Carlos Federico Savigny Portal Alipso.com: http://www.alipso.com/ Apuntes y Monografías > Derecho > URL original: http://www.alipso.com/monografias/carlos_federico_savigny/ Historia y pensamiento de Federico Carlos de Savigny, Cátedra II, Introducción al derecho, de la Universidad Nacional de la Plata Fecha de inclusión en Alipso.com: 2001-11-25 Enviado por: ALFONSO SCELZI (alfonsoscelzi@hotmail.com) Contenido Carlos Federico Savigny Imprimir Recomendar a un amigo Recordarme el recurso Descargar como pdf {literal} var addthis_config = {"data_track_clickback":true}; {/literal} Seguinos en en Facebook Historia y pensamiento de Federico Carlos de Savigny, Cátedra II, Introducción al derecho, de la Universidad Nacional de la Plata Agregado: 25 de NOVIEMBRE de 2001 (Por ALFONSO SCELZI) | Palabras: 4238 | Votar! | 1 voto | Promedio: 10 | Sin comentarios | Agregar ComentarioCategoría: Apuntes y Monografías > Derecho >Material educativo de Alipso relacionado con Carlos Federico SavignyBiografia y vida de Carlos Mendieta: Breve Biografia de Carlos MendietaBiografia y vida de Federico IX: Breve Biografia de Federico IXBiografia y vida de Carlos Solórzano: Breve Biografia de Carlos SolórzanoEnlaces externos relacionados con Carlos Federico Savigny { "@context": "http://schema.org", "@type": "NewsArticle", "headline": "Carlos Federico Savigny", "alternativeHeadline": "Carlos Federico Savigny", "image": [ "http://www.alipso.com/monografias/carlos_federico_savigny//./index_archivos/image001.gif" ], "datePublished": "2001-11-25T08:00:00+08:00", "description": "Historia y pensamiento de Federico Carlos de Savigny, Cátedra II, Introducción al derecho, de la Universidad Nacional de la Plata", "articleBody": " Federico Carlos de Savigny Federico Carlos de Savigny, nació el 21 de febrero de 1779, en la patria de Goethe, el príncipe de nuestros poetas. Su familia era originaria de la Lorena, de donde había emigrado a Alemania hacían 150 años. La Biographie universelle menciona a un Cristóbal de Savigny, nativo del condado de Rathel, en Champagne, que se había hecho renombre el siglo xvi por sus escritos enciclopédicos. Quizá sea él uno de los antecesores de Savigny. El abuelo de Savigny era gobernador en Deux-Ponts; su padre, representante de varios príncipes del circulo del Alto Rhin en Franfort, sobre el Mein. Se refiere de este último que adornaba los libros de su biblioteca con una viñeta que representaba un manojo de llaves con divisa: non omnia possums omnes. La familia se encontraba en una buena situación de fortuna. Huérfano desde los 13 años, Federico Carlos fue recogido en la de su tutor Von Neurath, que era Asesor de la Cámara Imperial en Wetzlar. Este último lo determinó a iniciarse en el estudio del derecho, pero en una forma tan poco atrayente que poco faltó para que esta iniciación lo alejara de la ciencia jurídica. Fue ganado enteramente por esta disciplina cuando, en 1795, a la edad de 16 años, se incorporó a la Universidad de Marburgo. Allí entro en relacione intimas con el profesor Felipe Federico Weis, un jurista filósofo de la que entonces se llamaba escuela elegante, del cual dice Hugo escribió menos que lo que se hubiera deseado. El joven Svigny fue entusiasmado por aquél para el estudio del derecho y de su historia, fue también Weis que le dio la primer idea incitándolo a trabajar en la historia del derecho romano en la edad media, por lo cual Savigny en el prefacio de dicha obra lo llamó su excelente profesor. Wais unía a sus profundos conocimientos, un celo increíble por la literatura jurídica de la edad Alipso.com - http://www.alipso.com Página 1/24 Carlos Federico Savigny media, que fue también objeto de su última obra, un producto de su tiempo. Después de haber pasado un corto intervalo de tiempo en la Universidad de Goettingen, Savigny terminó sus estudios en Marburgo, obteniendo su título de doctor en jurisprudencia el 31 de octubre de 1800. En esta ocasión escribió, como disertación inaugural, su primer trabajo, De Concursu delictorum formali , que permitía adivinar, en el joven de 21 años, al futuro maestro. Designado profesor adjunto, no sólo despertó todas las esperanzas, sino que las colmo; sus primeros pasos le valieron un éxito sin reservas. Poco bastó para que su renombre como escritor de derecho quedara consagrado para siempre. Un curso sobre los diez últimos libros de la Pandectas atrajo su atención, especialmente sobre la difícil teoría de la posesión y le hizo reconocer, con rapidez, como la manera habitual de tratar esta teoría, importante para la práctica, poco respondía al contenido de las fuentes. Aquí también, como él mismo lo dice, animado por su profesor Weis, se dedicó a tratar personalmente esta materia, y así apareció durante el año 1803 El derecho de la posesión, monografía de derecho civil, que bastaría para asegurar a su autor su nombre imperecedero en la literatura jurídica[1] Contexto histórico, social y cultural: En él como en ningún otro se encarnaba la historia de la jurisprudencia desde los comienzos de nuestro siglo, y con el transcurso del tiempo cuando el brillo de muchos de los hombres haya empalidecido, el suyo resplandecerá aún más, y toda la época de la ciencia que comienza con él, como todo lo que otros han realizado y logrado, girará alrededor de su nombre y le será atribuido como merito indirecto. Por esa razón el 25 de octubre de 1865 es para la jurisprudencia un día histórico como ningún otro. Para la historia de la jurisprudencia este nombre no pesa menos que el de Goethe para la de la poesía y de la literatura alemanas. El espíritu de Savigny había madurado siendo muy joven. Después de haber obtenido en 1800, en Marburgo, el grado de Doctor, fué designado profesor, en plena juventud, a los 21 años de edad, en la Facultad de aquella ciudad; el reconocimiento a sus méritos no se hizo esperar, siendo designado profesor extraordinario. Tres años después publico “leyes y fragmentos” del Corpus Juris. Esta obra puede ser señalada como la piedra angular de la época actual de la jurisprudencia y a pesar de ser la obra de un principiante, contiene en germen todo lo que más tarde pudo ser realizado y realizaron, tanto el mismo Savigny como otros escritores, para lograr la regeneración de la jurisprudencia: un animoso y juvenil entusiasmo para sacudir el peso inútil de las divisiones tradicionales, de las definiciones, de las reglas, de las expresiones técnicas, una delicadeza en la crítica de sus predecesores, de la que hasta entonces nadie había podido jactarse; el uso independiente, libre de prejuicios, de las fuentes, pero ante todo, aptitud