DERECHOS TORCIDOS Proponemos trabajar con la obra “Derechos torcidos” de Hugo Midón. Es un material que está en todas las escuelas y permite, desde el teatro y la música como espacios expresivos, abordar la temática de los Derechos de los Niños y Niñas. - A partir de la pequeña reseña bibliográfica de Hugo Midón que se presenta en el material, sugerimos que se amplíe la información buscando datos sobre el autor y su obra y las temáticas que aborda (aunque más implícitamente, en muchas otras aparecen también los Derechos de los Niños y Niñas). Las bibliotecas escolares cuentan con el libro “Hugo Midón. Teatro 1” –Ediciones de la Flor-, que contiene las obras Huesito Caracú, La familia Fernández y Stan y Oliver. Puede ser útil para conocer más obras y canciones del autor. El libro trae también las letras de las canciones y un cd para poder escucharlas. - En la obra Derechos torcidos aparece la canción “Yo no me arreglo solito”, trabajada en la última jornada de 2013. Se puede retomar para recordar, cantar y volver a pensar en su contenido. - I jornada: Se puede elegir una escena (o diferentes escenas por pequeños grupos) para armar una función de teatro leído. Para ello, es importante leer la obra completa y luego elegir la/s escena/s a representar. En una primera instancia puede leer el docente o los chicos pueden hacer una lectura individual. Luego distribuirán personajes para que cada uno pueda leer parlamentos en voz alta, escuchando y escuchándose. Al conocer la trama, los chicos pueden buscar las formas de decir de cada personaje (los tonos de voz, los ritmos, las cadencias…). Sería interesante que puedan aprender y cantar las canciones correspondientes a las escenas elegidas. - II Jornada: se puede organizar la presentación de la obra completa (esta vez sin los textos en mano). Podrían elaborarse también los programas conteniendo la síntesis argumental elaborada por el grupo, el elenco, una mini biografía del autor y una presentación de la obra con opinión grupal acerca del tema abordado. MUSEO ITINERANTE Proponemos trabajar sobre un recorrido de libros por autor (o por tema o algún otro elemento elegido por el docente). A modo de ejemplo, sugerimos el abordaje de los siguientes libros de Anthony Brown, de la Editorial Fondo de Cultura Económica, presentes en las bibliotecas escolares y, también, en las colecciones de aula: El juego de las formas (1º grado, caja azul) Cambios (3º grado, caja roja) Voces en el Parque (3º grado, caja verde) Si bien están en las colecciones de 1º ciclo, son libros abordables también en el 2º ciclo, por la multiplicidad de miradas y lecturas que ofrecen. El docente puede trabajar sobre las características del libro álbum antes de las lecturas: la relación complementaria entre texto e imagen: se dicen muchas cosas que no están escritas y lo escrito no necesariamente se refleja en la imagen. Los tres libros ofrecen mucha riqueza en las posibilidades de leer, mirar e interpretar. Juegan con metáforas y dobles sentidos. Es interesante que se puedan trabajar las particularidades de cada uno pero, también, buscar luego características similares que hacen al estilo de Anthony Brown como escritor y dibujante. 1) Cambios invita a mirar con atención todas las transformaciones que imagina José, el protagonista, a partir de que su padre le dijera que las cosas iban a cambiar. Proponemos jugar con los chicos a descubrir todas las “rarezas” que ve José y a imaginar transformaciones parecidas en su propia casa (para dibujarlas después). Invitar, luego, a que los chicos relacionen el final del cuento con todo lo que José fue sintiendo e imaginando a lo largo de la historia. 2) A partir de la lectura de Voces en el parque se puede trabajar sobre las diferentes perspectivas sobre un mismo hecho: qué ve, qué siente y qué relata cada personaje. Conversar sobre qué ven ellos y con qué perspectiva se identifican más. 3) El juego de las formas acerca un museo a los chicos y propone miradas e interpretaciones distintas ante diferentes obras de arte. Por otra parte, el autor termina contando cómo es el juego de las formas, que le permitió a él comenzar a dibujar. Después de la lectura, los chicos pueden jugar al juego de las formas, crear personajes u objetos y, a partir de ellos, inventar historias entre varios. En la Jornada se pueden exponer las producciones y también se puede realizar el juego para dibujar con las familias. - Lectura de un libro con imágenes, sin texto. A partir de la lectura de La ola, de Suzy Lee – Bárbara Fiore Editora- (presente en las bibliotecas escolares y en la caja roja de 1º grado de las colecciones de aula), se pueden proponer las siguientes actividades: - Escribir, de a dos (o entre todos) la historia que relatan las imágenes. - Contar