TEMA 15- LA PINTURA BARROCA. ITALIA (CARAVAGGIO), PAÍSES BAJOS (RUBENS Y REMBRANDT) Conocemos como Arte Barroco al Estilo que domina en Europa entre los siglos XVIIXVIII. Normalmente consideramos que el Arte Barroco tiene una decoración muy recargada, que es un estilo caprichoso y extravagante, de temática y elementos formales retorcidos. Sin embargo, no todo el Arte Barroco responde a esta idea, lo cual nos demuestra que se trata de un estilo heterogéneo que difícilmente encaja en definiciones muy estrictas. De hecho, la propia denominación “barroco”, es de origen misterioso y no se sabe exactamente su significado. ¿Qué unifica, por tanto, al Barroco?. Es difícil decirlo, pero se puede decir que el Barroco es el arte de la apariencia. En el Arte Barroco la realidad se confunde con la ficción, el edificio barroco parece un teatro en el que la arquitectura es el escenario y las esculturas los personajes que protagonizan el drama. A la pintura le ocurre otro tanto. Las escenas religiosas se representan de una manera chocante, como si fueran momentos de la vida cotidiana, y como si personajes sencillos de la calle protagonizaran una obra de teatro que representara los textos sagrados. Así, el teatro, el drama religioso es una de las esencias del Barroco. Hay que recordar que el teatro y la ópera es uno de los géneros literarios y musicales que más se desarrolla en el siglo XVII. En el Barroco dominan tres tendencias muy diferentes. Por un lado, tenemos una tendencia clasicista que se resiste a abandonar los principios del Renacimiento, aunque en la realidad se encuentra muy lejos del espíritu de éstos. Por ejemplo, el Barroco del Gran Siglo Francés. Por otro, tenemos una tendencia decorativista que encaja con ese recargamiento ornamental, extravagante y complejo que habitualmente le atribuimos a todo el Barroco. Por ejemplo el Estilo Rococó. Por último está la tendencia naturalista, posiblemente la más valorada y creativa del Barroco. El Naturalismo es un nuevo realismo que idealiza la religión haciéndola más cercana que nunca a la realidad. El Naturalismo Barroco centra a menudo su análisis en lo feo o en lo aparentemente vulgar, pero a su modo idealiza la realidad cotidiana, elevándola por encima de esa presunta vulgaridad. Se puede considerar como naturalista el arte italiano de principios del siglo XVII (Bernini, Borromini, Caravaggio), el Siglo de Oro Español (Imaginería, Pintura), la pintura de los Países Bajos, etc. El Barroco fue el Arte de la Contrarreforma Católica y del Concilio de Trento (que estableció una serie de recomendaciones para la construcción de iglesias y para la iconografía religiosa). Uno de los focos más importantes del Barroco Temprano del siglo XVII fue la Roma de los Papas (Urbano VIII). Los Papas convirtieron el Arte Barroco en la propaganda de la Contrarreforma Católica contra el Protestantismo. Algo similar ocurrió con el Barroco Español, especialmente con la Imaginería Barroca Española. Estas ideas religiosas pretendían ensalzar el sentimiento sobre la razón en materia religiosa. El Barroco también fue el Arte al servicio del Absolutismo. En este sentido hay que citar el Gran Siglo Francés, el arte de las academias propagado por Luis XIV. Los palacios de este rey o de los Habsburgo de Viena o Madrid y los Borbones que gobernaron España en los siglos XVII-XVIII (Felipe IV, Felipe V, Carlos III). En este caso, el arte es la expresión del triunfo, del poder del monarca absoluto, elegido por Dios para gobernar su reino. Aunque parezca paradójico, el Barroco también es el arte de la burguesía calvinista de los Países Bajos. La pintura barroca se convierte así en un arte democratizado que ensalza la nueva ideología burguesa. Las Provincias Unidas de Holanda se convierten en el siglo XVII en la nueva potencia económica gracias al dominio de los mares y a la actividad mercantil de los burgueses holandeses. La pintura holandesa ensalzará con orgullo este modo de vida. Por último, el Barroco es el arte de una sociedad sumida en una crisis entre la fe y la ciencia, entre la Metafísica y el Empirismo. Las “verdades” presuntamente científicas de la Edad