de seguir a través de los cambios más enmarañados, a los juristas romanos, y de describir, partiendo de puntos aislados y de indicaciones fugitivas, las líneas originales y las ideas fundamentales de la teoría, de hacer revivir el pensamiento romano, reconstruir la construcción romana, evocar de nuevo el espíritu de la jurisprudencia romana y captar la inteligencia íntima de su obra. Tales son los rasgos particulares que singularizan a esta obra. Savigny, dedicó los anos siguientes a un viaje científico, viaje que tuvo por objeto la compulsa de las bibliotecas, especialmente para el estudio del derecho romano en la Edad Media. En realidad la historia del derecho tomaba más bien la forma de una historia literaria del derecho y su valor no sufre por ello ningún desmedro. La historia del derecho romano, por el contrario no ha gozado del mismo favor de una elaboración de conjunto de esa especie; debió conformarse con una serie de monografías aisladas, algunas de ellas trascendentales, que se publicaron originariamente, en parte en la colección de la Academia de Ciencias de Berlín, en parte en la Revista para la historia de la ciencia del derecho, fundada por él mismo en unión con Eichorn y Göschen. Al termino de su viaje a Italia, el año 1808, Savigny acudió a un llamado de Landshut, yendo dos años más Alipso.com - http://www.alipso.com Página 2/24 Carlos Federico Savigny tarde a la Universidad de Berlín, que recién había sido fundada, para exaltar el primer plano, dentro de Alemania, la cátedra de derecho romano. El año 1814 brindó a Savigny la oportunidad de producir un escrito de circunstancias, que provocó un efecto que quizá sea único en la historia. La liberación del yugo exterior del dominio francés, había estimulado en muchos espíritus, la idea paralela de que también podía ser sacudido del yugo interno que bajo la forma del derecho romano aceptado en otro tiempo y que en muchas partes de Alemania se conservaba y se conserva aún. Entre otros, especialmente Thibaut de Heidelberg, había dado a este anhelo una expresión calculosa y elocuente. No era fácil oponerse a este sentimiento apoyado por la gravitación del pasado y por el patriotismo exaltado, sostenido tanto en nombre de la nacionalidad como de las conveniencias prácticas, porque ello importaba renunciar, para siempre, a una verdadera popularidad. Savigny dio este paso en su escrito “De la vocación de nuestro tiempo para la legislación y la ciencia del derecho”. Sería rendir un homenaje excesivo a las fuerzas que en aquel momento regían los destinos de Alemania, se aceptaba que Savigny hizo abortar la idea de una legislación nacional; desde este punto de vista su escrito no era necesario y un adversario de esa idea hubiera encontrado en la sola palabra, Dieta Federal (Bundestag), un apoyo más fuerte que en todos los fundamentos extraídos por Savigny. Una denominación puede darse, la que asegura al escrito su significación imperecedera. Savigny es de la opinión, que la época no posee aún la madurez necesaria para la redacción de un Código y previene contra las consecuencias necesarias de una extemporánea fijación y codificación del derecho. Menos de treinta años después, Savigny era Ministro de Legislación en Berlín. Él estaba autorizado para no colocar muy alta la concepción científica y la justa apreciación de su propio valer lo cual autoriza a decirse que la época debía aprender de él, no sólo en aspectos aislados, sino de la generalidad de sus opiniones y de su cultura. Pero al emplear como medida la cultura científica para determinar la vocación legislativa, Savigny probaba que el mismo interpretaba la vocación del legislador. Si es posible que el Código hace superflua la ciencia y si el legislador será , al mismo tiempo profesor y el Código compendio, en tal caso Savigny tenia razón , cuando protestó en contra de que la ciencia de su tiempo podía participar de ese honor. Una época que siente la necesidad de reorganizar su estado jurídico o solamente la de codificar su derecho y que no obstante ello se cruza de brazos, por no considerarse madura, no reconoce su pobreza sino que atestigua un exceso de espíritu, extendiendo un certificado de indigencia moral. Si bien con anterioridad a Savigny, voces aisladas se hicieron oír que exteriorizaban ideas análogas, fue su merito haberlas reunido, en una concepción científica fundamental, brindándolas a la ciencia. Sobre la base de esta concepción y con el propósito de llevarla a las diversas esferas del derecho, fundó Savigny en 1815 con Eihhorn y Göschen, un órgano propio, la “Revista para la Ciencia Jurídica Histórica”, e invitó a todos los que participaran del mismo punto de vista fundamental, como sus partidarios de la escuela histórica, a luchar contra su adversarios. Después de su escrito sobre la posesión, la actividad literaria de Savigny abandonó la esfera del dogmatismo, dedicándose exclusivamente a la historia, lo que dio base suficiente al prejuicio de que esto se debía a la unilateralidad de su talento o de su inclinación. El año 1840 destruyó radicalmente este prejuicio. en ese año aparecieron tres volúmenes de una obra concebida con gran extensión- “El sistema del derecho romano actual”- acontecimiento que produjo verdadera sensación en el mundo jurídico. La admiración ilimitada no fue general, no faltaron voces, especialmente entre los prácticos, que exteriorizaron un sentimiento de decepción; lo que con razón podía reprocharse a la obra, era la disonancia entre su contenido y el título “derecho actual”. No en el sentido de que Savigny, como podía esperarse del historiador del derecho y como lo hicieron varios de sus discípulos, hubiera mostrado el empeño de volver la vida y el vigor a las partes muertas del derecho romano, sino por lo contrario, en comparación con la idea que hasta entonces se había formado de él, resultaba sorprendente presenciar cómo el maestro se había mantenido tan ajeno a esta desviación de sus discípulos, colocándose más bien en el otro extremo, como muchos de sus opositores, a los que se denominaba prácticos porque sin duda no era historiadores. