TEMA 4. LAS DROGAS COMO PROBLEMA DE SALUD. Las drogas son un importante problema de salud y también un desgarrador problema humano, familiar, social y económico. Se dice que el problema más importante es el que importa más a más gente. La aprobación a finales de 1999 de la “Estrategia Nacional sobre Drogas 2000-2008”, ha significado la puesta en marcha de un escenario esperanzador en cuanto al abordaje institucional del fenómeno de las drogas en nuestro paÃ−s, situándose la prevención como el eje fundamental de la lucha contra el problema. MegÃ−as ha estudiado los valores de la sociedad española y su relación con las drogas, se señala la preponderancia que los españoles le damos a la seguridad personal y familiar como defensa de intereses y privacidad. También señala, que los consumos de drogas no aparecen derivados de la pérdida de valores, por el contrario aparecen ligados a los valores actuales: “La opción moral personal, el presentismo, el énfasis en la exigencia del disfrute, competitividad, etc.” Reconocemos, que existen una serie de valores teóricos como son la solidaridad, la participación, la autonomÃ−a personal y la igualdad de oportunidades que tendrÃ−an que ser fomentados y transmitidos por el sistema educativo. Sin embargo, estas aspiraciones chocan con los valores realmente transmitidos: el individualismo, el éxito, la dependencia y la desigualdad natural. • LAS ADICCIONES: DEFINICIà N, TIPOS PELIGROS... ¿Es posible definir de una manera exacta y concreta cuál es el significado del término “adicción”? Se puede confundir con otros términos similares dando lugar a errores. Resulta obvio, pues, la definición de estos términos. • CONCEPTOS GENERALES. • Drogas: Sustancia que administrada al organismo estimula, inhibe o perturba las funciones psÃ−quicas, perjudica la salud y es susceptible de generar dependencia. • Dependencia: Estado psicofisiológico caracterizado por la necesidad del individuo de consumir drogas para suprimir un malestar psÃ−quico o somático. • Adicción: Similar a dependencia, pero cuya causa podrÃ−a no ser una droga, sino un comportamiento • Uso: Modalidad de consumo, que bien por cantidad, frecuencia o utilización no conlleva consecuencias negativas para el sujeto. • Abuso: Consumo desadaptativo y continuado de drogas que puede conllevar consecuencias fÃ−sicas, psicológicas o sociales consideradas como negativas, las conozca o no la persona. • CLASIFICACIà N DE LAS DROGAS. Estas clasificaciones son realizadas con carácter didáctico. También hay que recordar que una misma droga puede producir diferentes efectos según la cantidad, la vÃ−a de administración, el sujeto o incluso la situación en la que se encuentre. • POR SU EFECTO SOBRE EL SNC • Depresoras: Bloquean el funcionamiento del cerebro yendo su efecto desde la desinhibición hasta el coma y son: 1 ♦ Opiáceos: heroÃ−na, morfina, dolantina, buprenorfina, metadona ♦ Alcohol y derivados ♦ Hipnóticos: barbitúricos, benzodiazepinas ♦ Tranquilizantes: valium, rohipnol, tranxilium, trankimazÃ−n ◊ Estimulantes: aceleran el funcionamiento del cerebro, pudiendo llevar a su destrucción por agotamiento neuroendocrino. ♦ Estimulantes mayores: cocaÃ−na (crack), anfetaminas (speed) ♦ Estimulantes menores: nicotina, xantinas (té, café, cola, chocolate) • Perturbadoras: alteran el normal funcionamiento del cerebro con alteraciones de la percepción, alucinaciones e incluso psicosis. ♦ Alucinógenos: LSD y derivados ♦ Cánnabis y derivados: Marihuana, hachis, grifa ♦ Inhalantes: Pegamentos, barnices, acetonas, quitamanchas ♦ Drogas de sÃ−ntesis: (mal llamadas de diseño) como el éxtasis, pÃ−ldora del amor, Eva, Adan 3.2. POR SU ACEPTACIà N SOCIAL • Drogas ilegales: Las que el consumo y comercialización está perseguido por la ley. Son no instiucionalizadas con fuerte rechazo social. • Drogas legales: Su consumo y comercialización no sólo no está perseguido, sino que a veces se fomenta y tienen amplio reconocimiento social: alcohol, tabaco, algunos psicofármacos... 