Media ceden ante el desarrollo de la ciencia y la experimentación. Consiguientemente el arte empieza a valorar únicamente la apariencia, es decir, lo que se puede apreciar con los sentidos. Durante el Barroco se produce una integración total de las artes plásticas. PINTURA BARROCA EN ITALIA Al igual que había ocurrido durante el Renacimiento, en el Barroco la pintura se convierte en la reina de las artes, la modalidad de las artes plásticas que más evoluciona. Más que ninguna otra, la pintura es el campo de la apariencia, de lo fugaz, y de lo escenográfico, de ahí que el Estilo Barroco encuentre en la pintura un campo adecuado para manifestar sus principales características. En la Italia del siglo XVII se pueden apreciar tres corrientes pictóricas muy diferentes entre sí: clasicista, naturalista y decorativa . Sin embargo, todas ellas comparten algunas características comunes generales. Materiales y técnicas: domina la técnica del óleo y del fresco. Por influencia de la Escuela Veneciana, la pintura barroca al óleo suele utilizar pastas muy gruesas, con lo cual los colores están muy saturados. Los pintores barrocos conocían técnicas pictóricas muy complejas como la cámara oscura lo cual incide en la sensación de “realismo fotográfico” de sus cuadros. Uno de los pintores que utilizó esta técnica fue Vermeer de Delft. En ocasiones los cuadros barrocos dan una sensación equívoca, pues parece que se han pintado del natural, al aire libre, sin embargo, la mayor parte de los mismos es obra de taller a partir de apuntes previos. Soporte: también por influencia veneciana el soporte más habitual de la pintura al óleo es el lienzo de gran tamaño, aunque las pinturas decorativas y los frescos suelen situarse en las bóvedas de iglesias y palacios siguiendo la tradición renacentista. A veces, es posible que una pintura sobre lienzo se sitúe en un retablo, o que se combine con la escultura como elemento decorativo. Temática: la pintura barroca se caracteriza por su enorme variedad temática. Por un lado, tenemos lo temas religiosos, tendentes a exaltar la religión católica. Las tendencias clasicista y decorativa tratarán a la religión de una manera idealizada, e incluso la tendencia decorativa enfatizará el triunfo, la apoteosis como momento culminante y dramático. El naturalismo, por contra, busca despertar la piedad religiosa a través del sentimiento. Para ello acerca los temas religiosos al espectador haciendo que las escenas religiosas sean tan verosímiles como si en cualquier momento pudieran hacerse realidad en la vivienda del creyente más humilde. El escenario, la iluminación, los modelos, a veces deliberadamente vulgares contribuyen a todo ello. Además el naturalismo consigue ensalzar lo humilde, lo vulgar, ennobleciéndolo ante nuestros ojos (en cierto sentido es lo contrario al idealismo renacentista). Aparte de los temas religiosos, son muy habituales los temas mitológicos, las alegorías político-religiosas, etc. Por tradición del Renacimiento, paisaje y bodegones aparecen integrados en las escenas religiosas, sin embargo, fuera de Italia será muy habitual que aparezcan nuevos géneros pictóricos totalmente independientes: el paisaje, el bodegón, la escena de género, etc. Por su parte, en el siglo XVIII, los pintores venecianos desarrollarán el tema de las vedutte el tema del paisaje urbano. La “escena de género” es un término que utilizan los historiadores del arte para denominar una gran variedad de temas cuyo contenido no está claro o simplemente es intrascendente, costumbrista, etc. Elementos Formales: En el Barroco domina el color sobre el dibujo. Los colores son vivos y brillantes continuando la tradición veneciana. El dibujo es, a menudo, suelto, pero otras veces es muy preciso. Uno de los elementos formales más interesantes de la pintura barroca es la magistral utilización de la luz, especialmente por parte del naturalismo y sobre todo por la principal escuela naturalista: el Tenebrismo. El Tenebrismo rodea sus escenas de una total oscuridad. Un solo foco de luz muy intenso ilumina la escena. En el Tenebrismo de Caravaggio el foco de luz es exterior al cuadro e incide