ATENCIÓN - CONCENTRACIÓN La atención es el proceso a través del cual seleccionamos algún estímulo de nuestro ambiente, es decir, nos centramos en un estímulo de entre todos los que hay a nuestro alrededor e ignoramos los demás. Solemos prestar atención a aquello que nos interesa, ya sea por las propias características del estímulo (tamaño, color, forma, movimiento…) o por nuestras propias motivaciones. Así pues, la atención y el interés están íntimamente relacionados, al igual que la atención y la concentración. La atención y la concentración son fundamentales para aprovechar las horas de estudio y las explicaciones dadas por el profesor en clase. Pero existen una serie de elementos que influyen en la atención: La motivación y el interés con que estudiamos. Las preocupaciones: problemas familiares, problemas con los compañeros y amigos, etc. Las preocupaciones causan mucha ansiedad y tienden a desconcentrarnos a la hora de estudiar o atender. El lugar en que se estudia y las condiciones del mismo. La fatiga: no se puede estudiar estando cansado o con sueño. Pero podemos hacer algo para que estos factores nos influyan lo menos posible. En primer lugar, procura motivarte. Piensa que estudias por ti y para ti. “¿Por qué estudio? ¿Qué deseo llegar a ser? ¿Qué puede aportarme el estudio a mi formación como persona?” Respóndete a estas preguntas y, a partir de ahí, actúa. Piensa en ti, en tu futuro, en tus ideas, en tus ilusiones… y en cómo el estudio puede ayudarte a conseguirlas en el futuro. Intenta resolver tus problemas y preocupaciones. Afróntalos. Búscales una salida. Siempre hay una solución. Pide consejo, busca ayuda si es necesario. No te hundas en el desánimo. Cuida el lugar y el ambiente en el que estudias; y preocúpate también de tu estado físico y del necesario descanso. No seas un dormilón. Respeta tus horas de sueño. Y haz algo de deporte. Factores que favorecen la atención-concentración: Interés y voluntad a la hora de estudiar. Planifica el estudio de forma muy concreta, para un espacio de tiempo corto, no más de 30 minutos. Transcurridas dos horas de estudio, descansa brevemente para relajarte de la concentración mantenida hasta ese momento. Cambia la materia de estudio: así podrás mantener por más tiempo la concentración. Realiza anotaciones: si durante las explicaciones del profesor te esfuerzas en sintetizar mentalmente y por escrito, en frases cortas, las cuestiones de mayor interés, ejercitarás la atención. Pregunta al profesor cuando no entiendas algo. Saca el máximo partido posible de las explicaciones de clase. Sé positivo tanto con el profesor como con la asignatura; no te desanimes ante las dificultades académicas y de aprendizaje con las que, indudablemente, te vas a ir encontrando. Para eliminar el aburrimiento, estudia de una forma activa y dinámica: con bolígrafo y papel. Toma notas, subraya, haz esquemas, busca en el diccionario las palabras que no entiendas.