Novedades sobre el Canon de Saneamiento de Aguas Residuales Industriales y posibilidades de reducción. 1 INTRODUCCIÓN Cada vez más, la bajada del nivel freático de los acuíferos de nuestra Comunidad, las elevadas necesidades de consumo de agua por parte de industrias y locales de ocio y recreo, el aumento de la temperatura ambiental media, la contaminación de los acuíferos y como dato más significativo el aumento del precio del agua, especialmente en las zonas del sur de nuestra comunidad, hacen que nos planteemos con urgencia el hecho de la reducción del consumo de agua a todo los niveles. 2 OBJETIVO Dentro de esta jornada dirigida a “Dar a conocer la nueva reglamentación sobre el Canon de Saneamiento, así como las posibilidades de reducción de consumos de agua y gestión de vertidos”, una vez conocida la reglamentación pasamos a ver qué posibilidades y necesidades tenemos las empresas para minimizar el consumo de agua. Por un lado, es importante señalar que cualquier sistema de minimización es específico para cada empresa, ni siquiera para un tipo o grupo de empresas similares. Los consumos de agua varían de empresa en empresa, por eso sólo es posible establecer algunas “Buenas Prácticas Genéricas” que eviten el despilfarro del agua. Por otro lado, minimizar el consumo de agua, significa minimizar la generación de aguas residuales. AIMME – Febrero 2002 Pag 1 Novedades sobre el Canon de Saneamiento de Aguas Residuales Industriales y posibilidades de reducción. 3 BALANCE DE UTILIZACIÓN DEL AGUA EN LA EMPRESA Las empresas obtienen el agua de dos fuentes principalmente: La Red municipal de abastecimiento. Autoabastecimientos (pozos, ríos, lagos, etc.) En muchas ocasiones se dan los dos casos. Utilizamos el agua de autoabastecimiento (generalmente de menor calidad) para tareas de lavado, enjuague, refrigeración, etc., y en general para aquellas tareas en las que el consumo de agua es elevado, generalmente favorecido hasta hace muy poco, por la idea de la propiedad del pozo, y la falta de control de éstos. El agua de red, mientras, desinfectada y de mayor calidad, se utiliza para el resto de consumos minoritarios, incluidos los servicios sanitarios. Una vez utilizada, el agua sigue uno de los siguientes caminos: Incorporación al producto (especialmente en las empresas del sector agroalimentario). Emisión en forma de aerosol o vapor de agua (en caso de disponer de torres de refrigeración, baños en caliente, etc.) Vertido sin depuración legal (restringiéndose únicamente a aguas urbanas en aquellos emplazamientos que disponen de alcantarillado municipal). Vertido con depuración (el resto). Otros usos, como riego, limpieza de naves, etc. Pérdidas (que en la mayoría de los casos son mayores de los estimados). El agua es obtenida de acuíferos por empresas que se dedican a su potabilización y conducción hasta los consumidores locales. (En el caso de Valencia, Aguas de Valencia obtiene el agua en el Embalse de Alarcón, canalizando las aguas prepotabilizadas por separado hasta las plantas de potabilización). Los consumidores locales (las empresas en este caso) pueden a su vez obtener esta agua (sin potabilizar) directamente del acuífero principal o de los acuíferos secundarios (subterráneos, canales de trasvase, etc.). AIMME – Febrero 2002 Pag 2 Novedades sobre el Canon de Saneamiento de Aguas Residuales Industriales y posibilidades de reducción. Una vez utilizada, el agua es vertida nuevamente al acuífero mediante inyección en el terreno, vertido en otros cauces, barrancos, suelo, etc., o enviada a empresas que se dedican a su depuración y vertido dentro de los límites establecidos por la legislación y que finalmente van a parar al acuífero original. 4 REDUCCIÓN DE LOS NIVELES DE CONTAMINACIÓN Durante el proceso de utilización del agua, ésta se contamina tanto de productos compuestos solubles como insolubles. Desde un punto de vista económico y legislativo, la reducción del consumo de agua no parece beneficiosa, dado que en un menor volumen de agua la concentración de contaminantes es mayor, y las empresas tienden a aumentar los consumos de agua. Sin embargo este argumento es falso por las siguientes razones: La dilución NO ES LA SOLUCIÓN al problema de la contaminación de las aguas. 