sobre la escena de forma lateral y oblicua. El resultado es que las formas se recortan nítidamente sobre las sombras ganando en realismo. Leonardo y otros pintores del Renacimiento ya pintaban figuras en la oscuridad, sin embargo, Leonardo practicaba el sfumatto, es decir, la lenta transición entre luz y oscuridad. Por contra, el Tenebrismo busca el contraste brusco entre la luz y la sombra. Así la luz ayuda a definir las calidades de los objetos (algo que ya practicaban los primitivos flamencos), pero también añade dramatismo a la escena (igual que ocurre con los focos en un escenario de teatro). Por último, la luz direccional es utilizada como elemento compositivo. Los cuadros tenebristas suelen tener una diagonal de luz que ilumina a unos personajes sobre otros, focalizando la atención del espectador sobre los personajes más importantes y estableciendo una jerarquía entre ellos. Las composiciones barrocas son deliberadamente rebuscadas y complejas. En ellas dominan las diagonales, las líneas divergentes y contrapuestas, las figuras de espaldas y en sombras situadas en primer plano, etc. En ocasiones las representaciones son chocantes, así no es raro encontrar al fondo el tema principal mientras que en primer término encontramos el tema presuntamente secundario. Valoración Estética: la pintura barroca italiana pretende inmortalizar el momento fugaz, el instante irrepetible. Importa tanto el momento representado en la pintura como aquello que está a punto de suceder. Las escenas están cargadas de dramatismo: el pathos, los contrastes de luz, etc.. Parece como si unos actores sacados de un auto sacramental representaran las escenas de los evangelios en un teatro. El Tenebrismo: Caravaggio. El Tenebrismo es la corriente pictórica más importante del Barroco Italiano en el siglo XVII. Y su representante más importante fue Caravaggio. La denominación Tenebrismo proviene del hecho de que Caravaggio pintaba en un sótano a oscuras enfocando la escena con una luz intensa y direccional. Todo ello provoca un contraste brutal entre la luz y la sombra. La luz se utiliza para definir mejor las formas y las calidades, pero también para acentuar el dramatismo de los gestos y las expresiones. Además Caravaggio utiliza la luz como un elemento compositivo alumbrando más intensamente lo principal y dejando en sombra lo secundario. Caravaggio utilizará sistemáticamente las diagonales lumínicas como líneas compositivas. El arte religioso de Caravaggio va en la línea de las ideas de la Contrarreforma. Así sus escenas religiosas son de una gran verosimilitud. A pesar de ello, Caravaggio no tuvo mucho éxito en su época, sobre todo por la insistencia en escoger modelos vulgares y por sacrificar todo a la verosimilitud y al realismo. Caravaggio era contrario al idealismo renacentista, hasta tal punto que para representar a la Virgen muerta tomó como modelo el cadáver de una mujer ahogada. Esto tampoco gustó a las autoridades religiosas. El Tenebrismo italiano influyó en los principales pintores del Barroco Español (Ribera, Zurbarán, Velázquez joven), Francés (hermanos Le Nain, Georges La Tour), y de los Países Bajos (Rembrandt), y se convirtió en una de las aportaciones más características y singulares del Barroco. Entre las obras de Caravaggio destacamos: El Baco (1595) no se puede considerar plenamente tenebrista. Sin embargo, muestra la maestría de Caravaggio para el dibujo de un gran realismo, para la sensualidad y para el bodegón o naturaleza muerta (las frutas, la copa de vino, etc.). En las diferentes versiones de La Cena de Emaús (1597) Caravaggio cuenta el momento en el que los discípulos de Emaus reconocen a Cristo resucitado alo partir el pan. En esta obra, Caravaggio muestra ya su estilo plenamente tenebrista, ahora la luz ayuda a definir los objetos y los rostros. Sin embargo, lo más llamativo es la preocupación por captar el momento fugaz (el gesto de sorpresa de los apóstoles al reconocer a Cristo al partir el pan), y la composición típicamente barroca con el primer discípulo de espaldas y en sombra, mientras Cristo muestra un fuerte escorzo con el brazo con el que está