Lecturas Adicionales Para las Evaluaciones de Castellano Lectura No. 1 Romanticismo (arte) 1 INTRODUCCIÓN Romanticismo (arte), en arte, movimiento artístico e intelectual europeo que se extiende aproximadamente desde 1800 hasta 1850. El romanticismo no puede ser identificado con un estilo singular, con una técnica o con una actitud, pero sin embargo la pintura romántica se caracteriza por una aproximación muy imaginativa y subjetiva, intensidad emocional y por un carácter visionario u onírico. Mientras que el arte clásico y neoclásico es mesura, claro y completo en cuanto a la expresión, el arte romántico se caracteriza por esforzarse en expresar estados de ánimo, sentimientos muy intensos o místicos, así como por eludir la claridad y la definición. El escritor alemán Ernst Hoffmann definió la esencia del romanticismo como la “infinita añoranza”. En la elección de temas, los artistas del movimiento romántico mostraron predilección por la naturaleza, especialmente en su aspecto más salvaje o misterioso, así como con asuntos exóticos, melancólicos o melodramáticos que producen miedo o pasión. 2 CONTEXTO DEL SIGLO XVIII La palabra ‘romántico’ se asoció con escenarios salvajes, perspectivas sublimes, ruinas y una tendencia que se manifiesta en un énfasis creciente por la ascética de lo sublime como oposición a la belleza. El escritor y estadista británico Edmund Burke, por ejemplo, identificó la belleza con la delicadeza y la armonía, y lo sublime con la inmensidad, la oscuridad y la capacidad para inspirar terror. También durante el siglo XVIII, los sentimientos comienzan a ser más importantes que la razón. La poesía romántica inglesa y alemana apareció en la década de 1790 y a fines del siglo experimentó un cambio desde la razón hacia los sentimientos. Éstos y la imaginación comenzaron a reflejarse en las artes como en las visionarias ilustraciones del poeta y pintor inglés William Blake, los cuadros de pesadillas de su amigo el pintor suizo-inglés Henry Fuseli y los sombríos grabados de monstruos y demonios realizados por el pintor español Francisco de Goya. 3 FRANCIA En Francia el periodo de formación del romanticismo coincidió con las Guerras Napoleónicas (1799-1815). Los primeros artistas franceses de este estilo encontraron su fuente de inspiración en los acontecimientos que les rodeaban. Antoine-Jean Gros inició la transición del neoclasicismo al romanticismo impulsado por el estilo sobrio de su maestro, JacquesLouis David, quien tenía un estilo más colorista y emotivo, influido por el pintor flamenco barroco Petrus Paulus Rubens. La principal figura del romanticismo francés fue Théodore Géricault, que además llevó las tendencias dramáticas y coloristas al estilo de Gros y cambió el sentido heroico de los cuadros de batallas por el del sufrimiento. En su Coracero herido (1814) un soldado, en medio de una humareda, se desmaya en el campo. Las poderosas pinceladas, la luz y los tonos oscuros acrecientan el sentido de aislamiento y vulnerabilidad; y esto para Géricault y otros pintores románticos constituía la esencia de la condición humana. La obra maestra de Géricault, La balsa de Medusa (1818-1819), retrata a escala heroica el sufrimiento de la humanidad, un tema del que se hizo eco el pintor romántico francés, Eugène Delacroix, en su Masacre en Quíos (1824). Delacroix adopta a menudo temas de la literatura, pero resalta los que tienen más transcendencia literaria o didáctica con el uso de colores que crean un efecto de energía pura o emoción comparado con la música. Rechazando el énfasis neoclásico sobre la forma y los rasgos, utiliza medios tonos obtenidos de la yuxtaposición de un color con su complementario y no del oscurecimiento de uno de ellos. Su Muerte de Sardanápalo (1827), inspirada en una obra del poeta romántico inglés lord Byron, lo detalla con precisión, pero la acción es tan violenta y la composición tan dinámica que el efecto es un caos hundiendo la inamovible e indiferente figura de un rey agonizante. 