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 3/24 Carlos Federico Savigny Su actitud respecto al problema de la legislación: Ella ofrece un rasgo esencial para caracterizar la personalidad de Savigny. Se presenta notoriamente entre las naturalezas, una diversidad opuesta, que la historia de la literatura presenta, de manera ideal, en Schiller y Goethe. Uno de ellos se lanza sobre la materia con toda la fuerza de su personalidad y logra, gracias a ese sentimiento, la consagración e identificación completa con la materia; alta expresión de tal naturaleza era como es sabido Schiller. La otra naturaleza no es absorbida por la materia, se mantiene sobre la materia, no es dominada ni penetrada por ella, al contrario la domina y modela libremente. a esta última pertenecen tanto Goethe como Savigny. Como si la materia estuviera alejado por completo de sus intereses y de sus sentimientos, Savigny se sitúa por encima de ella, no es el sujeto que exterioriza su opinión sobre la materia, sino que es la materia misma que toma la forma del pensamiento, aquella forma objetiva, en la que sólo se desprende del espíritu subjetivo. no lo que ha sido buscado y hallado recientemente, sino lo que ha experimentado el largo proceso de una íntima y paulatina maduración y que desde largo tiempo, estaba desligado de las luchas y de los esfuerzos subjetivos. Esta independencia de Savigny con respecto a la materia, se manifiesta especialmente en su actitud crítica frente al derecho romano. Contrariamente a lo que suele ocurrir con los romanistas, su admiración por el derecho romano no esclavizó su juicio, ni le basta que algo haya acaecido, sino que busca también el porqué, no sólo el porqué exterior que en realidad no responde a un como, sino al porqué intrínseco que reside en los fines y en los fundamentos prácticos de la institución. Después de haber aparecido el año 1841 dos volúmenes más, se produjo un acontecimiento que, según las apariencias, iba a impedir su continuación por mucho tiempo, sino para siempre. Savigny, Ministro de Legislación: El difunto rey de Prusia, Federico Guillermo IV, que había sido protector y admirador de Savigny, creó, según parece, en consideración particular a éste, un ministerio especial de legislación, el cual Savigny entró a ocupar en la Pascua de 1842. En lo que refiere al esplendor de su posición exterior, le costó a Savigny un precio que será eternamente lamentado, tanto por él como por la jurisprudencia. Si nos atenemos al juicio de los que como colaboradores entraron y salieron en rápida sucesión al Ministerio de Legislación, es evidente que no solo pudieron encontrarse personalidades mucho más capacitadas, sino que el resultado de la actividad de Savigny durante 6 años, no estuvo ni podrá estar a la altura de lo que se perdió en otra parte. Los seis primero años posteriores a la aceptación del Ministerio, pueden ser señalados como los que privaron a la ciencia de la terminación del Sistema, pues mientras con anterioridad Savigny había producido cada año 2 y 3 tomos, en el 1847 rompió silencio, con la publicación del sexto volumen. El año siguiente, un cambio radical, al hacer abandono del Ministerio, le devolvió la musa del escritor, pero con casi setenta años. Sin embargo, esta fuerza fue todavía suficiente para permitirle realizar la obra del escritor; aparecieron hasta el año 1853, cuatro tomos de aquel trabajo, los dos últimos bajo el título especial de derecho de obligaciones, lo que constituía un signo de que aquel mismo autor había perdido la esperanza de concluir su obra. Los dos últimos dos tomos presentaban ya rastros de la fuerza menguante y prueba es del tacto y del propio conocimiento de Savigny, que supo ahorrar al mundo el espectáculo de verlo envejecer. Fue así que los últimos días de su vida transcurrieron en apacible tranquilidad, dándole todavía tiempo, antes del fin de sus días, para descansar de los esfuerzos de un pasado de cincuenta años de actividad. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 4/24 Carlos Federico Savigny Savigny y su exigencia de una organización sistemática del orden jurídico: El Maestro logró realizar una síntesis de dos conceptos antagónicos, y que por lo tanto se hallaban en tensión: uno de ellos que tiraba por imponer el predominio del derecho local que se mostraba a través del derecho vivo de la comunidad, y el otro, que tiraba hacia soluciones universales y uniformes a las que convocaba el derecho romano. Su idea fue la de proponer el reconocimiento por todos los pueblos-naciones2 de un lugar natural de localización de la relación jurídica, compartido por todos ellos, para luego aplicar el derecho vigente en dicha sede. Este método creado por el Maestro tuvo un notable éxito en las generaciones de doctrinos que le sucedieron, en cuanto no abjuraba de las dos realidades sino que las unía en un feliz compromiso. Derecho, Sociedad y Estado : El Derecho: Savigny advierte que el conocimiento teórico, como la doctrina, los libros y la enseñanza, y el elemento práctico consistente en la aplicación particular de las reglas a los acontecimientos de la vida real. El teórico debe cultivar la inteligencia del elemento práctico y el aplicador de derecho no debe perder de vista el espíritu de organización que se complace en poner en su verdadero punto los antiguos materiales. Reconoce al derecho subjetivo como un poder del individuo. Y al derecho objetivo como la regla de derecho general que se manifiesta sobre todo en la ley, es decir en la promulgada por la autoridad suprema de un Estado. ¿Cuál es la fuente o el sujeto en cuyo seno se hace realidad el derecho positivo? Savigny responde, “este sujeto es el pueblo”. En la conciencia común de éste , vive el derecho positivo. El derecho positivo surge de ese espíritu general que anima a todos los miembros de una misma nación, la unidad del derecho se revela a su conciencia necesariamente y no es producto de la casualidad. Savigny se opone a la codificación del derecho porque tendría por resultado interrumpir el natural proceso de su desarrollo. En las fases de madurez de un derecho podría ser para él posible la codificación. Asimismo , en una etapa de decadencia la codificación puede ser dañina por cuanto estabiliza un derecho corrupto, privado de su fuerza vital. El maestro tiene una visión del derecho formándose lentamente en la vida del pueblo. Un derecho de esta clase será intrínsicamente justo porque representa lo que siente la conciencia popular en un momento determinado. La Sociedad: En cuanto a la sociedad, es una unidad en el seno de la cual se seden las generaciones. La tradición es la que vela por la conservación del derecho, cada pueblo es el creador y el sujeto del derecho positivo, el derecho de cada nación tiene ciertos rasgos peculiares a la nación y otros comunes a todos los pueblos. El Estado: que da nacimiento al Estado, es una necesidad superior, una fuerza interna que trata de extenderse hacia fuera y que le imprime al Estado un carácter particular. Esa fuerza crea al Estado como crea al derecho y puede considerarse la realización del Estado como la