COLEGIO PIAMARTA ORACIÓN Y TRABAJO CURSO 5 BÁSICO APARATO RESPIRATORIO Damos el nombre de aparato respiratorio al conjunto de estructuras que permiten la captación de oxigeno y la eliminación del anhídrido carbónico producido en la respiración interna. En el hombre el proceso respiratorio tiene como órgano central a los pulmones, vísceras situadas en el tórax, a ambos lados del corazón. Para llegar a los mismos, la sangre venosa y el aire atmosférico siguen caminos distintos: aquella accede a través de las arterias pulmonares y éste por un largo conducto que comprende las fosas nasales, la faringe, la laringe, a tráquea y los bronquios. Laringe Es una estructura Músculo cartilaginosa, situada en la parte posterior del cuello, a la altura de las vértebras cervicales 5º, 6º y 7º. Está en comunicación con la faringe y con la tráquea. Es el órgano de la fonación. Está formada por tres cartílagos impares y medios, los cartílagos cricoides, tiroides y epigl6tico, y por cuatro pares laterales, todos ellos articulados, revestidos de mucosa y movidos por músculos. Internamente presenta una hendidura anteroposterior, la glotis, limitada lateralmente por unas cintillas membranosas, las cuerdas vocales, dos a cada lado, superiores e inferiores. Los músculos de la laringe movilizan Los cartílagos en el acto de la deglución, cerrando la abertura laríngea para evitar que penetre contenido alimentado en las vías respiratorias, y tensan las cuerdas vocales. Tráquea Es un conducto situado entre la laringe y el origen de los bronquios. Tiene entre 12 y 15 cm de longitud y está constituida por unos 16-20 cartílagos en forma de anillo unidos entre sí. Está revestida de epitelio con abundantes glándulas mucosas. Bronquios Son los conductos resultantes de la bifurcación de la tráquea. Se continúan con los bronquios lobares destinados a cada lóbulo pulmonar. En el pulmón derecho hay tres bronquios un bronquio lobar superior, uno medio y otro inferior, y en el pulmón izquierdo únicamente encontramos dos: un bronquio lobar superior y un bronquio lobar inferior. Estos, a su vez, dan lugar a los bronquios segmentarios, para los distintos segmentos de cada lóbulo pulmonar. Los bronquios segmentarios van dividiéndose en forma de ramificaciones hasta alcanzar tamaños diminutos, terminando cada uno de ellos en un alvéolo pulmonar. Su configuración anatómica es semejante a la de la tráquea. Pulmones Son dos, uno derecho y otro izquierdo, y están situados en el interior de la cavidad torácica, separados por el corazón y por los órganos del mediastino, espacio comprendido entre ambos pulmones. Son órganos blandos, esponjosos y dilatables. Su forma es la de un cono truncado. Presentan una cara externa en relación con la pared costal, una cara interna, en relación con el mediastino, una base que descansa sobre el diafragma y un vértice, situado a la altura de la primera costilla. Están divididos en lóbulos -tres en el derecho y dos en el izquierdo- por las cisuras. Tienen unos 26 cm de alto por 15 de diámetro anteroposterior, y una capacidad de unos 1.600 cm3, siendo el derecho mayor que el izquierdo. La estructura básica del pulman es el lobulillo pulmonar, que consta de un bronquiolo que se ramifica y termina en unas pequeñas dilataciones o alvéolos pulmonares, cada uno de los cuales está en contacto con una fina red de capilares sanguíneos en los que tiene Lugar la función esencial del pulmón, la hematosis u oxigenación de la sangre venosa. Después de circular por las vías respiratorias el aire inspirado penetra en los alvéolos pulmonares. En ellos el oxígeno atraviesa las membranas alveolar y capilar, pasando a los hematíes y fijándose en la hemoglobina de éstos. El dióxido de carbono sigue el camino inverso, y se expulsa en la espiración. Transporte de oxígeno: cuestión de presión Cuando el aire penetra en los pulmones y llega a los alvéolos pulmonares, el oxígeno atraviesa sus delgadas paredes y pasa a los capilares sanguíneos, que los rodean como una fina red. La hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos de la sangre, recoge el oxigeno del aire inspirado y lo transporta al corazón, desde donde se distribuye, a través de las arterias, a todas las células del organismo. Los glóbulos rojos recogen el dióxido de carbono de las células y lo transportan por las venas hasta el corazón, que lo impulsa hacia los capilares sanguíneos de los alvéolos para su expulsión al exterior. El cambio de oxígeno por dióxido de carbono se realiza porque, como todos los gases, ambos se trasladan desde las zonas de mayor presión a las zonas donde la presión es menor. Entre los alvéolos y los capilares sanguíneos también se produce esta diferencia de presión. Al inspirar, la cantidad de oxigeno en los alvéolos es muy superior a la que existe en los capilares, por lo que pasa hacia estos. Con el dióxido de carbono sucede lo mismo: existe una mayor cantidad en los capilares venosos que rodean los alvéolos, por lo que este gas pasa a los alvéolos pulmonares y se elimina a través de la espiración. Pleuras Son dos hojas serosas que recubren a los pulmones. Hay una pleura visceral que recubre la superficie pulmonar y una pleura parietal que corresponde a las paredes de la caja torácica. Ambas hojas están en íntimo contacto, pero existe un espacio entre ellas, el espacio pleural. Facilitan el deslizamiento de los pulmones sobre las paredes de la caja torácica. Vascularización del pulmón Existen dos circuitos con funciones distintas. Las arterias pulmonares conducen desde el corazón la sangre venosa procedente del ventrículo derecho y acompañan a los bronquios hasta la red capilar de los alvéolos. Las venas pulmonares recogen la sangre oxigenada en los alvéolos y conducen la sangre a la aurícula izquierda. Las arterias bronquiales son los vasos nutricios, existiendo uno para cada pulmón. La sangre venosa es recogida por las venas bronquiales que desembocan en la vena ácigos.