Ensayo: • Trata sobre la figura del polÃ−tico y las instituciones gubernamentales en el marco del cuento “Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira”. • El ensayo fue realizado en un examen, el cual duro aproximadamente 2 hs. Esa es la razón por el cual es breve y poco elaborado. Aun asÃ−, tuvo una nota de 9 puntos. La impunidad es como una sombra que cubre todo a su alcance y una vez tocado por ella, no es posible rescatar rasgo alguno de inocencia. Una vez que se prueba la impunidad se queda marcado para toda la vida. Esta marca no es fÃ−sica ni tampoco visible para los demás; es una marca interna que ensordece y hostiga en el inconsciente. Que florece en algunos casos como insignificantes retoños de remordimiento. La marca de la que se habla es una marca moral, un pecado hacia uno mismo, una falta de respeto hacia la integridad, una mancha oscura en el alma. Al hablar de impunidad, aberrantes ejemplos surgen de nuestra mente: poco disimulados, evidentes y grotescamente manipulados hechos cotidianos insultan la integridad heredada de una sana familia. No es para nada novedoso la corrupción del poder. Los hubo en todos los matices y formas: gobiernos democráticos, de factos, provisorios, improvisados y una gama incontable de ejemplos infructuosos. Una clara señal de ello se refleja en la novela de Payró, “Divertidas aventuras del nieto de Juan Moreira”, donde el autor ilustra a través de su literatura realista una imagen de una polÃ−tica que en vez de asombrar, espanta. ¿Es posible que Payró hubiese observado en la polÃ−tica un rasgo de madurez? Para poder contestar esto es necesario analizar el libro. Primero debemos ubicar los acontecimientos en el tiempo y ellos, posiblemente, se desarrollaron durante la fraudulenta década de los noventa, hacia fines del siglo XIX. Su fundamento radica en dos aspectos: primero, el contexto histórico en que el autor vivió su madurez; segundo, las caracterÃ−sticas que detalla de la polÃ−tica y hechos que transcurren en el libro responden a las que marcaron la década sugerida. Esta polÃ−tica (con sus polÃ−ticos) es impura. No solo eso: también es fraudulenta, injusta, corrupta, egoÃ−sta, materialista, insensible, egocéntrica, especuladora, falsa, hipócrita y otros tantos calificativos que no son prudentes mencionar. Los polÃ−ticos del libro de Payró responden todos a estas caracterÃ−sticas (salvo Vázquez, que cumple la función de contrastar la figura de Mauricio); y se suman al conjunto aristócratas, banqueros, jueces y jefes de policÃ−a. Mauricio se vio forzado adquirir esas caracterÃ−sticas para poder articular en el grupo. Su personalidad tenÃ−a predisposición y no fue un esfuerzo para él dilucidar la realidad en que vivÃ−a. Quiso sobresalir en la sociedad y para ello tuvo que incorporarse al juego de lo conveniente. Como se habÃ−a mencionado, asimiló de manera muy sencilla la realidad por conveniencia. A su vez, tuvo ayuda y aprendió de aquellos que sin ser solidarios, sino más bien astutos, le sugirieron. Uno de ellos fue quien serÃ−a su suegro, Estalisnao Royrahegy. Este astuto “gringo” lo aconsejarÃ−a en finanzas y lo salvarÃ−a de la crisis económica que se vivirÃ−a a causa de la inestabilidad monetaria y las imprudentes decisiones del presidente. Al final del libro, se puede observar representado en un personaje los deseos del autor. Mauricio Rivas, hijo del protagonista, Mauricio Gómez Herrera, serÃ−a el encargado de denunciar esa impunidad a través de una carta publicada en un diario. Es interesante aclarar que este no es polÃ−tico, mas bien un periodista opositor al oficialismo. No es un mero accidente en el desarrollo de la obra, sino resultado de una aguda ironÃ−a nacida del autor el representar en la figura del hijo de Herrera la oposición hacia el gobierno. Este quizá es un referente de una nueva generación. No precisamente de polÃ−ticos, sino de conciencia moral, de un deseo de progreso, de hacer de lo injusto justicia y de lo impune algo claro y limpio, como debe ser. 1