más alta manifestación de su poder. El estado ejerce sobre el derecho privado numerosas influencias, el Estado es el que personifica al pueblo y le da capacidad de obrar. Todo pueblo desde que su vida aparece , está ya constituido como Estado cualquiera que sea por otra parte su forma. El estado de naturaleza es una construcción que crea el espíritu cuando considera al pueblo abstracción hecha del Estado. Pensamiento sobre las fuentes de derecho: La influencia de Kant fue decisiva en Savigny, en dos aspectos, en Alipso.com - http://www.alipso.com Página 5/24 Carlos Federico Savigny el fundamento ético del derecho. Este tiene por finalidad la orientación moral del hombre en su libertad. El derecho debe organizar la coexistencia común delimitando las libertades individuales. Por otro lado en el rechazo de todo utilitarismo; al lado del funcionamiento ético del derecho no hay otro que la promoción del bien común o del interés público. Esta idea de la exclusión de todo utilitarismo incide al momento de tratar el derecho objetivo. En ciertas normas puede haber oposición entre el elemento general y el particular debiendo prevalecer éste último. Por ese motivo el derecho objetivo puede clasificarse como puro y sin mezcla por un lado, o combinarse con otros principios extraños a su campo. Estas reglas utilitarias son expresamente clasificadas de anómalas y su existencia en el campo del derecho puro, la tiene sólo en una perspectiva puramente histórica. La relación jurídica: Así como el autor ve en el derecho objetivo un todo estructurado, así también, concibe a la relación jurídica con una naturaleza orgánica que se manifiesta ya sea por el conjunto de sus partes constitutivas que se equilibran y limitan mutuamente, ya sea por sus desenvolvimientos sucesivos, su origen y sus descensos. De este modo Savigny podía tratar a la relación jurídica con una cierta individualidad y localizarla sin tener en cuenta el propósito de las reglas materiales de las leyes en cuestión. La ley aplicable a la relación jurídica: La determinación de la ley aplicable a una relación jurídica internacional pude hacerse desde dos enfoques, por la delimitación del campo de aplicación en el espacio de las reglas materiales para constar qué situaciones están sometidas a esas reglas o por la definición de un conjunto de relaciones jurídicas con vista a buscar la ley que le sea aplicables. Hace la tare de delimitación del campo de aplicación de las reglas materiales por que lo que interesa es determinar el lazo que existe entre las relaciones de derecho y las reglas. Sostiene que el territorialismo escrito no se encuentra en ninguna legislación conocida llevado hasta sus últimas consecuencias por cuanto más numerosas y activas son las relaciones entre los pueblos, más debe convencer que es preciso renunciar a este principio de exclusión para adoptar el contrario. Para el autor la solución consistirá en determinar para cada relación jurídica el dominio del derecho más conforme con la naturaleza propia y esencial de esta relación. La idea de la localización de la relación jurídica: Según Savigny para decidir sobre una relación de derecho, en el caso de colisión entre diferentes Estados independientes, el juez debe aplicar el derecho local a que perteneciere la relación de derecho litigiosa, sin distinguir si este derecho es el de su país o el de un Estado externo, hay que buscar para cada relación de derecho el dominio jurídico q que esta relación pertenezca por su naturaleza. Savigny sólo atendió a la conveniencia de la relación jurídica, desprovista del interés político que Gonzalo Ramiréz le quiso dar. postulando de ante mano la extraterritorialidad de todas las leyes, planteó el germen para un nuevo enfoque territorialista. Sin embargo, persistía en la idea de que el punto de vista dominante de la legislación y de la práctica moderna no es en modo alguno el celoso mantenimiento de su autoridad exclusiva sino que, al contrario, existe una tendencia a una comunidad verdadera de derecho. Si bien resulta claro en su pensamiento, que lo conectado es la relación jurídica, no resulta de igual forma el saber a qué se conecta esa relación. Savigny se sirve indiferentemente de conexión al país, al Estado y al sistema jurídico que esté en vigor. Él exige el estudio de las relación jurídica en su totalidad, pero no expresa Alipso.com - http://www.alipso.com Página 6/24 Carlos Federico Savigny qué elemento componente de esa relación la une a un sistema jurídico. ¿Pudo Savigny concretar su deseo de estudiar y mantener el reconocimiento del derecho vivo? Para él la realidad jurídica era histórica, en el sentido de que la ciencia jurídica es ciencia del derecho positivo real e históricamente existe y no el planteo de principios que podrían juzgarse eternos e inmutables a los cuales él no quiere volver. El derecho, entonces, sería una dimensión viva del existir de los pueblos, por eso rechaza el planteo racionalista que lo reduce a un conjunto de principios intemporales que podrían llegar a construirse en un instrumento de la voluntad estatal y del manejo político. Por ese motivo la labor de hermenéutica cobra para él una especial importancia. Su función será la de captar la intima conexión natural de los principios generales y de las circunstancias individuales. No fue consecuente con sus ideas al oponerse a la confección de códigos plenos. La labor codificadora formaba parte también de una época histórica que quería ver en esta nueva forma de reglamentación, la afirmación de la seguridad como el valor distintivo del mundo jurídico. En su época final, Savigny sitúa a la ley como el objeto exclusivo de su tarea interpretativa dando pie a que se afirme posteriormente un estatalismo político y, le gustare o no, fue el diseñador de una ciencia jurídica formal. Obras del autor: ü “De Concursu Delictorum Formali” ü “Leyes y Fragmentos” del Corpus Juris ü “Historia del Derecho Romano en la Edad Media”(1815-1831) ü “De La Vocación de Nuestro Tiempo para la Legislación y la Ciencia del Derecho” ü “Sistema Del Derecho Romano Actual”(1840) Alipso.com - http://www.alipso.com Página 7/24 Carlos Federico Savigny Fuentes de Información ü “TRES VIDAS ILUSTRES” – Resurgimiento del derecho Alemán. -Autores: Hugo- Savigny- Jhering. -Del Alemán, con introducción por Norberto Gorostiaga. -Material utilizado para este trabajo, extraído de la Segunda Parte, donde se refiere a “Federico Carlos de Savigny” por Rodolfo Von Jhering. -Editorial DEPALMA Buenos Aires 1945. ü “CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE OBLIGACIONES ALIMENTARÍAS” -Autor: Rubén B. Santos Belandro. -Material utilizado para este trabajo, extraído del capítulo x, donde se refiere a “El pensamiento de Savigny”. -Editorial: FUNDACIÓN CULTURA UNIVERSITARIA. ü A demás se completo información sobre el tema en el sitio web “www.todoiure.com” Alipso.com - http://www.alipso.com Página 8/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 9/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 10/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 11/24 Carlos Federico Savigny Trabajo de investigación para: Introducción al Derecho, Cátedra II Comisión 6 Profesor: Camps Alumno: Alfonso Scelzi Alipso.com - http://www.alipso.com Página 12/24 Carlos Federico Savigny [1] Discurso pronunciado el 31 de octubre de 1861. 