Wolf, Ernest S.: “Empatía y contratransferencia”, en El self en la teoría y en la práctica. Paidos, 1999. Empatía: Freud escribió en uno de sus más importantes trabajos sobre técnica que para establecer una efectiva transferencia terapéutica “es ciertamente posible invalidar este primer éxito si al principio se toma alguna posición diferente al del entendimiento empático, tal como una moralizante, por ejemplo”. Otra afirmación de Freud dice: “un camino conduce, por medio de la imitación, de la identificación a la empatía, esto es, a la comprensión del mecanismo por medio del cual somos capaces de adoptar una actitud determinada hacia la totalidad de la vida psíquica de otra persona”. De este modo, Freud estableció sin ambigüedades que si se moraliza en vez de empatizar, se vedará el desarrollo adecuado de la transferencia. Además dijo que la compresión empática es el único medio a traves del cual es posible tener una opinión global de la vida mental de otro. Un diccionario puede decirnos acerca del significado de las palabras de un paciente, pero sólo estando empáticamente sintonizado, el analista sabe qué es lo que este paciente esta diciéndole sobre sus vivencias. Es esta la vida psíquica que estudiamos en psicoanálisis. Como Kohut (1959) apuntó: “Solamente un fenómeno cuya observación podemos efectuar por introspección o por empatía con la introspección de otro, puede ser denominada psicológica. Un fenómeno es “somático”, “conductual” o “social” toda vez que nuestros métodos de observación no incluyen predominantemente a la introspección y la empatía”. Kohut vincula la empatía con la introspección y, en definitiva, define a la empatía como “introspección vicaria”. La describe como uno mismo pensando dentro de la vida interior de otro. Me propongo distinguir más precisamente entre dos tipos diferentes de percepciones, a saber, las percepciones subjetivas y las percepciones objetivas. Podemos llamarlas percepciones introspectivas y extrospectivas. A titulo de ilustración, repare el lector en su mano. Esa mano suya le parece como aprehendida por vía de su aparato sensorial. Los datos sensoriales están organizados por esquemas extrospectivos en una descripción objetiva de la mano. Esta sería la mano como objeto, junto con otros tantos, en un mundo observado extrospectivamente, excepto que este objeto particular esta unido a ese otro objeto que es su propio cuerpo. Ahora, esa misma mano el lector la observa introspectivamente; esto es, que sus estímulos y recuerdos sensoriales, ideas, expectativas, algunos de ellos conscientes y otros inconscientes, están organizados mediante un esquema introspectivo en una aprehensión 1 subjetiva y vivida de la mano. Uno de los aspectos más importantes de estas experiencias subjetivas de la mano es que forman parte de la experiencia subjetiva del sí-mismo del lector. Si por alguna razón uno ha perdido la mano, se sentiría a si mismo defectuoso e incompleto y demandaría muchísimo trabajo terapéutico restaurarle a ese self su anterior sentido de completud. En esta conexión es también valioso de notar que no toda parte anatómica es similarmente una parte del self. Por ejemplo, yo podría perder una importante cantidad de mi cabello, de las uñas de mis dedos, de mi sangre o, incluso, algunas partes de mis órganos internos sin experimentar en absoluto que mi self esta disminuido. Mirada extrospectivamente es un objeto en el mundo; experimentada introspectivamente es parte del self. Los objetos del self (selfobjects) no son internos ni externos, sino que son simultáneamente vividos en ambos mundos. Similarmente, el término “interiorización” se refiere a la reorganización y la reintegración de las percepciones y sus ideas asociadas y no a alguna localización en el espacio. Podemos resistirnos a volvernos conscientes de algún modo perceptivo, sea el extrospectivo o introspectivo. Y tal como podemos usar la razón al servicio de la resistencia –es decir, la racionalización-; asimismo podemos poner el entendimiento empático al servicio de la resistencia. Tarde o temprano cualquier analista, de cualquier escuela, que esté dispuesto a escuchar y observar empáticamente, percibirá los mismos datos obtenidos por medio de la introspección empática. Lo que el analista haga con estos datos, el tipo de explicación que le dé, depende del marco teórico que guía el procesamiento de una interpretación a partir de dichos datos. La empatía es sólo un modo de obtención de datos y no un modo de expresión para el analista. He oído a colegas decir que “expresan empatía” a sus pacientes, lo cual es una concepción completamente errónea del proceso empático. Por cierto, una concepción igualmente errónea implica el frecuente acoplamiento que se hace entre empatía y contratransferencia. Empatía y contratransferencia no son términos que opongan influencias sobre los pacientes. La empatía es un método de colección de datos y puede ser usado tanto para bien del paciente como contra él. La contratransferencia no es un método de colección de datos, sino una expresión de necesidades, como la transferencia misma. Lo que distingue a la transferencia de la contratransferencia es muy simple: la transferencia está basada en las necesidades el paciente y la contratransferencia lo está en las necesidades del analista. 