hablemos de teatro isabelino

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HABLEMOS DE TEATRO ISABELINO
por Karina Necol*
1. Contexto histórico y social:
El teatro isabelino tiene su origen en la Inglaterra de fines del siglo XVI y comienzos
del siglo XVII. Refleja un poder político y religioso fuerte, del cuál es instrumento y
manifestación. Es indisociable de un poder, de una escritura, de un modo de
representación, de una arquitectura-escenografía, es decir de un código de
representación, don se conjugan tres elementos: poder fuerte- escritura teatral- modo de
representación.
La denominación teatro isabelino corresponde literalmente al reinado de Isabel I de
Inglaterra. La fecha de su nacimiento hace referencia al momento en que Isabel accede
al trono en 1558, aunque de manera precisa el período del teatro isabelino vería su
comienzo en 1574 cuando la reina otorga protección oficial a los actores y autores. En
efecto desde el año 1572 el fallo del Parlamento sostenía el "Act for the punishment of
vagabonds", exigiendo a cada compañía de actores encontrar la protección de un noble
o dignatario de justicia para no ser considerado vagabundo y caer como tal en prisión.
El teatro isabelino es la representación de un teatro público que estuvo asociado a la
escritura de autores como Thomas Kyd, Marlowe, Shakespeare o Ben Jonson.
2. La representación simbólica del espacio teatral isabelino:
El sitio donde Shakespeare representó Henry V fue denominado por él mismo como
"this wooden O", "esta O de madera". La " O de madera" corresponde a una simbología
del círculo, que en muchas civilizaciones refiere a la divinidad, a la perfección, a la
eternidad.
La idea de círculo aparece en el teatro griego, más tarde durante la Edad Media o en el
Renacimiento la forma de las iglesias debía corresponder a polígonos inscriptos en un
círculo.
Más allá de la interpretación del círculo como metáfora del mundo, el pasado del teatro
isabelino corresponde a épocas más recientes: por no disponer de edificios destinados a
la representación, antes de 1676, los actores ingleses interpretaban en patios de posadas
o arenas destinadas al combate de animales.
Los teatros isabelinos siguieron un patrón de construcción:
* un cilindro de 25 30 metros de diámetro, vaciado en su centro; la O de madera.
* alrededor del centro una corona exterior cubierta de un techo, tres niveles de galerías
para los espectadores sentados.
* en el centro la parte vacía ocupada por el espacio de representación y los espectadores
de pie.
3. Del Playhouse a los primeros teatros isabelinos:
El primer teatro isabelino fue construido en los suburbios del norte de Londres, por y
para la compañia John Burbage, en 1676. Se utilizó la palabra The Theatre, cuando en
Inglaterra de aquella época los tetraos eran designados con el término Playhouse.
La utilización del término The Theatre pertenecía a una referencia grecorromana, no
anglosajona. Burbage eligió una referencia más humanista y erudita para hacer
referencia a su compañía, a sus actores y a su público.
El primer teatro isabelino no fue obra de un arquitecto, se trató de un trabajo colectivo,
resultado de experiencias del propio Burbage. Sin duda un arquitecto hubiera dejado un
bosquejo, un croquis, pero este tipo de documentación no existe en este caso, ni siquiera
en épocas posteriores del teatro isabelino, de ahí las vacilaciones y las hipótesis que los
historiadores manejan al respecto.
Entre 1580 y 1599 varias compañías se fueron instalando en las afueras de Londres, esta
decisión fue producto de las autoridades que frente al éxito de los teatros y a la multitud
que congregaban, la decisión buscaba prevenir desordenes y epidemias favorecidas por
la promiscuidad.
En el siglo XVII Londres tenía unos diez teatros similares en las afueras de la ciudad.
El conocimiento de la arquitectura del teatro isabelino difiere según la fuente de
información que se tenga, teniendo en cuenta que entre los años 1642 y 1644 todos los
teatros fueron destruidos por los puritanos. Se conservan descripciones de viajeros,
grabados y dibujos de los mismos.
