40 Martes 05.11.13 EL DIARIO VASCO ECONOMÍA «Desconozco lo que ha ocurrido con las ayudas a Fagor» Pilar Canedo, en la sede del organismo que preside. :: BORJA AGUDO «Si la Diputación matiza la norma sobre obra pública lograría su objetivo social» Pilar Canedo Presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia Canedo advierte que «si se ponen barreras a la libre competencia, el precio al final lo pagan los ciudadanos» :: DAVID TABERNA SAN SEBASTIÁN. La máxima responsable de la Autoridad Vasca de la Competencia, organismo que ha impugnado ante los tribunales la norma foral aprobada hace solo tres meses que obliga a todas las empresas que aspiran a hacerse con una obra promovida por la Diputación a aplicar el convenio colectivo de la construcción de Gipuzkoa, no niega la buena voluntad que puede esconder la norma. Y de hecho, Pilar Canedo reconoce que una matización de su contenido podría ser suficiente para que no atente contra la libre competencia. «Queremos que sea un juez el que lo decida», subraya. Ahora bien, advierte del riesgo de poner puertas al libre mercado. «El precio final lo pagan los ciudadanos», señala la presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia, que de momento, además de recurrirla, ya ha pedido al tribunal medidas cautelares como la suspensión de la aplicación de la norma.. –¿La Autoridad Vasca de la Competencia quiere que se anule la norma foral de cláusulas sociales en la obras públicas? –Lo que planteamos es que puede haber una vulneración de la competencia, que es un bien jurídico que debe ponderarse con otros. Nosotros solo protegemos la competencia. La autoridad jurisdiccional puede plantear que hay otros bienes jurídico con un grado de protección más alto y que, por tanto, se puede aplicar la norma. Nosotros no queremos que se anule, sino que un órgano jurisdiccional dictamine si la norma debe de aplicarse o no. Nosotros planteamos que hay un problema. Partes de la norma pueden generar problemas. Queremos que se pronuncie la justicia. – ¿Ha habido relamación de alguna empresa? –No. Nosotros tenemos la función de analizar las nomas juríicas. –¿La causa es noble, pero la prác- tica equivocada? –La normativa europea permite excepciones por la existencia de cláusulas sociales, pero la aplicación de un convenio colectivo en su integridad va más allá. Puede haber una parte del convenio permisible, pero otros apartados generan barreras competitivas. Se permiten cláusulas sociales en determinadas circunstancias, pero puede que una aplicación íntegra de todo el convenio puede ir en contra de esos valores. Por eso queremos que se pronuncie un juez. La protección de cláusulas sociales nos parece fantástica, pero puede situar en desventaja a determinadas empresas. No solo de otros estados, o de fuera de Euskadi, sino de otras que aplican un convenio de empresa. Guipuzcoanas o no. Se les prohíbe aplicar su convenio de empresa. Se les impone un número de trabajadores fijos contratados, un horario... No hablamos solo de salarios, que es lo que todo el mundo «No discutimos que se respeten las condiciones mínimas en las obras. Faltaría más» «Una aplicación íntegra de todo el convenio es lo que puede contravenir la libre competencia» tiene en la cabeza. El convenio va mucho más allá. – ¿Se ha querido poner una barrera demasiado alta para combatir posibles abusos? –Quizá ha sido ésa la razón. No tiene por qué haber una vulneración del derecho a la competencia. Quizá matizando el contenido de la norma se puede llegar a un objetivo loable sin vulnerar la libre competencia. –Algunos partidos dijeron que la Diputación no era competente. –Nosotros no entramos ahí. Nosotros solo hablamos de vulneración de la competencia. Hubo un asunto parecido en Alemania, aunque el tribunal se pronunció sobre la libre prestación de servicios. –¿Y cómo se pronunció? –En contra de la norma. No es un caso idéntico pero sí muy parecido. Una normativa con cláuuslas sociales que aprobó uno de los estados alemanes provocó que una empresa de otro Estado no pudiera presentarse a la licitación. El Tribunal de Justicia Europeo anuló esa decisión. – ¿Qué problemas concretos ven? –La norma puede presentar desigualdades entre empresas. Sería necesaria una matización. –¿Tras el recurso la norma queda en suspenso? –En el recurso solicitamos medidas cautelares, como la suspensión de la aplicación de la norma hasta que un tribunal no se pronuncie. Sobre eso también se tendrá que pronunciar el tribunal. O se aplica de manera provisional o se suspende de momento. –¿Ha habido ya casos de desigualdades en licitaciones de la Diputación de Gipuzkoa? –No tenemos conocimiento de eso. Creo que no ha habido ninguna. Una empresa puede recurrir una licitación. Nosotros vemos posible que si la norma sigue adelante, haya em- –No viene al caso, pero es inevitable que se lo pregunte. ¿Se han vulnerado la libre competencia con las ayudas institucionales concedidas a Fagor Electrodomésticos? –En el plan estratégico del Consejo Vasco de la Competencia tenemos pensado hacer una labor de formación a las administraciones para que no se generen los problemas que se están generando en este tema. En ningún caso nos vamos a manifestar si una ayuda está bien o mal concedida, porque es competencia de la UE, pero cuando las ayudas se conceden mal lo acaban pagando los ciudadanos. Es muy importante hacer una labor de pedagogía entre las instituciones para explicar los criterios que permite la normativa comunitaria, que son bastante claros y razonables en términos generales. El dinero que se da en ayudas no se dedica a otros fines, y supone una ventaja competitiva para unas empresas respecto a otras. Y más si cabe si algunas de esas empresas que están ahora en el ojo del huracán reclamaron en su día por las ayudas que se dieron a Magefesa, por ejemplo. Es un tema muy delicado con mucha repercusión. Las ayudas mal dadas suelen ser pan para hoy y hambre para mañana. Son ayudas que la administración mete en un agujero y rara vez llegan a buen puerto. Pero de las ayudas concretas a Fagor yo no conozco lo que ha ocurrido. presas que se inhiban y no se presenten. Por eso lo vemos como una barrera de entrada. Eso supondría que el servicio se prestara en peores condiciones para la Administración y que en última instancia los ciudadanos fueras los perjudicados. –¿Por qué? –Cualquier oferta inferior al 10% de la media se considera desproporcionada. Eso lleva a que las empresas presenten precios similares, lo que puede llevar a acuerdos. Saldría perjudicado el ciudadano. Nosotros no discutimos que se respeten las condiciones mínimas en las obras. Faltaría más. Hablamos solo de la aplicación de un convenio concreto en su totalidad. Para una empresa de fuera supone tener que modificar toda su estructura empresarial para presentarse a la licitación en un lugar concreto. Eso les puede desincentivar. Al final acabarían licitando las empresas habituadas a ese modelo: las guipuzcoanas. No hablamos de modelos mejores o peores, sino distintos. Puede acabar suponiendo un cierre de mercado donde solo se presentan las empresas del territorio. Nosotros creemos que se pueden buscar unos mínimos sin generar problemas añadidos.