Corbón del Sil

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Corbón del Sil .En este pueblo encontramos la casa solariega de los Peña, en torno a la
cual se ha ido constituyendo el pueblo de Corbón, con su ermita, propiedad en
un principio de esta familia También encontraremos los típicos corredores
orientados al medio día, que embellecen los edificios...
Cuevas del Sil .Este pueblo está asentado en el fondo del valle a orillas del río Sil, a la
sombra de fantasmagóricas peñas calizas con figuras tan peculiares que se
identifican con reinas y príncipes.
Está dividido en tres barrios, que de oeste a este son:
El Barrio de la Iglesia, el más antiguo, que se encuentra alrededor de su
magnífica iglesia románica en ruinas, al lado del arroyo de aguas cristalinas
que bajan de la Braña del Campo, y que invitan al viajero al descanso y la
meditación.
De nuevo en la carretera encontraremos el Barrio del Cuadro, con la nueva
Iglesia de reciente construcción, que alterna con construcciones antiguas como
el potro de herrar, que nos recuerda la forma de vida de estas gentes. Al lado
de la fuente se encuentran otras ruinas dignas de ser visitadas, como la
lechería, que era de propiedad comunitaria. En ella, aprovechando la energía
hidráulica se desnataba la leche al llegar de las brañas, es decir, se separaba
la nata, que se empleaba para fabricar la mantequilla casera que tanta y tan
merecida fama tenía.
El último barrio es el de la Puerta. En él se encuentran las ruinas del puente
de traza romana restaurado de forma funcional a base de cemento, que da
acceso a la estación del ferrocarril y las brañas de la Xeita y la de Zarameo. En
la primera se encuentran cabañas en buen estado, algunas restauradas para
otros fines, en las que el visitante encontrará los vecinos de Cuevas tan
hospitalarios que le invitarán a un refrigerio y le contarán historias verdaderas
que parecen ficción.
Matalavilla .En la entrada del mismo pueblo encontraremos la primera construcción
típica, el lavadero público. En él, resguardadas de la lluvia, nieve u otros
elementos, las mujeres lavaban las ropas de la casa.
En su iglesia, resguardada en la falda de la montaña, encontraremos un
pórtico de piedra que por su sencillez no deja de ser más interesante. En su
interior, actualmente en proceso de reconstrucción, encontramos un retablo
bien conservado y un artesonado interesante.
Es en este pueblo se conservan tradiciones dignas de estudio y admiración,
como la caridad de Santa Egiciaca, con cargo a la renta de las propiedades de
la santa, o la invitación que las familias de un difunto hacen a todos los vecinos
del pueblo a pan y vino en honor del mismo, considerándose la no asistencia a
recoger este ofrecimiento como un desprecio.
Mataotero.En él se conserva el abrevadero de los arrieros y carreteros, lo que
demuestra que era parada obligada para viajeros y bestias. En el recorrido por
este pueblo encontraremos un molino en buenas condiciones y la historia que
las gentes del lugar nos contarán gustosas.
Salientes.En este pueblo aún podemos encontrar la casa típica de que, que aunque
reformada conserva la estructura primitiva.
Palacios del Sil .Es necesario salirse de la carretera para encontrar en este pueblo rincones
en los que se reflejan las tradiciones y costumbres de sus gentes, así como
construcciones tradicionales: hórreos, molinos, cortines, ente otras...
Su iglesia de arte románico asturiana conserva sus arcos de piedra, así
como la bóveda de cañón también de piedra. Al salir de la iglesia y desde el
pórtico de la misma, el visitante podrá sentarse y quedar verdaderamente
cautivado por la panorámica que tiene ante sus ojos.
Siguiendo la calle de los Paredones llegará a uno de los tres palacios que le
dió nombre al pueblo, el del Marques del Pino, que aunque cerrado por ser
particular, desde el exterior podrá admirar su construcción, con sus
propiedades valladas con pared de piedra a su alrededor. Siguiendo el camino
hacia Salientes encontramos la ermita de San Roque, propiedad de los dueños
de esta hacienda, que al lado de los ríos y aunque bastante abandonada invita
a detenernos a su lado y escuchar los diferentes lenguajes de los ríos Sil y de
Palacios que la acompañan.