bendiciendo. Hay que llamar la atención por la elección de los modelos, de una vulgaridad intencionada si exceptuamos al propio Cristo. Nuevamente, sobre la mesa encontramos un elaborado bodegón. En La Vocación de San Mateo (1600) Caravaggio representa el momento en que Cristo convence a San Mateo (recaudador de impuestos), para que le siga y sea su discípulo. En este caso la luz tiene un significado simbólico, y no sólo formal o compositivo. La luz simboliza la iluminación divina al venir del mismo lugar que Jesucristo, y da de lleno sobre el rostro de San Mateo. El mensaje es, por tanto, muy religioso, pues viene a decir que Cristo muestra el camino de la salvación. Como en la obra anterior hay tenebrismo y una preocupación por captar el instante, personajes de espaldas en primer plano, tipos vulgares, etc. También hay que citar la curiosa diferenciación de ropajes entre los personajes. Por un lado están Cristo y los apóstoles y por otro, el resto de los personajes (vestidos a la moda de principios del siglo XVII). Esta pintura formaba parte de una serie sobre San Mateo que Caravaggio hizo para la Iglesia de San Luis de los Franceses (San Mateo y el ángel, Martirio de San Mateo, etc.). Muy similar en su concepción es el Tránsito de la Virgen (1605). Compositivamente la obra está organizada en torno a dos diagonales compositivas (el haz de luz y la propia túnica roja de la virgen). El rostro más expuesto e iluminado es el de la propia Virgen lo cual nos hace conducir nuestra mirada hacia la derecha del cuadro. Caravaggio ha sido aquí “demasiado realista”, al recurrir al cuerpo de una mujer ahogada para representar a la Virgen. El resto de los apóstoles también responde a tipos vulgares, mientras la mujer que llora en primer plano aporta un matiz dramático y teatral a la escena. La Conversión de San Pablo (1601) muestra el momento en que un rayo derriba a San Pablo de su caballo y le deja ciego frente a las puertas de Damasco, él oye desde las tinieblas de su ceguera la voz de Dios: "Saulo, ¿por qué me persigues?". La forma de representar la escena se parece a las obras manieristas al agolparse los personajes en el primer plano. Nuevamente dos diagonales (el cuerpo de San Pablo y el caballo) forman las líneas de la composición, y aparecen los tipos vulgares propios de Caravaggio. En la época debió parecer muy irreverente centrar toda la atención en el caballo y representar a San Pablo caído en el suelo en el margen inferior del cuadro en un marcado escorzo, sin embargo, es muy original y realista. Otras obras de Caravaggio son: Descanso en la huída a Egipto, El Santo Entierro, Judith y Holofernes, David, La Crucifixión de San Pedro, etc. Contrapuesta al Tenebrismo, tenemos que citar la tendencia Clasicista de A. Carracci. LA PINTURA BARROCA EN LOS PAÍSES BAJOS Fuera de Italia, la pintura barroca tiene caracteres muy similares a la pintura italiana, sobre todo desde el punto de vista formal. Sin embargo, se notan algunas diferencias en la temática. Así en el norte de Europa será más habitual la llamada “escena de género”, el bodegón o naturaleza muerta y el paisaje. Los Países Bajos tenían en el siglo XVII una rica tradición pictórica que se remonta a los Primitivos Flamencos del siglo XV. Por ello, Los Países Bajos siguieron siendo durante el Barroco uno de los focos pictóricos más importantes de Europa. Sin embargo, entre los siglos XVI-XVII, los Países Bajos vivieron una historia muy atormentada. Políticamente dependían de la Corona Española, pero desde el punto de vista religioso, las provincias del norte adoptaron a mediados del siglo XVI la reforma protestante (en concreto el Calvinismo), mientras que los territorios del sur se mantuvieron católicos. Esto supuso una guerra entre las provincias del norte (aproximadamente la actual Holanda) y los españoles (Guerra de los Ochenta Años 1568-1648). Por otro lado, mientras en el siglo XV el foco económicamente más fuerte de los Países Bajos había sido Flandes (mitad occidental de Bélgica), en el siglo XVII Holanda se convirtió en una potencia económica gracias al dominio de los mares. Esta división de los Países Bajos provocó