ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE EL MERCADO DEL ARTE* Diego Domínguez Ceballos** Recibido: Septiembre 19 de 2007 Aprobado: Octubre19 de 2007 RESUMEN En el presente artículo se realizan algunas reflexiones acerca de las condiciones generales que permiten que se de el mercado del arte y se hace un acercamiento a las condiciones que en Colombia no han permitido que este mercado sea asumido como una posibilidad importante de inversión. Se resaltan también algunas características que diferencian el mercado del arte de otros mercados, tales como la relación precio – material, precio – tiempo de fabricación, precio – trabajo invertido en la realización de la obra, que aunque pudiera parecer en un principio bastante significativa, no lo es en relación con la comercialización de los productos artísticos. PALABRAS CLAVE Mercado del arte, oferta, demanda, inversión, dinero * Este es un artículo de reflexión producto del trabajo de investigación Variables económicas y artísticas que determinan el precio de la obra de arte”, realizado por el autor en el año 2004 para optar por el título de Magíster en Historia del Arte. ** Magíster en Historia del Arte, Universidad de Antioquia (2005); Maestro en Artes Plásticas, Universidad de Antioquia (1998). Docente Facultad de Educación Universidad de San Buenaventura, Medellín ABSTRACT On this essay, the author presents some personal reflections about the general conditions needed to develop an art market. The author also reveals the situations that had hindered the art market as an investment opportunity in Colombia. The essay shows some characteristics that make the art market different from other kind of markets, such as: the price/material relation, the price/time relation, the price/workmanship relation, all of this trying to show how this factors rarely are consistent with the art work commercial value. KEY WORDS Art market, supply, demand, investment, money. ACERCA DEL MERCADO DEL ARTE A finales de agosto del presente año se realizó la venta de una obra de arte titulada ¡Por el Amor de Dios!, que alcanzó el record de ser la obra más costosa vendida por un artista vivo, la obra consiste en un cráneo humano en platino, original de un hombre del siglo XVIII, recamado en diamantes 8.601 para ser más precisos. Y un diamante en la frente de la pieza que se destaca por su tamaño que costó 8.000.000 de dólares, el precio de los materiales y de la realización fue de 32.000.000 de dólares. El artista en cuestión es Damien Hirst nacido en Bristol en el año de 1965, con tan sólo 42 años de edad se presenta como uno de los hombres más ricos del mundo, esto debido a los enormes aciertos en ventas multimillonarias producto de su arte. Obra: ¡Por el Amor de Dios! ,2007, Damien Hirst. Cada vez que ocurren acontecimientos mercantiles como estas ventas de carácter millonario, surgen de inmediato preguntas que nos hacen cuestionar sobre asuntos pertinentes a las relaciones comerciales tradicionales, como por ejemplo la relación precio – material, precio – tiempo de fabricación, precio – trabajo invertido en la realización de la obra. Cuando del mercado del arte se trata estas relaciones suelen ser atípicas, ya que por ejemplo, en pocos casos dentro del arte la relación proporcional entre el material invertido y el costo final de la obra en el mercado es coherente, y mucho menos cuando se trata de arte contemporáneo, donde la “pérdida” del objeto material y la inclinación de la balanza hacia el concepto, puede llevar a que las piezas de arte sean más simples desde su elaboración técnica y material. En términos de Marchan Fiz, (2001). Las diversas acepciones y prácticas del “conceptual” han supuesto un desplazamiento del objeto (tradicional y objetual) hacia la idea o, por lo menos, hacia la concepción. Esto implica una tensión a la teoría y un desentendimiento de la obra, como objeto físico. (…) Importan más los procesos formativos, de constitución, que la obra realizada y terminada. Un caso común en el arte de hoy en día es la tendencia a la elaboración de obras bajo la figura expresiva del Ready Made que no son otra cosa más que el uso de objetos ya fabricados por la industria o la artesanía en el empleo de la fabricación de la obra misma, lo que lleva incluso en ocasiones a considerar sólo la nueva contextualización espacial del objeto ya existente como el acto creativo que convierte ese objeto en una obra de arte. A manera de ejemplo se puede mencionar el caso de las famosas obras del artista Norteamericano Jeff Koons, quien en los años ochentas usó electrodomésticos reales como aspiradoras dentro de vitrinas de cristal