Llegamos al puente de traza romana, con sus tres ojos de piedra, que airoso
cabalga sobre el río Sil y que da paso a los pueblos de Matalavilla, Valseco y
Salientes. Lo cruzaremos y podremos llegar a la zona de recreo en el
Revolvedero. Si el tiempo lo permite y el viajero lo desea podrá darse un baño
en las aguas limpias del río Sil.
Volveremos sobre nuestros pasos para elegir el camino hacia dos puntos de
obligada visita. La Cabeza del Castro, asentamiento romano que está
catalogado y en espera que expertos hagan una excavación ordenada. En él se
podrán ver los restos de construcciones romanas o celtas cubiertas por la
maleza. La otra visita será al Castro, núcleo de población asentado sobre un
castro en el que podremos encontrar las construcciones típicas de nuestros
antepasados: hórreos, corredores, molinos, cortines etc.
Susañe del Sil .Sus calles estrechas nos invitan a pasear sin prisa, admirando la mampostería
de las construcciones que no han sido alteradas, y darnos cuenta de que había
verdaderos artesanos en la cantería.
Su iglesia, restaurada recientemente con gran acierto y gusto, es digna de
visitar, su retablo de estilo barroco no decepciona. Continuaremos por la calle
que bordea la parte alta del pueblo que nos llevará al molino, aún en uso, y si
encontramos a la persona que tiene la llave, nos podrá mostrar cómo muele el
grano.
Continuando por la calle más alta llegamos a una reliquia centenaria: el
castaño, cuya circunferencia alcanza más de ocho metros.
Valdeprado .Este pueblo esta situado a una altitud considerable, sufriendo duros
inviernos que no están exentos de belleza. Para aquellos que les guste la nieve
encontrarán en pleno invierno paisajes maravillosos, olladas por osos, lobos,
jabalíes, corzos y otras especies.
Su arquitectura estaba en consonancia con el paisaje y el medio de vida de
sus habitantes, casas típicas de las que aún quedan algunas, aunque la gran
mayoría se han adaptado a los nuevos tiempos.
Tejedo del Sil .Conserva brañas con sus cabañas bien restauradas, lo que demuestra la
gran importancia que han tenido a lo largo de los siglos.
Las primeras casas del pueblo reciben el nombre de la Portilla, nombre muy
significativo. Llegamos a la única fuente blasonada del municipio que deleitará
al viajero con su fresca agua. Muy cerca tenemos una reliquia arquitectónica,
es su iglesia, del más puro arte románico asturiano, restaurada con gusto y
tacto toda de piedra, y digna de ser visitada.
A la largo del pueblo encontraremos mas casas blasonadas, lo que nos dará
una idea de la importancia de este pueblo.
No podemos pasar sin visitar la pequeña ermita de San Lorenzo, patrono del
pueblo, que se encuentra a la entrada de una casa solariega con arco, hoy
perteneciente a varios dueños. También la ermita perteneció a la misma casa.
Valseco .La iglesia, como la mayoría, es de arte románico asturiano. Su retablo de
arte barroco se conserva en buen estado, así como imágenes de madera
policromada de buena talla y autor desconocido.
Un paseo por el pueblo nos ayudará a descubrir rincones interesantes con
sabor tradicional. El río de aguas cristalinas invita al viajero a descansar en sus
orillas, o en la zona de baño que conserva su estructura natural y merece la
pena visitar.
Villarino del Sil .Se cree que este pueblo fue asentamiento de los campamentos romanos
que explotaban el oro en los yacimientos de Urria, de los que aún se pueden
ver las explotaciones a cielo abierto en la braña de Rabanal de Abajo y otros
lugares de las cercanías. Lo prueba la cantidad de monedas de origen romano
encontradas en este pueblo.
Un paseo por este pueblo nos irá mostrando la arquitectura popular, como el
molino de uso comunitario, hórreos, y la casa de la Inquisición, en la que se
encuentra el escudo en sus paredes y arcos de piedra bien conservados.
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