El pensamiento durkheimneino Sin lugar a duda el pensamiento durkheimneino se plantea dentro de un nuevo orden; un orden que ha comenzado a madurar industrialmente; cuando se han generalizado las normas de mercantilización; con un desarrollo de la técnica en manos de los capitales burgueses. Además, con una sociedad que hace aparecer nuevos conflictos, radicalmente distintos a los del pasado. Se trata, sin duda, de una escenografía, apenas esbozada cuyo impacto va más allá de lo que cabria esperarse de un corto poema escrito en tono menor, tras cuya lectura la imagen casi subliminal de un siglo como un espacio cruzado de calles y avenidas por las que se puede pasear queda flotando en la mente, como una invitación a prolongar el paseo por otras avenidas y calles, por otros rumbos de sangre y abismo. Ningún marco más apropiado que este para situar el trabajo de E. Durkheim, explorador y paseante disciplinario en su propia aventura intelectual, y bisagra él mismo entre dos siglos. Sin embargo, ¿Qué sucede cuando coexisten problemas en la sociedad que debilitan los nexos morales? ¿Es necesario apuntar este debilitamiento moral como hilo conductor para el desarrollo de un análisis explicativo del problema anterior? ¿Qué se debe hacer para delimitar una conducta apropiada? Y por último, ¿Por qué es necesario? Antes de intentar responder tales preguntas, es imprescindible descubrir las causas del semejante escenario. Los problemas comunales de aquel tiempo en Europa fueron los debates de la sociología. Paralelamente podemos señalar que la sociología ha fundado su campo de estudio con los efectos que abarca el periodo industrial. Algunos de estos factores determinantes son: Industrialismo científico; métodos productivos; nuevas tecnologías; liberalismo económico. Aunque debemos aducir que anteriormente al pensamiento durkheimniano, la sociología desde sus inicios fue naturalmente conservadora, en ella encontraremos que los estudios estaban dirigidos a los conceptos de propiedad y orden social. Para los conservadores la propiedad estaba identificada por la base de la familia, la iglesia y el estado. Las condiciones civiles empiezan a verse afectadas por la desigualdad que existía en la cobranza de los impuestos. Además, los falsos dogmas son una preocupación constante en la sociología porque ella manifestaba una crisis en la concepción teológica la cual estaba ligada directamente a los cambios en la conciencia del hombre europeo. Los pensamientos individualistas provocados por el industrialismo hacen surgir nuevos métodos de estudio. Y poco a poco comienza a instaurarse un nuevo concepto la democracia el cual constantemente comenzó a sufrir cambios que van desde el campo teórico al práctico. Análogamente las raíces de Durkheim provenientes de kant, expresan un paradigma de forma definitiva −subjetividad individual− cuando establece que la síntesis suprema de las categorías que hacen posible mi experiencia objetiva del mundo, da vueltas en torno a lo que Kant denomina la apercepción trascendental y que define el yo pienso en el absoluto que tiene que poder acompañar todas las representaciones. Y esto, porque Durkheim a través de analogías pretende aducir que el ser está echo de representaciones individuales y sociales. Asimismo, si la conciencia no es capaz de producir, queda fuera del devenir, es decir, si no existiera un estado mental que provoque recordar, el ser sería puro cuerpo, siendo este el dominante del espíritu. Hasta el momento no hemos hablado de los hechos morales, ni de la importancia que acarrea el trabajo empírico que es el suicidio y ello porque el momento post mantiene los orígenes del autor. La instauración de analogías, la búsqueda de representaciones, la problematización de una dualidad mental agudizarán las determinaciones de la realidad moral, la noción de deber y sacro divinidad. Antes del desarrollo se requiere conocer el hecho moral y caracterizarlo. Se necesita encontrar rasgos distintivos con otras cosas − no olvidemos que el hecho social necesita ser estudiado como cosa. Del mismo modo, se deduce que toda moral se nos presenta como normas de conductas, que además son rígidas. Y ello 1 porque estas normas están envestidas, presentándose como una condicionante −el obedecer. Si inspeccionamos un pocos más, ellas se transforman en ordenes, ordenes que literalmente son opresivas y provocadas por la propia conglomeración: la sociedad. (La forma que tenemos de vestirnos, amar, actuar, pensar, etc...) Sin embargo, el problema es el concepto del orden y para ello Durkheim sostendrá que este se encuentra a través de un análisis empírico: el deber, conectado