también una división en dos escuelas pictóricas muy diferentes entre sí: La Pintura Flamenca del siglo XVII (no confundir con los Primitivos Flamencos). La Pintura Holandesa. Las dos entran en la corriente naturalista del Barroco, especialmente por su preocupación por la luz y el color. LA PINTURA FLAMENCA EN EL SIGLO XVII La pintura que se practicaba en Flandes en el siglo XVII estaba muy relacionada con el Arte Italiano o Español, tanto formal como temáticamente. Esto se debía al dominio político de la Corona Española y a la influencia de la Contrarreforma Católica en este territorio. Además, el principal representante de esta escuela fue P. P. Rubens. Rubens realizó muchos viajes por Italia y España dejándose influir por el arte italiano. Así en él dominan los temas religiosos y mitológicos así como el retrato. Rubens recibe diversas influencias en su pintura. Así su rico colorido y la afición por el desnudo femenino tiene un origen en la Escuela Veneciana. También recibe influencia del Tenebrismo al utilizar la luz como elemento compositivo. La pintura de Rubens se caracteriza por el dominio del color sobre el dibujo. Éste no es nada nítido sino más bien difuso lo cual contribuye a dar sensación de movimiento (en sus cuadros los objetos parecen “temblar” ante nuestros ojos). Las estructuras compositivas tienden a un dominio de las diagonales, a veces de manera obsesiva. Para ello Rubens sitúa a las figuras en diagonales paralelas (por ejemplo El Rapto de Proserpina), estructura la escena en torno a una diagonal de luz (por ejemplo El Descendimiento de Amberes), y resta individualismo a sus personajes situándolos en un amasijo de miembros, humanos en movimiento como si formaran parte de un solo ser orgánico. Rubens es muy sensual en la representación de las calidades, los paisajes (también muy “venecianos”) y especialmente de la anatomía humana (son famosos sus desnudos femeninos), también es capaz de captar el movimiento con gran maestría, sin embargo, sus obras adolecen de falta de profundidad y de cierto convencionalismo, especialmente en la representación de los rostros. El Descendimiento de Amberes (1612) es un cuadro religioso que muestra esa tendencia de Rubens por el Tenebrismo, de modo que toda la obra está estructurada en torno a una diagonal de luz que recorre el cuerpo de Cristo. La luz es utilizada aquí como un elemento dramático que actúa en conexión con la gestualidad de los personajes, también dramática. Los cuerpos se amontonan en un amasijo de miembros que también enfatiza dicha diagonal. Las tres Gracias (1636-39) es una obra mitológica, sin embargo hace una referencia al Renacimiento, pues las tres mujeres están representadas en contraposto (que normalmente alude a los hombres en el Arte Clásico) en tres vistas de una misma figura. La iluminación es típicamente barroca dejando en sombra el primer plano. LA PINTURA HOLANDESA EN EL SIGLO XVII La pintura holandesa del siglo XVII se diferencia de la flamenca sobre todo en la temática, pues formalmente es muy similar (tenebrismo, dominio de la luz y el color, etc.). Los temas de la pintura holandesa reflejan la realidad de la sociedad urbana de ese país: una república teóricamente democrática y orgullosa de su independencia que se ha enriquecido por el dominio del comercio marítimo. Consiguientemente, los temas son muy peculiares. Uno de los más característicos es el doelen, el retrato colectivo. El doelen representa a los miembros del grupo como iguales, éstos aparecen a menudo ocupados en sus quehaceres o en alguna celebración. En los doelen se muestra además la ética calvinista típicamente burguesa, según la cual la virtud religiosa del hombre se manifiesta en su amor al trabajo y en su prosperidad en los negocios. Otro de los temas fundamentales del Barroco Holandés es el “interior holandés”, la escena de género, un momento de la vida cotidiana en los confortables hogares holandeses (la cocina, las relaciones de los señores y criados, la música, etc.). Este tema ya aparecía entre los Primitivos Flamencos que representaban los interiores de sus viviendas en los cuadros religiosos, como si la Virgen y