destino, los hom- gen de Dios, adomado de alma raciobres todos eran igualmente libres, te- nal, inmonal y redimido.
nían los mismos derechos naturales e
Desde este mismo derecho aborda
históricamente eran capaces de toda
civilización y podían ser educados en el tema de los tftulos legftimos: libre
cualqu ier régimen de libcnad.
comunicación y solitl ari dad natu ral;
derecho a la evangelización; a defenCuando todo era sacri ficado a la der a las personas co nvenidas; poder
razón de Estado, aquella reversión so- indirecto del Papa para deponer o
ciológica parecía ot ra revolución instaurar gobierno cristiano sobre los
copemicana. Y es que, efectivamente, convertidos; de recho a defender a los
los teólogos espai'loles proclamaron la inocentes; libre autodetemlinación,
primera cana de derechos humanos, debidamente garant izada, y petición
cuyo marco la encontramos en las de aliados y confederados.
Rcleclioncs de lndis (De tcmpcrantia,
De lndis, Delure BeUi),dcl Padre Vitoria.
Sus di scí pu lo y segui dores Carranza. Domingo de So to, Melchor
En la primera Relcctio (1537-38) se Cano, Diego de Covarrubias y Juan de
pregunta sobre la licitud de hacer la la Peña-completaron los principios de
guerra a los bárbaros y de ofreccr sacri- Vitoria con una serie de tratados, los
ficios humanos. En las siguientes (1539), cuales, especialmente los titulados De
después de reiterar la necesidad de con- legibus,consti tuyen el corpus doctrinal
sultar las dudas de conciencia y probar precursor del pensamiento j uríd ico
que los infieles tienen derecho al domi- moderno y wmcmporáneo.
nio, presenta y desmenuza siete títulos
ilegftimos sobre el derecho de conquisNi que decir Liene, que esta evoluta de América, referentes a la autoridad ción doctrinal no siempre tuvo la codel Emperador, el poder del Papa y el nrcspondiente proyección en el campo
de~cho de descubrimiento, que pare- del as instituciones, tanto públicas como
cen cerrar el paso a la legitimidad de la pri vada.~ . fuenemente marcadas por el
pcnnancncia española en América.
peso trad iciona l de un de recho
estamental"cuasi natural". La tesis de
Sin embargo, en "De iurc bcll i", la escuela salm anticense no llegó a
desvela toda la fuerta y trascendencia convenirse en decisión poHti ca, pues de su pensamiento, con la reelección como dice Luciano Pcreila- no pocas
de los tftulos legflimos. La pro fundi- veces signi fi có la antftesis de la realidad de lasafirmaciones vitorianas,como dad misma. Pero es injusto, igualmenrefiere Melquiades Andrés, abren una te, desconocer la innuencia cxrraord i-
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nariaque la doctrina tuvo en la política
de Carlos V, Felipe U y Felipe IlJ.
En virtud principalmente de los [i.
lósofos españoles, la tesis del impcria·
lismo cristiano en Europa entraba en
Francisco de Vitoria influyó en los franca decadencia. Con el tratado de
ministros del rey y del mismo empera· Ch&teau Cambrcsis ( 1599) España
dor. Presionado por sus canas. el con- empezaba arealizar el sueño de Yitoria.
destable de Castilla protestó en las Se finn aba la paz entre España y FranCorres de Toledo de las guerras que cia como base de unidad europea. Al
hacían Francia y España, y reclamó del tratado se adherfan todos los prfncipcs
emperador que salvara la paz de Euro· de Europa. No era mencionado el
pa. La novedad de su doctrina, que protestantismo y conjuntamente se
públicamente condenaba los abusos aceptaban a los países católicos y pro·
de la política española en América, testantes. En 1579 se hace la paz con el
estuvo a punto de enemistarle con Carlos mundo musulmán. Después de diez
V, pero la verdad y la justicia vencie- años de Lepanto. finnaba con los turron sobre las intrigas. El mismo empc· cos un pacto de no agresión. Para murador siguió acudiendo a los consejos chos significaban un escándalo aque·
de Vitori a en momentos difíciles.
llos tratados de no agresión con los
enemigos de la cristiandad.
Cuando Carlos V pensó en abandoPero la doctrina de los maestros
nar las Indias y retirar sus ejércitos de
Amcrica ante las críticas y dudas que españoles había creado un nuevo espfsuscitaron algunos maestros españo· ritu de comprensión y de tolerancia
les. el catedrático de Salamanca pro- polflica. Panía de una España como
testó que no era posible volver atrás, Estado nacional, democrático e indeaunque sí era necesario cambiar de pendiente políticamente del lmpcrio y
política. Las leyes de Indias de 1542 del Papado, de una América como
entraban en la nueva ruta ideo lógica comunidad de pueblos libres dirigidos
que en Salamanca había abierto Fran- políticamente por España, y de una
Europa fucnc y unida sobre la alianza
cisco de Vitoria.
francoes pailola al servicio únicamente
Sus discípulos lucharon por impo· de la paz imemacional. Señalaban ciernersu criterio en la legislación españo- tamente un camino que sólo en panese
la al serv icio de la paz imemacional, y siguió, y ello detemlinó el rmcaso del
fueron creando una conciencia social y sistema. Pero su esfuerlO e impulso
polftica que hizo posible que las mis- renovador supuso un tremendo avance
mas leyes recibidas con escándalo y enese proceso histórico concicnciador
revolución en 1542, fueran aceptadas de los derechos del hombre, hasta el
como la cosa más narural en 1573.
punto que hoy, con total seguridad.
podemos considerarlos precursores de
ll\ t: f)l'l r(\rh(\t:
212
1-fum,nn~
colonización de América , se iniciaban
Bibliografía
muchas veces invocando los textos de
Vitoria en la exposición de motivos. . Luciano Pcrcria, Mensaje conciliar de la
Se condenaba hasta el mismo nombre p01, Madrid 1967
de conquista, y Felipe 11 prohibió toda Id., Bien t:omún y p3l diná~iéa, Madrid,
clase de guerras en los pueblos de 1956
América sin autorización expresa de la · Luis G. Alonso, El Maesi ro Fray Francisco
Corona. Tan íntimamente estaban arrai· de Vlloria, Madrid, 1930
gados estos principios en la conciencia
espaflola, que los infom1es que se die- . G. f-raile, Historia de la Fllosoffa española.
1: Desde la época romana hasla fin ales del
ron a Legazpi para la conquista de siglo XVlJ, Madrid, 1971
Fili pinas invocaban la autorid ad y la
·M. Andrés. La teologfa española en el siglo
doctrina de Francisco de Vitoria.
Xvi, tm. 1, Madrid, 1976
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