con el concepto deber−acción. Por ejemplo, la educación −primera instancia formadora de los individuos, regidora de conciencias pasadas y presentes. Pero esto no agota la noción de moral puesto que es imposible que cumplamos un acto sin conciencia, sin saber que la conciencia ya ha estado regida, lo que muestra que este acto tiene que sensibilizarse; sensibilizar nuestra conciencia, lo que de igual forma es convencer. No obstante, este tiene que ser deseable. Siendo este uno de los segundos conceptos arrojados dentro de las reglas morales, lo que conlleva que exista una voluntad de querer tenerlo. Pero que además, es deseabilidad. Activándose esta por la presunción de un bien relacionado estrechamente con el afecto para que se ejecute el bien y consecuentemente el deber. Durkheim plantea que la sociedad es un sistema de órganos que contiene un centro. El fundamento esta en que en un alma que se encuentra con disciplinas, las que serían una exigencia de una vida común. Es decir, ¿Qué tipo sociedad es la propia sociedad? ¿Qué tipo de dogma provoca más cohesión social? Paralelamente la operación del fundamento pasa por demostrar que el hombre se ha auto−eliminado, lo que indica que la sociedad debería ejercer una relevancia propia hacia los individuos frente al factor social. Asumiendo esto, la realidad moral −operación del fundamento− se estudia de dos maneras. Primero conocerla y comprenderla, es necesario que ellas también son parte de ese algo social, pues reproducen un modelo colectivo, pero lo fundamental es entender que estas son una constitución orgánico−psíquica del individuo. Si bien Durkheim ha presentado una herramienta fundamental para poder entender al hecho social, es imprescindible mostrar que ha llegado a esta conclusión por medio de un orden fisiológico. Aunque existen maneras de ser que confinan a los hechos sociales a un orden anatómico o morfológico. En ellas el estudio del derecho público juega un rol fundamental, pues es este quien determina nuestras relaciones domesticas y cívicas. Pero estas estructuras políticas de la sociedad, dice Durkheim, no son más que la manera como estas han tomado la costumbre de vivir entre si. Sin embargo, estas formas de construir un hecho social son de un orden morfológico y por consiguiente hechos fisiológicos, pero sin duda estos pueden hacer referencia en la medida que estos no se alejen de la misma naturaleza. Más aún dentro de este conglomerado existen anomias que enmarcan las rupturas, las que despliegan regulaciones morales. De este modo es posible que la conciencia colectiva se encuentre debilitada posiblemente porque las normas sociales no se han modificado con el fin de encontrar nuevas formas de integración. Es en este sentido aunque contradictorio, por la afirmación interior en que puede ser entendido el orden social como hecho colectivo, se apunta a crear un pensamiento positivista de construcción, donde los códigos son fusionados por los individuos con el objetivo de crear una comunidad. Paralelamente, esta forma de interpretar el trabajo del autor, desliga como ya lo hemos mencionado anteriormente, cualquier pretensión individualista, de otra forma, este tiene la única intención de incrementar las relaciones sociales y es por eso que dentro de este esquema articulado interviene la definición de solidaridad, entendida como algo que no esta determinada por el ser individual, sino por una conciencia colectiva. Solidaridad orgánica y mecánica, una dependiendo de la semejanza y la otra por la diferenciación. Es entonces de esta forma como los individuos que conforman esta sociedad tienen maneras de pensar y de sentir con independencia siendo aquí donde pueden encontrase que existen lazos de unión que son exteriores al individuo. Dentro de este esquema relevante de la regla, se construye forzosamente una forma de cohesión que nos rige, y según Durkheim estos valores impuestos no pueden confundirse con fenómenos orgánicos dado a que estos consisten en representaciones y en acciones; ni tampoco en fenómenos psíquicos porque solo tienen vigencia en la conciencia individual, pero aún más, si esta existente con los valores impuestos persiste, es que nos encontramos con una ilusión debido a que estaríamos en la elaboración de algo nuestro con raíces innegablemente sociales, es decir, provenientes de esa misma coerción. Entonces lo que hará posible la 2 caracterización de un fenómeno social será un pensamiento que se encuentre en todas las conciencias particulares, por lo tanto hechos particulares, herramienta imprescindible para poder desembarazar los fenómenos sociales de otros que son parte de