5 Las concentraciones de los contaminantes también pueden reducirse. COSTES ASOCIADOS AL CONSUMO DE AGUA Una de las prioridades a la hora de implantar un sistema de reducción del consumo de agua es conocer cuál es el coste real del agua. Precio de compra: Las empresas suministradoras nos cobran un precio por metro cúbico de agua servido, que dependiendo de la zona geográfica en que nos encontremos puede oscilar entre 0,25-0,30 €/m3 (40-50 pts/m3) hasta más de 1,2 €/m3 (200 pts/m3). La tendencia es equiparar este coste el de Cataluña y Alicante, donde la falta de recursos y la conciencia política y social han elevado el precio hasta este último valor de 1,2 €/m3. Precio de vertido: El precio de vertido es función del volumen de agua vertida y de la concentración de contaminantes. AIMME – Febrero 2002 Pag 3 Novedades sobre el Canon de Saneamiento de Aguas Residuales Industriales y posibilidades de reducción. Coste de bombeo: En el caso de autoabastecimiento o almacenamiento de agua de red, el coste del bombeo es función tanto del caudal como la presión y el rendimiento del sistema de impulsión. Costes de mantenimiento: Mantenimiento de bombas, caudalímetros, contadores y conducciones que se estropean por la acción corrosiva del agua y sus compuestos o por deposiciones calcáreas. Coste de tratamiento: En el caso de pre-tratamiento del agua de aporte, descalcificación u ósmosis inversa. Debemos tener en cuenta tanto los costes de adquisición de la tecnología como los de compra de reactivos. En el caso de depuración final, la adquisición de la instalación, la compra de reactivos y la gestión de los residuos generados (con la consiguiente pérdida de materia prima). Pérdida del valor material de los equipos: Tanto de impulsión, como control, acondicionamiento y conducción. La minimización del consumo de agua redundará en una minimización de todos los costes aquí indicados. 6 DESARROLLO DE UN PLAN DE REDUCCIÓN DE CONSUMO DE AGUA El establecimiento de un Plan de Minimización de Vertidos debe seguir un procedimiento semejante al siguiente: La implicación debe ser total. Desde la dirección hasta los operarios. La dirección debe establecer la prioridad y el calendario para realizar el Estudio de Minimización de Consumos de Agua y Vertidos por una empresa externa experta y hacer llegar a todos los operarios las conclusiones del estudio. Por su lado, los operarios deben cumplirlas y llevar la vigilancia de los consumos y pérdidas de agua y establecer unas Buenas Prácticas Medioambientales de Minimización de consumos de agua. Se debe iniciar mediante un balance de agua, donde se establezcan los consumos (mediante facturas de la entidad suministradora, lectura de contadores y caudalímetros, potencias y caudales de las bombas de AIMME – Febrero 2002 Pag 4 Novedades sobre el Canon de Saneamiento de Aguas Residuales Industriales y posibilidades de reducción. impulsión, etc.), así como de los vertidos mediante métodos similares. Estos balances se deben realizar por separado. Se considerará que el balance está bien hecho cuando el error entre consumos y vertidos sea inferior al 10%, aceptable en caso de oscilar entre un 10 y 20% y malo cuando el error sea superior al 20%. En este último caso habrá que revisar la metodología seguida para realizar el balance así como la posible existencia de focos de pérdidas de agua no contabilizados. Realización de un diagrama de bloques cuantificado por puntos de consumo o vertido de aguas, en el que se establezcan todas las entradas y salidas de agua correctamente cuantificadas. Elaboración de un listado de ideas de minimización específico para cada punto de consumo o vertido mediante brainstorming. Análisis de las ideas desde el punto de vista técnico y económico, descartando aquellas para las que no exista tecnología suficiente para su aplicación o su coste no justifique la inversión. Elaboración de un programa temporizado de ejecución de las inversiones. AIMME – Febrero 2002 Pag 5