FAMILIA-TRABAJO El gran abismo y la doble vida Hacer malabarismos entre la vida profesional y la vida en sí... el problema no es nuevo. Se plantea sobre todo a las mujeres que desean tener hijos, que quieren seguir trabajando y que intentan evacuar su culpabilidad en alguno de estos campos. ¿Qué política social podría favorecer la coexistencia de la familia y del trabajo? Intentemos adoptar un enfoque europeo al respecto. Cada vez más mujeres trabajan. Su disponibilidad para el empleo se acerca a la de los hombres. Más del 70% de las mujeres están laboralmente activas en el norte de Europa (Dinamarca, Finlandia y Suecia), en el Reino Unido, Alemania, los Países Bajos, en Austria y en Portugal. La mayoría de los antiguos países de la Unión Soviética suelen tener una tasa de empleo femenino elevada desde hace mucho tiempo. “En los años del régimen socialista, los países de Europa Central y Oriental tuvieron políticas que favorecían el trabajo de las mujeres. El empleo femenino se convirtió en una norma social aceptada”, explica Dimiter Philipov, del Instituto de Demografía de Viena, socio del proyecto Dialog. “La sociedad financiaba el cuidado de los niños, ampliamente extendido. Estas poblaciones estaban acostumbradas a que el cuidado de los niños fuera fácil y asequible. El Estado proporcionaba ayudas © Frédéric Thiry familiares considerables, reducciones fiscales, préstamos bancarios a bajo tipo de interés para las familias. Había menos trabajo a tiempo parcial y trabajo flexible. Estas políticas siguen vigentes en mayor o menor medida según los países”. Equilibrio y horarios Aunque las mujeres se acerquen a los hombres en número, por regla general no existe aún armonización entre las oportunidades de empleo ofrecidas a ambos. El empleo femenino sigue siendo la mayoría de las veces vulnerable, sistemáticamente flexible y peor pagado. No tienen fácil hacer “carrera” ni subir los escalafones de la jerarquía. Aunque es cierto que las leyes evolucionan hacia la igualdad de oportunidades y que se está produciendo un cambio de mentalidades, estamos todavía lejos de una situación “paritaria” en el plano profesional entre “hombres y mujeres”, “con o sin niños”. “Aunque la mayoría de las madres trabajan hoy en día, la maternidad incita a muchas de ellas a reducir la duración del trabajo, el cual puede tomar la forma de trabajo a tiempo parcial o de retirada provisional del mercado de trabajo, a través del permiso parental. Para los hombres, la paternidad ejerce un efecto opuesto: su actividad profesional aumenta y sienten como si su nueva responsabilidad les obligara a implicarse más en su trabajo. En este sentido, el ser padres aumenta el foso del tiempo de trabajo profesional de los hombres y de las mujeres", explica Danièle Meulders (ULB), coordinadora del proyecto MoCho(1). Los investigadores del proyecto HWF (Households, Work and Flexibility, véase cuadro), han realizado encuestas en siete países europeos, con el fin de evaluar el tiempo de trabajo prestado, y deseado. Esta duración puede variar sensiblemente. Los horarios más largos se dan en Europa Central y Oriental: 48 horas por semana para los rumanos y 44 para las rumanas. Los neerlandeses trabajan unas 40 horas y la mayoría de las neerlandesas 26. El 28% de las personas encuestadas en el estudio HWF desearían reducir sus prestaciones, pero sobre todo lo desean los hombres, en Europa Occidental: el 40% de los entrevistados pasarían más tiempo con su familia. En Suecia, los Países Bajos y el Reino Unido, los horarios “a la carta” permiten a las mujeres ocuparse de sus niños mientras que la mayoría de sus homólogas de Europa Central y Oriental, que perciben salarios demasiado bajos, no pueden permitírselo. Tiempo completo y tiempo parcial La gama infinita de los empleos a tiempo parcial El trabajo femenino está caracterizado por los empleos a tiempo parcial, sobre todo el de las madres, pero igualmente el trabajo de los jóvenes y de los inmigrantes. ¿Tiempo elegido u obligado? ¿De Porcentaje del empleo a tiempo parcial con respecto al empleo total de los países analizados qué duración? ¿Con qué tipo de contrato? por el proyecto Dialog (2003). © Fuente: Dimiter Philipov según los datos de En Europa del Sur, a menudo se aceptan por falta de puestos a Eurostat tiempo completo (el 43% de las griegas interrogadas en la encuesta HWF preferirían otra solución). En Francia y en Bélgica, este sistema se desarrolló durante períodos de