HEMOTORAX Hemotórax es la presencia de sangre en el espacio pleural. El término hemotórax está reservado para los casos en los cuales el hematocrito del líquido pleural es al menos un 50% del hematocrito de la sangre periférica (1). Cuando en una toracocentesis diagnóstica se obtiene líquido hemático, el hematocrito invariablemente debe ser medido. Frecuentemente, cuando el líquido obtenido de una punción pleural impresiona como sangre pura, el hematocrito del líquido suele ser menor al 5%. HEMOTORAX TRAUMATICO La sangre puede ingresar al espacio pleural por injuria de la pared torácica, diafragma, parénquima pulmonar, vasos sanguíneos o desde estructuras mediastinales. Cuando la sangre ingresa al espacio pleural, tiende a coagularse rápidamente, presumiblemente como resultado de la agitación física producida por el movimiento del corazón y los pulmones. Loculación o tabicamientos ocurren tempranamente en el curso del hemotórax. Diagnóstico. El diagnóstico de hemotórax traumático debe ser sospechado en cualquier paciente con trauma penetrante o no penetrante de tórax. Así mismo debe enfatizarse que el hemotórax puede no ser evidente en la radiografía de tórax inicial. En una serie de 130 pacientes con hemotórax secundario a trauma no penetrante, el hemotórax no fue apreciado en la radiografía inicial en un 24% de los pacientes (2). A pesar que el hemotórax no fue observado en algunos pacientes debido a que la primer radiografía fue obtenida con el paciente en posición supina, otros pacientes no tenían evidencia de hemotórax en radiografías obtenidas en posición de pie (2). Es recomendado que todos los pacientes con traumatismos de tórax importantes, tengan una radiografía de tórax inicial, de ser posible, en posición de pie o sentado en la cama, con un seguimiento radiográfico durante las 24 horas después de sufrido el accidente. De acuerdo a la extensión radiológica el hemotórax puede clasificarse en tres grados: 1°- el nivel del hemotórax se encuentra por debajo del cuarto arco costal anterior; 2°- el nivel se encuentra entre el cuarto y segundo arco costal anterior y 3°- el nivel está por encima del segundo arco costal anterior. Esta clasificación es utilizada como guía por algunos cirujanos para decidir la conducta terapéutica: drenaje con tubo pleural en hemotórax de primer grado, toracotomía en aquellos de tercer grado y en aquellos de segundo grado se puede comenzar con tubo de avenamiento y eventualmente toracotomía de acuerdo a la evolución clínica del paciente. Más del 50% de los pacientes con hemotórax traumático tienen concomitantemente neumotórax independientemente de que el traumatismo sea cerrado o penetrante (2,3). El diagnóstico es establecido por la demostración de un hematocrito en el líquido pleural mayor del 50% del hematocrito de sangre periférica. Tratamiento. Los pacientes con hemotórax traumático deben ser tratados inmediatamente con tubo de avenamiento pleural, por las siguientes razones: 1) permite una casi completa evacuación de la sangre del espacio pleural; 2) si continua sangrando, permite cuantificar las pérdidas; 3) permite disminuir la incidencia posterior de empiema (4); 4) la sangre drenada del espacio pleural puede ser autotransfundida (5) y 5) la rápida evacuación de la sangre del espacio pleural permite disminuir la incidencia subsecuente de fibrotórax (6). Se recomienda la colocación del tubo pleural en una posición relativamente alta (cuarto o quinto espacio intercostal) en la línea medio axilar, debido a que el diafragma puede estar elevado como consecuencia del trauma (4). Los tubos torácicos deben ser de gran calibre (diámetro interno de 8-9 mm), teniendo en cuenta que la sangre frecuentemente presenta coágulos. Los tubos deben ser removidos una vez que el sangrado ha cesado, debido a que son fuentes potenciales de infección. Aproximadamente 20% de los pacientes con hemotórax requiere toracotomía. La toracotomía inmediata está indicada en: 1) heridas penetrantes en área cardíaca ya sea por taponamiento o por lesiones de grandes vasos mediastinales. 