los santos vivieran como los burgueses del siglo XV. Ahora, en el siglo XVII la burguesía propaga su modo de vida sencillo y a veces culto e intelectual sin necesidad de justificarlo en escenas religiosas. La luz de los cuadros de Veermer, la delicadeza con la que la luz de la ventana de sus cuadros ilumina los objetos del interior ennoblece lo cotidiano y lo llena de poesía. Por último, los holandeses también practican algo similar a la vedutte italiana gracias al uso intensivo de la cámara oscura, y sobre todo las marinas, las batallas navales, que conmemoran el poder marítimo y económico de los holandeses. Otro de los temas preferidos es el bodegón. Formalmente, la pintura holandesa también es naturalista, da primacía al color sobre el dibujo, además los holandeses son maestros de la luz. A menudo sus cuadros son tenebristas, sin embargo la forma de iluminar varía desde un foco direccional a la iluminación en planos de profundidad. Siguiendo la tradición de los Primitivos Flamencos, los holandeses pintan unos extraordinarios bodegones en los que desarrollan su habilidad para representar las calidades. Además los bodegones suelen servir para simbolizar nuevamente la ética protestante: la vanidad, el paso del tiempo y el inevitable destino de la muerte. La pintura holandesa llega a unas cotas de perfección difícilmente superables Así, si el Renacimiento se planteó la representación científica de la realidad como objetivo de la pintura, los holandeses profundizaron en este aspecto enormemente. Rembrandt es el principal representante de la pintura holandesa del siglo XVII. Trata todo tipo de temas, incluso temas religiosos y es un maestro de la representación de las calidades y la luz. Rembrandt suele utilizar una iluminación tenebrista, aunque también ilumina por planos de profundidad. En primer lugar hay que destacar a Rembrandt como un gran retratista capaz de captar la profundidad psicológica de sus personajes. Esto empieza por sí mismo, pues Rembrandt realizó casi todos los años, desde su juventud, su autorretrato. Precisamente, a través de sus autorretratos podemos casi adivinar la evolución psicológica del artista, cada vez más estrafalario y aislado del mundo exterior. De todos modos, Rembrandt destaca sobre todo, en la realización de los doelen, los retratos colectivos. El más famoso es La Ronda de Noche (1642), que representa el momento en el que la milicia de la ciudad se dispone a patrullar por las murallas y las calles para prevenir un golpe de mano de los Tercios Españoles. Es un doelen un poco atípico, pues parece una escena de calle, es decir, sin embargo, buena parte de los personajes están perfectamente retratados, pero no posan, sino que se encuentran en el ejercicio de su actividad, que esta pintura ennoblece con una gran sencillez. Hay que destacar el sistema de iluminación por planos de profundidad. Los Síndicos Pañeros (1662) es otro doelen tratado a la manera tenebrista pero sólo parcialmente. El pintor se vale del artificio de que interrumpe a los personajes en su quehacer, pero esto le permite representar los retratos con una aparente “naturalidad” (da la sensación de que los personajes no están posando), destacando los caracteres de cada uno (obsérvese cómo Velázquez utiliza este recurso en cuadros suyos como la Fábula de Baco). Esto es lo que hace especiales los doelen de Rembrandt, pues no parecen sólo una galería de retratos sino que la situación permite “retratar” también la jerarquía y las relaciones psíquicas entre los retratados (compara este cuadro con Las regentes del asilo de ancianos de Frans Hals en el que algunas mujeres “posan” claramente para el pintor y se pierde esa sensación de grupo). La lección de anatomía del Doctor Tulp (1632), es otro doelen excepcional, en él Rembrandt compone la escena admirablemente, con una aparente naturalidad en la disposición de las figuras. La profundidad del cuadro está perfectamente representada a través del ligero escorzo del cadáver y la iluminación a base de planos. Otros pintores holandeses son Vermeer de Delft y Franz Hals. VOCABULARIO (5) Tenebrismo Luminismo Doelen Interior holandés Marina