Aunque no seas un entendido en mitología griega, seguramente

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Aunque no seas un entendido en mitología griega, seguramente sabrás que el argumento
de esta película está basado en LA ILÍADA, de Homero, poeta épico griego del siglo
VIII a.C. Su labor fue dar forma artística a las leyendas que circulaban de forma oral.
Comprobarás que la historia de AQUILES no se reduce a los episodios que relata La
Ilíada (ni, por supuesto, la película). Si te interesa el tema, puedes ampliar tus
conocimientos consultando manuales de mitología clásica. En el Departamento tenemos
el Diccionario de la Mitología Clásica deConstantino Falcón Martínez y otros, editado
por Alianza.
Aquí tienes una semblanza de los personajes mitológicos que aparecen en la película.
Es presentado por Homero
como un poderoso guerrero, el más fuerte y
valiente de todos y, también, el más rápido.
De gran belleza, se le distinguía por su rubia
cabellera. Su pasión es la lucha y la gloria,
mostrándose cruel y despiadado muchas
veces, aunque tierno y buen compañero otras
muchas. Fue objeto de culto en numerosos
lugares de Grecia. Son muy abundantes las
representaciones figuradas en las que aparece,
sobre todo vasos pintados, que representan la
lucha con HÉCTOR, su muerte, los juegos
fúnebres de PATROCLO, la muerte de
PENTESILEA, y AQUILES rodeado por las
hijas de LICOMEDES.
Era hijo de la diosa TETIS y de
PELEO, el rey de Ftía, en Tesalia; por tanto, era un héroe o semidiós y no
gozaba de la inmortalidad, privilegio exclusivo de los dioses. Pero su madre no
se conformaba con la inferior condición de sus hijos. Así pues, intentó eliminar
la parte mortal de los mismos, ungiéndolos con ambrosía durante el día y
purificándolos con fuego durante la noche. Los seis hermanos de Aquiles
murieron a consecuencia del experimento materno. A él lo salvó su padre
cuando sólo se había quemado el hueso de su pie derecho. El centauro Quirón,
experto en medicina, le implantó el hueso de un gigante que había sido excelente
corredor, lo que explica la proverbial rapidez de nuestro héroe en la carrera.
Cuenta otra leyenda que su madre lo sumergió de niño en las aguas
del río Éstige, que tenía la propiedad de conceder la invulnerabilidad a los que
en él se bañaban. Al sujetarlo por el talón derecho, éste no se mojó, por lo que
Aquiles era vulnerable sólo en esta parte del cuerpo.
Su educación corrió a cargo del centauro Quirón, quien le enseñó el
arte de la medicina y le inspiró un enorme valor. Para desarrollar su fuerza, lo
obligaba a no comer otra cosa que entrañas de animales salvajes. Así vivió hasta
convertirse en un muchacho.
Cuando se organizó la expedición contra Troya (vid. MENELAO),
TETIS, que sabía que Aquiles moriría en la guerra, lo envió a la corte de
LICOMEDES, el rey de la isla de Esciros, donde pasó nueve años escondido,
conviviendo con las hijas de Licomedes disfrazado de mujer (¿lo sabría Brad
Pitt?). Fue Odiseo (Ulises) el encargado de reclutarlo para la causa, pues los
Aqueos sabían que Troya no sería capturada hasta que Aquiles participara en el
asedio. Durante este tiempo, y pese a su disfraz, tuvo ocasión de tener un hijo
con Deidamía, una de las hijas de Licomedes.
Según otra versión más favorecedora para nuestro héroe, éste nunca
se negó a ir a Troya, sino que prefirió morir con honor a no combatir.
En cualquier caso, Aquiles fue a Troya al frente de sus
MIRMIDONES (pueblo de Tesalia, su patria), con la armadura y los caballos
divinos que los dioses HEFESTO (de la fragua) y POSIDÓN (del mar y de los
terremotos) habían obsequiado a su padre PELEO como regalo de boda.
Una vez formada la expedición, los griegos parten de Áulide, donde
tuvo lugar el sacrificio de IFIGENIA (vid. AGAMENÓN). Hubo varios intentos
fallidos, que los llevaron a desembarcar en destinos erróneos (Misia, Ténedos),
donde Aquiles libra heroicas batallas. Una de ellas, por cierto, habría de acelerar
su muerte, pues en ella mató al rey Tenes, hijo de Apolo, circunstancia que Tetis
sabía que habría de resultar fatal para su hijo.
