ALTERACIONES PSICOLÓGICAS DE PERSONAS ENTRE 25 Y 40 AÑOS QUE FUERON VÍCTIMAS DE VIOLENCIA FAMILIAR Y LA REPERCUSIÓN EN SUS RELACIONES DE PAREJA. Lic. Chiara Ridella INTRODUCCIÓN La violencia es un acto ya sea físico, psicológico o emocional que afecta cuerpo, identidad personal, creencias y pensamientos o posibilidades materiales de la persona agredida. En todos estos casos, éstas no desean la violencia y al recibirla han de soportar un grave perjuicio. (Navarro, Llistosella, Borrell, López, & Martorell, 2004) Dentro de lo considerado como violencia, existen distintos rubros desde las guerras hasta la violencia familiar. La violencia doméstica es una manifestación de desequilibrio de poder en una familia o relación; ésta puede ser física o psicológica y se produce en el seno de un hogar, afectando por lo menos a uno de los integrantes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en un estudio de aproximadamente 20 años hasta el 2010 en el mundo, un 30% de las mujeres fueron afectadas por violencia familiar o sexual, siendo atacadas por hombres que en ese momento eran sus parejas. Los índices más altos de este tipo de violencia suelen ocurrir en países africanos y del sudeste asiático, donde un 37% de estas mujeres ha pasado por algún suceso de esta índole. Según el MIMP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2014), en el año 2014 se registraron más de 33 mil casos de violencia familiar y sexual de los cuales 28,675 (88%) fueron víctimas mujeres. Alrededor de 51% de los casos fue por violencia psicológica, 38,3% física y 10.8% sexual. El 87% de estas víctimas mantenía una relación íntima con el agresor. En cuanto al motivo que generalmente explican los agresores, 45% fue motivado por celos y el 41% por la intención de separación de la pareja. El 71% de casos de violencia sucede a mujeres con uno a tres hijos y el 25% no tenían hijos. Como ha sido mencionado previamente, el mayor porcentaje de casos de violencia ocurre dentro de una familia, entonces un niño que crece en un ambiente en el que la violencia (de cualquier tipo) es común en el día a día, crece con alteraciones psicológicas que tendrán como consecuencia el desarrollo de la misma actitud para con su pareja y alrededor, repitiendo el ciclo de violencia interminablemente. La normalización de la violencia psicológica en las parejas jóvenes, facilita a diario la continuación del ciclo de violencia. Es a través de esto como las personas se han estado acostumbrando y conviviendo con la violencia permitiendo su curso a través del tiempo. Lo importante realmente es dar a conocer que este tipo de violencia, por más que sea invisible tiene graves repercusiones en las personas y puede llegar a ser un detonante de violencia familiar en un futuro, trayendo como consecuencia dichas alteraciones psicológicas. 13 DESCRIPCIÓN La violencia doméstica es una manifestación de desequilibrio de poder en una familia o relación, ésta puede ser física o psicológica y se produce en el seno de un hogar, afectando por lo menos a uno de los integrantes. Según los casos atendidos por el Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual en 2014, Lima es el departamento del Perú que registra mayor cantidad de personas afectadas por la violencia familiar, teniendo un total de 7 608 de enero a setiembre y registrándose 46 casos atendidos por día aproximadamente. Luego le siguen los departamentos de Junín (2 583 personas), Cusco (2 541 personas), La Libertad (1 909 personas) y Arequipa (1 625 personas). Los departamentos con menos casos registrados son Madre de Dios y Tumbes, con 185 y 116 personas registradas desde enero hasta agosto de este año. Un ambiente rodeado de violencia dentro del hogar, además de hacer crecer a los niños creyendo que la violencia es una forma normal de vida (que incrementa el riesgo de relaciones violentas de adultos) hace que presenten una serie de alteraciones psicológicas como depresión, irritabilidad excesiva, inmadurez extrema, problemas de sueño, angustia emocional, temor a la soledad, comportamiento agresivo, problemas de aprendizaje y aislamiento social, que interfieren con el desarrollo de su autonomía y personalidad. En diversas fuentes se afirma que no existe un perfil de agresor, sin embargo, el hecho de que los niños crezcan en un ambiente tan inestable como en el que incurre en la violencia doméstica y de género, hace que no tengan ningún tipo de confianza, ni seguridad en su