ALERTA: Amaranthus palmeri S. Watson en el sur de Entre Ríos 1 1 2 Metzler M.J. Papa J.C. Grupo Ecofisiología Vegetal y Manejo de Cultivos. EEA INTA Paraná 2 Protección Vegetal. EEA INTA Oliveros INTRODUCCIÓN Amaranthus palmeri, S. Watson es una especie muy agresiva, de rápido crecimiento, que se ha convertido en un problema muy grave en los cultivos de hortalizas y de grano en el sur de los Estados Unidos en los últimos años. Originario del desierto de Sonora y el valle inferior del Río Grande (Ehleringer, 1983; Keely et al., 1987). Amaranthus palmeri invade fácilmente las áreas de cultivo en climas cálidos. Se convirtió en una maleza agrícola importante en el sur de las Grandes Llanuras a finales de 1990 (Horak, 1997) y ahora infesta al menos 750.000 hectáreas de algodón y otros cultivos en Arkansas (Fugate, 2009) y más de un millón de hectáreas en Georgia (Langcuster, 2008). Además, se ha citado como una de las principales malezas problemáticas en la producción de hortalizas en Carolina del Sur (Webster, 2006). En los últimos 10 años, se han publicado numerosos informes sobre graves pérdidas de cosechas y la resistencia a glifosato y otros herbicidas por parte de Amaranthus palmeri (Culpepper et al., 2006; Horak y Peterson, 1995; Jha et al., 2008 a, b). Amaranthus palmeri es una especie que comúnmente alcanza alturas que van desde los 180 hasta los 240 cm y algunas veces puede alcanzar los 300 cm. Los tallos y las hojas son en su mayoría suave y carentes de pelos; la grabrescencia de A. palmeri es una de las características distintivas de las demás especies dentro del género Amaranthus y está presente a lo largo de todo su ciclo. Las hojas tienen pecíolos largos y están dispuestas simétricamente alrededor del tallo (Figura 1). Las láminas de las hojas son elípticas a con puntas en forma de diamante. Esta maleza se detectó durante el ciclo agrícola 2011/2012 en el sur-oeste de la provincia de Córdoba. No se tenía registro .de su presencia en los anales de botánica de Argentina. Es fuertemente sospechosa de haber arribado portando un bagaje de resistencias adquiridas en otras latitudes, además de ser naturalmente poseedor de atributos biológicos que la constituyen en una maleza sumamente agresiva y muy difícil de controlar eficazmente, al menos, con los recursos tecnológicos actualmente disponibles. En los últimos días se ha verificado la presencia de individuos de esta especie en lotes del departamento Gualeguay, (Entre Ríos)(Figura 5). Figura 1. Individuo de Amaranthus palmeri, con más de 3 metros de altura. © Rebekah D. Wallace, Bugwood.org. Biología e impacto Se adapta rápidamente A. palmeri es adaptable e invasiva. La evidencia de su capacidad de adaptación es el éxito de las poblaciones en Michigan y el norte de Indiana en EE.UU, donde las temperaturas medias están por debajo de las temperaturas preferidas de las poblaciones nativas de esta especie. Además tiene reproducción dioica (plantas “macho” y plantas “hembra”) (Figura 2), esto conlleva a la polinización cruzada y a la diversidad genética, factores que favorecen la rápida aparición de genes de resistencia a herbicidas, por ejemplo cuando se incrementa la presión de selección con el uso reiterado de herbicidas con el mismo mecanismo de acción). Figura 2. A) inflorescencia femenina de Amaranthus palmeri, B) inflorescencia masculina de Amaranthus palmeri. © Mohsen Mohseni-Moghadam, Cheryl Kent y Jamshid Ashigh. New Mexico State University. Gran producción de semillas Es una especie muy prolífica en cuanto a producción de semillas. Cada planta puede producir al menos 100.000 semillas cuando compiten con los cultivos. En algunas situaciones puede producir hasta 500.000 semillas. Semilla pequeña Sus semillas pequeñas le permiten prosperar en siembra directa. En estas situaciones, pueden permanecer en la zona de emergencia ideal, en los primeros 2-3 cm de la superfice del suelo. La actividad humana transporta fácilmente las pequeñas semillas a través de granos, semillas, alimentos para aves o ganado contaminado con las mismas; o en equipos tales como cosechadoras (Figura 3). Figura 3. Semillas de Amaranthus palmeri. © Mohsen Mohseni-Moghadam, Cheryl Kent y Jamshid Ashigh. New Mexico State University. Competencia agresiva A. palmeri exhibe un crecimiento agresivo y competitivo con los cultivos. En condiciones ideales los individuos pueden crecer 5 a 7,5 centímetros por día. Estudios de la Universidad de Purdue en Indiana demostraron que plantas de esta maleza que surgieron el 29 de mayo de 2013 (primavera boreal), equivalente al 29 