como la obra de arte en sí misma, de hecho sin realizarle ninguna intervención técnica más que la ubicación dentro de la urna de vidrio. Sin embargo esta obra, (New Hoover convertibles, green, red, brown, new hoover deluxe shampoo polishers yellow, brown double-decker). Alcanzó el precio de 3.500.000 dólares, lo que es una demostración que el precio no tiene que ver en la mayoría de los casos con los materiales usados o por lo menos no en relaciones proporcionales de costo de material con costo de obra. Sin embargo en la obra que sirve de inicio a este análisis (¡Por el Amor de Dios!) es una excepción a los lineamientos que contemporáneo, ya que en acabamos de mencionar propios del el cráneo de platino y arte diamantes si existe una inversión significativa en el empleo de los materiales, de hecho la pureza de la realización técnica por parte de los artesanos joyeros, fue tomada en cuenta en el momento de valuar la obra en términos monetarios, Charbel Ackerman (2007) describe sobre el trabajo artesanal de esta pieza: El cráneo resplandece, claro, porque lo cubren total y perfectamente 8.601 diamantes sin mácula, incrustados en su superficie. La superficie en cuestión es el vaciado en platino de un cráneo masculino del siglo xviii que además aportó sus 27 dientes. Los diamantes incrustados siguen con fidelidad rigurosa las ondulaciones del cráneo, y la verdad es que todo el espectáculo es una dicha de contemplar. Se nos informa que los diamantes fueron cortados con rigurosidad. Debo confesar que, hasta la fecha, había evitado, también con rigor, toda visita a las secciones de joyería de los grandes santuarios imperiales de este mundo, La Torre de Londres y el Kremlin inclusive. Marcel Tolkowsky, un tallador de diamantes belga, descubrió hace cien años que, para una reflexión óptima, el ángulo que se forma entre la superficie superior plana y el puntiagudo costado de la piedra debía ser de 24 o 26. Otra de las grandes inquietudes sobre este asunto del mercado del arte es si realmente invertir en arte es una buena elección en términos económicos. Con respecto a esto, en el medio colombiano es extraño considerar dentro del común de las personas el arte o la compra de arte como una inversión realmente lucrativa, y es que nuestra cultura no promueve ni siquiera a producción del mismo arte ni el desarrollo integral de los artistas, mientras en culturas económicamente más estables la mayoría de artistas cuentan con un apoyo realmente sólido del sector de consumo, es decir, los coleccionistas e instituciones que compran arte como museos, grandes multinacionales entre otras fuentes de consumo, en Colombia es insipiente el mercado del arte, esto en términos más desde la demanda que de la oferta, pues los artistas de nuestro medio de hecho alcanzan reconocimientos de calidad incluso internacionalmente, sin embargo sus obras no son comercializadas en el país, el caso más significativo de esto es el del Maestro Fernando Botero quien representado por la galería Marlboro ha amasado una fortuna, pero sus ingresos no se hacen desde el país y el consumo que se hace de su obra en Colombia no es un consumo comercial, es decir; se le ve, se le reconoce, se puede decir que la obra de Botero en el país (y esto a través de los museos que él ha donado a la comunidad) poseen un valor de uso más no un valor de cambio en el sentido de que su obra no circula en un circuito comercial nacional, no se vende ni se compra. (salvo en pocas excepciones) lo que si ocurre con su obra en el exterior en donde incluso hace parte de las listas de posicionamientos y de records de ventas como lo indica el cuadro 1, realizado en el año 2000, en donde una de sus obras está en el quinto lugar de precios máximos obtenidos por una obra de un artista latinoamericano. Cuadro 1. Records de venta de la galería Sotheby’s de los más importantes artistas latinoamericanos. Nombre artista Nombre obra Precio top en Dólares. Año de Venta FRIDA KAHLO SELF-PORTRAIT 5.100.000 2000 DIEGO RIVERA BAILE EN TEHUANTEPEC 3.100.000 1995 ROBERTO MATTA DISASTERS OF MYSTICISM 2.600.000 1999 RUFINO TAMAYO SANDIAS 2.400.000 1997 FERNANDO BOTERO LA CASA DE LAS GEMELAS ARIAS 1.500.000 1992 CLAUDIO BRAVO PAQUETE MARFIL 1.400.000 2002 WIFREDO LAM OGUE ORISA 1.300.000 1997 ARMAND JULIEN PALLIERE PANORAMA OF THE CITY OF SAO PAULO 830.750 2000 ANTONIO BERNI RAMONA ESPERA 717.000 1997 JOSE CLEMENTE OROZCO PROMETEO 534.400 2003 MARIO CARREÑO THE GUITAR PLAYER 456.000 2003 ALFREDO RAMOS MARTINEZ CASAMIENTO INDIO 405.500 2002 FRANCISCO ZUÑIGA JUCHITECA SENTADA 394.500 2002 ARMADO REVERON RETRATO DE CASILDA 332.500 1997 ANTONIO RUIZ “EL CORCITO” EL