2 Pueblos y Naciones, se refiere a el término volk, ya que éste es imposible de traducir al castellano con un solo vocablo. "} Federico Carlos de Savigny Federico Carlos de Savigny, nació el 21 de febrero de 1779, en la patria de Goethe, el príncipe de nuestros poetas. Su familia era originaria de la Lorena, de donde había emigrado a Alemania hacían 150 años. La Biographie universelle menciona a un Cristóbal de Savigny, nativo del condado de Rathel, en Champagne, que se había hecho renombre el siglo xvi por sus escritos enciclopédicos. Quizá sea él uno de los antecesores de Savigny. El abuelo de Savigny era gobernador en Deux-Ponts; su padre, representante de varios príncipes del circulo del Alto Rhin en Franfort, sobre el Mein. Se refiere de este último que adornaba los libros de su biblioteca con una viñeta que representaba un manojo de llaves con divisa: non omnia possums omnes. La familia se encontraba en una buena situación de fortuna. Huérfano desde los 13 años, Federico Carlos fue recogido en la de su tutor Von Neurath, que era Asesor de la Cámara Imperial en Wetzlar. Este último lo determinó a iniciarse en el estudio del derecho, pero en una forma tan poco atrayente que poco faltó para que esta iniciación lo alejara de la ciencia jurídica. Fue ganado enteramente por esta disciplina cuando, en 1795, a la edad de 16 años, se incorporó a la Universidad de Marburgo. Allí entro en relacione intimas con el profesor Felipe Federico Weis, un jurista filósofo de la que entonces se llamaba escuela elegante, del cual dice Hugo escribió menos que lo que se hubiera deseado. El joven Svigny fue entusiasmado por aquél para el estudio del derecho y de su historia, fue también Weis que le dio la primer idea incitándolo a trabajar en la historia del derecho romano en la edad media, por lo cual Savigny en el prefacio de dicha obra lo llamó su excelente profesor. Wais unía a sus profundos conocimientos, un celo increíble por la literatura jurídica de la edad media, que fue también objeto de su última obra, un producto de su tiempo. Después de haber pasado un corto intervalo de tiempo en la Universidad de Goettingen, Savigny terminó sus estudios en Marburgo, obteniendo su título de doctor en jurisprudencia el 31 de octubre de 1800. En esta ocasión escribió, como disertación inaugural, su primer trabajo, De Concursu delictorum formali , que permitía adivinar, en el joven de 21 años, al futuro maestro. Designado profesor adjunto, no sólo despertó todas las esperanzas, sino que las colmo; sus primeros pasos le valieron un éxito sin reservas. Poco bastó para que su renombre como escritor de derecho quedara consagrado para siempre. Un curso sobre los diez últimos libros de la Pandectas atrajo su atención, especialmente sobre la difícil teoría de la posesión y le hizo reconocer, con rapidez, como la manera habitual de tratar esta teoría, importante para la práctica, poco respondía al contenido de las fuentes. Aquí también, como él mismo lo dice, animado por su profesor Weis, se dedicó a tratar personalmente esta materia, y así apareció durante el año 1803 El derecho de la posesión, monografía de derecho civil, que bastaría para asegurar a su autor su nombre imperecedero en la literatura jurídica[1] Contexto histórico, social y cultural: En él como en ningún otro se encarnaba la historia de la jurisprudencia desde los comienzos de nuestro siglo, Alipso.com - http://www.alipso.com Página 13/24 Carlos Federico Savigny y con el transcurso del tiempo cuando el brillo de muchos de los hombres haya empalidecido, el suyo resplandecerá aún más, y toda la época de la ciencia que comienza con él, como todo lo que otros han realizado y logrado, girará alrededor de su nombre y le será atribuido como merito indirecto. Por esa razón el 25 de octubre de 1865 es para la jurisprudencia un día histórico como ningún otro. Para la historia de la jurisprudencia este nombre no pesa menos que el de Goethe para la de la poesía y de la literatura alemanas. El espíritu de Savigny había madurado siendo muy joven. Después de haber obtenido en 1800, en Marburgo, el grado de Doctor, fué designado profesor, en plena juventud, a los 21 años de edad, en la Facultad de aquella ciudad; el reconocimiento a sus méritos no se hizo esperar, siendo designado profesor extraordinario. Tres años después publico “leyes y fragmentos” del Corpus Juris. Esta obra puede ser señalada como la piedra angular de la época actual de la jurisprudencia y a pesar de ser la obra de un principiante, contiene en germen todo lo que más tarde pudo ser realizado y realizaron, tanto el mismo Savigny como otros escritores, para lograr la regeneración de la jurisprudencia: un animoso y juvenil entusiasmo para sacudir el peso inútil de las divisiones tradicionales, de las definiciones, de las reglas, de las expresiones técnicas, una delicadeza en la crítica de sus predecesores, de la que hasta entonces nadie había podido jactarse; el uso independiente, libre de prejuicios, de las fuentes, pero ante todo, aptitud de seguir a través de los cambios más enmarañados, a los juristas romanos, y de describir, partiendo de puntos aislados y de indicaciones fugitivas, las líneas originales y las ideas fundamentales de la teoría, de hacer revivir el pensamiento romano, reconstruir la construcción romana, evocar de nuevo el espíritu de la jurisprudencia romana y captar la inteligencia íntima de su obra. Tales son los rasgos particulares que singularizan a esta obra. Savigny, dedicó los anos siguientes a un viaje científico, viaje que tuvo por objeto la compulsa de las bibliotecas, especialmente para el estudio del derecho romano en la Edad Media. En realidad la historia del derecho tomaba más bien la forma de una historia literaria del derecho y su valor no sufre por ello ningún desmedro. La historia del derecho romano, por el contrario no ha gozado del mismo