de noviembre en el hemisferio Sur, alcanzaron en dos meses 180 centímetros de altura (Figura 4). Cuando se le permite competir en todo el periodo de crecimiento del cultivo, A. palmeri puede generar pérdidas de rendimiento de hasta el 91% en maíz y hasta un 79% en soja (Leighter y Johnson, 2013). Figura 4. Tallo de una planta madura de Amaranthus palmeri. Foto: Rebekah D. Wallace, Bugwood.org. Resistencia a herbicidas Las poblaciones de A. palmeri han desarrollado resistencia a múltiples modos de acción herbicida, incluyendo inhibidores de la ALS, triazinas, inhibidores de la hidroxifenil piruvato deoxigenasa (HPPD), dinitroanilinas y glifosato. Flujo de emergencia prolongado Puede ir desde principios de octubre hasta mediados de marzo. Esto obliga a gestionar el manejo de esta maleza a lo largo del año. Diferenciación de especies del género Amaranthus El primer, y a menudo crítico, paso para el manejo de Amaranthus palmeri S. Watson o cualquier maleza es explorar e identificar las especies que existen en el lote. Es fácil de identificar erróneamente porque se parece a otras especies del género Amaranthus, por ejemplo, yuyo colorado Amaranthus hibrydus sub. Hibrydus. (Sinónimos: Amaranthus chlorostachys Willd., Amaranthus hybridus L. var. hypochondriacus, Amaranthus hybridus L. var. quitensis, Amaranthus hypochondriacus L. var. hypochondriacus, Amaranthus quitensis Kunth, Amaranthus quitensis Kunth var. stuckertianus), la especie de Amaranthus nativa y más común en nuestras zona cuyo parecido con “palmeri” es especialmente importante durante el estado de plántula (Figura 5). Figura 5. Individuos de Amaranthus palmeri y Amaranthus hibridus recolectados en el departamento Gualeguay. Izquierda: Amaranthus palmeri. Derecha: Amaranthus hibridus. ©Marcelo Metzler. INTA EEA Paraná. Marzo 2015. Para la identificación correcta de las especies de amaranto en el campo, hay que tener en cuenta las características que se describen a continuación. Si bien estas características ayudan a diferenciar las especies, se debe recordar que las características también pueden ser variables dentro de una especie, incluso dentro de una misma población en el lote. Debido a esta variabilidad, siempre hay que evaluar varias plantas en el campo, ya que puede existir más de una especie del género Amaranthus en el lote. Hay varias características que diferencian las dos especies de amaranto, Amaranthus palmeri de Amaranthus hibridus: • Presencia de pelo en tallo y hojas • Forma de la hoja • Longitud del pecíolo • Estructura de las inflorescencias • Patrón de crecimiento de los meristemas apicales Presencia de pelo Sólo Amaranthus hibridus tienen pelos (pubescencia) en sus tallos y superficies de las hojas (Figuras 6). Los pelos finos serán más perceptibles en los tallos nuevos, en cambio Amaranthus palmeri no tiene pelos en la superficie del tallo (Figuras 7). Observar la presencia o no de pubescencia es la manera más rápida de diferenciar una especie de otra. Figura 6. Amaranthus hibridus tiene pelos en su tallos y la superficies de las hojas. Estos pelos lo distinguen de A. palmeri. © Leighter y Johnson, Purdue University. Figura 7 A. palmeri recolectado en el departamento Gualeguay. Nótese la ausencia de pelo en el tallo. © Marcelo Metzler. INTA EEA Paraná. Marzo 2015. La forma de la hoja Las formas de las hojas de amaranto pueden variar un poco dentro de una sola especie, sin embargo hay formas generales que distinguen a las especies. Las hojas de Amaranthus palmeri son anchas y ovadas en forma de diamante. Las hojas de Amaranthus hibridus son similares pero tienen pelos, mientras que A. palmeri no. Las plantas que han sido pulverizadas y sobrevivido a múltiples aplicaciones de herbicidas, especialmente inhibidores de la protoporfirinógeno oxidasa (PPO) pueden exhibir formas de hojas variables que pueden no representar correctamente la especie. Longitud del pecíolo El pecíolo es la estructura del tallo que conecta la lámina de la hoja con el tallo principal. En A. palmeri los pecíolos (especialmente en las hojas viejas) son tan largo (o más) que la lámina de la hoja en sí (Figura 8). Los pecíolos de Amaranthus hibridus, por el contrario, son más cortos que sus láminas. Una forma rápida de determinar la longitud del pecíolo es simplemente tirar de una hoja y pecíolo de una planta y doblar el pecíolo hacia atrás sobre la lámina de la hoja para comparar las longitudes de peciolo y hojas (Figura 8). Esta es la característica más consistente y confiable. Figura 8. El peciolo de A. palmeri, cuando se dobla sobre el envés