INSTITUTO DE ESTUDIOS ESTRATÉGICOS DE BUENOS AIRES El Poder Nacional y el Instrumento Militar ante las Guerras de la Tercera Especie (Jul 03) Antecedentes. El Poder Nacional es el conjunto de elementos que determinan la capacidad de influenciar los acontecimientos que tiene una Nación. De acuerdo a la teoría realista desarrollada por Hans Morgenthau en “Política entre las Naciones. La lucha por el poder y la paz” 1, hay dos grupos de factores a tomar en consideración para precisar la cuestión: - Relativamente estables. - Cambio constante. Los primeros son: -Geografía. -Recursos Naturales: alimentos, materias primas, petróleo, capacidad industrial. Los segundos son: -Tecnología. -Liderazgo. -Cantidad y calidad de las fuerzas armadas. Luego, Hans Morgenthau analiza los factores puramente humanos, constitutivos del sujeto nacional: -Población (distribución, tendencias) - Carácter nacional(existencia – no existencia) - Moral Nacional(estable- inestable) - Calidad de la sociedad y del gobierno(factores decisivos) - Calidad de la diplomacia Como puede comprobarse a simple vista, el Poder Nacional es un conjunto más vasto que el elemento militar, que es uno de los componentes. Su rasgo central es la capacidad de accionar la fuerza, en defensa de los intereses nacionales. Éste esquema conceptual referencial y operativo está en la base del la Política de Defensa de la República Argentina. Así, la Ley 23.554/88 de Defensa Nacional, en su artículo 2° define que: la “Defensa Nacional es la integración y la acción coordinada de todas las fuerzas de la Nación para la solución de aquéllos conflictos que requieran el empleo de las Fuerzas Armadas, en forma disuasiva o efectiva para enfrentar las agresiones de origen externo”. “Tiene por finalidad garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación, proteger la vida y la libertad de sus habitantes”. En un párrafo posterior, esta Ley establece la diferencia entre la Defensa Nacional (ante amenazas de origen externo) y la seguridad interior (ante amenazas de origen interno), quedando ésta última, contemplada y definida en la Ley 24.059/92, de Seguridad Interior. Hans Morgenthau. “POLÍTICA ENTRE LAS NACIONES”. La lucha por el poder y la paz. Grupo Editor Latinoamericano, GEL, Sexta edición revisada por Kenneth W.Thompson, Buenos Aires, 1992. 1 1 En la misma, se establece en su artículo 2° “a los fines de la presente Ley se define como seguridad Interior a la situación de hecho basada en el derecho, en la cual se encuentran resguardadas la libertad, la vida y el patrimonio de los habitantes, sus derechos y garantías y la plena vigencia de las instituciones del sistema representativo, republicano y federal que establece la Constitución Nacional”. Respecto de ésta distinción legal que encuadra dos tipos fijos de amenaza, observamos que el sistema de defensa nacional y el sistema de seguridad interior están concebidos y desplegados para amenazas de estados nacionales (el primero) y para amenazas delincuenciales (el segundo). El planteo de la cuestión. Señala Raymond Aron en “Pensar la Guerra”2 que al final de sus días Clausewitz comenzó una revisión de su monumental obra3, puesto que descubrió, en el plano del concepto, lo que jamás había comprobado en el campo de batalla. Ése descubrimiento giraba en torno a una modalidad de combate distinta a la que él había reducido abstractamente como “duelo”, es decir, enfrentamiento por aniquilamiento entre dos ejércitos pertenecientes a sendos estados nacionales. El descubrimiento giraba entorno de lo que hoy se denomina “guerra asimétrica”. Quedaba sobrepasado el conflicto del “fuerte contra el fuerte” y emergía- en toda su crudeza- la posibilidad del enfrentamiento entre un fuerte (defensivo) y un débil (ofensivo). Básicamente, la guerra de la “segunda especie”, caracterizada como guerra de maniobra indirecta, recorrió todo el siglo XX con la amenaza del fenómeno revolucionario marxista, profundamente lesivo a la soberanía y la seguridad nacionales. El profesor emérito de la Universidad de Vancouver (Columbia Británica) Kalevi Holsti desarrolló la teoría de las guerras de la “tercera clase”. La importancia de la misma no obsta para plantear una modificación del cuadro legal precedente, cuyas razones de validez no objetamos. Sin embargo, entendemos que el nuevo concepto de guerras de la “tercera especie”, amerita la apertura del marco de comprensión y el desarrollo de su conceptualización, búsqueda y descripción. La guerra de la Tercera Especie4 se define operando un giro conceptual de 180 grados respecto de la tradicional idea clausewitziana acerca de la “guerra como prolongación de la política”. Por el contrario, para Holsti “la guerra se ha tornado un fin en sí mismo”de bandas delincuenciales interconectadas en redes a escala global, sin otro objetivo que el de obtener ganancias, riqueza, poder y liberando su decisión de matar y cometer genocidio, apoyados en supuestas razones de etnia, clase o religión, básicamente contraculturales. Para ello deben destruir las Instituciones del Estado. Éste tipo de amenazas han proliferado como consecuencia del desplome del sistema bipolar de la guerra fría y el ingreso a una nueva etapa de la civilización. Los combatientes de antiguos bandos revolucionarios han devenido en bandas criminales, equipadas con elementos de tecnología satelital que les permiten constituirse en nodo de una red mayor, en la que circulan las diversas actividades del nihilismo posmoderno: guerrilla, Aron Raymond. “PENSAR LA GUERRA”, Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires, 1988. V. Clausewitz C. “DE LA GUERRA”, Editorial Océano, Buenos Aires, 1958. 