un contar un cuento conocido por todos utilizando sólo imágenes. Esta actividad podría realizarse en la II Jornada (se puede leer un cuento ya conocido por los chicos y que, luego, “reescriban” la historia junto con los familiares valiéndose sólo de dibujos). Se puede recuperar en una charla qué les ocurre al leer una historia completa sin palabras; cómo se sienten, si les gusta más o menos que leer relatos con palabras y por qué. Reflexionar cuánto y de qué manera pueden contar las imágenes. CORTAZAR 100 AÑOS / LECTORES EN JUEGO Trabajar, primero, con la biografía de Julio Cortázar; con lo que los chicos conocen sobre él y toda la información que puedan recopilar. Que busquen también publicaciones y eventos desarrollados a raíz de la conmemoración del 100º aniversario de su nacimiento. Luego proponemos leer algunos textos del libro Historias de Cronopios y de Famas (sobre todo, el capítulo Manual de instrucciones). Para la I Jornada, se puede leer el siguiente texto corto del capítulo Material Plástico: El diario a diario Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo. Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de plaza. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis. Después de la lectura, se puede proponer que escriban textos breves entre chicos, familiares y docentes sobre las transformaciones diarias que pueden sufrir: - Una bolsa de supermercado. - Una botella de gaseosa. - Una caja de cartón. Para la II jornada se pueden elegir dos instrucciones que más les haya gustado, por ejemplo, Instrucciones para llorar e Instrucciones para subir una escalera. Se leen ambas y luego se propone que, en pequeños grupos, elijan una acción o actividad y escriban, en clave humorística, dentro de lo posible, las instrucciones para llevar a cabo la acción o actividad elegida. Luego se realiza una ronda de lectura para compartir los textos elaborados. Instrucciones para llorar Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos. Instrucciones para subir una escalera Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso. POESÍA QUE FLORECE Es interesante que los niños y niñas, al inicio, se zambullan en poesías, las lean a su ritmo, las disfruten. Pueden explorar libremente los libros dispuestos en una mesa. Cada uno puede hacerlo solo, en parejas o en pequeño grupo. Pueden tomar los libros que deseen, hojearlos, leer algunas páginas o leerlos completos, devolverlos a la mesa cuando quieran. La maestra presenta algunos de los libros a manera de recomendación; ella decidirá cuáles de los libros con los que cuenta quiere resaltar. Puede ser que enfatice la presencia de algún autor ya conocido o justamente algún autor que quiere que conozcan, algún libro que le parece interesante y que le gusta mucho o poemas sobre algún tema en particular. En esta actividad es importante la selección previa que hace el docente y la organización de la presentación de los libros –en las bibliotecas institucionales y de aula cuentan con abundante material-. A partir de esta actividad, que es deseable realizar más de una vez, es posible armar entre todos una carpeta con los poemas que más les gustan, aquellos que quieran compartir con sus compañeros y compañeras. Cada uno tiene que elegir una canción, poesía o verso, copiarla prolija, clara, sin faltas de ortografía, con el nombre del autor, acompañarla con una ilustración si quiere e incorporarla a la carpeta. La carpeta “viaja” de casa en casa para que agreguen textos: cada uno puede llevarla semanalmente o con otra frecuencia, leerla, compartirla con sus familias y agregarle el material que deseen. Cada vez que la carpeta vuelve a la escuela para que pase de manos, leen, presentan y comentan las nuevas hojas. La maestra también selecciona lecturas para incorporar. En la primer jornada con la familia y la comunidad, pueden presentar la carpeta y leer parte del material recopilado. Por otro lado, luego de la “zambullida” en poesías los niños y niñas pueden crear las propias para incorporar a la carpeta. Una posibilidad es realizar esta actividad en la segunda jornada con familias. Se pueden ofrecer dos consignas de escritura para que cada uno elija la que le guste. Buscan un lugar cómodo en el que quieran escribir; puede ser el banco, el piso, en el aula o fuera de ella. a. Revisar diarios; seleccionar titulares y recortar unos cuantos. Mezclar esos “versos” y armar un poema. b. Se organizan en grupos de tres. El primero dibuja una figura, una imagen o un trazo que puede sugerir algo. El segundo lo continúa, tomando el significado que propuso el primero o le otorga un nuevo significado. El tercero lo continúa para cambiar el sentido, el foco, darle una vuelta a lo que elaboraron, no para completar lo que venía. Por ejemplo, el primero