la esperanza triunfa sobre la desesperanza: pdf, 201kb

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Informe sobre la salud en el mundo 2004
cambiemos el rumbo de la historia
la esperanza triunfa
sobre la desesperanza:
casos como los de Anna y Joseph
están ayudando a cambiar
la historia del VIH/SIDA
Lastrado por décadas de inestabilidad política y agitación social, Haití
es el país más pobre de las Américas y uno de los más castigados por
la rápida propagación del VIH/SIDA. En gran medida como consecuencia
de esa epidemia, la esperanza de vida media cayó de 57 años en 1993
a 50 años en 2002. Según el Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la
Tuberculosis y la Malaria:
«Haití afronta la peor epidemia de SIDA existente fuera de
África. El año pasado fallecieron de SIDA 30 000 haitianos,
el doble de los que sucumbieron a la enfermedad en los Estados Unidos. Se estima en 250 000 las personas afectadas
por el VIH/SIDA, la mitad de ellas mujeres.» (1)
Pese a esas cifras descorazonadoras, la crisis sanitaria que vive Haití
no es irremediable. Una muestra de ello son los casos ejemplares de
dos haitianos cuya vida ha dado un giro gracias a la terapia antirretroviral. Pese a los recientes disturbios políticos, ambos siguen recibiinfraestructura de los servicios de salud locales.
HAITÍ
LASCAHOBAS
PUERTO PRÍNCIPE
Organización Mundial de la Salud
endo tratamiento como parte de un proyecto innovador de refuerzo de la
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David Walton/Partners in Health
Joseph Jeune es un campesino de 26 años de Lascahobas, localidad situada en la Meseta Central baja de Haití. Joseph gozó de buena salud hasta agosto de 2002, momento en que empezó a
perder peso y a tener fiebre. Con la ayuda de su familia viajó hasta varios consultorios en busca de
ayuda, pero su salud se deterioró con rapidez, y finalmente tuvo que guardar cama aquejado de una
infección oportunista gastrointestinal. Por entonces Joseph había abandonado toda esperanza de
recuperación, y sus padres, resignados a perderlo, ya habían comprado su ataúd.
Demacrado y a punto de morir, Joseph fue ingresado en la clínica de Lascahobas en marzo de
2003 tras ser derivado a ese centro por un agente de salud comunitario. Los médicos que le atendieron diagnosticaron una coinfección tuberculosa y empezaron a administrarle terapia antirretroviral
para el VIH/SIDA, así como tratamiento antituberculoso. Permaneció en la clínica durante casi dos
meses, luchando contra las infecciones. Joseph ha experimentado una notable recuperación y ha
ganado más de 18 kg. Ha recobrado fuerzas hasta el punto de que ha vuelto a trabajar en el campo,
y además gana algo de dinero limpiando zapatos en el mercado local.
Refiriéndose a la terapia antirretroviral, Joseph nos dice que:
«Estos medicamentos me han salvado cuando estaba al borde de la muerte. Todos
excepto mi madre habían perdido la esperanza hasta que empecé el tratamiento,
pero ahora nadie se da cuenta de que estoy enfermo a menos que yo se lo diga.
Hacía años que no me encontraba tan bien. Este tratamiento ha sido milagroso para
mí y para muchos otros. ¡Pensar que mi familia ya había comprado mi ataúd cuando
inicié el tratamiento, y ahora mírenme!»
Organización Mundial de la Salud
la historia de Joseph
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David Walton/Partners in Health
la historia de Anna
«Sin terapia antirretroviral, no estaría aquí para cuidar de mis niños. Seguro que
no estaría aquí», dice Anna. «Mi familia me ha ayudado en todo momento, pero sin
el tratamiento se hubieran tenido que resignar a preparar mi funeral. Ahora puedo
labrar un futuro para mis hijos.»
Anna piensa reanudar sus clases de costura, y mientras tanto ha recibido una ayuda de la clínica
de Lascahobas para trabajar como vendedora. Ahora podemos verla todos los días, sonriente, en
el mercado local.
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Anna Vincent, de 36 años, también es de Lascahobas y, como Joseph, llegó a estar muy enferma
– erupciones por todo su cuerpo, pérdida de peso y dolores abdominales – antes de que la llevaran
a la clínica. Había estado también en varios hospitales. Finalmente, en octubre de 2002 se le diagnosticó VIH/SIDA y tuberculosis y fue hospitalizada durante tres semanas, durante las cuales recibió
tratamiento contra esas dos enfermedades. La recuperación de Anna ha sido excelente, incluido un
aumento de peso de más de 16 kg.