4 Holsti K. “THE STATE, WAR AND THE STATE OF THE WAR”,, Cambridge University Press, 1995. 2 3 2 narcotráfico, trafico de armas, guerra en la infosfera, contrabando, tráfico de órganos, tráfico de niños, esclavismo, secuestros extorsivos, tráfico de animales exóticos, tráfico de piedras preciosas, terrorismo islámico, etnicismo genocida, etc.. Una gran diversidad de líneas emanan interconectadas en los diversos nodos de una red internacional de lo que se denomina -a nivel de la Organización de Naciones Unidas- “el crimen organizado trasnacional”. Las “guerras de la tercera especie” no se inscriben sino en ése juego estratégico, conceptualizándose como perimido el conflicto capitalismo-socialismo o imperialismotercer mundo. En principio, porque los principales países amenazados (u ocupados) por los nuevos ejércitos en red son los países tradicionalmente caracterizados como tercermundistas, así como los ex países socialistas. En segundo lugar, porque no existe la motivación revolucionaria sino sólo en algunos casos y exclusivamente como instrumento de propaganda y reclutamiento de nuevos combatientes y colaboradores. Además, a diferencia de los viejos procesos de guerra civil, no suelen existir en ésta clase de conflictos “pronunciamientos” o “manifiestos” que expliquen las razones del levantamiento en armas. Como el objetivo no es la toma del poder para construir un sistema distinto de sociedad, éste tipo de guerras aparecen sin mediar declaraciones y desaparecen sin armisticio. Muestran una ideología ambigua. No buscan el poder sino la destrucción del Estado. Las Causas de las Guerras de la “Tercera Especie” Según Kalevi Holsti, el nuevo tipo de guerra emana de la debilidad de las instituciones de los estados nacionales. Básicamente, de la incapacidad de incluir a todos los habitantes de un territorio. Ésa modalidad de exclusión puede ser social, económica, cultural, étnica, política, territorial. Desde luego, los países más afectados son los estados débiles, que viven fuera de las redes del comercio y la naciente institucionalidad global, los que se constituyen en santuarios del Crimen Organizado Trasnacional. Sin embargo, ésta realidad de exclusión puede encontrarse en Estados de funcionamiento normal, que igualmente son amenazados. Por ejemplo, el estado de Colombia, cuya institucionalidad se preserva fuerte allende las zonas en que ha sido arrebatado el dominio territorial por las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC). Sin embargo, podemos señalar que las FARC son una organización remanente de la Guerra Fría, que ha devenido en ejército del narcotráfico con el desplome soviético y, además, han penetrado bajo la epidermis de los sistemas legales, combinando la coerción, la corrupción y la ideología, a la usanza maquiavélica. Conclusiones En la somera descripción del concepto “guerra de la tercera especie”, hemos anotado al continente americano como escenario de una guerra de éste tipo. En particular, hemos caracterizado a las FARC como el elemento revolucionario remanente de la guerra fría, actualmente estructurados con nuevos objetivos y nuevas alianzas( mafia rusa, narcotráfico internacional, terrorismo islámico, bolsa de Nueva York, etc.). Sin embargo, de éste lado del espinel la conexión llega hasta elementos operativos en nuestro país. Desde organizaciones que movilizan elementos del “lúmpen social”, debilitando la autoridad estatal en las interfaces jurisdiccionales (fronteras internacionales o límites 3 interprovinciales) hasta las inexplicables desapariciones de personas sin causalidad aparente (tráfico de órganos) y la cooptación de sectores de nuestro Estado (nacional, provincial o municipal) a manos de negocios turbios como el narcotráfico. Así como el sistema legal vigente en materia de Defensa y Seguridad no concibe las bases para el planeamiento estratégico ante estas nuevas calamidades, así tampoco las instituciones legales políticas y judiciales están realmente consustanciadas con la nueva realidad. Al principio de éste artículo hablábamos de una suerte de revolución copernicana en los estudios estratégicos, determinada por la inversión del concepto clausewitziano. Efectivamente, la “guerra de la tercera especie” es una guerra fuera del marco, que desafía los instrumentos epistemológicos de abordaje. ¿Cómo percibir y pensar desde una formación clásica al fenómeno del surrealismo? ¿Cómo descubrir la lógica interna de una pintura surrealista? ¿Cómo es posible pensar la alógica irrupción de la fuerza sobre la nueva figura, desde una mentalidad perceptiva, estructurada en la idea de medida, equilibrio y tensión contenida, característica del espíritu clásico? La “guerra de la tercera especie” está entre nosotros. La audacia intelectual, la ruptura con el prejuicio y, en suma, el heroísmo del espíritu, será el único elemento que puede tomar la iniciativa para abordar éste nuevo conflicto. 4