LIDER/ORADOR 332.500 1997 Fuente: http: //pressrealeases/artcenter/latinart.html. Aun nuestros empresarios los inversionistas colombianos en términos generales no son consientes de la sólida inversión que representa la compra de arte, y esto porque la plusvalía del arte como mercancía mercancía que requiera es la más elevada, no es una un mantenimiento o un sostenimiento muy elevado, quitando los seguros y el almacenaje, no es un bien perecedero y su costo se eleva con el tiempo. Villasmil (2007) menciona: Un número cada vez mayor de jóvenes multimillonarios y gerentes de fondos de inversión de riesgo están dirigiendo su dinero hacia el mercado del arte. Al proceso se suma el creciente interés de los potentados chinos en invertir en arte, un fenómeno corroborado por la reciente decisión de la firma Christie's de celebrar subastas en Pekín. En sólo cinco años, las ventas de obras de arte en China se han multiplicado por diez: de 100 millones de dólares en 2000, a mil millones de dólares en lo que va de 2005. El coleccionismo ha sido tradicionalmente territorio de personas con dinero en busca de recompensas más allá de las materiales, pero en ese campo aparece un número cada vez mayor de gerentes de fondos de arte y especuladores en busca de estatus. Estos compradores están alentados por los extraordinarios resultados de ventas de las casas de subastas, así como por la publicación de estudios e índices del mercado del arte que demuestran su rentabilidad, como el Mei/Moses Fine Art Index. (…) El índice revela que las pinturas han tenido un rendimiento superior al de los bonos y casi tan bueno como el de las acciones, aunque algunos observadores aclaran que el indicador no incluye los altos costos de transacciones y almacenaje de obras. El arte es una inversión que en el mundo se mueve a la par con los bienes raíces y las acciones, sin embargo en nuestro país está lejos de ser considerado una buena elección en el momento de invertir el dinero. Lo anterior obedece a que el mercado del arte al igual que la mayoría de mercados es un sistema y como tal debe funcionar, deben existir condiciones para que todas las piezas de las que depende el sistema funcionen. Desde lo económico se puede hablar de que el mercado del arte funciona de igual forma teniendo en cuenta aspectos tales como: la producción, la intermediación, y el consumo1, y de hecho de cada uno de estos aspectos se derivan variables que pueden influir considerablemente en el momento de adjudicarle precio a una obra de arte. Como pueden ser: Desde la producción se desprenden las variables que surgen en este caso del artista o su equipo de 1 trabajo; el nombre de artista, los estudios Para mayor información de estos conceptos puede consultarse. Domínguez Ceballos, Diego y Cadavid Guzmán, Myriam. “Variables económicas y artísticas que determinan el precio de la obra de arte”. Trabajo de grado para optar por el título de Magíster en Historia del Arte. Universidad de Antioquia. 2004 realizados, los premios obtenidos por el mismo, la edad, el manejo del concepto, entre otros. Desde la intermediación se pueden considerar aquellas variables que dependen de los intermediarios artísticos como son los críticos, los historiadores del arte, los curadores o eruditos, estas variables pueden ser; las críticas emitidas, comentarios favorables o desfavorables, aceptación o no en eventos o concursos o muestras, escritos que realizan estos personajes. Desde el consumo surgen variables que están ligadas a los que consumen el arte sea de manera comercial o no, los consumidores de arte pueden ser desde coleccionistas públicos o privados hasta instituciones museísticas o gubernamentales. Las variables dependen de la confianza y de la medida de la inversión que estos hagan del arte en cuestión. Tanto la producción, la intermediación y el consumo de arte, en la actualidad presentan características muy diferentes de lo que históricamente fueron en algún momento. Este fenómeno hace que las variables a tenerse en cuenta para el precio de la obra sean tomadas con otra mirada, a manera de ejemplo, la variable de la técnica en el renacimiento estaba ligada a la ejecución del maestro o artista, de este dependía el buen fin técnico de la obra y se pagaba con “oro” literalmente hablando, sin embargo hoy en día la mayoría de artistas más cotizados del mercado mundial no realizan ellos mismos sus obras sino que actúan como gerentes de ideas, ellos poseen el concepto (variable muy cotizada hoy) y simplemente su pericia artística consiste en materializar dicho concepto, llevarlo a su realización, gestionarlo hasta que la obra llegue a su fin. Para