favor de una elaboración de conjunto de esa especie; debió conformarse con una serie de monografías aisladas, algunas de ellas trascendentales, que se publicaron originariamente, en parte en la colección de la Academia de Ciencias de Berlín, en parte en la Revista para la historia de la ciencia del derecho, fundada por él mismo en unión con Eichorn y Göschen. Al termino de su viaje a Italia, el año 1808, Savigny acudió a un llamado de Landshut, yendo dos años más tarde a la Universidad de Berlín, que recién había sido fundada, para exaltar el primer plano, dentro de Alemania, la cátedra de derecho romano. El año 1814 brindó a Savigny la oportunidad de producir un escrito de circunstancias, que provocó un efecto que quizá sea único en la historia. La liberación del yugo exterior del dominio francés, había estimulado en muchos espíritus, la idea paralela de que también podía ser sacudido del yugo interno que bajo la forma del derecho romano aceptado en otro tiempo y que en muchas partes de Alemania se conservaba y se conserva aún. Entre otros, especialmente Thibaut de Heidelberg, había dado a este anhelo una expresión calculosa y elocuente. No era fácil oponerse a este sentimiento apoyado por la gravitación del pasado y por el patriotismo exaltado, sostenido tanto en nombre de la nacionalidad como de las conveniencias prácticas, porque ello importaba renunciar, para siempre, a una verdadera popularidad. Savigny dio este paso en su escrito “De la vocación de nuestro tiempo para la legislación y la ciencia del derecho”. Sería rendir un homenaje excesivo a las fuerzas que en aquel momento regían los destinos de Alemania, se aceptaba que Savigny hizo abortar la idea de una legislación nacional; desde este punto de vista su escrito no era necesario y un adversario de esa idea hubiera encontrado en la sola palabra, Dieta Federal (Bundestag), un apoyo más fuerte que en todos los fundamentos extraídos por Savigny. Una denominación puede darse, la que asegura al escrito su significación imperecedera. Savigny es de la opinión, que la época no posee aún la madurez necesaria para la redacción de un Código y previene contra las consecuencias necesarias de una extemporánea fijación y codificación del Alipso.com - http://www.alipso.com Página 14/24 Carlos Federico Savigny derecho. Menos de treinta años después, Savigny era Ministro de Legislación en Berlín. Él estaba autorizado para no colocar muy alta la concepción científica y la justa apreciación de su propio valer lo cual autoriza a decirse que la época debía aprender de él, no sólo en aspectos aislados, sino de la generalidad de sus opiniones y de su cultura. Pero al emplear como medida la cultura científica para determinar la vocación legislativa, Savigny probaba que el mismo interpretaba la vocación del legislador. Si es posible que el Código hace superflua la ciencia y si el legislador será , al mismo tiempo profesor y el Código compendio, en tal caso Savigny tenia razón , cuando protestó en contra de que la ciencia de su tiempo podía participar de ese honor. Una época que siente la necesidad de reorganizar su estado jurídico o solamente la de codificar su derecho y que no obstante ello se cruza de brazos, por no considerarse madura, no reconoce su pobreza sino que atestigua un exceso de espíritu, extendiendo un certificado de indigencia moral. Si bien con anterioridad a Savigny, voces aisladas se hicieron oír que exteriorizaban ideas análogas, fue su merito haberlas reunido, en una concepción científica fundamental, brindándolas a la ciencia. Sobre la base de esta concepción y con el propósito de llevarla a las diversas esferas del derecho, fundó Savigny en 1815 con Eihhorn y Göschen, un órgano propio, la “Revista para la Ciencia Jurídica Histórica”, e invitó a todos los que participaran del mismo punto de vista fundamental, como sus partidarios de la escuela histórica, a luchar contra su adversarios. Después de su escrito sobre la posesión, la actividad literaria de Savigny abandonó la esfera del dogmatismo, dedicándose exclusivamente a la historia, lo que dio base suficiente al prejuicio de que esto se debía a la unilateralidad de su talento o de su inclinación. El año 1840 destruyó radicalmente este prejuicio. en ese año aparecieron tres volúmenes de una obra concebida con gran extensión- “El sistema del derecho romano actual”- acontecimiento que produjo verdadera sensación en el mundo jurídico. La admiración ilimitada no fue general, no faltaron voces, especialmente entre los prácticos, que exteriorizaron un sentimiento de decepción; lo que con razón podía reprocharse a la obra, era la disonancia entre su contenido y el título “derecho actual”. No en el sentido de que Savigny, como podía esperarse del historiador del derecho y como lo hicieron varios de sus discípulos, hubiera mostrado el empeño de volver la vida y el vigor a las partes muertas del derecho romano, sino por lo contrario, en comparación con la idea que hasta entonces se había formado de él, resultaba sorprendente presenciar cómo el maestro se había mantenido tan ajeno a esta desviación de sus discípulos, colocándose más bien en el otro extremo, como muchos de sus opositores, a los que se denominaba prácticos porque sin duda no era historiadores. Su actitud respecto al problema de la legislación: Ella ofrece un rasgo esencial para caracterizar la personalidad de Savigny. Se presenta notoriamente entre las naturalezas, una diversidad opuesta, que la historia de la literatura presenta, de manera ideal, en Schiller y Goethe. Uno de ellos se lanza sobre la materia con toda la fuerza de su personalidad y logra, gracias a ese sentimiento, la consagración e identificación completa con la materia; alta expresión de tal naturaleza era como es sabido Schiller. La otra naturaleza no es absorbida por la materia, se mantiene sobre la materia, no es dominada ni penetrada por ella, al contrario la domina y modela libremente. a esta última pertenecen tanto Goethe como Savigny. Como si la materia estuviera alejado por completo de sus intereses y de sus sentimientos, Savigny se sitúa por encima de ella, no es el sujeto que exterioriza su opinión sobre la materia, sino que es la materia misma que toma la forma del pensamiento, aquella forma objetiva, en la que sólo se desprende del espíritu subjetivo. no lo que ha sido buscado y hallado recientemente, sino lo que ha experimentado el largo proceso de una íntima y paulatina maduración y que desde largo tiempo, estaba desligado de las luchas y de los esfuerzos subjetivos. Esta independencia de Savigny con respecto a la materia, se manifiesta