PATRONES FORMALES ISLÁMICOS Y GEOMETRÍA http://www.salaam.co.uk Texto traducido del inglés por Silvina Cordero, como material de circulación interna de la cátedra de Historia de las Artes Visuales I. Año 2002. Los motivos geométricos se popularizaron con los artistas y diseñadores islámicos en todo el mundo, ya que decoraban casi todas las superficies, tanto paredes y pisos, como vasijas, lámparas, tapas de libros o textiles. Al expandirse el Islam de nación a nación, y de región en región, los artistas islámicos combinaron su inclinación por la geometría con tradiciones preexistentes, creando un nuevo y distintivo arte islámico. Este arte expresaba la lógica y el orden inherente a la visión islámica del universo. Su amplio espectro de tesoros intelectuales permitió que los eruditos islámicos adoptaran la filosofía y matemática griegas, traduciendo y diseminando este conocimiento a la posteridad. Los trabajos de Euclides y Pitágoras estuvieron entre los primeros a ser traducidos al árabe. El estudio de la geometría también alimentó una preocupación ardiente por las estrellas y la astronomía. Todo esto a su vez nutrió la pasión árabe por crear infinitos patrones decorativos. El cultivo del análisis matemático, en particular, tuvo un efecto armonizador. Conducidos por la pasión religiosa por la abstracción y la doctrina relativa a la unidad - al-tawhid, los intelectuales musulmanes reconocieron en la geometría el intermediario unificador entre el mundo material y espiritual. El desarrollo de este nuevo arte distintivo, en parte, puede haberse debido a la desaprobación de las imágenes en el Islam sobre la base de que podían conducir a la idolatría. Para el Musulmán, se reconoce la realidad de la fórmula fundamental del Islam: "No hay otra divinidad más que Dios". Él ve en el arte figurativo un error fundamental o ilusión al proyectar la naturaleza de lo absoluto en lo relativo, al atribuirle a lo relativo una autonomía que no le pertenece. De esta manera, los artistas islámicos no trataron de expresarse ellos mismos como tales, sino que más bien desearon ennoblecer la materia. Mientras que esta tradición puede haber frustrado a algunos artistas islámicos, otros tomaron el desafío y se convirtieron en los grandes hacedores de patrones de su tiempo. En lugar de cubrir los edificios y otras superficies con figuras humanas, ellos desarrollaron complejos diseños decorativos geométricos, así como intrincados patrones de ornamentos vegetales (tales como el arabesco), con los cuales adornaron palacios y mezquitas y otros espacios públicos. Alternativamente, el desarrollo de patrones repetitivos infinitos puede representar las inmodificables leyes de Dios. Se espera que los musulmanes observen ciertas reglas como fueron establecidas originalmente por el Profeta Mahoma (pbuh), caracterizadas por los "Pilares de la Fe". De esta manera las reglas de construcción de patrones geométricos proveen una analogía visual de las reglas de comportamiento religioso. "... mientras el espíritu de un individuo busca fuentes y razones de su existencia es conducido hacia adentro y más allá del mundo tri-dimensional hacia unas pocas y más comprensivas ideas y principios" (Critchlow) Patrones y símbolos Tanto la contemplación como la habilidad creativa en la realización de patrones conduce, a su manera, a una comprensión de las perfecciones de la Naturaleza Universal y cómo ésta opera con los elementos. El patrón islámico, único como forma artística, es también unitario en su propósito y función. Los símbolos pueden agotar la explicación verbal pero la explicación verbal no puede, de ninguna manera, agotar los símbolos – y los símbolos inherentes en el patrón islámico y la geometría están dirigidos hacia esa unidad indiferenciada. Así, el círculo, y su centro, son el punto en el cual todos los patrones islámicos comienzan y es un símbolo apropiado para una religión que enfatiza a un Dios, simbolizando también, el papel de la Meca, el centro del Islam, hacia el cual todos los musulmanes se orientan en su plegaria. El círculo ha sido visto siempre como un símbolo de eternidad, sin ser y sin fin, y no es sólo la expresión perfecta de justiciaigualdad en