hogar. Por eso, los niños son quienes corren más riesgo de convertirse maltratadores y maltratados por la pareja durante la adultez, además de tener una percepción totalmente negativa y problemas con el manejo de la ira. Debido a la inestabilidad del hogar de donde provienen, estos niños crecen con miedo al abandono y creen que eso es lo peor que la pareja les puede hacer, por ello a través de la fuerza y la violencia tratan de mantener el poder y control. Esto se demuestra en las cifras del MIMP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2014) sobre los motivos por los cuales los agresores atacaron a las mujeres en el año 2014, donde el 45% fue motivado por celos y el 41% por la decisión de separación de su pareja. Si bien en los últimos años, las mujeres víctimas de violencia doméstica y de género están denunciando a sus agresores, las cifras de casos atendidos por violencia familiar en los Centros Emergencia Mujer tienen variaciones con altibajos que dan a entender como esto contribuye pero no erradica el problema, dejando que el ciclo continúe por más tiempo. Hay que tener claro además, que para que la violencia en el hogar tenga algún efecto sobre el niño, no es necesario que este sea maltratado, basta con que solo sea testigo, esto es suficiente para crear alteraciones psicológicas en el desarrollo del niño. Como se mencionó previamente, las alteraciones psicológicas no solo generan cambios y desórdenes a corto plazo, sino también a largo plazo ya que la familia es la que enseña los patrones de conducta que el niño desarrollará cuando sea adulto. La crianza y desarrollo emocional de los niños depende generalmente de la de la madre, es por eso que si las mujeres permiten que sus parejas ejerzan violencia sobre ellas y los hijos son testigos. Bastará eso para causar alteraciones en el menor. PROBLEMA PRINCIPAL Alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. PROBLEMAS SECUNDARIOS Repetición del ciclo de la violencia de género debido a las alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. Desadaptación social a causa de las alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. 14 JUSTIFICACIÓN La violencia doméstica es un tema que afecta al ser humano, generalmente mujeres y niños, hace siglos. Según el MIMP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2015), en el Perú se registran miles de casos de violencia familiar al año, teniendo en cuenta que de enero a agosto del año 2014 se registraron alrededor de 40 mil denuncias. Casi el 90% de las agresiones y casos de violencia son en contra de las mujeres, pero el tema es mucho más profundo y cala más allá de solamente la integridad de la mujer agredida. El 71% de casos registrados por violencia doméstica son a mujeres con hijos, niños que crecen en un ambiente rodeado de violencia con situaciones poco favorables para el desarrollo de su autonomía y personalidad. Crecer en un ambiente rodeado de violencia, más aún dentro del hogar hace que los niños se vuelvan depresivos, tengan irritabilidad excesiva, inmadurez, problemas de sueño, angustia emocional, temor a estar solos, problemas de comportamiento agresivo, de aprendizaje, aislamiento social, y muchos más problemas que, además de ello, hace que el menor crezca creyendo que la violencia es una forma natural de vida. En el caso de crecer en un ambiente tan inestable como el que incurre a la violencia doméstica y de género, el niño se desarrolla en un ambiente totalmente inestable donde no tiene ningún tipo de confianza ni seguridad. Están en alerta al rechazo y separación, además de problemas con el manejo de la ira, así como distintos problemas de comunicación sobre sus necesidades de afecto (Mikulincer & Shaver, 2007). Según Castillo (Castillo, 2012) “la extrema activación experimentada durante los episodios traumáticos tempranos da como resultado que las emociones sobrepasan la capacidad reflexiva y racional”. Es así que el maltrato surge a partir de un intento erróneo por retener a la pareja, ejercer control y poder sobre la relación y la persona, ocultando la inseguridad del agresor. Así a través de la fuerza y la violencia se trata de recuperar el poder y el control. Parte de las estadísticas demuestran cómo durante el 2014 casi la mitad de los agresores afirman que fueron motivados por celos y o la decisión de separación de su pareja. Si bien actualmente muchas más mujeres toman acción y denuncian a sus atacantes, esto no asegura