2 Contratransferencia: La contratransferencia del analista es la exacta contraparte y el complemento natural de la transferencia del analizando, pero no necesariamente una reacción ante ella. La transferencia conceptualizada dentro del marco de trabajo de la psicología del self representa la experiencia, y acaso también la activación, de necesidades que demandan funciones específicas de los objetos del self para su satisfacción. En otras palabras, ciertas funciones desempeñadas por objetos del self –por ejemplo: presencia funcional, función especular, disponibilidad para ser idealizado- son necesitadas por el self para poder funcionar y experimentarse a sí mismo como una totalidad. La movilización de estas necesidades en el analista es, justamente, lo que aquí se denomina contratransferencia. ¿Cuál es la relación entre las transferencias tipo objetos del self (incluyendo, por supuesto, las contratransferencias tipo objetos del self) y la empatía? La empatía es un método de recolección de datos acerca de las experiencias y la vida interior de una persona, basadas en modos de percepción introspectiva, que cuenta mas como gestalten afectivas que como modelo verbal lineal. Como todas las percepciones, también la empatía está sujeta a las vicisitudes de los procesos mentales. Las percepciones empáticas pueden ser disminuidas por represión o por repudio, pueden acrecentarse por el proceso focal de atención o pueden ser tergiversadas en diversas direcciones al servicio de la expresión o en defensa del self. De este modo, las necesidades del objeto del self (transferencias o contratransferencias) pueden asimismo aguzar, opacar o tergiversar los datos obtenidos empáticamente. De este modo, la empatía y la transferencia, son mutuamente influenciables. En palabras de Freud, el analista “debe volcar su propio inconsciente como un órgano receptor del inconsciente emisor del paciente”. Esto implica una receptividad incrementada, especialmente para percepciones organizadas introspectivamente; esto es, una “sintonía empática” incrementada. Creo que la sensibilidad empática aumentada dentro de la situación analítica refleja la regresión analítica del analista, su contratransferencia regresiva analítica y la movilización de las necesidades objetos del self del analista. De esto resulta también que las defensas contra la regresión interferirían con la empatía del analista. Kohut (1971) ha llamado la atención sobre dos tipos de contratransferencia que corresponden a dos tipos de transferencias objetos del self. Las intensas transferencias especulares arcaicas, por ejemplo, pueden privar al analista de un mínimo de reconocimiento o respuesta que él necesita para 3 la experiencia y el funcionamiento óptimos de su self. En estas transferencias especulares arcaicas, el analizando experimenta al analista como parte de él (o ella) que está totalmente inmerso en la experiencia de su self (del paciente) y no reconoce la existencia del analista como una persona separada. El proceso analítico en el tratamiento de trastornos del self puede ser descrito en cinco etapas, cada una de las cuales tendrá lugar solamente si se atienden ciertas condiciones. Estas pueden ser delineadas como sigue: 1. Análisis de las defensas contra el proceso analítico, es decir, de las defensas contra la regresión y de las defensas contra las transferencias tipo objeto del self. Condiciones: ambiente de aceptación y comprensión, que alienta la regresión y la movilización de la transferencia. 2. Despliegue de la transferencia tipo objeto del self; es decir, que las necesidades de objeto del self arcaicas movilizadas se focalizan en el analista como un potencial objeto del self satisfactor de necesidades. El resultado es una transferencia tipo objeto del self, armoniosa y sustentadora, que es experimentada como un self fortalecido con un sentimiento de relativo bienestar. Condición: no interferencia con la relación tipo objeto del self que se despliega. 3. Inevitable ruptura de esta sustentadora relación entre self y objeto del self cuando este falla en colmar las necesidades de objeto del self movilizadas. Condición: el fracaso en colmar debe ser optimo, es decir, no traumático. El paciente fronterizo inanalizable experimentaría aquí que incluso la más leve falla es insoportablemente traumática. 4. La apropiada interpretación de la ruptura mencionada, restableciendo la mutua comprensión mediante la explicación. De acuerdo con Kohut, la unión self-objeto del self es de este modo reemplazada por la resonancia empática. El vinculo empático restablecido sustituye el cumplimento de la frustrada necesidad de objeto del self. Condición: una honesta y plausible explicación de la ruptura experimentada, como algo acontecido sin culpa, no intencional y probablemente inevitable. 5. El self del paciente, ahora fortalecido por sus vínculos de resonancia empática, continúa en la transferencia el despliegue más profundo de necesidades más arcaicas de objeto del self. Y el proceso se repite en una espiral, siempre ampliándose, de expansión del self. 4 Las necesidades tipo objeto del self del analista, es decir la contratransferencia, pueden favorecer u obstaculizar cada una de estas etapas. 5