4. El modo de representación isabelino.
El modelo de representación isabelino difiere del modelo italiano que se basó en la
separación de la realidad con la ficción, ilusión generada por el cuadro y el uso de la
perspectiva. En el modelo isabelino en cambio el escenario está cercado de tal manera
que el cuerpo del actor era observado en la totalidad de su volumen y ese cuerpo se
proyectaba en el espacio de representación. Por el contrario el teatro a la italiana el
modo de representación era frontal, de este modo descuidaba la espalda del actor, que
directamente no se veía.
El modo de representación isabelino se estructuró de acuerdo a un uso de espacio
determinado:
* el lugar del público
* la escena: puertas, galería de la casa de los actores, el piso superior, el cielorraso.
* el cortinado
* la maquinaria: foso y altura
4.1 El lugar del público:
Los teatros isabelinos podían recibir hasta tres mil espectadores y quizás más. Se
ubicaban en las galerías y en el patio de butacas. Los espectadores rodeaban a los
actores en casi 260 grados, si tenemos en cuenta que algunos estaban de frente al
escenario, otros de costado y otros veían la obra tres cuartos hacia atrás.
El lugar en la sala correspondía a una jerarquía social: el patio de butacas era el sitio
destinado a los de menor orden social; las galerías, y sobre todo las del primer piso,
para los de mayor jerarquía social. En el primer piso de galerías había tres sitios de
privilegios -el palco del Señor( my Lord´s room) en el eje de simetría del escenario,
donde se ubicaba la reina Isabel u otros nobles benefactores de la compañía- por toro
lado dos palcos con gentileshombres( gentlemen´s room) de cada lado del tablado.
4.2 La escena isabelina no funciona como la escena italiana que es un plano, sino que es
una escena que se despliega en volumen. El espacio de la representación esta ubicado
en el centro a cielo abierto, un escenario rectangular levantado a metro y medio del
suelo, ocupando la mitad del vacío central. Los espectadores se ubicaban en tres de los
cuatro costados, ya que el cuarto estaba adosado al anillo cubierto.
La iluminación utilizada combinaba la luz natural, ya que las representaciones se hacían
generalmente de tarde, con uso de luces artificiales, que según las técnicas de la época
permitían variaciones de intensidad, de colores mediante el uso de filtros, así como el
uso de diferentes fuentes, dirección y ocultamiento.
El tablado estaba parcialmente cubierto por un calzadizo que era sostenido por dos
columnas, el techo del calzadizo cubría dos tercios del escenario de un lado y de otro la
construcción con pisos, adosada al anillo reservado a los espectadores. En la parte
interna de esta construcción los actores se maquillaban, guardaban su vestuario y
objetos, se preparaban para salir a escena.
Las puertas: de acuerdo a las diferentes hipótesis sostenidas con respecto a la falta de
documentos dibujados, se sostiene la existencia de tres puertas a nivel del escenario y de
la casa de los actores, completada por dos puertas a nivel galería, no vistas por los
espectadores.
La galería de la casa de los actores: situada en el primer piso de la casa de los actores.
La representación isabelina se desarrollaba en el espacio, este nivel podía ser usado
cuanto el texto y la acción necesiten de una diferencia de niveles.
El piso superior: encima del calzadizo la casa de los actores tiene un piso más, bien
visible desde fuera del teatro, su altura elevada sobrepasa el nivel del techo del anillo de
galerías. Esta fachada contaba con una o dos ventanas por donde podían asomarse los
actores. Este sitio se le atribuye como función también la de ser camarín o lugar donde
se guardaba vestuario, decorados o maquinarias para efectos especiales.
El cielorraso: Debajo del colgadizo, era decorado propiamente dicho. El cielorraso
podía contar con ventanas móviles que al abrirse dejaban paso a las apariciones de
espectros. No para todos los espectadores resultaba visible el cielorraso, solo para los
ubicados en el patio de butacas.