que los índices de violencia se vayan a reducir, porque siguen habiendo niños que presencian la violencia, hombres inseguros que maltratan a sus mujeres, y nadie está en la capacidad de anticipar un acto de violencia. Una persona con este trastorno emocional no va a cambiar de actitud, porque es una característica psicológica que ya ha calado en su interior desde la infancia. Es por ello que para atacar este problema es importante dirigirse a las nuevas generaciones, para que aquellos niños y adolescentes que crecen en hogares violentos sean conscientes de que esa no es una forma natural de vida, que no se puede vivir en un hogar con tanta violencia y lucha por poder. A pesar de la lucha constante por erradicar y superar el pensamiento machista, está aún presente en la sociedad del país. Las mujeres, deberían tomar conciencia de que el que pega una vez o el que maltrata una vez, va a volver a hacerlo, porque los hombres con este problema, tienen deficiencias emocionales que no saben controlar y han aprendido a través del ejemplo a combatirla con violencia. Las alteraciones psicológicas de personas provenientes de hogares violentos es un tema de suma importancia. En los niños es donde está el futuro de la sociedad, y para combatir un problema tan serio como la violencia doméstica y de género, es necesario ser conscientes de que los actuales agresores no van a cambiar. Por otro lado, sí se puede marcar una diferencia en sus hijos, para que no crezcan pensando que vivir en violencia es correcto y sean capaces de manifestárselo a algún adulto para que se pueda hacer algo al respecto. Así se podrá romper el círculo de violencia. La vida y el desarrollo emocional de los niños criados en hogares violentos pueden cambiar de rumbo si es que se tiene conciencia y se pone atención al tema. Con todo el desarrollo y evolución que gozamos a través del tiempo, ya es momento de cortar el ciclo de este problema que trae tantas muertes, abusos y retraso social. OBJETIVO PRINCIPAL Mostrar las alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. OBJETIVOS SECUNDARIOS Señalar la repetición de la violencia de género debido a las alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. Identificar la desadaptación social a causa de las alteraciones psicológicas de personas entre 25 y 40 años que fueron víctimas de violencia familiar y la repercusión en sus relaciones de pareja. 15 TÚ HACES LO QUE A MÍ ME DA LA GANA VIOLENCIA FAMILIAR La violencia familiar consiste en el uso de la fuerza para causar daños físicos o psicológicos a la persona para que esta se comporte de la manera que el agresor desee. Según Martha Torres Falcón, la finalidad de la violencia familiar es ejercer poder y control, no necesariamente producir daños. Siendo considerado un problema social grave desde los años 60, este tipo de violencia se puede presentar en diversas combinaciones de los miembros de la familia, entre cónyuges, de padres a hijos, entre hermanos, etc. En este caso en particular, la investigación se centrará a lo que refiere como violencia de género dentro de la familia. Según el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables en un estudio realizado durante el 2014, el mayor porcentaje de agresiones psicológicas, físicas y sexuales a personas adultas fueron ejercidas por sus esposos, convivientes, ex esposos o ex convivientes. Siendo estos: violencia psicológica (85%), violencia física (84%) y violencia sexual (50%). Existen mitos relacionados a la violencia familiar que permiten la creencia de que hay pocos casos, que el tema nunca va a ser allegado a uno, que sólo le pasa a gente de bajos recursos y que hay gente a la que le gusta ser maltratada o maltratador. Ideas como que los hombres son violentos por naturaleza, o que mientras más me pega más me quiere, son las que permiten que este tema siga encerrado y sin fin. Es preciso mencionar que en esta violencia familiar, existen personas que no necesariamente reciben el maltrato pero son testigos, los hijos. Y crecer en un hogar violento no es favorable para su desarrollo personal. 