Por fin en Troya, transcurrieron otros nueve años de escaramuzas
continuas, en las que Aquiles siempre resultaba victorioso. En ellas se llevó
como concubina a BRISEIDA, persiguió a ENEAS (futuro fundador de la
“nueva Troya” en el Lacio, que con el tiempo sería Roma), mató a TROILO y
capturó a LICAÓN, ambos hijos del rey PRÍAMO y, por tanto, hermanos de
HÉCTOR y de PARIS.
En el décimo año de la guerra comienza la narración de la ILÍADA, de
Homero. Desesperados los griegos ante una peste que producía estragos en sus
filas, preguntan al adivino CALCANTE la causa de su mal. Este señala que es
APOLO (dios de las artes y de la medicina), que está irritado porque
AGAMENÓN tiene como concubina a CRISEIDA, hija de su sacerdote.
Agamenón se ve obligado, pues, a devolverla, pero, a cambio, decide quedarse
con BRISEIDA, la concubina de AQUILES (por algo aquél era considerado “rey
de reyes” ente los griegos). El héroe, despechado por la injusticia, intenta
primero matar a AGAMENÓN, pero es detenido por la diosa ATENEA y, tras
retirarse a su tienda, se niega a combatir hasta que le sea devuelta Briseida.
TETIS suplica entonces a ZEUS (dios del cielo y señor de todos los dioses), que
los Griegos se vean apurados en la lucha, para que el honor de su hijo sea
reparado. Zeus accede, y los Griegos son derrotados día tras día. HÉCTOR se
acerca a las naves para destruirlas, y AGAMENÓN, al fin, dominando su
orgullo, manda una embajada, compuesta por ÁYAX, ODISEO Y FÉNIX, para
que supliquen al héroe. Al no ceder AQUILES, PATROCLO sale al campo de
batalla vestido con la armadura de Aquiles. Tras la muerte de su querido
PATROCLO, AQUILES, presa del dolor, sale sin armas del campamento y, con
sólo su voz, ahuyenta a los Troyanos.
Al día siguiente, AGAMENÓN le devuelve a BRISEIDA y, de nuevo
armado por los dioses, AQUILES vuelve a la lucha, pese a que su caballo Janto,
dotado de voz e inteligencia, le predice otra vez su fatal destino. Sin comer ni
beber combate con furor: mata, entre otros, a POLIDORO, otro hijo de
PRÍAMO. Cuando llega a las murallas, ya sólo HÉCTOR le hace frente, aunque
al ver a AQUILES, siente súbito pánico y da huyendo tres vueltas en torno a la
ciudad. Por fin ZEUS, pesando las Ceres (seres alados, hijas de la Noche y
hermanas de las Moiras, que funcionaban como destino de cada hombre) de cada
héroe en la balanza del Destino, y viendo que se inclinaba más hacia el HADES
(reino de los muertos) la de HÉCTOR, ordena a APOLO, su dios protector, que
lo abandone, por lo que AQUILES, con ayuda de ATENEA, logra matar a
HÉCTOR tras duro combate.
AQUILES vengó cruelmente la muerte de PATROCLO, pues ató el
cadáver de HÉCTOR a su carro y lo arrastró durante doce días alrededor de
Troya, no sin indignación de los dioses. Por fin, TETIS convence a su hijo para
que devuelva el cadáver a PRÍAMO.
Así termina la ILÍADA. Sin embargo, leyendas posteriores completan la
vida y las hazañas del héroe. Entre otras batallas, AQUILES luchó con
PENTESILEA, la reina de las AMAZONAS y aliada de PRÍAMO, de la que se
enamoró después de haberla matado.
La muerte de AQUILES tuvo lugar en el campo de batalla en torno a
Troya. Fue herido mortalmente en su talón vulnerable, por un flechazo de Paris,
aunque, según algunos, la flecha fue dirigida por APOLO, que no había olvidado
la muerte de su hijo a manos de Aquiles. En otra versión, más romántica, la
muerte se produjo cuando AQUILES, enamorado de POLÍXENA, una de las
hijas de PRÍAMO, había acudido sin armas a una cita, momento que aprovechó
PARIS.
En torno a su cadáver se produjo una fiera lucha, logrando finalmente
ÁYAX y ODISEO llevarse el cuerpo del héroe. En su honor se celebraron
magníficos funerales y los Griegos erigieron un enorme túmulo junto al mar.
