Entrevista Fruto Vivas, arquitecto "Le debo todo a Venezuela" "La gran tarea que tenemos como arquitectos profesionales es estar al servicio de los que más lo necesitan" La UCV le entregará el próximo 5 de febrero el título de Doctor Honoris Causa (Kisaí Mendoza) Fruto Vivas está convencido de dos cosas: la pobreza no excluye la posibilidad de disfrutar de la calidad de vida y la naturaleza tiene que ser parte de la arquitectura. Estos han sido los motores que mueven su carrera como arquitecto, un largo trayecto que será reconocido el próximo 5 de febrero por la Universidad Central de Venezuela que le otorgará el título de Doctor Honoris Causa. "Más importante que crear ciudades hermosas es trabajar por la felicidad humana, esa es la tarea de todo arquitecto", dice este tachirense que ya alcanzó los 81 años de edad. Desde su estudio, rodeado fotos, recuerdos y proyectos, reconoce que Caracas es una ciudad caótica, pero está seguro que sacando a su población de la pobreza es posible cambiarle la cara. -¿Cómo se siente con el reconocimiento que le entregará la UCV? -Es una gran satisfacción saber que la academia reconoce nuestro trabajo. Debo agradecer infinitamente a la UCV, aunque pienso que hay colegas de mayor nivel merecedores de este reconocimiento. Me parece un poco pedante hablar de mí mismo (risas), pero quiero dedicar este gesto a los que forjaron mi pensamiento. Siempre he dicho que he tenido un gran maestro en mi pueblo, pero hay académicos como Carlos Raúl Villanueva, José Miguel Galia y Tomás José Sanabria que no puedo dejar por fuera. -¿Siente que le ha dejado un legado al país? -Debo dejarle un legado, estoy obligado, es un compromiso. A mí me dieron la educación, y yo amo profundamente a Venezuela, a ella le debo todo. -¿El arquitecto se debe sólo a las majestuosas edificaciones y proyectos? -La gran tarea que tenemos como arquitectos profesionales es estar al servicio de los que más lo necesitan. Yo quiero llamar la atención de mis colegas, la arquitectura no puede servir para enriquecernos, sino para darle felicidad al pueblo. -¿Es digna la arquitectura que se ha hecho para el pueblo en Venezuela? -Hay cosas muy buenas y otras son bastante precarias. Estamos acostumbrados a ver las urbanizaciones para los barrios pobres con mucha vergüenza. A pesar de que Villanueva nos dio un gran ejemplo de cómo trabajar para el pueblo con la Reurbanización de El Silencio, por muchos años se ha hecho mucha basura, unas cajitas para vivir. -¿Sigue presente en los arquitectos jóvenes esa visión de la arquitectura del compromiso? -Cuando yo estudié nos formamos al calor de una arquitectura para el pueblo. No creo que haya cambiado esa visión, pero es como todas las cosas, no es lo mismo trabajar en un centro comercial que trabajar en un barrio, esta profesión se debe basar en la conciencia social, no en los intereses económicos. -De sus proyectos, ¿cuál es que más le genera orgullo? -El barrio El Aguacatico, de La Vega, mi proyecto central que son los Árboles para la Vida y el pabellón de Venezuela Exposición Universal de Hannover. -¿Los árboles siempre son recurrentes en su obra? -O salvamos los árboles y vivimos con ellos o desapareceremos del universo. Yo siempre digo que tengo un solo proyecto: la unidad de la arquitectura con la naturaleza. -Una vez dijo que los edificios deben reflejar la frescura de un árbol, ¿cómo ve a Caracas con ese referente? -Caótica. Pero tenemos algo extraordinario que tienen pocas ciudades del mundo: el Ávila, que es uno de los cerros más bellos que existe. -¿Es posible revertir el caos que vive Caracas? -Sí se puede. Lo primero que hay que hacer es golpear la pobreza gigantesca que tiene. A mí no me interesan los grandes rascacielos, me preocupa el volumen de gente humilde. En los cerros está la memoria de este país, la solidaridad, en la urbanización no. El que tiene todo resuelto no necesita al vecino, mientras que en el barrio se comparten las necesidades. -¿Cree en los proyectos de recuperación de barrios? -Claro que sí, si se hacen bien. La solución para los barrios pasa por la creación de riqueza social, los pobres no pueden seguir siendo mendigos del Gobierno, deben tener capacidad productiva. -¿Qué tipo de producción se puede tener en barrios? -Muchas cosas. Por ejemplo, los barrios están llenos de costureras, pero también es posible que todas las casas tengan un huerto. -Pero con todas las carencias que tienen los barrios, ¿hay espacio para un huerto? -Claro que sí, mientras haya Sol en los techos de las casas se pueden cultivar plantas. bcruz@eluniversal.com http://www.eluniversal.com/2009/01/24/ccs_art_le-debo-todo-avene_1237911.shtml