4.3 El cortinado: El cortinado permitía jugar con los efectos de sorpresa que los ingleses
llaman "discovery". Los textos testimonian la presencia de un cortinado para los efectos
sorpresa: mostrar y ocultar. Estaba confeccionado de tejido, tapiz o tela pintada.
4.4 La maquinaria: los efectos con maquinaria o especiales fueron utilizados desde la
Antiguedad, posteriormente en la Edad Media durante las representaciones litúrgicas y
también por actores ambulantes. Los textos isabelinos incluyen apariciones,
desapariciones, decapitaciones y demás efectos espectaculares.
El foso: los documentos existentes dan muestra de la existencia de ventanas o puertas
sobre las tablas del escenario, que permitían el paso de los poderes malignos.
Las alturas: la maquinaria de altura para los afectos especiales debía estar ubicada en los
techos del último piso de la casa de los actores. Los vuelos complejos suponía la
utilización de maquinaria con tornos y tambores, esta hipótesis se sostiene en el análisis
de las apariciones de espectros en Macbeth o Ricardo III, donde la aparición y
desaparición de fantasmas con una frecuencia de un minuto, supone la existencia de
una maquinaria compleja y de u equipo para cada actor-espectro.
Existe la probabilidad que se utilizara maquinaria más simple, donde los espectros no
sean actores sino objetos o velos conducidos por una voz en off.
5. La Retórica: entre el discurso y la imagen. El código de representación isabelino
Todo lugar de representación es la expresión de una concepción del mundo, una
relación simbólica que establece el autor de la representación, se trate del actor, del
escritor, del arquitecto, del escenógrafo, o incluso del rey, ya que todo sistema de
representación fuerte está sustentado sobre un poder simbólicamente fuerte. La
representación teatral isabelina difiere de la concepción italiana según el cuál al
representación teatral se construye alrededor de una ilusión que se asemeja a lo visible.
En la representación isabelina la referencia de lo parecido o verosímil visual está
alejado de nuestro pensamiento contemporáneo, en gran parte heredado del
Renacimiento, por el cuál lo real se confunde todavía con lo visible en cuanto
semejanza con la visión humana. Dentro del teatro isabelino la parte visual no busca
encontrarse con el texto mediante el criterio de semejanza, salvo en el caso del
vestuario. Un ejemplo de ello es la interpretación de actores hombres en roles
femeninos, aún en los protagónicos.
El espectador era conmovido por medios distintos a los visuales descriptivos, por
ejemplo: la voz, el cuerpo del actor, el ritmo, un tránsito por lo imaginario. El coro de
Enrique V de Shakespeare ofrece una referencia constante a la imaginación del
espectador, que es tenida en cuenta como componente de la representación.
Resalta en el código de representación isabelino isabelino lo relatado por sobre lo
mostrado, como también se agudiza una fuerte correlación entre lo textual y lo visible.
El actor describe literalmente lo que ve y lo que ve el espectador, guiado por al doble
retórica: el texto y la arquitectura escenográfica se superponen, un ejemplo de esa
relación entre lo dicho y lo mostrado se manifiesta claramente en el Mercader de
Venecia, de Shakespeare, en torno al ejemplo del cielo- Lorenzo le dice a Jessica: "
Mirá el parqué del cielo, está incrustado de discos de oro resplandecientes". El cielo,
firmamento está mostrado de acuerdo a la materia del cuál esta hecho, un cielorraso de
discos de oro.
El espacio teatral isabelino es un espacio encerrado en sí mismo y abierto al cielo a la
vez, la representación se desarrolla en volumen; jugando con la realidad del espectador
y la ficción de la representación. Según la expresión de Shakespeare "El teatro es espejo
de la naturaleza", espejo que envía una imagen de la realidad que para el teatro isabelino
no es del orden de lo visible sino de lo imaginario. Una imagen que el espectador
construye por medio de un texto dentro de un espacio organizado según una arquitectura
y escenografía propia.
*Profesora de Historia
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