especialmente en su actitud crítica frente al derecho romano. Contrariamente a lo que suele ocurrir con los romanistas, su admiración por Alipso.com - http://www.alipso.com Página 15/24 Carlos Federico Savigny el derecho romano no esclavizó su juicio, ni le basta que algo haya acaecido, sino que busca también el porqué, no sólo el porqué exterior que en realidad no responde a un como, sino al porqué intrínseco que reside en los fines y en los fundamentos prácticos de la institución. Después de haber aparecido el año 1841 dos volúmenes más, se produjo un acontecimiento que, según las apariencias, iba a impedir su continuación por mucho tiempo, sino para siempre. Savigny, Ministro de Legislación: El difunto rey de Prusia, Federico Guillermo IV, que había sido protector y admirador de Savigny, creó, según parece, en consideración particular a éste, un ministerio especial de legislación, el cual Savigny entró a ocupar en la Pascua de 1842. En lo que refiere al esplendor de su posición exterior, le costó a Savigny un precio que será eternamente lamentado, tanto por él como por la jurisprudencia. Si nos atenemos al juicio de los que como colaboradores entraron y salieron en rápida sucesión al Ministerio de Legislación, es evidente que no solo pudieron encontrarse personalidades mucho más capacitadas, sino que el resultado de la actividad de Savigny durante 6 años, no estuvo ni podrá estar a la altura de lo que se perdió en otra parte. Los seis primero años posteriores a la aceptación del Ministerio, pueden ser señalados como los que privaron a la ciencia de la terminación del Sistema, pues mientras con anterioridad Savigny había producido cada año 2 y 3 tomos, en el 1847 rompió silencio, con la publicación del sexto volumen. El año siguiente, un cambio radical, al hacer abandono del Ministerio, le devolvió la musa del escritor, pero con casi setenta años. Sin embargo, esta fuerza fue todavía suficiente para permitirle realizar la obra del escritor; aparecieron hasta el año 1853, cuatro tomos de aquel trabajo, los dos últimos bajo el título especial de derecho de obligaciones, lo que constituía un signo de que aquel mismo autor había perdido la esperanza de concluir su obra. Los dos últimos dos tomos presentaban ya rastros de la fuerza menguante y prueba es del tacto y del propio conocimiento de Savigny, que supo ahorrar al mundo el espectáculo de verlo envejecer. Fue así que los últimos días de su vida transcurrieron en apacible tranquilidad, dándole todavía tiempo, antes del fin de sus días, para descansar de los esfuerzos de un pasado de cincuenta años de actividad. Savigny y su exigencia de una organización sistemática del orden jurídico: El Maestro logró realizar una síntesis de dos conceptos antagónicos, y que por lo tanto se hallaban en tensión: uno de ellos que tiraba por imponer el predominio del derecho local que se mostraba a través del derecho vivo de la comunidad, y el otro, que tiraba hacia soluciones universales y uniformes a las que convocaba el derecho romano. Su idea fue la de proponer el reconocimiento por todos los pueblos-naciones2 de un lugar natural de localización de la relación jurídica, compartido por todos ellos, para luego aplicar el derecho vigente en dicha sede. Este método creado por el Maestro tuvo un notable éxito en las generaciones de doctrinos que le sucedieron, en cuanto no abjuraba de las dos realidades sino que las unía en un feliz compromiso. Derecho, Sociedad y Estado : El Derecho: Savigny advierte que el conocimiento teórico, como la doctrina, los libros y la enseñanza, y el elemento práctico consistente en la aplicación particular de las reglas a los acontecimientos de la vida real. El teórico debe cultivar la inteligencia del elemento práctico y el aplicador de derecho no debe perder de vista el espíritu de organización que se complace en poner en su verdadero punto los antiguos materiales. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 16/24 Carlos Federico Savigny Reconoce al derecho subjetivo como un poder del individuo. Y al derecho objetivo como la regla de derecho general que se manifiesta sobre todo en la ley, es decir en la promulgada por la autoridad suprema de un Estado. ¿Cuál es la fuente o el sujeto en cuyo seno se hace realidad el derecho positivo? Savigny responde, “este sujeto es el pueblo”. En la conciencia común de éste , vive el derecho positivo. El derecho positivo surge de ese espíritu general que anima a todos los miembros de una misma nación, la unidad del derecho se revela a su conciencia necesariamente y no es producto de la casualidad. Savigny se opone a la codificación del derecho porque tendría por resultado interrumpir el natural proceso de su desarrollo. En las fases de madurez de un derecho podría ser para él posible la codificación. Asimismo , en una etapa de decadencia la codificación puede ser dañina por cuanto estabiliza un derecho corrupto, privado de su fuerza vital. El maestro tiene una visión del derecho formándose lentamente en la vida del pueblo. Un derecho de esta clase será intrínsicamente justo porque representa lo que siente la conciencia popular en un momento determinado. La Sociedad: En cuanto a la sociedad, es una unidad en el seno de la cual se seden las generaciones. La tradición es la que vela por la conservación del derecho, cada pueblo es el creador y el sujeto del derecho positivo, el derecho de cada nación tiene ciertos rasgos peculiares a la nación y otros comunes a todos los pueblos. El Estado: que da nacimiento al Estado, es una necesidad superior, una fuerza interna que trata de extenderse hacia fuera y que le imprime al Estado un carácter particular. Esa fuerza crea al Estado como crea al derecho y puede considerarse la realización del Estado como la más alta manifestación de su poder. El estado ejerce sobre el derecho privado numerosas influencias, el Estado es el que personifica al pueblo y le da capacidad de obrar. Todo pueblo desde que su vida aparece , está ya constituido como Estado cualquiera que sea por otra parte su forma. El estado de naturaleza es una construcción que crea el espíritu cuando considera al pueblo abstracción hecha del Estado. Pensamiento sobre las fuentes de derecho: La influencia de Kant fue decisiva en Savigny, en dos aspectos, en el fundamento ético del derecho. Este tiene por finalidad la orientación moral del hombre en su libertad. El derecho debe organizar la coexistencia común delimitando las libertades individuales. Por otro lado en el rechazo de todo utilitarismo; al lado del funcionamiento ético del derecho no hay otro que la promoción del bien común o del