TETIS se llevó a su hijo a la Isla Blanca, donde lo hizo inmortal.
En la expedición contra
Troya (vid. HELENA), aparece como jefe supremo AGAMENÓN, a quien
HOMERO atribuye una majestuosa presencia física. Al igual que MENELAO,
es hijo de ATREO (rey de Micenas) y nieto de PÉLOPE.; de ahí su apelativo de
ATRIDAS o PELÓPIDAS. Al morir ATREO asesinado por EGISTO (hijo
incestuoso del instigador del crimen, TIESTES, hermano de la víctima),
AGAMENÓN y MENELAO tuvieron que huir a Esparta, acogidos a la
hospitalidad del rey TINDÁREO, quien les ayudó a recuperar su trono.
AGAMENÓN, entonces, fue nombrado rey de Argos.
Dos acontecimientos, que se entrelazan, resultaron funestos para
AGAMENÓN: la guerra de Troya y su matrimonio con CLITEMESTRA, hija
de TINDÁREO. Con ella se casó tras matar a su anterior marido, TÁNTALO,
hijo de su hermano TIESTES, y a los hijos nacidos de ambos. De la unión de
AGAMENÓN con CLITEMESTRA nacieron varios hijos, entre los cuales cabe
destacar a ORESTES, IFIGENIA y ELECTRA.
Se reúne en Áulide la flota que ha de transportarlos hasta las costas de
Troya, pero una prolongada calma chicha imposibilita la navegación. Consultado
al respecto el adivino CALCANTE, éste señala como responsable a ÁRTEMIS
(diosa de la caza, gemela de APOLO), quien está enojada con AGAMENÓN por
haberse jactado éste de ser mejor cazador que ella. La diosa, en desagravio,
exige que le sea sacrificada IFIGENIA, hija de AGAMENÓN y
CLITEMESTRA. (Los sacrificios humanos entroncan con las fases más
primitivas de la religión: un griego de época clásica sentía el mismo horror ante
ellos que podamos sentir nosotros ahora.)
IFIGENIA fue llevada a Áulide con la falsa promesa de desposarla con
AQUILES. Éste, indignado al saberlo, intenta evitar el sacrificio de la ingenua joven,
pero llega tarde: IFIGENIA se ofrece al sacrificio por propia voluntad. Este acto,
evidentemente, le valió a AGAMENÓN el odio de su esposa, CLITEMESTRA.
Parte, por fin, la expedición hacia Troya acompañada de los mejores presagios.
En el décimo año de la guerra (narración de La ILÍADA), AGAMENÓN recibe la visita
del anciano CRISES, sacerdote troyano del templo de APOLO y padre de su cautiva
favorita, CRISEIDA, a la que pretende recuperar previo pago de rescate. AGAMENÓN
lo despide sin mostrar el debido respeto a sus atributos sacerdotales. Éste, humillado,
pide a su dios que vengue el ultraje. Y así fue como APOLO envió una temible peste
contra el ejército de los Griegos. El remedio de este castigo divino, la devolución de
CRISEIDA y su compensación por parte de AGAMENÓN apropiándose de
BRISEIDA, traerá consigo el enfado de AQUILES (vid. supra, AQUILES) y su
negativa a luchar junto a los Griegos. Sólo la muerte de PATROCLO consiguió su
vuelta al campo de batalla.
Terminada la guerra, AGAMENÓN recibe como parte del botín a CASANDRA,
una de las hijas de PRÍAMO y HÉCUBA.( Es un personaje que interviene a menudo en
los relatos mitológicos para anunciar alguna desgracia inminente. Y es que
CASANDRA había sido dotada por APOLO del don de la adivinación, pero, poco
después, al haber negado ésta los favores prometidos al dios, fue castigada de tal modo
que siempre profetizaría acertadamente, mas nunca sería creída por nadie. Sus
apariciones, pues, están siempre marcadas por la angustia de esta lucha inútil por ser
escuchada.)
Retorna AGAMENÓN a su patria haciendo caso omiso de los funestos presagios
de su concubina, CASANDRA. CLITEMESTRA(su esposa) que se había convertido en
la amante de EGISTO (primo de AGAMENÓN, asesino de ATREO), le espera cargada
de odio (recuerda, el sacrificio de IFIGENIA, la muerte de su primer marido y de sus
hijos...) y, para colmo, trae consigo a una concubina y a dos hijos gemelos. Lo recibe
con honores de dios y con alegría fingida. Poco después, cuando se halla inerme en el
baño, preparándose para el banquete con el que se festejaba su vuelta, AGAMENÓN
muere asesinado por EGISTO y CLITEMESTRA. Igual suerte correrán CASANDRA y
sus dos hijos.