dibuja algo que podría ser una cabeza de una persona; el segundo, le agrega patas y lo transforma en un ser extraño; el tercero le agrega elementos que llevan a ver un árbol en la producción final. Con el producto final piensan una historia, una situación, una descripción. El juego continúa con palabras, con la escritura de un poema a partir de lo que “dice” la imagen. Luego de la elaboración de borradores, cada uno presenta su escritura para comentar y hacer sugerencias. Así, llegan a las escrituras finales. SUSURRADORES Los susurradores son herramientas que sirven para narrar, de manera íntima, textos breves y poemas cortos. Supone que la palabra viaja desde la boca hacia el oído, directa, profunda, entre dos. Consiste en un tubo de cartón duro, de 60 cm como mínimo (cada uno lo decide a su gusto) decorado de diferentes maneras: con dibujos, pintado, con telas, con collage de distintos materiales, intervenido con cartapesta, etc. En el comienzo de la secuencia, es importante dedicar tiempo a susurrar y “ser susurrado”; es central el disfrute y la exploración, el probar sonidos, voces, distintos susurradores y maneras de decir, susurrar de a uno, de a dos y de todas las maneras que surjan. No se trata sólo de una técnica sino que es atravesado por el juego y los sentimientos. En simultáneo a los momentos de exploración y juego con susurradores, la maestra con los niños y niñas pueden construir los propios. Esto puede llevar más de un encuentro y pueden colaborar profesores de otras áreas como Plástica. Los niños y niñas pueden elegir poemas que ya conocen para susurrar (por ejemplo, los leídos en la actividad Poemas que florecen de este material); también pueden buscar otros. Pueden armar un repertorio según un tema dado o poemas sueltos; pueden memorizarlos o leerlos. Cada uno elegirá la manera en que se encuentre más cómodo. Entre todos, pueden armar recomendaciones para susurrar como, por ejemplo, cuidar de no gritar, combinar sonidos con texto, practicar, decirlo lento y muy claro, utilizar silencios, etc Antes de la jornada con las familias y la comunidad, se podría organizar una “susurrada” por la escuela. Además de susurrar, es necesario también practicar cómo abordar a una persona para proponerle un susurro; puede ocurrir que sientan vergüenza o que no se animen o que no sepan cómo presentarse. En la primer jornada con las familias y la comunidad, los niños y niñas pueden susurrarles y, luego, contarles cómo los construyeron, las recomendaciones que pensaron e invitarlos ellos mismos a susurrar. En la segunda jornada, podrían salir a susurrar con las familias a la plaza del barrio o a algún otro lugar que elijan. NANAS El trabajo con nanas puede comenzar por recordar aquellas canciones conocidas por los chicos para dormir. Las recitan o cantan (completas o la parte que sepan), las comentan, las repiten. Pueden organizar un espacio en el aula para que queden escritas al alcance de los chicos. A su vez, la maestra puede ampliar el repertorio y enriquecer con la presentación de algunas, además de las tradicionales, que le gustan y que canta. En la jornada con las familias y la comunidad, podrían presentar las nanas que recordaron, cantar todos y grabar las que más les gusten. También, a partir de los dos primeros versos del Arrorró tradicional, entre todos podrían inventar un Arroró del grado. Otra posibilidad de trabajo con relatos de tradición oral consiste en recopilar las historias que circulan en la comunidad. Antes de la segunda jornada con las familias, los niños y niñas pueden investigar y compartir los relatos en el aula. Luego, pueden escribirlos e ilustrarlos. En el encuentro con las familias y la comunidad, presentan sus producciones a la vez que, entre todos, pueden enriquecerlas, comentarlas, presentar otras versiones y compartir información sobre las historias (quién se las contó, si los personajes son de la comunidad, si conocen los lugares que se mencionan, etc). PAYADAS Proponemos trabajar con payadas como otra forma de poesía de transmisión oral. Sugerimos comenzar por la lectura de payadas típicas que también pueden buscarse para ver videos en Internet. (Hay payadas, contrapuntos y décimas de artistas reconocidos como Atahualpa Yupanqui, José Larralde, Horacio Guarany, Rafael Obligado, José Hernández, Hilario Ascasubi entre otros). Entre todos, pueden reflexionar sobre las características de estas poesías. Por otro lado, es interesante encontrar puntos en común entre las payadas y los raps actuales. Estos pueden ser muy cercanos y conocidos para los chicos y chicas y pueden aportar mucha información. En Internet pueden encontrarse diversos materiales de duelos entre payadores y raperos. Además de escuchar y mirar videos, pueden proponerse duelos en vivo.