3.3. POR SU PELIGROSIDAD Según la OMS: • Drogas más peligrosas: las que crean dependencia fÃ−sica, lo hacen con gran rapidez y poseen mayor toxicidad. • Drogas menos peligrosas: sólo crean dependencia psÃ−quica, y lo hacen con menor rapidez y poseen menor toxicidad. De mayor a menor complejidad, las clasifica en cuatro grandes grupos: I: opio y derivados (morfina, heroÃ−na...) • Opio y derivados (morfina, heroÃ−na...) • Barbitúricos y alcohol • Cocaina y anfetaminas • LSD, cánnabis, etc. Aún con las clasificaciones hay que tener cuidado, pues todas las drogas, según sobre quién y bajo qué circunstancias, pueden comportarse como extremadamente peligrosas. La droga más peligrosa es aquella de la que se tiene un mayor riesgo de hacerse dependiente. • SOCIOEPIDEMIOLOGà A DEL CONSUMO DE DROGAS. 4.1. ENCUADRE HISTORICO. Escohotado en su historia de las drogas ha ilustrado los múltiples usos religiosos, recreativos y sociales de distintas sustancias psicoactivas en otras culturas y épocas no derivando necesariamente en un consumo 2 adictivo. El consumo problemático de drogas no es algo que haya surgido de pronto en nuestra civilización en un momento determinado, siempre han existido y permitÃ−an “ciertas evasiones” de la realidad. Descartemos pues la falsa y catastrofista creencia que asocia al siglo XX con las drogas. Reconocemos, que por las particulares condiciones de nuestra civilización, las consecuencias del uso y abuso de drogas han adquirido tintes más universales y dramáticos. No existe la droga, sino las drogas y no son las responsables del problema, sino mediadoras. El auténtico problema radica en los múltiples factores y circunstancias que conducen al individuo como persona y a la sociedad en su conjunto, hacia el uso y abuso de esas drogas. 4.2. TENDENCIAS DE CONSUMO EN ESPAà A. El consumo de drogas experimenta cambios relacionados con la propio oferta de nuevas sustancias, modas, usos, costumbres, etc. Objetivo del Observatorio Español es ofrecer de forma permanente y actualizada una visión fiable y global sobre los problemas relacionados con los consumos en nuestro paÃ−s. Parece divisarse una ruptura de la tendencia expansiva de consumos de las dos ultimas décadas, aun a pesar de que siguen siendo elevadas (alcohol, tabaco, cannabis). Se estabilizan las edades de inicio , se reducen los niveles de consumo experimental y se desacelera la incorporación de la población femenina (informe nº4 del OED). También se reduce el número de consumidores abusivos de alcohol y de consumidores de heroÃ−na. Hay una mejorÃ−a en cuanto a las opiniones y percepciones de los españoles en referencia al problema. En cuanto al descenso del nº de tratamientos se atribuye a la generalización a los tratamientos de larga duración??? En el lado negativo, están creciendo los episodios de consumo problemático de cocaÃ−na y los fallecimientos. Son relevantes las relaciones entre consumos de drogas, tuberculosis y SIDA, asÃ− como los delitos contra la salud pública. Siguen creciendo las intervenciones de cánnabis y éxtasis y descienden las de cocaÃ−na y heroÃ−na. Por último recoge el informe un disminución de la mortalidad relacionada con el uso de drogas. El consumo de heroÃ−na parece haber sufrido una estabilización pero no hay que caer en la tentación de creer que se ha ganado la batalla, ya que la aparición del SIDA tiene relación con estos hechos y podrÃ−a aparecer un “rebrote” pero con nuevos patrones como son fumar o inhalar la droga. Respecto a la cocaÃ−na y derivados, pese a que su consumo es muy superior al de la heroÃ−na, la solicitud de asistencia por problemas relacionados con el mismo es inferior al de la misma. El consumo de cánnabis y derivados continúa siendo el más extendido de entre los de sustancias ilegales aunque parece existir un ligero descenso. El uso de otras drogas como LSD, inhalantes, anfetaminas, etc.., parece ser mucho más minoritario. De entre las drogas