1 JUAN RAMÓN JIMÉNEZ La poesía de la generación de 1914 está dominada por la figura de Juan Ramón Jiménez. Son años de superación del Modernismo. Pedro Salinas sintetizó ese proceso con la fórmula <<del cisne al búho>>, es decir, de la exquisitez sensorial de la poesía modernista se pasa a una lírica más reflexiva e intelectual. J. R. Jiménez es el prototipo del poeta consagrado a su Obra, así, con mayúscula, como a él le gustaba escribir. Representa al poeta encastillado en su <<torre de marfil>>, entregado a la persecución de la belleza y lo Absoluto. Decía << Yo tengo escondida en mi casa, por su gusto y el mío, a la Poesía. Y nuestra relación es la de los apasionados>>. Su idea de la poesía está presidida por una triple búsqueda de belleza, conocimiento y eternidad. El mérito de su obra reside en que resume y anuncia todos los caminos recorridos por la poesía española desde el Modernismo hasta las nuevas formas de la Generación del 27. Fue considerado maestro por los poetas del 27. Dentro de su trayectoria poética J. R. Jiménez distingue tres fases : 1ª) Época sensitiva. Desde sus comienzos hasta 1915, aproximadamente. 2ª) Época intelectual. Se inicia en Diario de un poeta recién casado (1916) y se prolongaría hasta que abandona España en 1936. 3ª) Época <<verdadera>>. Desde 1936 hasta su muerte. ÉPOCA SENSITIVA Dentro de la primera época hay que señalar dos momentos. El primero (1903-07) se caracteriza por el intimismo simbolista. Los sentimientos de soledad, melancolía, los temas del paso del tiempo y la muerte, la versificación tradicional (versos octosílabos, romances y cuartetas), la musicalidad suave (rima asonante) y el lenguaje sencillo sitúan esta poesía al margen del Modernismo ornamental y sonora del primer Rubén Darío y en línea con la tradición neorromántica. La influencia de Gustavo Adolfo Bécquer es evidente. Entre los libros más interesantes hemos de anotar Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904). Hay un segundo momento (1908-15), típicamente modernista, donde se percibe el uso del color y de otras sensaciones (tacto, oído, tacto, gusto), la versificación propia de este movimiento ( versos alejandrinos, rima consonante y serventesios (ABAB) y una adjetivación brillante. Con todo el modernismo de Juan Ramón es de tipo intimista, orientado hacia la contemplación y la confesión sentimental. Destacan Elejías, La soledad sonora, Poemas májicos y dolientes 1. A esta época corresponde Platero y yo (1914), libro plenamente modernista, compuesto por poemas en prosa. Por otra parte, tampoco faltan en esos años y en esos libros composiciones de estilo más sencillo (como “El viaje definitivo”) que preludian la depuración del lenguaje que se producirá en su etapa siguiente. ÉPOCA INTELECTUAL La ruptura definitiva con el Modernismo se produce en 1916. En ese año, durante su viaje a Nueva York con motivo de su boda con Zenobia Camprubí, Juan Ramón escribe el Diario de un poeta recién casado (publicado al año siguiente y titulado, mucho más tarde, Diario de poeta y mar).El poeta lo considera su mejor libro y la 1 Juan Ramón nunca usa la g cuando suena j. De ahí que escriba elejía y májico. 2 crítica, un libro clave en la lírica contemporánea. Ofrece una <<poesía desnuda>>, en la que se elimina lo anecdótico para dar paso a la concentración conceptual y emotiva. Por eso predominan los poemas breves, con versos libres, sin rima o con leves asonancias. Hay también elementos como la combinación de prosa y verso, citas en inglés, anuncios que influirían en la poesía de vanguardia. El tema central será el ansia de trascendencia. El poeta en su deseo de escapar de la muerte se esfuerza por alcanzar la eternidad mediante la belleza poética o el mar. El mar simboliza la vida, la soledad, el eterno tiempo presente, la unidad cósmica. Siguen otros libros: Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1923), Belleza (1923). Continúa en ellos el proceso de interiorización y de depuración del lenguaje. Juan Ramón apunta a la realidad profunda de las cosas, a las esencias, a los enigmas de su alma y el mundo y quiere que su palabra sea un instrumento de conocimiento de la realidad: “¡Intelijencia, dame/ el nombre exacto de las cosas!” . Juan Ramón busca la <<poesía pura>> y la identifica con la <<desnudez>> poética. Pretende descubrir la esencia platónica de las cosas con las palabras justas. La etapa intelectual se corona con un libro La estación total, escrito entre 1923 y 1936 y publicado en el exilio en 1946. Su título alude a la obsesión del poeta de abolir el tiempo y de llegar a la posesión de la belleza y la realidad. ÉPOCA VERDADERA Durante su exilio en América prosigue su indagación poética, cada vez más encerrado en sí mismo y atento a la creación de una Obra cada día más exigente y ambiciosa. Aspira a alcanzar la <<poesía total>>, es decir, una poesía que sintetice el mundo del hombre. Ese propósito se refleja en el uso de términos contrarios, ya que por medio de la contradicción de elementos se accede a la síntesis. A estos años corresponden En el costado (1936-42) y Dios deseado y deseante (1948-49). Dentro del primer libro figura el largo poema en prosa “Espacio”, cima de la creación juarramoniana. Sin tema preciso, el poema ensarta vivencias y preocupaciones del poeta con una técnica cercana a la escritura automática de los surrealistas. En conclusión, J.R. Jiménez encarna la búsqueda solitaria de la Belleza y lo Absoluto. Sirvió de ejemplo para los poetas puros (Salinas, Guillén) y los componentes de la Generación del 27. Los poetas de la posguerra se distanciaron de su estética, pero en los años setenta los <<novísimos>> lo recuperarán . 3 JUAN RAMÓN JIMÉNEZ I Yo me moriré, y la noche triste, serena y callada, dormirá el mundo a los rayos de su luna solitaria. o quien me dé un largo beso entre caricias y lágrimas. Pero habrá estrellas y flores y suspiros y fragancias, y amor en las avenidas a la sombra de las ramas. Mi cuerpo estará amarillo, y por la abierta ventana entrará una brisa fresca preguntando por mi alma. Y sonará ese piano como en esta noche plácida, y no tendrá quien lo escuche sollozando en la ventana. (Arias tristes, 1903) No sé si habrá quien solloce cerca de mi negra caja, II Pájaro errante y lírico, que en esta floreciente soledad de domingo, vagas por mis jardines, del árbol a la yerba, de la yerba a la fuente llena de hojas de oro y caídos jazmines... ¿qué es lo que tu voz débil dice al sol de la tarde que sueña dulcemente en la cristalería? ¿eres, como yo, triste, solitario y cobarde, hermano del silencio y la melancolía? ¿Tienes una ilusión que cantar al olvido? ¿una nostalgia eterna que mandar al ocaso? ¿un corazón sin nadie, tembloroso, vestido de hojas secas, de oro, de jazmín y de raso? La soledad sonora (1911) III EL VIAJE DEFINITIVO …Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando; y se quedará mi huerto, con su verde árbol, y con su pozo blanco. Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; Y tocarán, como esta tarde están tocando, Las campanas del campanario. Se morirán aquellos que me amaron, y el pueblo se hará nuevo cada año; y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, 4 mi espíritu errará, nostáljico… Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido… Y se quedarán los pájaros cantando. (Poemas agrestes, 1910-11) IV MAR ¡Sólo un punto! mar fuerte —sin caídas—, mar sereno —de frío corazón con alma eterna—, ¡mar, obstinada imajen del presente! Sí, mar, ¡quién fuera, cual tú, diverso cada instante, coronado de cielo en su olvido; (Diario de un poeta recién casado, 1916) V EL NOMBRE EXACTO ¡Intelijencia, dame el nombre exacto de las cosas! …Que mi palabra sea la cosa misma, creada por mi alma nuevamente. Que por mí vayan todos los que no la conocen, a las cosas; que por mí vayan todos los mismos que las aman, a las cosas… ¡Intelijencia, dame el nombre exacto, y tuyo, y suyo y mío, de las cosas. (Eternidades, 1918) VI Vino, primero, pura, vestida de inocencia. Y la amé como un niño. Luego se fue vistiendo de no sé qué ropajes. Y la fui odiando, sin saberlo. Llegó a ser una reina, fastuosa de tesoros… 5 ¡Qué iracundia de yel2 y sin sentido! …Mas se fue desnudando. Y yo le sonreía. Se quedó con la túnica de su inocencia antigua. Creí de nuevo en ella Y se quitó la túnica, Y apareció desnuda toda… ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre! (Eternidades, 1918) Lee los siguientes poemas de J. Ramón Jiménez y realiza (a) el análisis métrico, b) señala los temas y organización de ideas de los textos y c) establece rasgos de estilo. 2 Hiel