Poco después, ORESTES venga este asesinato, matando a EGISTO y a su propia
madre.
Es hermano de AGAMENÓN, hijo de ATREO y nieto de
PÉLOPE (vid. supra: AGAMENÓN). Tras el asesinato de su padre, los Atridas fueron
acogidos en Esparta, en la corte de TINDÁREO. Allí AGAMENÓN se casó con
CLITEMESTRA, hija del rey. Cuando HELENA, otra hija del rey, llegó a la edad núbil,
tuvo muchos pretendientes por su extraordinaria belleza. Su padre, temiendo las
represalias de algún posible despechado, hizo que todos jurasen defender al marido
elegido. Éste resultó ser MENELAO, no se sabe muy bien si por decisión de la
interesada o de su padre, influenciado por su yerno AGAMENÓN. De este modo,
MENELAO pasó a ser rey de Esparta tras la muerte de los DIOSCUROS, hijos de
TINDÁREO. Allí reinó, junto a HELENA, durante nueve años, en los que tuvieron
varios hijos. Pesaba, sin embargo, una maldición que forzaba al adulterio a HELENA y
a sus hermanas, por culpa de TINDÁREO, que se había olvidado de AFRODITA (diosa
del amor y de la belleza) en un sacrificio.
Se produjo una epidemia de peste en Esparta y el oráculo reveló que el remedio era
ofrecer sacrificios a los hijos de PROMETEO, que yacían enterrados en Troya. Así fue
como MENELAO acudió a Troya, donde fue agasajado por el príncipe PARIS.
MENELAO, por su parte lo invitó a visitar Esparta. PARIS accedió y embarcó para
Grecia, justo en el momento en que MENELAO partía para Creta a los funerales de su
abuelo CATREO. De este modo, PARIS tuvo ocasión de tratar a solas a la bella
HELENA, circunstancia ésta que desembocó en la fuga de ambos en ausencia de
MENELAO. Avisado éste del rapto, volvió inmediatamente a Esparta y organizó con
ayuda de su hermano la conocida expedición contra Troya. Equiparon sesenta naves, al
mando de las cuales iba AGAMENÓN. En Áulide tiene lugar el sacrificio de IFIGENIA
(vid. supra: AGAMENÓN), tras el cual las naves zarpan y llegan a Tendeos. Desde allí
los Griegos mandan una segunda embajada al rey PRÍAMO (la primera había fracasado
porque PARIS aún no había llegado a Troya y porque, además, PRÍAMO recordó que
antaño los Griegos no habían devuelto a HESÍONE, su hermana.) De ella volvieron
ODISEO (ULISES) y MENELAO sin haber podido rescatar a HELENA y salvándose
por poco de la muerte.
En la guerra intervino en distintas acciones, de las cuales destaca el combate con
PARIS, su rival, a quien hubiese dado muerte de no haberlo evitado AFRODITA (diosa
del amor y de la belleza, protectora de los troyanos; no en vano había tenido a su hijo
ENEAS con un troyano, ANQUISES). La diosa lo envolvió en una nube y lo alejó del
campo de batalla (en la película es otro personaje quien lo salva, fíjate).Además luchó
con ENEAS, ultrajó el cadáver de PARIS, compitió en la carrera de carros en los
funerales de PATROCLO, cuyo cadáver había rescatado del campo de batalla, entró en
el caballo de madera en Troya, donde mató a DEÍFOBO, el último marido de
HELENA... Incluso estuvo a punto de matar a HELENA, pero ésta se desnudó y
MENELAO la perdonó, pues todavía estaba enamorado de ella, y se la llevó consigo.