legales, el alcohol es la sustancia más importante por el número de dependientes (alcohólicos) sino también por los problemas originados por intoxicaciones agudas y por su uso generalizado entre la población incluyendo a niños y adolescentes. Existen dos modelos de consumo, el de consumo diario, enraizado en la cultura mediterránea que ha originado un gran numero de bebedores problemáticos y de enfermos alcohólicos. Se trata de personas adultas, que consumen especialmente vino, y en menor grado cerveza y licores. Otro modelo surge en los jóvenes y adolescentes que en los fines de semana realiza un consumo 3 compulsivo, exagerado y grupal de cerveza y mezclas de licores y aguardientes. Es preocupante este fenómeno social de huida de la realidad asociado a aspectos lúdicos y de relación social y que en muchas ocasiones es ignorado por los padres. El tabaco sigue siendo una droga legal de amplio consumo pero las campañas antitabáquicas están produciendo efectos positivos referente a la sensibilización de los efectos nocivos del mismo. Es muy elevado el consumo entre adolescentes y jóvenes, especialmente entre mujeres. Sigue siendo alto el porcentaje de población que consume psicofármacos y no siempre bajo control médico. Sin embargo sigue siendo baja la prescripción facultativa de narcóticos para el tratamiento del dolor. Siguen siendo preocupantes la cifras cada vez más elevadas de policonsumo de distintas sustancias. 4.3. EXPECTATIVAS DE FUTURO. Muchos cambios habrÃ−an de darse para acabar con el sufrimiento del mundo de las drogas. Está por demostrar que las campañas y medidas preventivas puedan ser capaces de erradicar el consumo de algún tipo de droga. En este sentido, aún son escasos los trabajos que evalúan la eficacia preventiva de estas campañas. Es muy complicada la solución del problema. Sólo desde un abordaje multifactorial y el esfuerzo en la prevención escolar y adolescente, podrÃ−amos ir poniendo remedio al drama que supone el consumo de drogas en nuestra sociedad. • SOCIOEPIDEMIOLOGà A DEL CONSUMO DE DROGAS. Distintos autores y teorÃ−as han intentado explicar la compleja etiopatogenia del consumo y la dependencia de drogas. Las drogodependencias son en buena medida el resultado de las miserias y flaquezas de la sociedad humana. En la iniciación existen factores de riesgo como son el sexo masculino (por su mayor exposición a situaciones de riesgo), el paro, el fracaso escolar, las relaciones de amistad no controladas, la curiosidad ante lo desconocido, y la edad. El inicio está vinculado a distintos factores ambientales y que otros autores señalan la oferta o facilidad de acceso a drogas legales y especialmente a las ilegales. Para la adicción parece tener menos importancia el factor ambiental y más los componentes personales de carácter psicosocial, señalando la “vulnerabilidad nuclear del yo” (pobre autoestima, tendencia depresiva, angustia, pobre sentimiento de responsabilidad y de eficacia, poca tolerancia a la frustración, incapacidad de metas a largo plazo y de retrasar gratificaciones, etc.). Las variables familiares y grupales, tanto afectivas como de consumo, indican la relación de probabilidad o predicción para un comportamiento futuro en el campo de la adicción a las drogas. Otros autores, intentan explicar la adicción con teorÃ−as de dinámica circular, según las cuales, cada ocasión de consumo realiza una especie de refuerzo o retroalimentación positiva que conduce a lo que ellos llaman un cÃ−rculo vicios de la adicción a drogas. • CONSECUENCIAS DEL CONSUMO. 