de la hoja supera el largo de la lámina. © . Leighter y Johnson, Purdue University. Estructuras de las inflorescencias Aunque se debe identificar las malezas antes de que las plantas alcancen la etapa reproductiva, puede ser útil observar la estructura de la inflorescencia para ayudar a identificar la especie. Las plantas “hembras” de A. palmeri tienen una larga inflorescencia que puede llegar en algunos casos hasta los 80 centímetros. Además, tienen brácteas rígidas y agudas que dan una sensación punzante cuando se toca (Figuras 9 y 10). Figura 9. Individuo de A. palmeri creciendo en un cultivo de soja con múltiples estructuras florales terminales. © Leighter y Johnson, Purdue University. Figura 10. Estructura floral de A. palmeri de aproximadamente 80 centímetros de longitud. © Leighter y Johnson, Purdue University. Patrón de crecimiento del meristema apical La forma de la hoja y la longitud del pecíolo de A. palmeri son el resultado del patrón de crecimiento del meristema apical, con el objetivo de captar la mayor cantidad de luz posible. Esto resulta en una apariencia de roseta cuando se mira desde la parte superior de la planta (Figura 11). Figura 11. Patrón de crecimiento del meristema apical de Amaranthus palmeri. © Leighter y Johnson, Purdue University. Manejo de Amaranthus palmeri Una vez que Amaranthus palmeri ha sido debidamente identificado en el lote, el siguiente paso es desarrollar un plan de manejo proactivo. Los objetivos de este plan deberán ser: reducir la competencia con el cultivo, evitar la producción de semilla por parte de la maleza y evitar la propagación de la misma a otras áreas. Por lo tanto hay que considerar la posibilidad de combinar las prácticas culturales con el uso herbicidas para el control más efectivo de A. palmeri. Prácticas culturales Rotación de cultivos Aunque no es un concepto nuevo, la rotación con maíz permite utilizar herbicidas con modos de acción que controlan Amaranthus palmeri. La rotación también ayuda a que el proceso de resistencia sea más lento y preserva las herramientas herbicidas actuales. En lotes con alta infestación, hay que considerar el cultivo de maíz durante al menos dos años para maximizar el control. Labranza En campos muy infestados, la acción de una rastra de disco puede reducir la población de Amaranthus palmeri hasta un 50%, si se excede la utilización de esta herramienta, la semilla enterrada permanecerá viable hasta por cinco años y se volverá a depositar en la superficie del suelo. Cultivo de cobertura Un cultivo de cobertura proporciona una supresión de la emergencia de A. palmeri, además de los beneficios a la estructura de suelo que brinda este tipo de cultivos. Desmalezado manual En Córdoba, en infestaciones severas, se ha recurrido a la contratación de cuadrillas de personal para el desmalezado manual de A. palmeri. El objetivo fundamental de esta estrategia es impedir que la maleza siga creciendo y genere semillas viables. Manejo de lotes con alta infestación Debido a que la semilla de A. palmeri es tan pequeña, se dispersa y se propaga rápidamente, fundamentalmente por la maquinaria agrícola. Las cosechadoras son uno de las mayores contribuyentes a la propagación de semillas, por lo tanto hay que considerar cosechar al final, los lotes con fuertes infestaciones de A. palmeri (Figura 12). Esto ayudará a mantener las semillas en el área. Después de la cosecha, se debe limpiar la cosechadora de la mejor manera posible para asegurar que la semilla no se propague durante la cosecha del próximo lote. Figura 12. Amaranthus palmeri interfiriendo con la cosecha de algodón. ©Joseph LaForest, University of Georgia, Bugwood.org. Herbicidas en maíz y soja Hay herbicidas disponibles que controlan eficazmente A. palmeri en el cultivo de maíz y ofrecen modos de acción alternativos para incorporar herbicidas en las rotaciones (Tablas 1 y 2). En los lotes con alta infestación, el cultivo de maíz puede ser eficaz en la reducción de las poblaciones de esta maleza. El número de herbicidas disponibles para utilizar en soja es importante, sin embargo son pocos los que tienen control de A. palmeri. Además, se deben aplicar en individuos pequeños para que el control sea consistente. La principal limitante existe para los herbicidas post-emergentes (Tablas 2 y 4). Por lo tanto, el manejo con herbicidas se debe realizar en los barbechos y con herbicidas residuales. Herbicidas residuales Los herbicidas residuales deben ser la base para el manejo de A. palmeri en soja (Tabla 3). Estos herbicidas son eficaces sobre su punto más débil, la