18 “CASI” NORMAL “LA MANZANA NO CAE MUY LEJOS DEL ÁRBOL” ALTERACIONES PSICOLÓGICAS Durante la niñez de cada persona, el desarrollo depende y es determinada por los padres. El hogar en donde el niño se desarrolle permite definir ciertos aspectos psicológicos que lo acompañarán durante toda su vida. Vivimos en una sociedad todavía patriarcal en la que todos los rasgos femeninos en hombres tienen que ser omitidos, poniéndole además una presión extra que contribuye con la intensificación de las alteraciones. Las alteraciones psicológicas son un conjunto de desórdenes del comportamiento del individuo que impiden que el mismo desarrolle su vida con normalidad en la sociedad. Estas alteraciones pueden ser causadas por distintos factores ya sean familiares o sociales, pero en ambos casos, la persona vive constantemente perturbada y con una percepción errónea de la realidad. En este caso, crecer presenciando violencia, ocasiona que las personas sean depresivas, tengan irritabilidad excesiva, inmadurez, problemas de sueño, angustia emocional, temor a estar solos, problemas de comportamiento agresivo, problemas de aprendizaje, aislamiento social, entre otras. Según Castillo, la experimentación extrema de episodios traumáticos tempranos, da como resultado emociones que superan la capacidad reflexiva y racional del individuo. Es así que tarde o temprano buscará algún medio para desahogar y recuperar poder sobre lo que nunca tuvo, utilizando medios que quizás no sean los más adecuados como seguir con el ciclo de la violencia. Es probable que estas alteraciones adquiridas, no sólo afecten a la persona sino a todo su entorno y cuando esté en una relación de pareja, reflejará todas sus perturbaciones en esa persona. VIOLENCIA FAMILIAR Y ALTERACIONES PSICOLÓGICAS La violencia familiar causa y es causada por alteraciones psicológicas por parte del agresor, quien llega un punto en el que no puede manejar la situación como la necesita e incurre en la violencia. Cabe resaltar que según Martha Torres Falcón, la violencia familiar no tiene otra finalidad más que ejercer poder y control, no necesariamente producir daños (no se afirma que no los produce). Esta necesidad de tener el control sobre las acciones de otras personas, sale a flote a raíz de experiencias vividas en la niñez que le causaron inseguridad y otras alteraciones psicológicas. Un hogar en el que se incurre a la violencia es sumamente inestable para un menor, ya que al estar en pleno desarrollo psicológico, crece sin ningún tipo de confianza, respeto, ni seguridad. Según Mikulincer y Shaver, cuando estos niños crecen, se intensifican todas las alteraciones desarrolladas y están en constante alerta al rechazo, tienen problemas con el manejo de sus emociones y varios problemas de comunicación. Esto se muestra en las estadísticas del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, siendo el 45% de los ataques ocasionado por celos y el 41% por intento de separación de la pareja. Lo más importante es que se tiene que cambiar la idea de la sociedad patriarcal en la que la violencia es algo cotidiano y o de familia, porque se están desarrollando potenciales victimarios dentro de estos hogares. OJOS QUE NO VEN PROYECTO La violencia familiar no es un tema que surge específicamente en el momento del acto violento, son una secuencia de señales o eventos que anticipan lo que vendría a ser este acto final. Desde jóvenes las personas deben de estar alerta a cualquier tipo de estas señales, desnormalizando la violencia que día a día pasa como cotidiana y usual. Muchas veces los jóvenes pierden la capacidad de distinguir entre algo verdaderamente normal y un acto violento. Esto puede deberse al enamoramiento, ilusión o inexperiencia de los mismos, es así como se genera una especie de ceguera voluntaria, donde las personas comienzan a tener ojos que no ven y no son capaces de detener estos actos antes de llegar a un episodio de violencia física o sexual. El concepto del proyecto surge debido a esta ceguera, ya sea voluntaria o no, por la que muchos jóvenes atraviesan a diario. Como se sabe, la violencia psicológica es el primer paso hacia un ciclo de violencia que es difícil acabar, es así que surge la idea del peligro trayendo como consecuencia el concepto de alerta para el proyecto. La violencia es una manifestación que siempre da señales previas, son una suma de hechos y acciones. Para parar el ciclo, hay que advertir y alertar a los futuros padres de familia para que sepan reconocer la violencia en todos sus aspectos. Es así como se disminuirán las alteraciones psicológicas en menores que podrían ser víctimas de violencia familiar. La idea del stop motion hace que los jóvenes se informen y distingan entre un acto normal y la violencia, presentándose de una manera accesible, humana y creativa.