4 ALEMANIA La pintura romántica alemana, así como su poesía y filosofía, estuvo inspirada por la concepción de la naturaleza como manifestación de la divinidad, que condujo a la formación de una escuela paisajística simbólica iniciada por las pinturas místicas y alegóricas de Philipp Otto Runge. El más grande exponente y el pintor alemán romántico más notable fue Caspar David Friedrich, cuyos paisajes meditabundos, pintados en un estilo lúcido y meticuloso, cabalgan entre el sentimiento delicado y místico y el sentido de la melancolía, de la soledad y de la separación. Su pesimismo romántico se expresa más directamente en su obra Mar polar (1824); el recuerdo de un barco naufragado, apenas visible debajo de una pirámide de placas de hielo, parece un monumento al triunfo de la naturaleza sobre la aspiración humana. Otra escuela del romanticismo alemán es la formada por los nazarenos, un grupo de artistas centrados en la recuperación del estilo y del espíritu religioso medieval; su principal líder fue Johann Friedrich Overbeck. También notable entre los artistas tardíos de la tradición romántica alemana fue el austriaco Moritz von Schwind, cuya temática la extrajo de la mitología alemana y los cuentos de hadas. 5 INGLATERRA En Inglaterra, así como en Alemania, los paisajes impregnados de un sentimiento romántico se convierten en la principal expresión de la pintura romántica, aunque los artistas ingleses fueron más innovadores en estilo y en técnica. Samuel Palmer pintó paisajes que se distinguen por una inocente simplicidad en cuanto a su estilo así como por un sentimiento religioso que deriva de Blake. John Constable, proveniente de un entorno natural salvaje asociado con muchos poetas y pintores románticos, dotó a los paisajes ingleses de un profundo sentimiento. Fue el primer gran artista en trabajar al aire libre y en llevar al lienzo la frescura de la visión a través del uso de colores luminosos y llamativos a base de pinceladas densas. Joseph Mallord William Turner expresó la visión más radical de todos los artistas románticos. Comenzó con paisajes que se remontan al pintor francés del siglo XVII Claudio de Lorena, pero transformó algunas de sus obras tardías como Tormenta de nieve: barco de vapor de Harbour Mouth (1842), en una mezcla de efectos atmosféricos de luz y color, mezcla de nubes, niebla, nieve y mar en un torbellino en el cual los diferentes objetos se diluyen. 6 ESPAÑA El romanticismo en España se manifestó sobre todo en la pintura, representado por Federico Madrazo, con sus cuadros históricos y sus retratos; Antonio María Esquivel, Jenaro Pérez Villaamil, con sus imaginatorios paisajes; Leonardo Alenza, con sus cuadros costumbristas inspirados en la obra de Goya y Eugenio Lucas Padilla, que representaba el espíritu revolucionario de la época. En Cataluña surgió una escuela pictórica inspirada en los nazarenos alemanes dentro de la que destacan Joaquín Espalter y Pelegrín Clavé. 7 ROMANTICISMO TARDÍO Hacia mediados del siglo XIX, la pintura romántica comenzó a cobrar la intensidad de un movimiento original. Entre los ejemplos más relevantes de este periodo se hallan los paisajes serenos y atmosféricos de la Escuela de Barbizon que incluye Camille Corot y Théodore Rousseau. En Inglaterra, después de 1850, los prerrafaelistas revivieron la visión medievalizante de los nazarenos alemanes. 