El reducido presupuesto disponible y la exigencia de incorporar un pequeño bar, son factores fundamentales en la ordenación de este reducido espacio público; estos requerimientos iniciales, unidos a la voluntad de conservar el arbolado existente en el lugar, operarán como argumentos decisivos en el desarrollo del proyecto. La necesidad de disponer aquel pequeño equipamiento y los espacios exteriores de uso a él asociados, se traducirán en la excavación de una plataforma horizontal en el centro del espacio disponible: las relaciones entre este vacío y la topografía original y la disposición de los necesarios muros de contención de tierras serán los mecanismos fundamentales en la organización del conjunto. La plaza Vista Alegre se sitúa en una urbanización de viviendas unifamiliares, en una población del área metropolitana de Granada. El ámbito que deberá ocupar la nueva plaza, de planta sensiblemente rectangular, se dispone de forma paralela al trazado de las calles que determinan la estructura urbana del sector y se caracteriza por un importante desnivel, que alcanza los seis metros en la diagonal que discurre entre los vértices este y oeste del solar. En su interior existían diversas hileras de árboles, en su mayoría álamos blancos, dispuestas en hileras sensiblemente paralelas al perímetro exterior. La propuesta de organización del nuevo espacio público parte de dos premisas básicas. La primera de ellas es el reducido presupuesto existente para el desarrollo de la intervención a proyectar, y la segunda es la solicitud formulada por el promotor de la actuación en el sentido de ubicar en la nueva plaza un kiosco. La importancia relativa de esta instalación con la relación a la exigua superficie total de la plaza, no solo del espacio construido estricto sino también de los ámbitos exteriores asociados a ella, que son en último término los que justifican su propia existencia, provoca que esta pequeña arquitectura llegue a convertirse en argumento fundamental en torno al que gira la totalidad del discurso del proyecto. Como voluntad claramente explicitada desde un primer momento, la nueva propuesta parte del mantenimiento del arbolado existente, que es utilizado como punto de partida fundamental del argumento organizativo del espacio libre. Las visitas al lugar, previas al proceso de redacción del proyecto, permitieron comprobar la existencia de diversos materiales procedentes de una serie de derribos de viejas edificaciones, construidas todas ellas con mismo tipo de fábrica de piedra, circunstancia que sugirió la posibilidad de reciclar este material y utilizarlo para la construcción de los nuevos muros de contención de tierras. Unas pruebas de capacidad resistente impusieron, sin embargo, la necesidad de sustituir, en las localizaciones estructuralmente más comprometidas, esta solución constructiva por placas alveolares de hormigón prefabricado. La propuesta proyectual. A partir de la doble necesidad que supone la instalación de un pequeño objeto construido destinado a bar -que debe incorporar un mostrador, un pequeño sanitario para el personal y un almacén auxiliar- y acompañar éste de una cierta área de estancia exterior, se plantea explanar un pequeño ámbito central y utilizar, además, los muros de contención necesarios como elementos capaces de ordenar y caracterizar el lugar. La existencia de estos elementos lineales, que llegan incluso a exceder la longitud exigida por razones estrictas de orden estructural, y la propia dialéctica que se estableces entre la topografía preexistente y el vacío creado son los dos argumentos fundamentales en lo que se basa el esquema organizativo de este reducido espacio público. Una pequeña losa horizontal, simplemente apoyada sobre aquellos muros de contención, permite obtener el espacio cubierto requerido por las exigencias funcionales solicitadas. Unos sencillos cerramientos metálicos, correderas o abatibles, permiten cerrar la instalación con la seguridad necesaria. El muro que define el límite sudeste de la plataforma central alcanza la altura de un banco corrido, con la orientación adecuada para un correcto asoleo durante el periodo invernal. La zona de bar, por su parte, se orienta hacia el nordeste por lo que resultará más fresca durante las noches de verano, gracias a la protección de la radiación solar de poniente, especialmente inclemente en la canícula andaluza. Se plantea la pavimentación de la mitad de la superficie de esta plataforma horizontal que se desarrolla frente al bar; el resto se propone como área de juego para los menores, pavimentada con grava de cantos rodados de río. Fuera de esta plataforma central, intensamente artificializada, el resto del terreno libre –en el que se ubica el arbolado existente- se propone como jardín abierto transitable. Cada hilera de árboles se acompaña de un seto lineal y de una hilera de flores paralela a aquellos, en un juego proyectual que permite una doble percepción del jardín, según sea la perspectiva desde la que se mire.