6.1. CONSECUENCIAS SANITARIAS. • Opiáceos y derivados. De los problemas sanitarios los más llamativos han venido por el uso de 4 heroÃ−na por vÃ−a parenteral. Las dos principales causas de muerte son el SIDA y en menor medida las reacciones agudas (sobredosis). El uso de drogas ilegales es una de las principales causas de muerte en nuestro paÃ−s. Desde mediados de los 80 el SIDA y la infección por VIH se han convertido el principal problema de salud asociado al uso de drogas. A finales de 2001 se habÃ−an diagnosticado más de 60.000 enfermos de SIDA con una elevada tasa de mortalidad. Muchos de estos diagnósticos lo han sido a través de una tuberculosis. Otra complicación entre los (ADVP)- adictos a drogas por via parenteral - es el desarrollo de hepatitis B, C, etc. y otras enfermedades de transmisión sanguÃ−nea y enfermedades infecciosas y no infecciosas (anorexia, estreñimiento, amenorrea...) La intoxicación aguda por opiáceos se caracteriza por: miosis, depresión respiratoria, espasmos gastrointestinales, aletargamiento sensorial, convulsiones, edema pulmonar y shock que pueden llevar a la muerte. El sÃ−ndrome de abstinencia: midriasis, hipertensión, diseña, náuseas, vómitos, diarrea, ansiedad, lagrimeo, rinorrea, escalofrÃ−os intensos, temblores, bostezos, convulsiones y dolores generalizados. Otros indicadores de los problemas sanitarios son las atenciones por reacciones agudas y el número de admisiones a tratamiento por abuso o dependencia de drogas. • Otras drogas ilegales. Marihuana, inhalantes, drogas de sÃ−ntesis... producen: irritabilidad, pérdida de peso, paranoia, psicosis, abscesos, hepatopatÃ−a, afectación del tabique nasal (anfetaminas y anorexÃ−genos), psicosis cannábica, etc. Otras psicosis pueden llegar a cronificarse (LSD o mescalina). Con disolventes o pegamentos se han descrito lesiones hepáticas y renales. Con las drogas de sÃ−ntesis se han dado casos de fallecimiento. A estos efectos a largo plazo, se unen los ocasionados por intoxicación aguda (midriasis, sequedad de boca, sudoración, fiebre, temblores, agresividad, espasmos, convulsiones, delirio paranoide, ansiedad, pánico, taquicardia, hipotensión, alucinaciones, embriaguez, depresión respiratoria) y los temibles sÃ−ndromes de abstinencia que van desde la irritabilidad o la depresión hasta el suicidio. • Alcohol. Las evidencias sobre sus múltiples riesgos y consecuencias para la salud son aterradoras. Se relaciona el consumo abusivo con diversas enfermedades crónicas (cirrosis hepática, cáncer, pancreatitis), accidentes laborales y de tráfico. En España es la cuarta causa de mortalidad global, con 20.000 personas fallecidas por año. También es responsable de la fenopatÃ−a alcohólica y predispone a multitud de enfermedades hematológicas, neurológicas, metabólicas y digestivas y otras, además de cuadros psiquiátricos, hipertensión arterial y atrofia testicular. En pequeñas dosis puede ser un estimulante del SNC pero a dosis más altas puede actuar como depresor del mismo, apareciendo intoxicación aguda, pérdida progresiva del autocontrol y del sentido de la realidad, y en estado de embriaguez, sopor letargia e incluso riesgo de muerte por shock respiratorio. El sÃ−ndrome de abstinencia, temblores, sudores, cefalea, anorexia, vómitos, etc pero quizá el que precisa un mayor control por parte de los profesionales sanitarios es el delirium tremens que puede llegar a poner en peligro la vida del paciente. à ste nunca deberá de tratarse de manera ambulatoria, sino que precisará de ingreso hospitalario urgente, pues su mortalidad es elevada. • Tabaco. PatologÃ−as respiratorias y coronarias e implicación en la etiopatogenia de multitud de procesos cancerÃ−genos. También alteraciones vasculares de miembros inferiores, asÃ− como todo tipo de problemas circulatorios, afecciones digestivas, etc. En intoxicaciones agudas puede producir faringolaringitis y traqueitis, cefalea, sensación de mareo, vómitos, etc. En el sÃ−ndrome de abstinencia, nerviosismo, irritabilidad, alteraciones del sueño y de apetito, etc. 5 • Psicofármacos. Ataxia, incoordinación, trastornos del equilibrio, depresión respiratoria, hipotensión, coma, shock, etc. en intoxicaciones agudas; y en sÃ−ndrome de abstinencia: insomnio, hiporreflexia, desmayos, delirio, psicosis, deshidratación e incluso coma. Como efectos a largo plazo: erupciones, ansiedad, delgadez, irritabilidad, inestabilidad afectiva, conducta infantil, agresividad, deterioro intelectual y suicidio. En este terreno es fundamental la labor preventiva y de control a desarrollar en la Atención Primaria de Salud mediante la asistencia a pacientes y de la educación sanitaria de grupos de riesgo y población general. No hay en el organismo ningún sistema fÃ−sico que no sea afectado por las drogas y el alcohol, y otro tanto ocurre con la mayor parte de las funciones psÃ−quicas del hombre. 