todas las direcciones en un dominio finito- pero también el más bello padre de todos los polígonos, tanto conteniéndolos como por debajo de ellos. Del círculo provienen tres figuras fundamentales en el arte islámico, el triángulo, el cuadrado y el hexágono. El triángulo por tradición es simbólico de la conciencia humana y del principio de armonía. El cuadrado, el símbolo de la experiencia física y el mundo físico-o materialidad- y el hexágono, del Cielo. Otro símbolo prevalente en el arte islámico es la estrella y ha sido el motivo escogido para muchas decoraciones islámicas. En la iconografía islámica la estrella es una forma geométrica regular que simboliza la radiación igual en todas las direcciones desde un punto central. Todas las estrellas regulares - tengan 6, 8, 10, 12, o 16 puntas – son creadas por la división de un círculo en partes iguales. El centro de la estrella es el centro del círculo desde el cual ésta viene, y sus puntas tocan la circunferencia del círculo. Los rayos de una estrella se extienden en todas las direcciones, haciendo que la estrella sea un símbolo apropiado de la expansión del Islam. Un uso tal de la estrella en los mosaicos está en la 'Tela de la Diosa araña', cuyo nombre evoca el 'milagro de la araña':Cuando el Profeta (pbuh), para escapar de sus perseguidores, huyó de la Meca, él y su compañero Abu Bakr se ocultaron por tres días y tres noches en una caverna. Los hostiles habitantes de la Meca salieron en su búsqueda, y en la primera mañana alcanzaron la entrada de la caverna. Pero una araña había tejido su tela a través de ella, una paloma había dejado sus huevos en el umbral, y un arbusto de rosas salvajes había estirado sus ramas floridas, de modo que los perseguidores pensaron que nadie podía haber entrado recientemente a la caverna. El mosaico de la tela de araña, sin embargo, recuerda su modelo sólo remotamente. Es, de hecho, una roseta geométrica, que comienza como una estrella y de allí se extiende en bandas entrelazadas, que siguen un plan riguroso, y forman una rica red extensiva. Muchos de tales diseños completos pueden entrecruzarse unos con otros en una superficie, y luego ellos forman, especialmente cuando ellos se originan en estrellas con número variable de rayos, un reluciente planetario, en el cual cada línea comienza desde un centro y conduce a un centro, un motivo que una vez más evoca fuertemente la idea islámica de la unidad omnipresente. Aún cuando los patrones geométricos, se compusieran, o fueran generados a partir de tales formas simples como el círculo y el cuadrado, ellos fueron combinados, duplicados, entrecruzados, y arreglados en intrincadas combinaciones, convirtiéndose en uno de los rasgos más distinguibles del arte Islámico. Sin embargo, estos complejos patrones parecen personificar una negativa a adherir estrictamente a las reglas de la geometría. De hecho, la ornamentación geométrica en el arte Islámico sugiere un monto remarcable de libertad; en su repetición y complejidad, ofrece la posibilidad de crecimiento infinito y puede también aceptar la incorporación de otros tipos de ornamentación. En términos de su abstracción, motivos repetitivos, y simetría, los patrones geométricos tienen mucho en común con el llamado estilo arabesco visto en muchos diseños vegetales. La ornamentación caligráfica también aparece en conjunción con patrones geométricos. Muchos de los patrones usados en el arte Islámico parecen similares, aunque ellos decoran diferentes objetos. Ellos son bidimensionales tanto en forma como en intención y están hechos de un pequeño número de elementos geométricos repetidos que crean una compleja totalidad por la repetición de pocos elementos. Este nivel práctico y utilitario de operación de expresiones arquetípicas de ninguna forma disminuye o reduce la efectividad como símbolos, por el contrario meramente refuerza el hecho de que lo que tomamos como simple y 'en la naturaleza de las cosas' se ha convertido en profundo hasta el punto de que nos hemos vuelto inconscientes de él, de la misma forma en que si nos encontramos en un ambiente con una gran cantidad de ruido por una apreciable cantidad de tiempo perdemos la conciencia de tal ruido.