2) presencia de objetos empalados: los cuales se sacan únicamente por toracotomía. 3) heridas penetrantes en región inferior del tórax, por la posibilidad de afectación del diafragma o viseras abdominales. 4) debridamiento de tejido desvitalizado o 5) grandes fístulas bronquiales (7). La hemorragia pleural persistente es otra indicación de pronta toracotomía. No existe un criterio preciso en cuanto a la magnitud del sangrado para considerar la toracotomía, debiendo evaluarse cada caso en particular, pero un sangrado de más de 200 ml/hora, debe hacer pensar seriamente en la posibilidad de toracotomía. La toracoscopía es una alternativa en el tratamiento del hemotórax (8). Complicaciones. Las cuatro mayores complicaciones del hemotórax traumático son la retención de coágulos en el espacio pleural, infección pleural, derrame pleural y fibrotórax. La mayoría de los pacientes con retención de pequeños a moderados coágulos en el espacio pleural no presentan anormalidades pleurales residuales. La toracotomía debe ser realizada cuando más del 30% del hemitórax este ocupado por coágulos sanguíneos. En estos casos el tiempo promedio de hospitalización suele ser de 10 días (9). Empiema ocurre entre el 1 y 4% de los pacientes con hemotórax traumático (3,4,7). El empiema es más frecuente en los pacientes que ingresan con shock, con contaminación importante del espacio pleural, con injurias abdominales asociadas o con prolongados drenajes pleurales (6,7).La administración de antibióticos profilácticos previo a la remoción del tubo produce una significativa disminución de la incidencia de infecciones pleurales (10). El tratamiento del empiema que complica al hemotórax traumático es similar a los empiemas bacterianos que complican por ejemplo a infecciones respiratorias bajas o a instrumentación del espacio pleural. Debido a que muchos pacientes con hemotórax traumático y empiema son jóvenes y físicamente activos, la decorticación debe ser considerada si el tubo de drenaje no resuelve rápidamente la infección pleural. En más de un 10% de los pacientes con hemotórax traumático, se desarrolla derrame pleural después de retirar el tubo de drenaje (7). Muchos de estos derrames pleurales se resuelven espontáneamente, sin anormalidades pleurales residuales. Sin embargo, es importante realizar, en algunos pacientes, una punción pleural diagnóstica, a fin de descartar infección. Menos del 1% de los pacientes con hemotórax desarrollan fibrotórax. La evolución a fibrotórax es mas frecuente en pacientes con hemoneumotórax o con infección del espacio pleural. El tratamiento definitivo del fibrotórax es la decorticación. Sin embargo, la decorticación para el fibrotórax debe ser pospuesta por varios meses después de la injuria debido a que el engrosamiento pleural, frecuentemente, disminuye con el tiempo. HEMOTORAX IATROGENICO Cuando en un paciente internado se descubre un hemotórax, la posibilidad de origen iatrogénico debe ser considerada. Las causas más comunes de hemotórax iatrogénico son la perforación de una vena central o arteria por la inserción percutánea de un catéter (11). Hemotórax iatrogénico puede ocurrir luego de una punción o biopsia pleural, punción pulmonar percutánea, biopsias transbronquiales o terapia endoscópica para várices esofágicas (12). Pacientes con hemotórax iatrogénicos deben ser manejados con tubo torácico por iguales razones a las comentadas en hemotórax traumático. HEMOTORAX NO TRAUMATICO Los hemotórax no traumáticos son poco frecuentes. La causa más común es la metástasis pleural (13), mientras que la segunda causa es la complicación de la terapia de anticoagulación por embolia pulmonar (14). Hemotórax espontáneo puede ocurrir como resultado de la ruptura de un anormal vaso sanguíneo