La deducción trascendental en la estructura de la Crítica de la razón pura. La primera parte de la KrV se encarga de la posibilidad de los conceptos a priori. La deducción trascendental es la justificación de la validez de los conceptos a priori como posibilidad de toda experiencia. En una segunda parte, atendiendo a las pretensiones exageradas de la razón, Kant analiza la posibilidad de traspasar el límite que en la deducción trascendental en la sensibilidad. Según esto, quedará planteada la posibilidad de un conocimiento independiente de la experiencia acerca de los temas que «en el sentir cristiano son decisivos para el destino del hombre: Dios, la libertad, la inmortalidad»1. En la Crítica de la razón pura, Kant define dos disciplinas en relación con dos ámbitos del conocimiento. Por un lado la sensibilidad, de la cual se encarga la Estética Trascendental, por otro el entendimiento del cual se encarga la Analítica Trascendental. Esta trata acerca de los conceptos, los principios y los silogismos. De los conceptos y los principios se ocupará la Lógica Trascendental, de los silogismos la Dialéctica Trascendental. En la lógica formal, que Kant ya considera acabada desde Aristóteles está la forma de los juicios. Puesto que el modelo de validez del conocimiento son los juicios sintéticos a priori, la lógica formal es importante en tanto que proporciona la forma pura de estos juicios. (VER DUQUE) La lógica trascendental, en cambio, no se abstrae de todo contenido del conocimiento sino que considera las leyes que se refieren a priori a sus objetos. Mientras que la lógica formal «sólo considera la forma lógica de la relación que guardan entre sí los conocimientos, es decir, la forma del pensamiento en general»2, abstrayéndose de todo contenido del conocimiento, la lógica trascendental se ocupa de aquel conocimiento «mediante el cual conocemos que determinadas representaciones (intuiciones o conceptos) son posible o son empleadas puramente a priori y cómo lo son»3. La lógica formal no tiene en cuenta el contenido ni la naturaleza de los conceptos mientras que la lógica trascendental atiende a las leyes del entendimiento sólo en cuanto es capaz de pensar a priori.. En tanto que se refiere a un conocimiento a priori, la lógica trascendental debe darse a priori. «La aprioricidad de la lógica no es más que una consecuencia de su autonomía, que a su vez no hace sino reflejar la autonomía del pensamiento mismo»4. La autonomía es necesaria para que el pensamiento pueda alcanzar objetividad y universalidad en sus juicios e implica una independencia factores contingentes. Esta autonomía se da en el entendimiento como una «libre y pura autoactividad que no es determinada por nada fuera de ella misma. Sin esta espontaneidad inmutable no conoceríamos nada a priori, pues estaríamos determinados a todo, y nuestros pensamientos mismos estarían sujetos a leyes empíricas»5. La lógica trascendental es la doctrina de las leyes de esta espontaneidad inmutable, y debe ser ella misma a priori, pues debiendo fundamentar leyes a priori, debe darse a priori. 1 torretti 225 A55 3 a 56 4 torretti 251 5 R. 5441, Ak, XVIII, 182 sq.; en Torretti, 252. 2 La lógica trascendental se postula a sí misma como la ciencia del conocimiento puro intelectual y racional a través del cual pensar los objetos plenamente a priori con la esperanza de que efectivamente haya conceptos puros a priori del entendimiento. Tal justificación será su tarea fundamental y la emprenderá en la deducción trascendental. Esta se incluye en la sección de la Analítica de los conceptos, que emprende la «hasta ahora rara vez intentada descomposición de la misma facultad del entendimiento»6. «El problema de la deducción trascendental coincide con el problema de la verdad y, por ende, con el tema más grave de la entera filosofía: ¿cómo es que nuestros pensamientos se adecuan a las cosas?»7. Según el giro copernicano, Kant presta atención a la capacidad del sujeto para conocer y no al objeto. Pero entonces se plantea el problema de cómo el entendimiento puede atender a priori el material de la sensibilidad. Como partimos de un origen subjetivo (nuestras percepciones), y es posible según nos han demostrado la matemática y la física el conocimiento en forma de juicios sintéticos a priori, hay que demostrar «cómo se constituye el objeto como objeto de conocimiento en tanto que este objeto en general se haya ligado a los objetos reales empíricos»8. El problema consiste en «establecer un discurso conceptual puro sobre la realidad empírica» que sea además anterior a ella, es decir, a priori y necesario. 6 a 65. duque 66 8 Ferrater. En deducción trascendental. 7