En el viaje de vuelta, MENELAO no quiso esperar a la celebración de los
sacrificios que hacían los demás Griegos en honor de ATENEA (diosa de la inteligencia
y de la sabiduría, protectora de Atenas, y de los Griegos en esta contienda). Por ello la
diosa le envió una tormenta de la que se salvaron sólo cinco de sus naves. Viajó
sucesivamente a Creta, Chipre, Fenicia, Etiopía, Egipto y Faros. De allí pretendía salir
rumbo a Esparta, pero se lo impedía la bonanza del tiempo. La ninfa IDÓTEA le
aconsejó que capturase a su padre, el adivino PROTEO, quien podría decirle cómo
conseguir viento favorable. MENELAO y sus compañeros se disfrazaron de focas y se
mezclaron con las que cuidaba PROTEO. Cuando éste se durmió, lo apresaron y, por
fin, les reveló que debían volver a Egipto para celebrar una hecatombe (literalmente
“sacrificio de cien bueyes) en honor de AGAMENÓN, pues éste había muerto.
MENELAO erigió un cenotafio (monumento funerario no ocupado por el cadáver al que
está dedicado) para su hermano y regresó, por fin, a Esparta. Después de algunos años,
en los que tuvo que luchar con su sobrino ORESTES, fue trasladado a los Campos
Elíseos, quizá por ser yerno de ZEUS (vid. infra: HELENA). Fue divinizado junto con
su hermano AGAMENÓN.
Era hija de LEDA, la
esposa de TINDÁREO,
rey de Esparta; hermana
de CLITEMESTRA y de
los DIOSCUROS. Zeus,
que amaba a LEDA,
había tomado forma de
cisne y se había unido a
ella el mismo día que
TINDÁREO; a
consecuencia de esta
doble unión, LEDA puso
un huevo del que
nacieron sus cuatro hijos,
PÓLUX y HELENA,
engendrados por ZEUS,
y CÁSTOR y
CLITEMESTRA, engendrados por TINDÁREO. Existen variantes de la genealogía de
HELENA, pero en general se la consideraba como hija de ZEUS y de LEDA, criada en
Esparta en el reino de su padre adoptivo, TINDÁREO.
Los héroes TESEO y PIRÍTOO raptaron a HELENA, siendo todavía una niña,
cuando estaba en el templo de ÁRTEMIS (diosa de la caza, gemela de APOLO, y
protectora de las jóvenes vírgenes). Se la llevaron a la ciudad arcadia de Tegea y allí fue
sorteada, correspondiéndole a TESEO. En espera de que alcanzara la edad núbil,
TESEO se llevó secretamente a HELENA a la aldea ática de Afidnas. Y como TESEO y
PIRÍTOO habían acordado que el que obtuviera a HELENA ayudaría al otro a casarse
con alguna hija de ZEUS, tras consultar el oráculo, bajaron a los infiernos en busca de
PERSÉFONE, para que fuera la esposa de PIRÍTOO. Durante su ausencia, los
DIOSCUROS, hermanos de HELENA, lograron rescatarla y llevarla de vuelta a
Esparta, cuando aún no se había unido a TESEO. (Otra versión defiende que esta unión
se había consumado y que, fruto de ella, nació en Esparta IFIGENIA, que fue criada por
CLITEMESTRA como hija propia).
Cuando TINDÁREO decidió casar a HELENA, acudieron príncipes de toda Grecia,
atraídos por la proverbial belleza de la joven; entre otros, MENELAO, ODISEO
(ULISES), FILOCTETES, ÁYAX, TEUCRO, PATROCLO e IDOMENEO.
TINDÁREO temía la posible enemistad de los despechados y ODISEO le dio un
consejo a cambio de su ayuda para conseguir a PENÉLOPE como esposa: que la propia
HELENA eligiera a su marido, pero todos los pretendientes hicieran antes un juramento
de mutua fidelidad sobre los restos de un caballo descuartizado, comprometiéndose a
acudir en ayuda del elegido si alguien raptaba a su esposa. HELENA se decidió por
MENELAO (tal vez por consejo de su padre, que, a la vez, estaba influenciado por su
yerno AGAMENÓN). Y así reinaron en Esparta y tuvieron varios hijos.
