LOS ANTIOXIDANTES, PELIGROSOS SÓLO SI SE TOMAN SIN CONTROL MÉDICO O FARMACÉUTICO Los expertos recomiendan no consumir vitaminas o minerales adquiridos en gimnasios y grandes superficies Fuente: www.elglobal.net La alarma saltó con la publicación de una revisión de estudios en JAMA de la que se hicieron eco diversos medios de comunicación en España: los antioxidantes, a los que hasta ahora se habían atribuido beneficios para la salud, podían aumentar el riesgo de mortalidad. Sin embargo, los expertos consultados por EL GLOBAL indican que sólo son tóxicos si se consumen sin la supervisión de profesionales sanitarios. Una reciente revisión de estudios publicada en la revista JAMA señalaba que el tratamiento con algunos antioxidantes, concretamente el betacaroteno y las vitaminas A y E, podía aumentar el riesgo de mortalidad. En el análisis se incluyeron ensayos que comparaban distintos antioxidantes (betacaroteno, vitaminas A, C y E y selenio), tomados de forma aislada o combinados, frente a placebo. Los resultados mostraron que en 47 de los estudios, en los que participaron 180.938 personas, los suplementos de antioxidantes aumentaban significativamente la mortalidad, aunque en el caso del selenio y la vitamina C los datos no eran tan alarmantes y los investigadores señalaban que era necesario hacer estudios más amplios. Los antioxidantes han estado siempre asociados con la prevención de enfermedades e incluso existen investigaciones que determinan que una alta ingesta de vitaminas C y E podría reducir el riesgo de desarrollar alzhéimer, ya que esta enfermedad se asocia al estrés oxidativo. Para la doctora Mercedes Cepeda, farmacéutica especialista en nutrición y dietética, la repercusión práctica de este estudio debe ser analizada con cautela. Asimismo, destaca "el crecimiento de este tipo de productos en las grandes superficies y los gimnasios", lo que le lleva a "pensar que a lo mejor no todos son iguales y tomados en unas cantidades y concentraciones inadecuadas" pueden conllevar este tipo de problemas. La situación se agrava aún más porque los antioxidantes se venden (tanto en supermercados como en farmacias) como alimentos, lo que impide que el Ministerio de Sanidad y Consumo tenga "control directo sobre este tipo de productos". Cepeda recuerda que muchos estudios los realizan las propias empresas que fabrican los suplementos y, por ejemplo, "hasta ahora no se ha demostrado, concretamente con respecto al alzhéimer, o por lo menos en los estadios en que llegan a la farmacia, que proporcione ni un beneficio ni un riesgo". No obstante, la farmacéutica sí recomienda el consumo de antioxidantes, sobre todo entre los fumadores y aún más entre las mujeres que fuman, "porque desde el punto de vista de la calidad y el color de la piel, el pelo, las uñas, salen completamente beneficiadas". Pero señala que estos efectos se logran con unas cantidades pequeñas. También es aconsejable su uso en aquellos individuos cuya exposición al sol les produce "una hipersensibilidad y resistencia enorme, sobre todo al principio, y a todas aquellas personas que les salen a menudo herpes" o que tienen un bajo nivel de defensas. En cuanto a los resultados de la ingestión, Cepeda asegura que los usuarios de antioxidantes "mejoran enormemente, sobre todo en problemas relativos a la piel", como eczemas o sequedades difusas. No obstante, agrega que el consumo de antioxidantes no es nuevo, sino que en la antigüedad ya "había productos en la farmacia que los tenían muy concentrados y que se tomaban por vía oral para hacer, por ejemplo, curas dos veces al año". Por su parte, José Manuel Miquel Fernández, vocal de Alimentación de la Junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Alicante (COFA), explica que "los antioxidantes son necesarios para la vida, pero siempre que estén dentro de unas dosis fisiológicas; si se toman en exceso pueden llegar a ser tóxicos por acumulación en el tejido graso". Este último caso es el que se produce, por ejemplo, en los gimnasios. La labor del farmacéutico en este campo es "indicar a los usuarios que deben tomarlos en las cantidades correctas" y siempre "bajo la supervisión de algún experto sanitario (médico, farmacéutico)". Es importante evitar la acumulación en los liposolubles, pero no ocurre lo mismo con los hidrosolubles, como la vitamina C, que se eliminan con la orina. Sin embargo, muchas personas ingieren una gran cantidad de antioxidantes creyendo "que porque tomen mucho más van a conseguir más masa muscular o van a estar mejor y es todo lo contrario". El problema para este experto es que cuando se toman sin control médico o sanitario no se obtiene información de los riesgos, sólo de sus beneficios. "Los antioxidantes se han puesto muy de moda y se tiene la idea de que cuantos más te tomes tus células no se van a oxidar y vas a conseguir mantenerte joven". Sin embargo, Miquel advierte de que la eterna juventud no es posible porque la oxidación se produce de forma natural y con los suplementos se puede "contrarrestar esos radicales libres que se forman en nuestro organismo pero no se puede evitar que se formen". Por ello, indica que se pueden tomar vitaminas A y E, pero alternado con periodos de descanso, "para que los depósitos que han estado recargando por ese exceso de dosificación se vayan eliminando y no lleguen a ser tóxicos". En su opinión, son recomendables "los suplementos alimenticios en monodosis, como complejos vitamínicos y minerales que pueden tener a su vez ginseng, levadura de cerveza, etc.", que cuentan con una dosis diaria recomendada verificada por instituciones como la agencia estadounidense del medicamento (FDA) o la Comisión Europea. Respecto al estudio al que se hace referencia al principio, Miquel considera que "no se puede sacar la conclusión de un solo estudio sino una conclusión global" de varios análisis. Aquilino García, vocal nacional de Alimentación del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), subraya que el estudio de JAMA ha analizado a "una población muy heterogénea" y extrae unas conclusiones tan distintas a las mantenidas hasta ahora que cree más prudente "esperar a nuevos estudios que corroboren o combatan" estos datos. Pero, además, muestra su preocupación porque cree que esta revisión puede "crear confusión a las personas que emplean adecuadamente complejos vitamínicos" para complementar una dieta pobre en estos nutrientes. Por ello, recuerda que "las vitaminas tienen un valor per se independientemente de que sean antioxidantes y su utilización está perfectamente justificada para cubrir posibles deficiencias durante el embarazo, el periodo de lactancia, etc.". García prevé que la aparición de este estudio provoque "malas interpretaciones" por parte de los usuarios que les lleven a desarrollar carencias en este campo. En cualquier caso, para el vocal del CGCOF "el abuso de estos aportes vitamínicos y minerales no está en ningún modo justificado" y sería necesario estudiar cómo puede afectar este consumo excesivo a la salud de los usuarios. Este experto subraya la necesidad de "diferenciar este tipo de productos de los complejos de vitaminas y minerales debidamente registrados, autorizados por las autoridades sanitarias y convenientemente dispensados en las oficinas de farmacias por un profesional de la salud científicamente cualificado como es el farmacéutico". Precisamente es el farmacéutico comunitario el que debe trabajar para erradicar el consumo incontrolado de antioxidantes que puede encontrar el usuario en múltiples establecimientos "y que proponen todo tipo de ventajas imposibles para la salud". García pone como ejemplo de la labor de los boticarios para eliminar estos productos del mercado la puesta en marcha por el consejo en 2005 del Centro de Control y Detección de Productos Milagro, gracias a la cual se está consiguiendo retirarlos de la circulación —aunque de momento los productos con los que está cosechando un mayor son los adelgazantes—, junto a la legislación específicamente dedicada a vetar los productos perjudiciales para la salud.