6.2. OTRAS CONSECUENCIAS. Además de los problemas sanitarios, el consumo origina costes económicos y sociales y el impacto personal y familiar como causa de dolor y sufrimiento; p. e., el 80% de los alcohólicos crónicos tienen conflictos familiares y un 85% de los niños maltratados tienen algún progenitor alcohólico. El consumo de drogas es un obstáculo para el normal desarrollo de la actividad productiva. Disminuye el rendimiento intelectual y fÃ−sico, y por tanto la productividad, además de aumentar la frecuencia del absentismo laboral, los accidentes y las bajas por enfermedad. Es un desencadenante de la pérdida del puesto y un obstáculo casi insalvable para abandonar la situación de paro. En cuanto al consumo de ilegales, el cÃ−rculo vicioso de droga/paro/marginalidad se cierra con la necesidad de entrar en el mundo del narcotráfico y la delincuencia como única salida, para perpetuar el autoconsumo y abandonar la pobreza. Conduce a un deterioro progresivo de los valores personales, pérdida de la autoestima, y a la aparición de problemas con la justicia, situaciones de privación de libertad, prostitución, etc. El consumo de alcohol en su forma crónica como aguda ha sido clásicamente implicado en problemáticas laborales, accidentes, etc. En personas menos jóvenes, dificulta la incorporación a nuevos puestos de trabajo. En el terreno económico, una enfermedad como el SIDA supone en España un coste social que se calcula por encima de los 800 millones de euros al año, cifra que se incrementará sin lÃ−mite en los próximos años. Calcular costes económicos y sociosanitarios del alcohol y del tabaco es una ardua y comprometida labor. El alcoholismo crónico genera 360 millones de euros de gasto sanitario directo. En 1992, fallecieron en España más de 46,000 españoles , a cusa del consumo de tabaco. Poniendo en una báscula todos los beneficios de la producción y consumo de alcohol y tabaco, y en otra sus perjuicios económicos y sus pérdidas humanas, aquélla se inclinarÃ−a a favor de éstos últimos. • POSIBLES SOLUCIONES. ¿Es posible una estrategia eficaz para combatir esta cultura de la droga que con la moderna tecnologÃ−a se orientara hacia la promoción de la salud?. Esta promoción no cuenta con el apoyo ni de las administraciones públicas ni mucho menos con las industrias sanitarias y farmacéuticas que viven a costa de la enfermedad y el sufrimiento humano. Sólo desde un abordaje multidisciplinar que fomente la participación de todos los actores y agentes sociales implicados, que no escatime recursos humanos ni económicos, y que esté planificada y estructurada por todos los paÃ−ses y abierta a los cambios y evoluciones, podrá empezar a esbozarse el principio del 6 comienzo del final del problema de las drogas. La EpS es la pieza clave que puede poner en marcha todo este complejo engranaje, y que esta educación debe orientarse especialmente hacia la población joven porque son los únicos que podrÃ−an, en el futuro, cambiar las estructuras sociales y fomentar a nivel mundial una nueva escala de valores. Maribel Serrano afirma: “En la actual situación sanitaria Educación significa cambio, participación, innovación, creatividad y posicionamiento ante la sociedad” Si no somos capaces de implicarnos personal, profesional y socialmente con la resolución de estos problemas, seremos cómplices de sus devastadoras consecuencias y verdugos de todas y cada una de sus vÃ−ctimas. Educación para la Salud Tema 4. Las drogas como problema de salud.. 2 7