una repercusión individual. Pero también esta insoluble tensión entre conciencia y comunidad muestra otro concepto: el sagrado. El cual presenta el ser prohibido para lograr una absolución, una condición de no poder ser violado. Esto se demuestra por la valorización de una ética. De este modo, la personalización humana no es violada dentro del ámbito de la persona. Naturalmente se trata de conceptos que evocan una asociación; asociación que no podría ser individual; si no que mayor aún: social. Por ello si existe, tiene que haber una constitución de individuos asociados, en donde el objetivo es la sociedad dependiendo del carácter sacro que este tenga. Lo que quiere decir que la sociedad divina, con una personalidad cualitativamente diferente. Se dirá que la moral comienza allí donde la unión se hace parte de una relación. Se mostrará como la sociedad no puede existir fuera de ella. Es decir, la sociedad supera al individuo, pero también no puede quererla sin ejercer una violencia propia contra si mismo. La razón es lo central. Si seguimos un orden lógico, nos daremos cuenta que si la sociedad posee un rol positivo para los individuos, es al mismo tiempo una autoridad, confiriéndole a las reglas morales como una obligatoriedad. En si, la sociedad se faculta de un orden imperativo, distintivo de la obligación moral. El estudio empírico Ahora estamos en condiciones de abarcar un fenómeno especifico que es capaz de entregarnos datos acerca de los actos sociales. Pues el suicidio es la es la representación máxima, aparentemente, del fracaso de la sociedad para integrar de forma positiva, adecuada, a sus miembros. El suicidio es asumido como un revés en el rostro del colectivo, como un reproche radical, como una acusación muda pero extraordinariamente expresiva. El estudio del suicidio aporta un poco de luz sobre la diferencia de tasas producidas entre ciertos grupos. De una forma teórica, compleja, moralista, Durkheim advierte la importancia de las corrientes sociales frente a este fenómeno. Porque el suicidio es algo demasiado importante como para pretender ignorarlo. Y su inevitabilidad exige saber afrontarla, saber esperarla sin terror ni angustia obsesiva. El trabajo empírico de Durkheim es un gran contenido teórico, pues pretende en ella justificar sus convicciones exponiéndola de forma extensa, sistemática. Un estudio de implicaciones éticas o jurídicas del suicidio. Es una obra polémica pues el autor busca el enfrentamiento, la discusión y pretende defender su punto de vista de forma contundente, estructurada y precisa. Presentando las raíces alternas sobre la causa del suicidio, como lo son la raza, la herencia, la sicopatología individual y el clima. Sin embargo, el autor se dio el trabajo de refutar cada uno de estos factores puesto que consideraba importante desglosar los factores en que los hechos sociales tuviesen una preponderancia causal. Por ende la explicación de este debía ser preponderante para una determinación sociológica. A consecuencia de esto es necesario poder relacionar las tasas de suicidios existentes en diferentes corrientes sociales. De esta forma se concreta el estudio como una demarcación que contiene los hechos sociales en los grupos sociales, apuntando gran importancia al efecto que producían estos −los grupos sociales− sobre los hechos sociales como el suicidio. Existiendo varios tipos de suicidios estipulados por el autor, como el fatalista, altruista, egoísta y el anómico. Hemos considerado necesario desarrollar el ultimo de ellos puesto que presenta y desarrolla el análisis conceptual del que hemos intentado hacernos cargo durante la realización del trabajo. El hilo conductor por el cual avanzamos hizo referencia de carácter resumido el perfil regulador de la sociedad. Por ende la descripción interesada del suicidio anómico expresa la situación de un hecho social que es incontrolable puesto que la colectividad no posee la autoridad sobre los individuos. Esta incapacidad se hace evidente tanto en los auges como en las mínimas condiciones económicas de los grupos sociales. Demostrando que si he de desarrollarse igualmente estos sucesos se daría por contado la incapacidad social frente a las decisiones individuales. Por lo tanto se concentrarían en actitudes individuales desarraigadas concordante con la desregulación social que por último provocaría en los individuos el descontrol externo de sus pasiones. En suma, debemos recordar que el trabajo desarrollado por Durkheim es el intento por convencer a la comunidad intelectual del valor que posee la sociología para explicar los fenómenos sociales a partir de distintas herramientas. 3