Anna estaba formándose para ser costurera hasta que la enfermedad la obligó a dejar las clases.
Su marido trabajaba en la capital de Haití, Puerto Príncipe, desde donde se desplazaba a Lascahobas
cada dos semanas. Cuando el estado de Anna se agravó, se separaron.
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Fortalecer los sistemas de salud locales
En Haití la terapia antirretroviral se empezó a administrar en un hospital de la aldea de Cange en 1998. Recientemente, el Fondo Mundial y Partners In Health, con sede en Boston, han financiado un proyecto que permite ampliar
los servicios de tratamiento contra el VIH/SIDA y la tuberculosis, desde una zona de captación de 55 000 personas
hasta una zona con 260 000 habitantes que abarca la Meseta Central baja. El proyecto se basa en cuatro pilares:
1) atención integral contra el VIH/SIDA, lo que incluye tratamiento antirretroviral y medidas de prevención;
2) búsqueda exhaustiva y tratamiento supervisado de los casos de tuberculosis;
3) búsqueda exhaustiva y tratamiento de los casos de infección de transmisión sexual;
4) mejora de los servicios de salud de la mujer.
Anna y Joseph fueron tratados por David A. Walton, médico que reparte su tiempo entre la clínica de Lascahobas
y el Brigham and Women’s Hospital, Boston, EE.UU.
«Me alegro mucho de que se divulguen las historias de Anna y Joseph», dice este médico. «Son un ejemplo contundente de que el tratamiento antirretroviral salva y transforma la vida de la gente cuando todo parece perdido.
Muestran también lo mucho que se puede lograr con unos recursos bastante limitados, y subrayan la urgencia que
reviste la extensión masiva del tratamiento antirretroviral a otros países en desarrollo.»
Referencia
1. Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria. Portfolio of grants in Haiti (http://www.theglobalfund.org/search/
portfolio.aspx?countryID=HTI, visitado el 24 de febrero de 2004).
Nota: para más información sobre la estrategia terapéutica de atención y prevención integradas del VIH/SIDA, pueden consultar:
Farmer P, Léandre F, Mukherjee JS, Claude M, Nevil P, Smith-Fawzi MC et al. Community-based approaches to HIV treatment in resourcepoor settings. Lancet, 2001, 358:404–409.
El kit para la prensa del Informe sobre la salud en el mundo 2004 se puede conseguir en su integridad a través de la página de la OMS http://
www.who.int/whr. Pueden ponerse en contacto con Gary Walker, Informe sobre la salud en el mundo, e-mail: walkerg@who.int
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Uno de los beneficios colaterales del proyecto ha sido su impacto en la atención primaria. Como ha supuesto la
llegada de personal médico y de medicamentos esenciales, la implementación de los cuatro pilares ha tenido un
efecto favorable y cuantificable en varios objetivos de atención primaria, entre ellos la vacunación, la planificación
familiar, la atención prenatal, la búsqueda y curación de los casos de tuberculosis y la promoción de la salud. Otros
beneficios, si bien más difícilmente cuantificables, son la mejora de la moral del personal, una mayor confianza de
la población en los servicios de salud pública, y una mayor participación de la comunidad.
La clínica de Lascahobas es el centro que primero se benefició de la extensión emprendida en el marco del
proyecto, y actualmente cuenta con 15 camas para pacientes agudos. Recibe a más de 300 pacientes al día, en
comparación con unos 30 a mediados de 2002. Anteriormente la clínica, de carácter público, padecía un grave
déficit de financiación y de personal. La implementación de los cuatro componentes del proyecto comenzó a finales
de agosto de 2002, tan sólo dos meses antes de que Anna Vincent fuese ingresada. Desde entonces se han puesto
a punto otras cinco clínicas y hospitales, que abarcan toda la Meseta Central baja.
El programa de tratamiento para el VIH/SIDA de Lascahobas se basa en un programa preexistente para la
tuberculosis en cuyo marco los pacientes reciben visitas diarias de agentes de salud comunitarios, los llamados
accompagnateurs, durante todo el periodo de tratamiento. Esos accompagnateurs administran ahora también terapia antirretroviral a los enfermos de VIH/SIDA, acudiendo a su domicilio todos los días por la mañana y por la noche
para comprobar que toman la medicación. Sólo se hospitaliza a los pacientes agudos y, como en el caso de Anna y
Joseph, una vez que se logra estabilizarlos clínicamente, pueden volver a su hogar y recibir tratamiento diario allí.
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