8 INFLUENCIA La influencia del romanticismo ha perdurado en obras posteriores. Se puede trazar una línea de continuidad que parte desde Constable a través de la Escuela de Barbizon hasta el impresionismo, aunque el más directo descendiente del romanticismo fue el movimiento simbolista, que por diferentes vías intensificó o refinó las características del movimiento romántico como la subjetividad, la imaginación y la extraña fantasía onírica. En el siglo XX el expresionismo y el surrealismo llevaron estas tendencias incluso más lejos. Sin embargo, en cierto sentido, puede decirse que todo el arte contemporáneo deriva del romanticismo ya que el concepto de libertad artística, originalidad y autoexpresión en el arte fueron los estandartes de los románticos en oposición a los principios tradicionales. Lectura No. 2 Caballero El escritor romántico alemán Friedrich von Schiller recupera la figura medieval del caballero, su participación en las Cruzadas y uno de los motivos constantes de la lírica cortesana: el culto de la dama, así como la interrelación de las imágenes del amor y de la muerte. “El caballero Toggenburg” De Friedrich von Schiller. «Caballero, amor de hermana fiel os da mi corazón; no pidáis otros amores; y no me inflijáis dolor. Puédoos ver venir serena, y serena ver partir; vuestras lágrimas calladas comprender no es dado á mí.» Entre angustia muda lo oye; se desprende en pena cruel; fuerte estréchala en el pecho, se alza sobre su corcel. Á los suyos todos llama en la helvética región; y cruzados todos marchan al sepulcro del Señor. Grande lucha de los héroes al acero crudo allí: su penacho al viento ondea por la muchedumbre hostil. Y, de Toggenburg al nombre, se estremece el musulmán; mas su corazón no logra de sus penas aliviar. Ya lo ha tolerado un año, y no lo tolera más; alcanzar quietud no puede: deja la labor marcial. En la rada ve de Jope velas un bajel izar; torna en él al caro suelo, donde ella alentando está. Peregrino, del castillo á la puerta fué á tocar: ¡Ay! con voces cual de trueno, ábrese: «La que buscáis Encubrióse ya en el velo; con el cielo se enlazó; ayer celebróse el día que la desposó con Dios.» Y abandona para siempre su castillo: su solar; no ve más ya su armadura, ni su fiel bridón ve más. Desde el burgo de los Toggen baja ignoto; que un sayal, hecho en crin entretejida, cúbrele la noble faz. Y fabrícase una choza inmediata á la región do el convento se destaca: densos tilos en redor. Solitario allí sentado, desde el alba al tardecer, él se estaba, el rostro lleno de esperanza, entre mudez. Al convento allá miraba largas horas sin cesar: de su amada á la ventana, hasta su cristal sonar; Hasta parecer la amable, hasta descender al val su adorable, dulce sombra, placentera, angelical. Luego ledo se dormía, se dormía en el solaz, en la tácita alegría de ver ya la luz tornar. Tal mirara largos días, largos años tal miró, sin dolor y sin lamento, hasta que el cristal sonó; Hasta parecer la amable, hasta descender al val su adorable dulce sombra, placentera, angelical. Así, muerto, una mañana todavía se le ve: con el rostro á la ventana, lívido, la paz en él. Lectura Adicional No. 3 Ernest Hemingway 1 INTRODUCCIÓN Ernest Hemingway (1899-1961), novelista estadounidense cuyo estilo se caracteriza por los diálogos nítidos y lacónicos y por la descripción emocional sugerida. Su vida y su obra ejercieron una gran influencia en los escritores estadounidenses de la época. Muchas de sus obras están consideradas como clásicos de la literatura en lengua inglesa. Hemingway nació el 21 de julio de 1899 en Oak Park (Illinois), en cuyo instituto estudió. Trabajó como reportero del Kansas City Star, pero a los pocos meses se alistó como voluntario para conducir ambulancias en Italia durante la I Guerra Mundial. Más tarde fue transferido al Ejército italiano y resultó herido de gravedad. Después de la guerra fue corresponsal del Toronto Star hasta que se marchó a vivir a París, donde los escritores exiliados Ezra Pound y Gertrude Stein le animaron a escribir obras literarias. A partir de 1927 pasó largas temporadas en Cayo Hueso (Key West) (véase Cayos de Florida), en España y en África. Volvió a España, durante la Guerra Civil, como corresponsal de guerra, trabajo que también desempeñó en la II Guerra Mundial. Más tarde fue reportero del primer Ejército de