A raíz del famoso juicio de PARIS vid. infra: PARIS), el príncipe troyano,
ayudado por AFRODITA, se dirige a la corte de MENELAO con el propósito de raptar
a la mujer más hermosa del mundo (vid. supra MENELAO). Y en ausencia del marido (
o no, según las versiones), las naves de PARIS zarpan con HELENA y buena parte de
sus tesoros. Fue muy bien acogida por los Troyanos, que la consideraron como legítima
esposa de PARIS. Esta es la leyenda que ofrece HOMERO. Según otra tradición,
seguida por EURÍPIDES en su tragedia Helena, la diosa HERA (esposa de ZEUS y
protectora del matrimonio), disgustada con PARIS y con AFRODITA por el resultado
del juicio (vid. infra: PARIS), había impedido la unión efectiva de los amantes,
sustituyendo desde el primer momento a la raptada por un fantasma, y llevándose a la
verdadera HELENA a Egipto. PARIS no se dio cuenta del cambio, ni el propio
MENELAO, cuando la recuperó tras la toma de Troya. Pero en el viaje de vuelta a
Esparta, los vientos arrastraron su nave hasta Egipto, donde se encontró con la
verdadera HELENA. Entonces el fantasma creado por HERA desapareció y los dos
esposos volvieron, por fin, a Esparta. Al margen de esta última versión, HELENA
protagoniza numerosos episodios del ciclo troyano que no aparecen en La Ilíada.
Destacan tres posteriores matrimonios: con PARIS, AQUILES y DEÍFOBO.
Se decía, en efecto, que AQUILES había conseguido unirse a ella secretamente,
con la ayuda de su madre, TETIS, y de AFRODITA (diosa del amor y de la belleza).
Por otra parte, tras la muerte de PARIS, el rey PRÍAMO casó a HELENA con otro de
sus hijos, DEÍFOBO, con gran disgusto de su hermano HÉLENO, que, a la postre,
facilitó a los sitiadores la toma de Troya. Otras tradiciones hablan de la ayuda prestada
por HELENA a sus compatriotas en la etapa final de la guerra. Al parecer, escondió
todas las armas de DEÍFOBO, el principal defensor con que contaba la ciudad; luego
subió a lo alto de la muralla y agitó un antorcha, señal esperada por la flota aquea para
iniciar el asalto de Troya, cuyas puertas acababan de ser abiertas por los aqueos
camuflados en el caballo de madera.
En cuanto al regreso de los esposos, EURÍPIDES ofrece una variante en su
tragedia Orestes. A su paso por Argos, ORESTES, que acaba de dar muerte a EGISTO
y a CLITEMESTRA, pide a MENELAO que le defienda con sus propias armas, como
vengador que había sido junto con su hermana ELECTRA, de la muerte de
AGAMENÓN. Pero él aduce que sus contingentes son muy escasos y se ofrece sólo a
defenderlos en el juicio. El pueblo de Argos condena a muerte a los vengadores, y
entonces éstos se encierran en el palacio donde están la esposa y la hija de MENELAO.
Enloquecido, ORESTES sacrifica a HELENA, como causante remota de todos los
males; luego, aparece en la terraza del palacio dispuesto a degollar a HERMÍONE ante
los ojos de su padre, MENELAO, y a prender fuego al edificio. Entonces interviene
APOLO (dios de las artes y de la medicina), diciendo que se calmen y que ha salvado a
HELENA de la muerte por mandato de ZEUS (su padre), y que se la lleva a la morada
de los Inmortales, para que sea una diosa y proteja a los navegantes. HELENA aparece
aquí utilizada por los dioses como instrumento de una guerra entre Griegos y Troyanos
que ellos mismos habían determinado, con el fin de librar a la tierra de la soberbia de los
mortales poderosos. Finalmente, APOLO ordena la conciliación entre ORESTES y
MENELAO mediante el matrimonio del primero con HERMÍONE (hija de MENELAO
y HELENA).
Otras leyendas presentan a los esposos reinando felices en Esparta tras el regreso de
Troya.
Era hijo de PRÍAMO, rey de
Troya, y de HÉCUBA. Cuando
PARIS iba a nacer, su madre
soñó que daba a luz una
antorcha y que ésta incendiaba
la ciudad. Consultado al
respecto un adivino que era
hijo bastardo de PRÍAMO, les
dijo que ese niño sería la
perdición de Troya. El rey, al
oírlo, mandó matar al niño,
pero HÉCUBA se opuso,
consintiendo, no obstante en
abandonarlo en el monte Ida, próximo a la ciudad. Se decía que una osa había acudido a
amamantar al niño y , al ver el prodigio, los mismos pastores encargados de
abandonarlo lo recogieron de nuevo para criarlo en su casa. PARIS , también llamado
ALEJANDRO, creció entre los pastores, distinguiéndose por su valor.
