Los retablos de la iglesia de la Asunción, de Baells

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Los retablos de la iglesia de la Asunción, de Baells
SILVIA CANALDA LLOBET
Situado en la cima de un suave cerro, y con menos de 150 habitantes en la actualidad, el
pueblo de Baells (antiguamente Bays) preserva el mayor patrimonio retablístico de la comarca
de La Litera.
El territorio perteneció desde inicios del Ochocientos al linaje Desvalls, marqueses de Poal y
marqueses de Alfarrás. Pero la residencia fortificada –con patio de armas y torre defensiva–,
que se halla justo enfrente de la iglesia de Nuestra Señora de Asunción corresponde a una
etapa anterior, cuando el territorio era propiedad de Jaime Maull y Cervellón, de Tamarite. De
pequeñas dimensiones, su sencilla fachada, rematada por un frontón triangular, luce un
imponente escudo de los Maull y Cervellón, con la fecha de 1623. Desde el punto de vista
artístico, la localidad de Baells aparecía en los estudios dedicados a la escultura aragonesa por
el ser el lugar de nacimiento de uno de sus miembros más insignes, José Ramírez de Arellano
(1705/07-1770) –hijo del también escultor, Juan Ramírez Mejandre (1680-1739). Prescindiendo
de la calidad artística –muy alejada de las obras del menor de los Ramírez–, el sitio de Baells
merece una nueva consideración histórico-artística por conservar su modesta iglesia buena
parte de la decoración primigenia, con su retablo mayor, sus cuatro altares laterales y las
pinturas murales que recubren todas las paredes. Un auténtico unicum en la comarca de La
Litera por el mero hecho de pervivir.
La iglesia es un aula rectangular rematada por una cabecera plana y cubierta con una bóveda
de cañón con lunetos, decorada con yeserías de tradición mudéjar. A sus pies se alza un
sencillo coro sobre un arco rebajado, mientras que en cada tramo de los muros laterales,
señalizados por amplías pilastras adosadas, se abre una capilla lateral poco profunda, dos por
costado. La superficie mural de la iglesia hasta la altura del entablamento está recubierta por
pinturas murales de carácter decorativo, con algunos motivos de trampantojo, como el que en
el lado derecho del presbiterio simula una puerta entreabierta en correspondencia con la que
enfrente conduce a la sacristía. No obstante, la mayoría de los ornamentos responden al
repertorio propio del Barroco, con festones, guirnaldas, cortinajes, ángeles o cariátides.
Sin ninguna aportación documental hasta el momento, lo más probable, por el carácter unitario
de la decoración, es que el avituallamiento devoto de la iglesia responda a una intervención
integral. Si se observan de manera detenida los retablos se aprecian algunas fechas en los
bancos de los mismos que así parecen confirmarlo. Los del lado de la Epístola presentan las
dataciones 1700 y 1698 –en dirección al ábside–, el mayor presenta la inscripción AÑO 1694,
mientras que el del extremo del Evangelio contiene la fecha 1706. Parece evidente pues que
los retablos de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Baells, se ejecutaron entre la
última década del Seiscientos y la primera del Setecientos siguiendo la estética del Barroco
pleno.
A pesar del magnífico estado de conservación de los muebles, la iglesia sufrió parcialmente los
avatares de la guerra civil española pues la mayor parte de las esculturas barrocas han
desaparecido, conservando algunos de los retablos tan sólo la mazonería original.
Pendientes de los resultados de la restauración del retablo mayor –prevista para el presente
año– y de la exploración documental, nos gustaría apuntar algunas observaciones con la
cautela necesaria debido al estado actual de las investigaciones.
En primer lugar, los cinco retablos presentan una morfología y decoración similares, a pesar de
su distinto tamaño y función. Estructuralmente están formados por un pedestal, un banco, un
cuerpo y un ático, todo organizado por columnas salomónicas como orden principal. Se aprecia
también la presencia de algún estípite secundario en los altares laterales. La talla aplicada a los
soportes es carnosa y minuciosa, estando siempre dorada o policromada transmitiéndose así
una gran riqueza al conjunto. A parte del retablo mayor dedicado a la Asunción, se intuye una
capilla dedicada a la Pasión y otra a San Cayetano.
Entre los aspectos más destacables del conjunto se vislumbran los medallones pictóricos del
retablo principal. Los situados en el banco muestran idéntica vista de la población de Baells,
dominada por su entrada con la residencia fortificada a la izquierda y la iglesia parroquial a la
derecha. Los superiores, enmarcados por talla dorada, representan el perfil de una dama y de
un caballero, retratos probablemente de los promotores de la fábrica.
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