intratorácico, como un aneurisma de aorta (15), aneurisma de arteria pulmonar, un ductus arterioso o una coartación de aorta. Otras causas de hemotórax espontáneo, son los desórdenes de la coagulación tales como hemofilia, trombocitopenia, complicación de neumotórax espontáneo, secuestro broncopulmonar, endometriosis torácica (16,17), neumonía por varicela (18) y hematopoiesis extramedular intratorácica (19). La causa de hemotórax en algunos pacientes permanece desconocida a pesar de la toracotomía exploradora (20). Un tubo de avenamiento torácico debe ser colocado en pacientes con hemotórax espontáneo a fin de remover la sangre del espacio pleural y cuantificar el grado de sangrado. Si el sangrado es persistente (más de 100 ml/hora), se debe realizar toracotomía (21) BIBLIOGRAFIA 1. Light, R.W.: Hemothorax. In Pleural Diseases. Lea & Febiger, 1990, Philadelphia, pp. 263-268. 2. Drummond, D. S., Craig, R. H.: Traumatic Hemothorax: Complications and management. Am. Surg. 33: 403-408, 1967. 3. Graham, J. M., Mattox, K. L., Beall, A. C. Jr.: Penetrating trauma of the lung. J. Trauma 19: 665-669, 1979. 4. Beall, A. C. Jr, Crawford, H. W., De Bakey, M. E.: Considerations in the management of acute traumatic hemothorax. J. Thorac. Cardiovasc. Surg. 52: 351-360, 1966. 5. Barriot, P., Riou, B., Viars, P.: Prehospital autotransfusion in life-threatening hemothorax. Chest 93: 522-526, 1988. 6. Griffith, G. L., Todd, E. P., McMillian, R. D., et al: Acute traumatic hemothorax. Ann. Thorac. Surg. 26: 204-207, 1978. 7. Wilson, J. M., Boren, C. H., Peterson, C. R., Thomas, A. N.: Traumatic Hemothorax: Is decortication necessary? J. Thorac. Cardiovasc. Surg. 77: 489-495, 1979. 8. Mancini, M., Smith, L.M.,Nein, A., et al.: Early evacuation of clotted blood in hemothorax using thoracoscopy: Case reports. J. Trauma 34: 144-147, 1993. 9. Coselli, J. S., Mattox, K. L., Beall, A. C., Jr.: Reevaluation of early evacuation of clotted hemothorax. Am. J. Surg. 148: 786-790, 1984. 10. Brunner, R. J., Vinsant, G. O., Alexander, R. H., Laneve, L., Fallon, W. F., Jr.: The role of antibiotic therapy in the prevention of empyema in patients with an isolated chest injury.(ISS 9-10): A prospective study. J. Trauma 30: 1148-1153, 1990. 11. Krauss, D., Schmidt, G. A.: Cardiac tamponade and contralateral hemothorax after subclavian vein catheterization. Chest 99: 517-518, 1991. 12. Hussain, A., Raja, A. J.: Ocurrence of hemothorax (unilateral) after sclerotherapy. Am. J. Gastroenterol. 86: 1553-1554, 1991. 13. Berliner, K.: Hemorrhagic pleural effusion; An analysis of 120 cases. An. Intern. Med. 14: 2266-2284, 1941. 14. Rostand, R. A., Feldman, R. L., Block, E. R.: Massive hemothorax complicating heparin anticoagulation for pulmonary embolus. South. Med. J. 70: 1128-1130, 1977. 15. Huddy, S. P., Joyce, W. P., Pepper, J. R.: Leaking thoraco-abdominal aortic aneurysm presenting with a massive left haemothorax: A clinical trap. Postgrad. Med. J. 66: 292-293, 1990. 16. Wilkins, S. B., Bell-Thomson, J., Tyars, D. H.: Hemothorax associated with endometriosis. J. Thoracic. Cardiovasc. Surg. 89: 636-638, 1985. 17. Im, J. G., Kang, H. S., Choi, B. I., Park, J. H., Han, M. C., Kim, C. W.: Pleural endometriosis: CT and sonographic findings. AJR 148: 523-524, 1987. 18. Rodriguez, E., Martinez, M. J., Javaloyas, M., Nonell, F., Torres, M.: Haemothorax in the course of chickenpox. Thorax 41: 491, 1986. 19. Smith, P. R., Manjoney, D. L., Teitcher, J. B., Choi, K. N., Baverman, A. S.,: Massive hemothorax due to intrathoracic extramedullary hematopoiesis in a patients with thalassemia intermedia. Chest 94: 603-608, 1988 20. Yung, C.M., Bessen, S.C., Hingorani, V., et al.: Idiopathic hemothorax. Chest 103: 638639, 1993. 21. Light, R.W.: Chylothorax, Hemothorax, and Fibrothorax. In Murray, J.F., Nadel, J.A. (eds): Textbook of Respiratory Medicine, Sec. Edition. Philadelphia, W.B. Saunders, 1994, pp 2211-2221.