Trabajo nº 1 – Taller de Construcción de la Ciudadanía Durante el presencial, hicimos el esfuerzo de armar nuestra propia definición de Ciudadanía y describir la realidad adolescente-juvenil en la que vivimos (concepto estructurante: sujetos). Quedó como punto a conversar lo que entendemos y observamos del contexto socio-cultural. No es un concepto menor, por eso ya le dedicaremos un tiempo especial. Les adjunto una serie de materiales: * Una definición de Ciudadanía que engloba varios aspectos. Quizá ayude a la que cada uno de ustedes irá armando personalmente. * Un texto y las consignas para el trabajo nº 1 1.- Qué nos proponemos ahora: - volver a mirar nuestra realidad juvenil, encontrarnos de nuevo con sus características, poder enmarcarlas dentro de un ámbito específico, valorar sus riquezas, sensibilizarnos frente aquello que les quita la vida. 2.- Para comenzar… un cuento que leí hace tiempo. El buda de oro De “Chocolate caliente para el alma”, pág. 81 En 1988 fui con mi mujer a Hon Kong. Al llegar a Bangkok, hicimos un recorrido visitando los templos budistas más famosos de la ciudad. Visitamos ese día muchos templos, pero después de un tiempo empezaron a borrarse de nuestras memorias. No obstante, hubo un templo que dejó una impresión imborrable en nuestros corazones y en nuestras mentes. Es el templo llamado del Buda de Oro. El templo en sí es muy pequeño, tal vez no mayor de nueve metros por nueve. Pero al entrar, nos sorprendió la presencia de un buda de tres metros de alto de oro macizo. Pesa más de dos toneladas y media ¡está valuado en unos ciento noventa y seis millones de dólares! Es un espectáculo extraño ese buda de oro macizo de aspecto agradable y a la vez imponente que nos sonreía. Mientras nos dedicábamos a las tareas normales del turismo (sacar fotos y lanzar expresiones de admiración sobre la estatua), caminé hasta tina caja de vidrio que contenía un pedazo grande de arcilla de unos dieciocho centímetros de espesor por treinta de ancho. Junto a la vitrina había una hoja escrita a máquina que narraba la historia de la magnífica estatua. En 1957, un grupo de monjes de un monasterio tuvo que reubicar un gran buda de arcilla de su templo en otro lugar. El monasterio sería trasladado para que se llevara a cabo el proyecto de una autopista a través de Bangkok. Cuando la grúa empezó a levantar el ídolo gigante, el peso era tan tremendo que empezó a rajarse. Para colmo, comenzó a llover. El monje director, preocupado por el posible daño a la imagen sagrada, decidió volver a poner la estatua en el suelo y cubrirla con una lona grande para protegerla de la lluvia. Esa misma noche, el monje director fue a ver al buda. Iluminó con su linterna debajo de la lona para verificar si estaba seco. Al llegar a la rajadura, notó un ligero destello y le pareció extraño. Miró más detenidamente ese reflejo de luz preguntándose si no habría algo debajo de la arcilla. Fue a buscar un formón y un martillo al monasterio y empezó a quitarla. A medida que hacía saltar pedazos de arcilla, el pequeño destello se hacía cada vez más grande. Pasaron varias horas de trabajo, hasta que el monje quedó cara a cara con el extraordinario buda de oro macizo. Los historiadores creen que varios cientos de años antes del descubrimiento del monje director, el ejército de Burma estaba por invadir Tailandia (por entonces llamada Siam). Los monjes siameses, al darse cuenta de que su país sería atacado, cubrieron su precioso Buda de Oro con una cubierta exterior de arcilla para evitar que su tesoro fuera robado por los burmeses. Por desgracia, parece ser que éstos asesinaron a todos los monjes siameses, y el secreto bien guardado del Buda de Oro permaneció intacto hasta ese día en 1957. Cuando regresábamos en avión empecé a pensar: "Todos somos como el buda de arcilla cubierto con una capa de dureza creada por el miedo y, sin embargo, debajo de cada uno de nosotros hay un buda de oro, un Cristo de oro o una esencia de oro que es nuestro yo verdadero. En algún momento, entre los dos y los nueve años de edad, empezamos a cubrir nuestra esencia de oro, nuestro yo natural. Como el monje con el martillo y el formón, nuestra tarea ahora es descubrir otra vez nuestra verdadera esencia." 3.- Trabajo: Quisiéramos volver a mirar a nuestros alumnos, jóvenes, conocerlos un poquito más, lograr poner nombre a aquellas características que percibimos de ellos y quizá no alcanzamos a hacerlo. Para esto les ofrezco un texto esperando nos ayude a descubrir la riqueza que pasa entre nuestras manos, en las horas de clase. Es verdad que parece existir mucho de barro por fuera, pero seguramente con paciencia encontrarás mucho de oro también. ¿Qué hacemos?: Previo a la lectura del material, darnos un tiempo en el aula, durante la hora de clase, para pasar por el rostro y la vida de cada uno de nuestros alumnos. Tomar la lista e ir pasando uno por uno. Intentar registrar todas aquellas características que conozco de ellos. Hacer el esfuerzo por mirar a los chicos y jóvenes que dan vueltas por el barrio, por los alrededores de la escuela, pero que no son mis alumnos Esto simplemente para nosotros. No hay que enviarlo. Trabajo 1 A continuación leer el texto que les envío y responder: - ¿te resulta real la descripción que hace de los jóvenes? ¿podrías ubicar a tus alumnos dentro de ella? ¿dentro de qué sector? ¿podrías añadir alguna característica más? - El texto fue escrito ya hace unos años. ¿habría algún otro sector en el que podrías ubicar a los jóvenes de hoy? - ¿podrías hacer lo mismo mirando los jóvenes con los que te encontrás a diario pero que no comparten la tarea educativa (dentro de qué categorías los ubicarías, qué añadirías…)? - ¿te animás a hacer un elenco de signos de vida y signos de muerte que encontrás entre los alumnos de tu escuela? ¿y de los jóvenes de tu realidad? - En general, ¿qué cosas, aspectos, no te resultan aceptables? ¿por qué? 4.- Fecha de entrega: 15 de junio Recuerden al enviar el trabajo, colocar como nombre del archivo: TP 1 – apellido nombre – cc.doc (ej. TP1-Garcia Pedro-cc.doc) PD: En la página del Instituto podrán encontrar la presentación del espacio y los archivos que utilizamos ese día.