Fauna amenazada por la brutalidad Humana En los llanos del Parque Nacional del Congo la semana pasada, los jóvenes del convoy subieron para hacer la ronda final en el campo. Ellos suavemente colocaron una estructura de madera que habían transportado por muchos kilómetros, y con éste el símbolo de la jungla africana: un gorila de montaña de espalda plateada de 280 kilos de peso. Sus brazos y piernas fueron atados a la madera, su cabeza colgando hacia abajo y manchas de sangre sobre su pelaje. Por: Sharon Begley / Agencias 31-Julio-2007 (09:08 a.m.) http://www.vanguardia.com.mx/diario/noticia/masnoticias/internacional/fauna_amenaza da_por_la_brutalidad_humana/19827 Los jóvenes con los pies descalzos, sus camisas y pantalones sucios por el polvo de la jornada, lo acostaron al lado de tres gorilas hembras más pequeñas, que también habían sido sacrificadas, luego en silencio formaron un semicírculo alrededor de los cuerpos. Cuando el tufo de la muerte sopló por el campo en la menguante luz del atardecer, un vigilante del parque se paró enfrente: “¿Qué hombre haría esto?” gritó. Se respondió a sí mismo: “Ni siquiera una bestia lo haría”. Los empleados del parque no saben quién mató a los cuatro gorilas de montaña encontrados con disparos de muerte en Virunga, pero fue el séptimo asesinato en dos meses, de los primates críticamente en extinción. Las autoridades dudan que los asesinos hayan sido cazadores, debido a que los gorilas y un infante fueron dejados atrás, el pequeño fue encontrado ceñido a su madre muerta en uno de los primeros asesinatos. La brutalidad e insensibilidad del crimen habría preocupado a los expertos de conservación de que los animales más peligrosos del mundo habían encontrado otra excusa para asesinar a las criaturas con quienes compartimos el planeta. “Esta área debe ser inmediatamente asegurada”, dijo Deo Kujirakwinja del Programa de Conservación de la Vida Silvestre del Congo, “No vamos a perder una población completa de estos animales en peligro de extinción”. Matar por placer Durante décadas, la principal amenaza fue la destrucción de hábitats. Ya sea que fuera de los empobrecidos locales quemando un bosque para criar ganado o una multinacional desnudando las laderas malasias cubiertas de árboles, la vida silvestre estaba muriendo debido a que las especies estaban siendo despojadas de sus hogares. Sí, los cazadores mataban tigres y otros animales de trofeo —como lo habían hecho antes de Theodore Roosevelt—, y para la subsistencia de los cazadores se llevaban monos para poner carne de animal salvaje en su mesa, pero no eran el peligro principal. Eso cambió. “La cacería, especialmente en África Central y Occidental, es mucho más seria de lo que hubiéramos imaginado”, dice Rusell Mittermeier, presidente de Conservación Internacional. “Es enorme, con el resultado de que la cacería ahora constituye la amenaza fundamental para algunas especies”. 1 Las fuerzas económicas también están en juego. Gracias a la globalización, la carne, el pelaje, las pieles y otras partes de animal son vendidas en una escala alarmantemente masiva por todo el mundo. Carne ahumada de mono viaja desde Ghana hasta Nueva York y Londres, mientras que los gourmets en Hanoi y Guangzhou se dan banquetes con las tortugas y el oso hormiguero escamoso de Indonesia. Hay un mercado próspero para la carne de animal salvaje entre los inmigrantes en Paris, Nueva York, Montreal, Chicago y otros puntos en la diáspora africana, con un estimado de 6 toneladas de carne llegando cada mes en siete ciudades europeas y estadounidenses. “La cacería y el comercio ya han resultado en amplias extinciones locales en Asia y África Occidental”, dice Bennet. “Los lugares salvajes del mundo se están quedando desolados”. Violar el frágil equilibrio ¿Qué tan rápidamente puede la apertura de los bosques arruinar la vida salvaje? Tres semanas después de que una compañía de explotación se abrió en el bosque del Congo, la densidad de los animales cayó en más del 25 por ciento; un año después de una carretera para explotación fue hacia áreas boscosas en Sarawak, Malasia, en 2001, no quedó ni un sólo mamífero grande. El problema ahora es que la cacería, aún los animales supuestamente protegidos, es un negocio global multimillonario en dólares. La carne de animales salvajes para comer “es ahora un símbolo de status”, dice Thomas Brooks de Conservación Internacional. “No es cuestión de subsistencia. No es asunto de pobreza. Es considerado súper sexy comer carne de animales salvajes”. Es difícil dar cifras exactas, pero lo que los grupos de conservación saben acerca de esto es sobrio. La cacería en Kilum-Ijim, Camerún, ha empujado a los elefantes, búfalos, chimpancés, leopardos y leones hacia la extinción. El hipopótamo común, el cual en 2006 estaba clasificado como la “última preocupación” debido a que sus números parecían ser saludables, es ahora “vulnerable”: en los pasados 10 años sus números han caído tanto como un 20 por ciento debido a que los hipopótamos son ilegalmente cazados para carne. Los hipopótamos pigmeos, clasificados como “vulnerables” en 2000, para el año pasado se consideraron en peligro de extinción. La explotación forestal ha ayudado a que los cazadores de carne de animal salvaje lleguen a los bosques de África Occidental donde viven los hipopótamos; quedan menos de 3 mil. Buenas intenciones Reservar parques y otras áreas de conservación es tan útil como la ejecución local. “La mitad de las principales áreas protegidas en el sureste de Asia han perdido cuando menos una especie de mamífero grande debido a la cacería, y la mayoría han perdido mucho más”, dice Bennett. En Doi Inthanon de Tailandia y Doi Sthep National Parks, por ejemplo, los elefantes, tigres y ganado salvaje han sido cazados así como los primates. El gobierno no puede pagar tantos guardabosques necesarios para patrullar las enormes regiones, y el resultado es el “síndrome de bosque vacío”, panoramas majestuoso donde ha florecido la fauna, pero donde los habitantes más grandes han sido cazados. 2 Con los gobiernos y grupos de conservación que reconocen el peligro de extinción que representa la explotación y la extracción, están tomando pasos para asegurar que los animales no salgan junto con la madera y los minerales. En una colaboración, el gobierno del Congo y la WC5 trabajan con una compañía suiza, Congolaise Industrielle des Bois para asegurarse de que los empleados y sus familias cacen solamente para el alimento para sus necesidades estrictas; la compañía también se asegura de que la carne de animal salvaje no sea almacenada para que los cazadores ilegales la comercialicen. Cualquiera puede darse cuenta de que la matanza de los gorilas de Virunga en el Congo es una aberración. A finales de semana, la UNESCO anunció que estaba enviando un equipo para investigar la matanza. 3