ilustrar lo anterior retomemos el cráneo iridiscente de Damien Hirst, la elaboración de esta pieza de arte poco tuvo que ver con la intervención manual del artista el delegó su factura a los que el consideró los mejores para realizarla físicamente: El propio artista financió la confección del cráneo (aunque dijo no recordar si le había costado 10 ó 15 millones de libras) y, como suele reconocer sin problemas, su participación en la obra fue mínima. En realidad, la pieza fue confeccionada por Bentley & Skinner, una conocida joyería de la londinense, y se comenta que es el encargo de mayor valor que recibió desde las joyas de la corona británica. El procedimiento no es extraño para Hirst, quien suele tener la idea de sus pinturas, esculturas e instalaciones y después deja que sus “obreros” (más de 120 personas que trabajan para él) la materialicen.”2 2 http://www.guiasenior.com/contenidos/after/archives/2007/09/por-el-amor-dedios.html Este modo de producción en Colombia no tiene precedentes, en el ambiente artístico del medio local aún se espera que los artistas intervengan o realicen en su totalidad la obra de arte. De igual forma no es posible hablar de una producción creativa en tales condiciones gerenciales puesto que el sistema en los términos referidos durante este escrito en cuanto al sistema del mercado del arte compuesto por producción, intermediación y consumo no funciona de manera equiparable con los de los países más ricos, para que un artista local pueda tener el andamiaje de más 120 obreros del arte a su servicio debería estar vendiendo igualmente a precios más acordes con los del mercado mundial. Empero, la apuesta está en tomar conciencia del poder de inversión del arte en nuestro medio para lo que se requeriría una investigación más exhaustiva del contexto propio. Para poder así determinar si en algún momento el arte en Colombia es o puede llegar a ser una buena inversión en términos económicos. Sin embargo el asunto en cuanto a la inversión del arte en Colombia pese a las diferencias sustanciales con otros mercados, se puede decir que están realizando unos primeros pasos, la revista Dinero (2005) en su número 240 de octubre de mencionado año, publicó un artículo muy optimista donde menciona una reactivación del mercado del arte en el país y habla de una serie de artistas jóvenes que están alcanzando precios quizás no comparables con sus colegas el exterior pero por lo menos si realistas con lo que debe ser una venta de un producto artístico como el producto de un profesional y pone en prospectiva un buen balance para el mercado del arte en nuestro medio comparativamente hablando con los países de América Latina, Dinero (2005): “Salvo Brasil, en América Latina no hay otro país con el potencial, la caldad y la diversidad plástica de Colombia. De eso está convencido el asesor de la galería Casa Reigner, Carlos Andrés Hurtado. Para este experto, el arte colombiano está despertando un gran interés porque está bien estructurado y sus precios son accesibles. Sostiene que el arte es una de las inversiones más seguras, pues en el peor de los casos el valor de una obra se mantiene constante.” Cabe anotar que para poder dilucidar si el mercado del arte en nuestro país se encuentra realmente en un punto de balance positivo la respuesta es relativa puesto que todo dependería del punto de referencia del análisis a tomar, si la referencia son las cifras de los mercados internacionales tanto en precio de ventas como en volumen el saldo estaría muy probablemente en cifras rojas; sí la referencia es el mercado en América Latina, o incluso el propio mercado en años anteriores quizás se podría considerar que estamos en una media constante. Sin embargo esto aun es meramente especulativo ya que no existen registros o investigaciones que arrojen un resultado cuantitativo del cual se puedan extraer indicadores para poder llegar a conclusiones certeras sobre el asunto. LISTA DE REFERENCIAS ACKERMANN (2007), ¡Por el amor de Dios! 06/19/2007, recuperado de: http://www.somerhythm.com/documents/pdf/skull.pdf ANONIMO (2005), El arte un buen negocio. Revista Dinero, numero 240. P.50 ANONIMO. http://www.guiasenior.com/contenidos/after/archives/2007/09/por-el- amor-de-dios.html DOMÍNGUEZ Y CADAVID. (2004) “Variables económicas y artísticas que determinan el precio de la obra de arte”. Trabajo de grado para optar por el título de Magíster en Historia del Arte. Universidad de Antioquia. MARCHAN FIZ, (2001). Del arte objetual al arte del concepto. Madrid: Akal. p. 249. VILLASMIL (2007). El arte como método de inversión, recuperado de: http://www.arteymercado.com/inversionarte.htm