Cada año PRÍAMO celebraba juegos fúnebres en honor de su hijo, al que creía
muerto. En una ocasión PARIS decidió participar en ellos, venciendo a sus hermanos en
todas las pruebas. Entonces, HÉCTOR y DEÍFOBO, humillados, quisieron matar al
intruso, pero PARIS se refugió junto al altar de ZEUS, y entonces el pastor que lo había
criado confesó a PRÍAMO quién era el joven. Éste se alegró tanto de haberlo
recuperado que celebró un banquete en su honor, negándose a escuchar a los sacerdotes
de APOLO, que le recordaban el peligro que el joven suponía para Troya. Todo fue
inútil, porque los dioses ya habían decidido la destrucción de Troya, y el joven PARIS
debía convertirse en el instrumento de sus designios.
En las bodas de TETIS y PELEO, a las que habían asistido todos los dioses,
alguien se olvidó de invitar a ÉRIDE (la DISCORDIA), quien, para vengarse, echó
sobre la mesa del banquete una manzana de oro en la que se leía “para la más hermosa”.
Inmediatamente se la disputaron HERA, ATENEA y AFRODITA, y entonces ZEUS
decidió que fuera PARIS el juez de este litigio. Acompañadas por HERMES(el
mensajero de los dioses), las tres diosas se dirigieron al monte Ida, donde se hallaba el
príncipe troyano, y trataron de sobornarlo prometiéndole cada una de ellas una
recompensa a cambio de ser elegida. HERA le ofreció el dominio del universo,
ATENEA, la sabiduría y la victoria, y AFRODITA, el amor de la mujer más hermosa.
PARIS eligió esto último y entregó a AFRODITA la manzana .La mujer más hermosa
era HELENA de Esparta, y conseguir su amor suponía arrebatársela a su esposo
MENELAO y provocar la venganza de todos los reyes griegos que la habían pretendido,
y que se habían comprometido a luchar contra quien la raptara. Así se originó la guerra
de Troya, en la que HERA y ATENEA se mantuvieron siempre al lado de los Griegos
(no en vano habían sido despreciadas por un príncipe troyano), mientras que
AFRODITA favorecía a los Troyanos (además de haber sido la elegida, tenía un hijo del
troyano ANQUISES, ENEAS, primo de PARIS).
Se organizó, pues, la expedición a Esparta bajo la protección de AFRODITA,
y la tradición es unánime al afirmar que PARIS, además de raptar a HELENA, se trajo
en sus naves buena parte de los tesoros de MENELAO. Ya hemos contado que
HELENA fue aceptada como princesa troyana, y ya sabemos que los Griegos no
tardaron en venir a Troya y en poner cerco a la ciudad. Así pasaron los consabidos diez
años, al término de los cuales, como la guerra no tenía visos de terminar, Griegos y
Troyanos convinieron en que se enfrentaran PARIS y MENELAO en combate singular,
comprometiéndose a aceptar como definitivo el resultado del mismo. La Ilíada cuenta
que el vencedor fue el griego, mas no consiguió dar muerte a PARIS (vid. supra :
MENELAO). Reanudada la lucha, poco después HÉCTOR ataca el campamento griego
aprovechando la ausencia de AQUILES, teniendo entonces PARIS un papel destacado
en la operación.
Relatos posteriores a La Ilíada narran los episodios posteriores a la muerte de
HÉCTOR. PARIS contiene un violento ataque de AQUILES y le da muerte mediante
una flecha que se le clavó en el talón vulnerable (con ayuda de APOLO). Una leyenda
cuenta que AQUILES se había enamorado de POLÍXENA, hija de PRÍAMO, y había
ofrecido pasarse al enemigo a cambio de la joven.(vid. supra : AQUILES) y esta
circunstancia fue aprovechada por PARIS.
Tras la muerte de AQUILES, los Griegos supieron que no podrían tomar la
ciudad sin el arco y las flechas de HERACLES (HÉRCULES), y fueron en busca de
FILOCTETES, que los había heredado. Éste desafió a PARIS a un combate con arco y
enseguida las flechas de HERACLES acabaron con el Troyano. PARIS fue llevado al
monte Ida para que lo curase la ninfa ENONE, pero ésta, dolida porque PARIS la había
abandonado en otro tiempo para ir en busca de HELENA, lo dejó morir. Sin embargo,
pronto se arrepintió de lo que había hecho, y, no pudiendo ya rectificar, ENONE se
lanzó a la pira donde ardía el cuerpo de su antiguo amante.
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