recesión económica. Involuntariamente elegido, a menudo se ha sentido como una de las secciones más vulnerables del mercado del trabajo. “El empleo a tiempo parcial es, en todos los países en los que se presenta, una forma de subempleo que plantea a las mujeres problemas de naturaleza idéntica a grados diversos: menores posibilidades de progresión en la carrera en términos de promoción y de salarios, pensiones más bajas, horarios flexibles, fragmentados, atípicos, etc. Cuanto más corta sea la actividad a tiempo parcial, más será penalizada”, prosigue Danièle Meulders. Tiempo de trabajo deseado Además, el tiempo parcial de las jóvenes madres no tiene las mismas implicaciones si se analiza en un plano económico o social. “Si se introducen masivamente políticas que fomenten el trabajo a tiempo parcial, algunas mujeres, empleadas a tiempo completo, reducirán sus prestaciones y cambiará la economía del trabajo. Por otra parte, se sabe que el cuidado de los padres es el más beneficioso para los hijos, por lo que tiene consecuencias positivas en la sociedad”, matiza Dimiter Philipov. Entonces, ¿qué se debe elegir?. ¿Medidas que favorezcan la economía o lo social?”. No hay nada establecido. Conciliar la vida profesional y la vida familiar sigue siendo, para muchos, misión imposible. Las más vulnerables Por otro lado, el fenómeno de la exclusión social que puede afectar a ciertas mujeres ha sido analizado más en detalle por los investigadores del proyecto Fadse. Lo han estudiado, en relación con el empleo y las estructuras familiares en seis países de la Unión que cuentan con sistemas sociales más o menos generosos (Reino Unido, Austria, Alemania, Grecia, Portugal y Noruega). En ¿Cuál es la situación ideal que permite conciliar todos los países, las mujeres más vulnerables (desempleadas, la vida profesional y la vida familiar? ¿El tiempo completo o el tiempo parcial? Porcentaje de las madres solteras, jubiladas) aparecían como las primeras víctimas personas entrevistadas en el proyecto Dialog. de la pobreza. Una gran parte de las mujeres de más edad © Fuente: Dimiter Philipov/Dialog tuvieron una vida profesional, perosus derechos a la jubilación disminuyeron considerablemente por los años dedicados al cuidado de los hijos o a trabajar a tiempo parcial. Así, una medida reciente permite, en Austria, contabilizar el tiempo dedicado a los niños en los años de pensión. Este trabajo familiar gratuito en realidad supone un gran servicio al Estado. Por ejemplo, en el Reino Unido, el presupuesto de los servicios sociales tendría que ser multiplicado por dos si se remunerara a las mujeres por hacerse cargo de sus hijos o por asumir otras tareas domésticas. No sin razón en Rumanía y Bulgaria, dos países duramente afectados por las realidades de la economía de la transición, los servicios sociales, antes muy eficaces, se han degradado y a menudo algunos miembros de la familia cuidan a los niños. (1) The Rationale of Motherhood Choices: Influence of Employment Conditions and of Public Polices. El tiempo, el trabajo y el dinero La mayoría de las mujeres desean ser madres y tener una vida profesional. Las estonias son quienes están a la cabeza (97,7% frente al 45,2% de sus vecinas lituanas), seguidas por las rumanas (86%), las belgas (77,7%) y las eslovenas (76,1%). En Estonia, Polonia, Rumanía y Chipre, la mayoría de las mujeres desean un trabajo a tiempo completo y dos niños. En Italia, el 48,1% optan por un empleo a tiempo parcial (y dos niños). No obstante, a muchas mujeres les gustaría dejar de trabajar durante un tiempo cuando sus niños son pequeños. Una política familiar ideal debería ofrecer a la vez tiempo (permisos parentales “serios”), recursos (reducciones fiscales u otro tipo de ayudas para las familias) y oportunidades de trabajo adaptadas a los jóvenes padres y madres. En Austria, Bélgica, Alemania, Italia y los Países Bajos se expresa el deseo de poder trabajar a tiempo parcial, en buenas condiciones. Los finlandeses, los belgas, los alemanes y los neerlandeses piden horarios más flexibles. En los países de la antigua Unión Soviética desearían tener prestaciones por maternidad, al igual que reducción de impuestos y de los costes educativos. En Europa del Este es donde tienen más claro (el 90% de los encuestados) la necesidad de una política familiar nacional más efectiva, particularmente en lo que concierne a las ayudas financieras. Fuente: Dialog – Population Policy Acceptance Study (PPAS)