emergencia, reduciendo sustancialmente el número de plantas que demandarán la aplicación de un herbicida postemergente. Además, es menor la presión de selección que se ejerce sobre las pocas opciones de herbicidas postemergentes. Se debe aplicar estos herbicidas residuales lo más cerca de la siembra de soja como sea posible para maximizar la actividad del producto en el cultivo. Las aplicaciones en otoño o principios de la primavera de un herbicida residual proporcionan muy poco o ningún control sobre A. palmeri. Tuesca et al. (2014) compararon tratamientos residuales simples con una técnica conocida como de solapamiento de residualidad o por su nombre en inglés “overlapping” que consiste en realizar tratamientos secuenciales con herbicidas persistentes, con diferentes mecanismos de acción, con un espaciamiento temporal breve para que la residualidad del primero se superponga con el aplicado en última instancia, el lapso puede oscilar entre 15 y 30 días según el principio activo empleado. De ese modo la actividad herbicida permanece lo suficientemente alta como para controlar los flujos potenciales. En este trabajo, flumioxazin y sulfentrazone se destacaron sobre el metribuzín. Los tratamientos residuales secuenciales o de solapamiento de residualidad expresaron un mayor impacto inicial y una más prolongada actividad biológica y ese atributo fue máximo cuando al tratamiento con metribuzín le siguió sulfentrazone o flumioxazin, en ambos casos combinados con S-metolaclor. Tabla 1. Herbicidas disponibles para el barbecho químico de maíz. Sitio de acción Inhibidor de fotosistema II Inhibidor de la PPO Inhibidores de la ALS Inhibidores de ácidos grasos de cadena larga (cloroacetamidas) Inhibidores de la HPPD Ingrediente activo Atrazina Flumioxazin Saflufenacil Flumetsulam Imazapic* Imazapir* Iodosulfuron Thiencarbazone Acetoclor S-metolacloro Metolacloro Dimetenamida Isoxaflutole Tabla 2. Herbicidas disponibles para postemergencia de maíz. Sitio de acción Inhibidor de fotosistema II Reguladores de crecimiento Inhibidores de la ALS Inhibidores de la HPPD Ingrediente activo Atrazina Picloram 2,4 D Dicamba Iodosulfuron Foramsulfuron Nicosulfuron Imazapic* Imazapir* Imazetapir Thiencarbazone Topramezone Mesotrione Isoxaflutole * Recomendado su uso en híbridos CL o HCL Tabla 3. Herbicidas disponibles para barbecho químico de soja. Sitio de acción Inhibidor de fotosistema II Inhibidor de fotosistema I Inhibidores de la ACCasa Inhibidor de la PPO Reguladores de crecimiento Inhibidores de la ALS Inhibidores de ácidos grasos de cadena larga (cloroacetamidas) Inhibidores de la HPPD Ingrediente activo Metribuzin Prometrina Diuron Paraquat Propaquizafop Quizalofop -p-etil Quizalofop -p-tefuril Fluazifop Haloxifop Cletodim Flumioxazin Saflufenacil Sulfentrazone Pyraflufen Oxifluorfen Carfentrazone Picloram* Fluroxipir 2,4 D Dicamba Imazaquin Halosulfuron Metsulfuron** Clorsulfuron Flumetsulam Clorimuron*** Sulfometuron Iodosulfuron Thiencarbazone Iodosulfuron Diclosulam Imazetapir Acetoclor S-metolacloro Metolacloro Dimetenamida Clomazone *Picloran: respetando el periodo de carencia de 80 días para la siembra del cultivo de soja luego de la aplicación. **Metsulfuron: herbicida recomendado con clorsulfuron en mezcla comercial para su uso en sojas STS y sojas convencionales, en este último caso respetando el periodo de carencia sugerido por la empresa fabricante ***Clorimuron: en mezcla comercial con sulfometuron para variedades STS y con cafentrazone o sulfentrazone para variedades convencionales. Tabla 4. Herbicidas disponibles para postemergencia de soja. Sitio de acción Inhibidores de la ACCasa Inhibidores de PPO Inhibidores de la ALS Inhibidor de fotosistema II Reguladores de crecimiento Ingrediente activo Propaquizafop Quizalofop -p-etil Quizalofop -p-tefuril Fluazifop Haloxifop Cletodim Lactofén Fomesafen Clorimuron Imazetapir Cloransulam Bentazon Benazolin El “timing” (oportunidad) es fundamental Los herbicidas de postemergencia para la soja son limitados (Tabla 4). Para los herbicidas inhibidores de PPO, el momento de aplicación es clave para el control efectivo de “palmeri”. La eficacia se reduce dramáticamente una vez que los individuos de A. palmeri superan los 10 centímetros de altura, no obstante la combinación de estos con benazolín o S-metolaclor permitiron obtener resultados aceptables sobre plantas de hasta 15 cm como máximo, asumiendo un costo mayor no solo económico sino además en fitotoxicidad hacia el cultivo. (Tuesca y Papa, 2015). 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