interés público. Esta idea de la exclusión de todo utilitarismo incide al momento de tratar el derecho objetivo. En ciertas normas puede haber oposición entre el elemento general y el particular debiendo prevalecer éste último. Por ese motivo el derecho objetivo puede clasificarse como puro y sin mezcla por un lado, o combinarse con otros principios extraños a su campo. Estas reglas utilitarias son expresamente clasificadas de anómalas y su existencia en el campo del derecho puro, la tiene sólo en una perspectiva puramente histórica. La relación jurídica: Así como el autor ve en el derecho objetivo un todo estructurado, así también, concibe a la relación jurídica con una naturaleza orgánica que se manifiesta ya sea por el conjunto de sus partes constitutivas que se equilibran y limitan mutuamente, ya sea por sus desenvolvimientos sucesivos, su origen y sus descensos. De este modo Savigny podía tratar a la relación jurídica con una cierta individualidad y localizarla sin tener en cuenta el propósito de las reglas materiales de las leyes en cuestión. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 17/24 Carlos Federico Savigny La ley aplicable a la relación jurídica: La determinación de la ley aplicable a una relación jurídica internacional pude hacerse desde dos enfoques, por la delimitación del campo de aplicación en el espacio de las reglas materiales para constar qué situaciones están sometidas a esas reglas o por la definición de un conjunto de relaciones jurídicas con vista a buscar la ley que le sea aplicables. Hace la tare de delimitación del campo de aplicación de las reglas materiales por que lo que interesa es determinar el lazo que existe entre las relaciones de derecho y las reglas. Sostiene que el territorialismo escrito no se encuentra en ninguna legislación conocida llevado hasta sus últimas consecuencias por cuanto más numerosas y activas son las relaciones entre los pueblos, más debe convencer que es preciso renunciar a este principio de exclusión para adoptar el contrario. Para el autor la solución consistirá en determinar para cada relación jurídica el dominio del derecho más conforme con la naturaleza propia y esencial de esta relación. La idea de la localización de la relación jurídica: Según Savigny para decidir sobre una relación de derecho, en el caso de colisión entre diferentes Estados independientes, el juez debe aplicar el derecho local a que perteneciere la relación de derecho litigiosa, sin distinguir si este derecho es el de su país o el de un Estado externo, hay que buscar para cada relación de derecho el dominio jurídico q que esta relación pertenezca por su naturaleza. Savigny sólo atendió a la conveniencia de la relación jurídica, desprovista del interés político que Gonzalo Ramiréz le quiso dar. postulando de ante mano la extraterritorialidad de todas las leyes, planteó el germen para un nuevo enfoque territorialista. Sin embargo, persistía en la idea de que el punto de vista dominante de la legislación y de la práctica moderna no es en modo alguno el celoso mantenimiento de su autoridad exclusiva sino que, al contrario, existe una tendencia a una comunidad verdadera de derecho. Si bien resulta claro en su pensamiento, que lo conectado es la relación jurídica, no resulta de igual forma el saber a qué se conecta esa relación. Savigny se sirve indiferentemente de conexión al país, al Estado y al sistema jurídico que esté en vigor. Él exige el estudio de las relación jurídica en su totalidad, pero no expresa qué elemento componente de esa relación la une a un sistema jurídico. ¿Pudo Savigny concretar su deseo de estudiar y mantener el reconocimiento del derecho vivo? Para él la realidad jurídica era histórica, en el sentido de que la ciencia jurídica es ciencia del derecho positivo real e históricamente existe y no el planteo de principios que podrían juzgarse eternos e inmutables a los cuales él no quiere volver. El derecho, entonces, sería una dimensión viva del existir de los pueblos, por eso rechaza el planteo racionalista que lo reduce a un conjunto de principios intemporales que podrían llegar a construirse en un instrumento de la voluntad estatal y del manejo político. Por ese motivo la labor de hermenéutica cobra para él una especial importancia. Su función será la de captar la intima conexión natural de los principios generales y de las circunstancias individuales. No fue consecuente con sus ideas al oponerse a la confección de códigos plenos. La labor codificadora formaba parte también de una época histórica que quería ver en esta nueva forma de reglamentación, la afirmación de la seguridad como el valor distintivo del mundo jurídico. En su época final, Savigny sitúa a la ley como el objeto exclusivo de su tarea interpretativa dando pie a que se afirme posteriormente un estatalismo político y, le gustare o no, fue el diseñador de una ciencia jurídica formal. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 18/24 Carlos Federico Savigny Obras del autor: ü “De Concursu Delictorum Formali” ü “Leyes y Fragmentos” del Corpus Juris ü “Historia del Derecho Romano en la Edad Media”(1815-1831) ü “De La Vocación de Nuestro Tiempo para la Legislación y la Ciencia del Derecho” ü “Sistema Del Derecho Romano Actual”(1840) Fuentes de Información ü “TRES VIDAS ILUSTRES” – Resurgimiento del derecho Alemán. -Autores: Hugo- Savigny- Jhering. -Del Alemán, con introducción por Norberto Gorostiaga. -Material utilizado para este trabajo, extraído de la Segunda Parte, Alipso.com - http://www.alipso.com Página 19/24 Carlos Federico Savigny donde se refiere a “Federico Carlos de Savigny” por Rodolfo Von Jhering. -Editorial DEPALMA Buenos Aires 1945. ü “CONVENCIÓN INTERAMERICANA SOBRE OBLIGACIONES ALIMENTARÍAS” -Autor: Rubén B. Santos Belandro. -Material utilizado para este trabajo, extraído del capítulo x, donde se refiere a “El pensamiento de Savigny”. -Editorial: FUNDACIÓN CULTURA UNIVERSITARIA. ü A demás se completo información sobre el tema en el sitio web “www.todoiure.com” Alipso.com - http://www.alipso.com Página 20/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 21/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 22/24 Carlos Federico Savigny Alipso.com - http://www.alipso.com Página 23/24 Carlos Federico Savigny Trabajo de investigación para: Introducción al Derecho, Cátedra II Comisión 6 Profesor: Camps Alumno: Alfonso Scelzi [1] Discurso pronunciado el 31 de octubre de 1861. 2 Pueblos y Naciones, se refiere a el término volk, ya que éste es imposible de traducir al castellano con un solo vocablo. Alipso.com - http://www.alipso.com Página 24/24