Estados Unidos. Aunque no era soldado, participó en varias batallas. Después de la guerra, se estableció en Cuba, cerca de La Habana, y en 1960 en Ketchum (Idaho). Hemingway utilizó sus experiencias de pescador, cazador y aficionado a las corridas de toros en sus obras. Su vida aventurera le llevó varias veces a las puertas de la muerte: en la Guerra Civil española cuando estallaron bombas en la habitación de su hotel, en la II Guerra Mundial al chocar con un taxi durante los apagones de guerra, y en 1954 cuando su avión se estrelló en África. Murió en Ketchum el 2 de julio de 1961, disparándose un tiro con una escopeta. Uno de los escritores más importantes entre las dos guerras mundiales, Hemingway describe en sus primeros libros la vida de dos tipos de personas. Por un lado, hombres y mujeres despojados por la II Guerra Mundial de su fe en los valores morales en los que antes creían, y que viven despreciando todo de forma cínica, excepto sus propias necesidades afectivas. Y por otro, hombres de carácter simple y emociones primitivas, como los boxeadores profesionales y los toreros, de los que describe sus valientes y a menudo inútiles batallas contra las circunstancias. Entre sus primeras obras se encuentran los libros cuentos Tres de relatos y diez poemas (1923), su primer libro; En nuestro tiempo (1924), relatos que reflejan su juventud; Hombres sin mujeres (1927), que incluía el cuento “Los asesinos”, notable por su descripción de una muerte inminente; y El que gana no se lleva nada (1933), recopilación de relatos en los que describe las desgracias de los europeos. La novela que le dio la fama, Fiesta (1926), narra la historia de un grupo de estadounidenses y británicos que vagan sin rumbo fijo por Francia y España, miembros de la llamada generación perdida del periodo posterior a la I Guerra Mundial. En 1929 publicó su segunda novela importante, Adiós a las armas, conmovedora historia de amor entre un oficial estadounidense del servicio de ambulancias y una enfermera inglesa que se desarrolla en Italia durante la guerra. La novela termina con la muerte de ella al dar a luz. Siguieron Muerte en la tarde (1932), artículos sobre corridas de toros, y Las verdes colinas de África (1935), escritos sobre caza mayor. Hemingway había explorado temas como la impotencia y el fracaso, pero al final de la década de 1930 empezó a poner de manifiesto su preocupación por los problemas sociales. Tanto su novela Tener y no tener (1937) como su obra de teatro La quinta columna, publicada en La quinta columna y los primeros cincuenta y nueve relatos (1938), condenan duramente las injusticias políticas y económicas. Dos de sus mejores cuentos, “La vida feliz de Francis Macomber” y “Las nieves del Kilimanjaro”, forman parte de este último libro. En la novela Por quién doblan las campanas (1940), basada en su experiencia durante la Guerra Civil española, intenta demostrar que la pérdida de libertad en cualquier parte del mundo es señal de que la libertad se encuentra en peligro en todas partes. Por el número de ejemplares vendidos, fue su obra de más éxito. Durante la década siguiente, sus únicos trabajos literarios fueron Hombres en guerra (1942), que él editó, y Al otro lado del río y entre los árboles (1950). En 1952 publicó El viejo y el mar, una novela corta, convincente y heroica sobre un viejo pescador cubano, por la que ganó el Premio Pulitzer de Literatura en 1953. En 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Su última obra publicada en vida fue Poemas completos (1960). Los libros que se publicaron póstumamente incluyen París era una fiesta (1964), un relato de sus primeros años en París y España; Enviado especial (1967), que reúne sus artículos y reportajes periodísticos; Primeros artículos (1970); la novela del mar Islas en el golfo (1970), y la inacabada El jardín del Edén (1986). Dejó sin publicar 3.000 páginas de manuscritos.